53 - 'Cada Momento Del Día'
Terminaba de sombrear aquel dibujo detallado y bastante explícito que le habían pedido, a color para distinguir quién era el chico en el dibujo, lo más grande posible para detallarlo con facilidad, y también le pidieron que no escatimara en los detalles, como las cicatrices y pecas que adornaban el cuerpo del chico pelirrojo, y que él ya conocía a la perfección.
— Madre santa — murmuró una chica que estaba ahí parada junto a otros alumnos, observando perplejos aquella obra de arte que carecía de pena o de pudor, lo único que emanaba era un aire sucio y lujurioso que debaja a todos abrumados, sobre todo al sujeto que había pedido tal dibujo.
— Solo un toque más... — susurraba mientras terminaba de sombrear el dibujo, mientras un gran rubor inundaba sus mejillas tan solo de ver aquella pieza de arte, inspirada en una noche en la que él se despertó a causa de una pesadilla, y vió a Jessie dormido junto a él, totalmente desnudo, mientras una manta cubría su virilidad, pero su transparencia igual dejaba al descubierto la hombría del pelirrojo; desde entonces aquella imágen mental rondaba por su mente con mucha frecuencia, al igual que un particular deseo por plasmarla en arte, aunque no en las circunstancias en las que se encontraba en ese instante.
Firmó una esquina de su obra, detallándola un poco más para asegurarse de que no se olvidaba de algo, y al ver de mejor manera tal dibujo, su pecho empezó a latir con mucha emoción, no recordaba que fuese tan bueno.
— Aquí tienes — dijo entregando el dibujo al sujeto rubio, quien empezó a verlo de arriba a abajo con gusto absoluto, mientras el pelinegro sonreía de lado y volteaba a ver con vergüenza a su novio, quien tenía un semblante abrumado y muy perplejo, que le hizo sentir muy preocupado de golpe.
— Ay por Dios — jadeó observando aquel dibujo — Vaya que te subestimé, Sasha.
— Todos lo hacen — dijo el pelirrojo mientras deslizaba sus manos por los hombros de Haze, quien agachó la mirada con algo de vergüenza.
— Vaya que sabes lo que haces, conoces el sitio exacto de cada peca en el cuerpo de Jessie; ahh, cómo extrañaba ver estas pecas de sus hombros — dijo el rubio cínicamente mientras los observaba a ambos con algo de malicia.
— Espero lo disfrutes — dijo Haze mientras alzaba la mirada y le sonreía de lado.
— ¿Disfrutarlo? ¡Claro que lo voy a disfrutar! será un trofeo que pondré en mi pared — clamó para ver con algo de incredulidad y cinismo a Haze — Jaj, vaya Sasha, creí que te molestaría mucho que otro chico tenga una imágen de tu novio semi-desnudo, pero tal parece que por dinero eres capaz de hacer lo que sea.
Jessie estuvo a punto de irse sobre el chico rubio y jalarle de la camisa, pero se detuvo al sentir cómo su novio le tomaba de las manos y las acariciaba suavemente.
— ¿Porqué habría de molestarme? — murmuró con tranquilidad — Es solo un dibujo, no es como que te esté entregando al Jessie real, eso sería bastante absurdo, porque yo no cambiaría a Jessie por nada.
Dichas palabras hicieron al pelirrojo sonreír con soberbia y apoyar ambos brazos en los hombros de Haze, mientras el sujeto rubio fruncía el ceño y le miraba con desdén.
— Son cuarenta — dijo Jessie mientras sonreía cínicamente — Solo aceptamos efectivo.
El rubio sonrió de lado con incredulidad, para ponerse de pie y sacar una billetera de su bolsillo, donde se lograban ver por encima varios billetes abultados en el interior de la misma, algo que abrumó a todos los chicos que estaban ahí reunidos.
— Soy hombre de palabra — dijo el rubio mientras sacaba un billete de cincuenta dólares y se lo daba a Haze, quien recibió el billete y se lo entregó rápidamente a su novio, sin dejar de ver a los ojos al sujeto rubio — Eres bueno, Sasha; tal vez en el futuro te vuelva a contratar.
— Me halaga tu preferencia — dijo sonriendo tranquilamente — Solo asegúrate de que sea lo antes posible, porque planeo mudarme al acabar el año escolar.
— Oh descuida, será más pronto de lo que crees — canturreó para ver a Jessie de reojo y hacerle una mirada coqueta que hizo al pelirrojo gruñir con fastidio.
— ¡¿Qué está pasando aquí?! — clamó abruptamente el director, quien llegó junto con el resto de docentes al área donde se llevaba a cabo el stand de besos y de dibujos, provocando que todos los alumnos empezaran rápidamente a dispersarse.
— ¡D-Director Carson! — dijo Quincy mientras se apartaba de una chica castaña que no parecía querer dejar de besarlo.
— ¡¿Qué clase de festival desvergonzado es este?! — clamó mientras miraba con severidad a los chicos presentes, especialmente a Haze y a Jessie, por obvias razones.
— S-Solo estábamos— trató de excusarse, aunque ver cómo una de las profesoras alzaba la voz, luego de ver el dibujo que acababa de hacer, le interrumpió en seco.
— Oh por Dios — clamó aquella docente mientras miraba perpleja el dibujo que tenía el sujeto rubio entre sus manos, para acercarse a él y verlo con más atención — Dios santo, ¡¿quién hizo esto?!
— Sasha Johnson, señorita Honey — dijo Bradley mientras señalaba a Haze con su dedo índice, ganándose que Jessie lo observara con odio absoluto.
— Oh por Dios, Sasha, q-qué dibujo tan— trató de hablar, pero el director le interrumpió.
— ¡Vulgar y desvergonzado! — clamó el director Carson, para acercarse a Brad y tratar de quitarle el dibujo, pero la profesora lo interrumpió en seco.
— ¡Alto profesor Carson! Puede que usted lo considere vulgar y desvergonzado, ¡pero esta es una verdadera pieza de arte en todo el sentido de la palabra!
— ¿Enserio? — dijo Haze algo atónito, para voltear a ver a Jessie y mirarle con preocupación, mientras el pelirrojo le sonreía con orgullo.
— Desde luego, de hecho considero que merece estar en el salón de arte a la vista de todos.
— Halagador, pero no gracias, no creo que Sasha quiera que todos pasen y vean su hermosa pieza de arte ¿no es así, Sasha? — preguntó maliciosamente, logrando que Haze agachara sutilmente la mirada, pero luego de un rato, alzó de nuevo la vista para ver de frente a la profesora de arte y decirle:
— Francamente no, porque esa no es ni de cerca una de mis mejores obras — dijo tratando de sonar soberbio, cosa que hizo que la profesora de arte lo viera con asombro, el chico rubio lo mirara con desdén, el pelirrojo con orgullo, y el director Carson con desdén absoluto.
— ¿Enserio? en ese caso, quiero que te unas a nosotros en el club de arte, Sasha, ¡y nos presumas todo de lo que eres capaz!
— M-Me encantaría, p-pero el club de arte interferiría con mis otras actividades académicas y— trató de excusarse, pero nuevamente, la profesora se lo impidió.
— ¡Vamos Sasha! yo personalmente me encargaré de hablar con tus profesores para permitirte asistir sin problemas al club, ¡anímate, un talento como el tuyo no debe reprimirse en absoluto!
Haze miró de reojo a Jessie con algo de nerviosismo y curiosidad, recibiendo de parte de él una cálida sonrisa que le hizo reír con emoción y voltear a ver a la profesora nuevamente.
— ¡A-Acepto! — clamó con entusiasmo, logrando que la profesora fuera hacía él para abrazarlo con fuerza.
— ¡Excelente! — dijo entre risas — Empiezas este lunes, pero mientras tanto ¿porqué no haces unas cosas en casa y las traes para conocer de mejor manera tu estilo?
— ¿Y-Yo? p-pero en casa no tengo— trató de hablar, pero rápidamente Jessie llegó para rodear su cuello con su brazo, e interrumpir abruptamente su explicación.
— Cuente con eso, señorita Honey — dijo el pelirrojo, logrando que Haze le observara algo abrumado.
— ¡Excelente! me encanta ver nuevo talento florecer, ¡te espero el lunes entonces, Sasha! ¡y más te vale no faltar!
— ¡N-No lo haré! — dijo tímidamente mientras veía cómo la profesora se apartaba para irse junto con los demás profesores, a excepción del director Carson, quien se acercó a ellos con intenciones obvias de buscar un culpable por lo que estaban haciendo en pleno horario escolar.
— ¡¿Quién les dió permiso de poner estas mesas en el patio escolar?!
— E-Estamos... C-Conviviendo con nuestros compañeros de curso — dijo Quincy mientras sonreía con nerviosismo, ganándose que el director lo observara con odio absoluto.
— ¡Vaya a sus clases, señor Campbell, y usted también señor Newman! Debo hablar seriamente con el señor Dalton y el señor Johnson.
— Con todo respeto, señor director, pero no tenemos tiempo para sermones — dijo Jessie incrédulamente — Tengo práctica en un rato, ¿Podría dejar los sermones para otra ocasión?
— ¡¿Cómo se atreve a responder de esa forma?! ¡¿Acaso a usted no le enseñaron a respetar?!
— Respeto a quien me respeta, señor director — dijo el pelirrojo de mala gana mientras rodeaba el cuello de Haze con su brazo.
— Qué jóven tan insolente — renegó cruzándose de brazos y mirándolo con desdén — ¿Acaso se olvida de todas las excepciones que se están haciendo con usted, señor Dalton?
— Se lo agradezco, enserio — dijo cínicamente mientras tomaba los hombros de Haze y lo alejaba del director, ignorando totalmente los llamados de atención que hacía el docente.
— Dejarlo con la palabra en la boca nos traerá muchos problemas, Jessie — murmuró volteando a ver su novio con algo de seriedad.
— ¿Enserio quieres quedarte con él y con Bradley? — dijo con molestia mientras lo tomaba del brazo y lo guiaba hacía el interior del edificio donde veían clases.
— N-No, pero no puedes ser tan tajante con el director Carson, él tiene razón en un punto, te ha perdonado muchos pleitos, si lo haces enojar puede sacarte del fútbol americano.
Dichas palabras hicieron que el pelirrojo suspirara con fastidio y mirara de reojo a su novio con algo de pena y frustración, para después chasquear su lengua y alborotar los mechones ajenos con su mano.
— Tienes razón, Cherry; el lunes iré a la oficina de Carson a disculparme.
— Preferiría que fueras hoy mismo.
— Bieeen — dijo con fastidio mientras apegaba al pelinegro a su cuerpo para besarlo la mejilla — Pero solo si me dejas chupártela en cuanto lleguemos.
— Trato hecho — canturreó alzando los hombros y riendo por debajo.
— Por cierto, qué obsceno fue el dibujo que hiciste ¿eh? me sorprende mucho ser tan sexy a tus ojos, Cherry.
— E-Es que eres hermoso, y-yo solo traté de... p-plasmar tu sensualidad como mejor pude.
— Y vaya que supiste hacerlo, hasta yo me quedé fascinado. Ahh, lástima que ese dibujo tan bueno haya caído en manos de Brad.
— ¿Te enoja que hiciera un dibujo tuyo para tu ex? — murmuró con algo de pesar.
— La verdad sí, principalmente por el estrés y la pena que debió generarte hacer un dibujo de ese tipo para él, odio tanto que te obligara a hacer algo así.
— No me obligó, yo accedí.
— Porque te puso a prueba, y tú no quisiste dejarte intimidar — dijo mirándole con algo de cinismo, logrando que el pelinegro mirara a otro lado con molestia — Cherry me encanta que no agaches la cabeza, pero tampoco quiero que te dejes influenciar por las idioteces que dice Brad, ¡es un patán de primera! hará lo que sea para incomodarte, y ahora que se dió cuenta de que harás lo que sea para hacerle frente, no dudo que te rete más seguido a hacer estupideces.
— No soy un idiota influenciable, Jessie; además, esto solo fue un dibujo inocente, yo quería dibujarte, y presumirle a tu ex que conozco cada parte de tu cuerpo, nada más.
— Lo entiendo, cosita amargada — dijo juguetonamente mientras apretaba con una mano las mejillas ajenas, haciendo que el pelinegro arrugara la nariz con molestia — Solo quiero advertirte que Brad es un infeliz, y que no debes descuidarte con él, ¿de acuerdo?
— Bien — dijo con fastidio para quitar la mano ajena de su rostro, gesto que hizo que el pelirrojo le mirara algo incrédulo — ¿Qué ocurre?
— ¿Acaso te molesta que te toque la cara de esa forma?
— ¡¡Ay Jessie por Dios!! — clamó bruscamente con frustración, haciendo al pelirrojo reír y acercarse a él para abrazarlo con fuerza.
— Jajaj, me encanta tu carita de enojado, Haze, es muy linda.
— T-Tonto — murmuró hundiendo su cara en el hombro ajeno, mientras un gran rubor inundaba de golpe sus mejillas — Idiota tonto, imbécil.
— Qué lengüita tan indecente, ¿con esa boquita besas a tu novio? — canturreó cínicamente mientras se apartaba para tomarle de las mejillas y sonreírle con picardía.
— No, mi novio me besa a mí, y yo le sigo el juego — murmuró sonriendo pícaramente, haciendo a Jessie reír por debajo y pegar su frente con la de él.
— Te adoro — murmuró estando a punto de besar los labios de Haze, aunque tuvo que detenerse al oír cómo alguien caminaba cerca del lugar donde ellos estaban coqueteándose mutuamente — Tks, qué maldita molestia.
— Vayamos a casa — susurró jugueteando con uno de los mechones de Jessie — Quiero ir a casa temprano, la ropa empieza a molestarme.
— No puedo, Cherry — dijo con algo de pesar, como si realmente quisiera sucumbir a la lujuria que emanaba de los ojos azules de su pareja — Tengo práctica el día de hoy.
— ¿Osea que debes volver a toparte con el idiota de Brad? — bufó con fastidio, gesto que hizo al pelirrojo reír para acariciarle suavemente las mejillas.
— ¿Celoso? — preguntó apretando las mejillas ajenas, logrando que Haze mirara a otro lado mientras arrugaba la naríz y un sonrojo penoso se formaba en su rostro.
— Sí... — respondió con frustración, cosa que hizo reír a su novio.
— No tienes porqué, lo sabes.
— Lo sé, pero él no me cae bien.
— Tú mismo lo dijiste, él solo tiene un dibujo, pero tú tienes al Jessie Dalton de carne y hueso — canturreó cálidamente, haciendo que Haze se sonrojara nuevamente.
— Y vaya que me encanta tu carne — dijo tímidamente mientras trataba de robarle un beso al pelirrojo, aunque se detuvo al sentir cómo su novio le tomaba de los hombros y lo frenaba de golpe, para verle a los ojos con asombro y algo de emoción.
— ¡Ch-Cherry! — clamó entre risas que abrumaron a Haze.
— Perdoon, ¡pero enserio quiero hacerlo!
— Entiendo que quieras que estemos a solas, amor, pero tenemos que cumplir con las horas de clase que quedan, y ya cuando termine me comeré entero a mi hermoso pintor — canturreó apretando de nuevo las mejillas ajenas, haciendo al pelinegro sonreír de lado con algo de pena.
— ¿Lo prometes?
— Te doy mi palabra — afirmó acercándose para abrazarlo con fuerza, abrazo que Haze aprovechó para olfatear el cabello y el cuello de su novio, amaba el aroma del cigarrillo y el jabón emanar del cuerpo ajeno (ya que, a falta de dinero, ambos debían lavarse el cabello con jabón corporal, pero aún con dicho producto, el cabello de Jessie lucía siempre sedoso y suave, algo que asombraba mucho al pelinegro).
— Te amo — murmuró hundiendo su rostro en el cuello ajeno, importándole poco que alguien llegara y los viera, le fascinaba estar pegado a Jessie a cada momento del día.
— Yo también te amo — respondió acariciando los mechones ajenos — Daría mi vida por ti, haría lo que sea por ti.
— Jessie — susurró apartándose un poco para verle a los ojos con detenimiento — Dices unas cosas tan lindas que me haces sentir vergüenza.
— ¿Vergüenza? — preguntó cínicamente — Creí que te gustaba mi lado romántico.
— ¡M-Me encanta! p-pero a veces me toma bastante desprevenido.
— Entonces tendré que lanzarte alertas de romance para que no te asustes, cosita linda y hermosa — murmuró apretando sutilmente las mejillas de Haze, haciendo al pelinegro sonreír tímidamente ante las acciones de su novio.
— ¡Jessie! — clamó riendo con vergüenza, cosa que hizo reír sutilmente al pelirrojo.
— Vamos a clase ya, sino terminaré llevándose a la parte trasera del gimnasio para comerte a besos.
— ¿Y eso está mal porque... — canturreó con falsa inocencia, haciendo que Jessie riera por debajo y que un gran rubor llenara de golpe sus mejillas.
— ¿Enserio te gusto, no es así?
— No, me encantas — recalcó mientras tomaba la mano ajena para acariciarla suavemente, cosa que hizo que el pelirrojo suspirara por debajo y lo tomara con fuerza del brazo para arrastrarlo hacía el gimnasio, cosa que hizo a Haze sonreír con picardía y emoción, aunque ninguno logró percatarse de la recelosa figura que observaba con molestia cómo aquellos jóvenes se saltaban el horario de clases para escabullirse a hacer quién sabe qué cosas, sin algún tipo de supervisión.
-
— Ah — jadeaba entre besos mientras enredaba los mechones rojizos de Jessie entre sus dedos, al mismo tiempo que su lengua y la del pelirrojo se frotaban de manera totalmente desvergonzada.
Acariciaba delicadamente el cuello de Haze, aprovechando que lo tenía apoyado de uno de los muros que conformaban las gradas del gimnasio, solo que, ellos decidieron escabullirse detrás de estas mismas, para poder seguir con su ronda de besos sin que nadie lo notara.
— Ahh carajo, cómo me encantas — gruñó apartándose de aquellos besos, sonriendo al ver la cara de deseo que hizo Haze en cuanto le escuchó gruñir — Oye, ¿porqué esa carita, eh?
— E-Es que me gusta oírte.
— Eso ya lo sé — susurró olfateando el cuello ajeno — Así como a mí me gusta oírte.
— Debo pedirle a Quincy los apuntes de historia — susurró entre suaves jadeos, provocados por el suave tacto que daba Jessie a su cuello con sus labios.
— Qué bueno que tienes amigos que te apoyan, Cherry — murmuró deslizando sus manos por la espalda baja ajena.
— Mgh, sí — susurró apartándolo un poco para ver a los ojos al chico pelirrojo — Ellos me apoyaron mucho con lo de tu cumpleaños, será muy vergonzoso que aún después de eso insistas en que no quieres nada.
— Haze — bufó suspirando sutilmente, aunque el pelinegro le tomó de las mejillas para besarlo nuevamente — Mgh, ¡sobornarme con besos no cuenta!
— ¡Claro que cuenta! — clamó apartándose un poco — ¡Te sobornaré con todo lo que sea necesario para que aceptes a que te dé un regalo!
— Trabajaste e hiciste arte por mí, ¿qué otro regalo podría querer?
— Al menos un pastel, Jessie; ¡por favor! — murmuró mirándole con pesar, expresión que conmovió mucho a Jessie, y le hizo suspirar algo frustrado para apoyar a Haze contra la pared y verle fijamente a los ojos.
— Bien, quiero un pastel, y que me des el resto del dinero que recolectaste hoy.
— No hay problema — susurró tomando de nuevo las mejillas ajenas para besar lentamente a su novio, quien le cargó entre sus brazos para seguir con aquella ronda de besos delicados y llenos de romance.
— Mgh, la práctica está por empezar — susurró entre besos y caricias a la espalda de Haze.
— No te vayas — le rogó, haciendo que el pelirrojo sonriera de lado y pegara su frente con la de él.
— Solo será media hora, Cherry.
— Media hora cerca de Bradley — murmuró por debajo con frustración, logrando que Jessie le observara algo abrumado.
— Cariño, ya te dije que no tienes porqué preocuparte.
— Y-Ya lo sé, ¡y-y creeme que odio seguir con lo mismo! p-pero saber que él está tan cerca de ti, m-me pone muy ansioso.
— ¿Quieres quedarte conmigo mientras practico? — dichas palabras asombraron bastante al pelinegro, quien alzó las cejas de golpe mientras miraba algo perdido a su novio.
— ¿A-A qué te refieres?
— Quedarte en la banca mientras entreno, así me cuidas de Bradley — dijo juguetonamente mientras apegaba más a Haze a su cuerpo — Dudo mucho que el entrenador quiera regañarnos.
— Pero, ¿e-eso no te distraerá?
— No, a menos que algún tipo te coquetee... eso me enojaría mucho — dijo frunciendo sutilmente el ceño, cosa que le sacó una ligera risa de los labios a Haze.
— Eso no pasará — murmuró tomándolo de las mejillas — Tú eres el único que tiene ojos para mí; y aunque pase la locura de que otro chico me coquetee, sabes de sobra que yo solo te quiero a ti.
— No Cherry; primero, eres hermoso, guapísimo, se me pone dura cada vez que te miro — le susurró al oído con voz ronca, haciendo que Haze riera y se sonrojara de golpe — Y segundo, no soporto la sola idea de que otro tipo te desee, me enferma, de solo pensarlo mi sangre hierve de la ira.
— Ay Jessie — murmuró besando suavemente la frente de su novio — Relájate amor, nadie me hará querer alejarme de ti jamás, nadie me da la paz y la felicidad que tú me has dado en este corto tiempo juntos.
— Y aún nos falta mucha más, Cherry; es una promesa — dicho esto, volvió a besar los labios ajenos de manera poco sutil, a la que Haze correspondió de igual forma, jugueteando con los mechones rojizos de su nuevo, mientras él acariciaba de arriba a abajo la espalda de Haze, llegando a aquel punto donde terminaba su espalda, e iniciaba la zona que Jessie ya conocía a la perfección.
Continuará
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- Gema
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