44 - 'Agua Y Aceite'
El sol empezó a invadir cada rincón de aquella habitación, en la que reposaba cierto chico de cabello negro, cuyo cuerpo era cubierto únicamente por una manta blanca, de resto, se encontraba totalmente desnudo, producto del huracán de pasión que tuvo con su pareja la noche anterior.
Miraba fijamente al pelinegro dormido sobre la cama, mientras pesaba qué era lo que haría ahora que necesitaban buscar un nuevo lugar donde vivir, la cuestión era ¿adónde podrían ir? no conocían a nadie que pudiera ayudarles, y presentarse como una pareja abiertamente homosexual que buscaba un hogar donde vivir juntos, no era una opción en absoluto.
— ¿Jessie? — escuchó de repente, cosa que le hizo alzar la mirada y salir de golpe de sus pensamientos, sonriendo cálidamente al ver que el chico de ojos azules se sentaba en la cama con semblante somnoliento.
— Buenos días, Cherry — murmuró acercándose a él para sentarse frente suyo y besarle dulcemente los labios — ¿Dormiste bien?
Haze asintió mientras tomaba las mejillas de Jessie y lo besaba de forma suave y lenta, cosa que hizo al pelirrojo reír.
— ¿Estás feliz de verme, eh?
— Lo estoy — murmuró mordiendo un poco el labio ajeno — Me encanta verte al despertar.
— A mí también me encanta — susurró tomando la mano ajena para besarla dulcemente — Dúchate, vamos a salir.
— ¿Salir? — preguntó algo curioso — ¿Adónde vamos?
— Buscaremos departamento juntos — comentó sonriéndole con ternura a su pareja, quien arqueó la ceja con mucha curiosidad.
— ¿Tenemos dinero para eso?
— Vaya que te gusta cuestionarme — dijo mientras se levantó de la cama e iba rumbo al baño de la habitación, frenándose un momento para ver a Haze con diversión y ternura — Te recomiendo usar algo que te cubra el cuello, parece que un animal salvaje te atacó anoche.
— ¿Enserio? — preguntó entre risas tímidas mientras ponía una mano sobre su propio cuello, haciendo a Jessie sonreír con orgullo.
— Me encanta marcarte como mío.
— ¿Yo puedo hacerlo también? — preguntó haciendo un puchero.
— ¡Claro! ¿porqué no habrías de hacerlo? — dijo entre risas para acercarse a Haze y apretarle la mejilla — ¿Te da vergüenza?
— U-Un poco — susurró agachando la mirada, cosa que hizo a Jessie verle algo abrumado.
— ¿Te avergüenza dejarme chupetones, pero no te avergüenza chuparme el pen— trató de hablar, hasta que la voz de Haze le interrumpió.
— ¡¡Shhh, e-eso es distinto!! — dijo mientras cubría su rostro con sus manos, cosa que hizo a Jessie reír con algo de fuerza.
— Me da ternura y me confunde tu dualidad, Cherry — dicho esto, besó el cráneo ajeno para caminar hacía la ducha — Me daré un baño para irnos, ¿me quieres acompañar?
— ¿A-Acompañarte? — preguntó alzando la mirada algo apenado, el pelirrojo le miró con picardía mientras alzaba las cejas.
— Sí, ¿porqué no habrías de hacerlo? tenemos sexo a menudo, ducharnos juntos es algo natural, o al menos así debería ser.
Oír eso hizo a Haze tomar aire mientras se levantaba algo dudoso de la cama, sentía un molesto dolor en sus caderas, pero al recordar todo lo que hicieron la noche anterior, poco o nada le importó.
Ambos entraron juntos a la ducha, Haze lucía bastante nervioso, pero ver cómo el agua corría por el cuerpo desnudo de Jessie, hacía que un gran rubor inundara de lleno sus mejillas.
— ¿Y-Y dónde buscaremos departamento? — cuestionó mientras se paraba bajo el agua y veía fijamente el cuerpo de su novio.
— Buscaremos por toda la ciudad, lo más lejos posible de tu padre y del mío — comentó mientras tallaba sus dedos contra su cráneo, sonriendo de lado al ver lo concentrado y embelesado que estaba Haze con su cuerpo — Me saldrán grietas si me sigues viendo así.
— P-Perdón — murmuró agachando la mirada, aunque un agarre a sus mejillas le hizo alzar la mirada de manera brusca, y le obligaba a ver ese par de ojazos verdes que lo tenían tan atontado.
— ¿Perdón? ¿porqué, si me encanta que finalmente me mires? — dicho esto, estampó a Haze contra la pared para besarlo hambrientamente, mientras el chico pelinegro jadeaba y le acariciaba la espalda a medida que esos besos se iban volviendo más y más voraces.
— ¡Ah! — jadeó al sentir cómo lo cargaban y empezaban a moverlo como si estuvieran haciendo el amor, pero sin penetrarlo — J-Jessie.
— Lo siento, creo que me estoy dejando llevar — dijo mientras volvía a besar el cuello de Haze — Es que me gusta mucho estar a solas contigo.
— A mí no me disgusta — susurró mientras acariciaba los hombros ajenos, y su cara ardía considerablemente — Ha-Hazmelo, por favor.
— ¿Seguro? — preguntó mientras alzaba la mirada para verlo a los ojos — ¿No te sientes muy cansado por lo de ayer?
— Estoy bien — murmuró besando la frente del pelirrojo — Hazmelo Jessie, por favor.
Oír eso le enloqueció, siempre fantaseó con oír que Haze le dijera esas palabras, pero oír finalmente cómo salían de sus labios de manera tan suave y sumisa, hacía que sus fantasías se quedaran cortas de lo fantástico y erótico que era.
Ambos gimieron al unísono en cuanto Jessie entró de forma lenta al cuerpo de Haze, quien clavó de golpe sus uñas en la espalda ajena.
— ¡Mgh! ¡te voy a cortar esas putas uñas! — gruñó entre risas mientras echaba la cabeza hacía atrás, empezando un lento vaivén que hizo a Haze jadear con algo de fuerza.
— ¡Ah! ¡pe-perdóname! ¡a-ah Jessie!
— No pidas perdón — murmuró acercando su frente a la de su novio — Bésame, eso quiero de ti, nada más.
Ambos empezaron a besarse de forma hambrienta, mientras Jessie aceleraba su vaivén, sacándole a Haze ahogados gemidos de intenso placer.
— S-Se nota que te lo hice ayer, p-pero aún así estás tan estrecho — susurró agachando un poco la mirada.
— Y-Y tú tan duro — murmuró mientras echaba la cabeza hacía atrás — ¡J-Jessie! ¿e-en nuestra casa podremos-¡ah! ¡¿podremos tener sexo así?!
— Claro, en nuestra casa te cogeré cada que tú quieras — dicho esto, tomó los glúteos de Haze para separarlos un poco, haciendo más profundas sus embestidas — ¡A-Ah mierda!
— ¡¡A-Ahh, Jessie!!
— ¿Cómo me decías anoche, eh? ¡dímelo!
— ¿M-Mi amor? — preguntó mientras observaba algo abrumado al chico pelirrojo, quien sonreía con deleite al ver lo dilatados que estaban los ojos azules de su novio, la forma en la que sus labios temblaban cada que pronunciaba su nombre, Jessie adoraba las expresiones de Haze durante el sexo, le enloquecían de manera abismal.
— Eso, exactamente Cherry — dicho esto, aceleró aún más su vaivén, sacándole al pelinegro bruscos gemidos de placer.
— ¡¡A-Ahh, J-Jessie!! ¡¡m-mi amor, no pares!!
— ¿Cómo te gusta esto, eh? — preguntó mientras tomaba el cuello de Haze para acercarlo a su hombro — ¿No querías hacer algo?
— C-Cierto — susurró mientras se disponía a morder el cuello del chico pelirrojo, haciéndole gruñir de placer mientras echaba la cabeza hacía atrás.
— Mgh, c-carajo Haze, ¡Haze! — gimió mientras empezaba a venirse dentro del cuerpo del pelinegro, cosa que hizo a Haze temblar y empezar a venirse en el abdomen de Jessie.
— ¡¡Ahh, Jessie!! — clamó mientras sentía la intensa corriente del orgasmo recorrer su cuerpo, haciéndole temblar y estremecerse en los brazos de su novio.
— Ah, se sintió bien — murmuró mientras ocultaba su rostro en el cuello ajeno, sorprendiéndose al sentir algunos chupones y mordidas en el mismo que le hicieron reír — Hey, ¿qué haces, Cherry?
— Te hago mío — susurró pasando su lengua por el cuello ajeno, cosa que hizo a Jessie reír para verle a los ojos con algo de malicia.
— Vaya, ¿cuántas cosas más ocultan esa hermosa carita tan tímida? — dijo mientras sujetaba con firmeza las piernas de Haze, quien sonrió tímidamente mientras alzaba los hombros.
-
Luego de ducharse y arreglarse, ambos salieron de la casa de la hermana de Jessie, quien aún no daba rastros de haber llegado, cosa que le intrigaba, pero Jessie poco o nada de importancia le dió, seguía enojado por la manera en la que lo echaron a la calle a él y a su novio, sin darles oportunidad siquiera de conseguir un sitio decente donde vivir, sobre todo considerando la situación que vivía Haze.
— ¿Podemos vivir en un cuarto, no es así? — preguntó mientras caminaba por la acera junto a Jessie, usaba una sudadera azul de él para cubrir su identidad, mientras Jessie usaba una camiseta gris que dejaba expuestos sus brazos, y las múltiples marcas en estos mismos, cosa que ponía muy nervioso a Haze.
— Ni en bromas, Cherry, no nos dejarían vivir juntos en un cuarto, además, recuerda que necesitamos espacio para Boby.
— Es cierto — murmuró algo apenado mientras agachaba la mirada, quería tomar la mano de Jessie, pero ir así por la calle a plena luz del día podía ocasionarles problemas.
— Creo que oí sobre un alquiler cerca del centro de la ciudad — dijo mientras miraba a los lados con curiosidad, el viento movía un poco su cabello rojizo, cosa que hacía a Haze sonrojarse cada que lo veía.
— ¿No es riesgoso estar viviendo en pleno centro de la ciudad?
— Lo es, de hecho, pero si no conseguimos algo pronto, no tendremos alternativa.
— Si tan solo no tuviera que esconderme de papá, todo sería más simple — murmuró mientras metía sus manos a los bolsillos de su sudadera, asombrándose al sentir cómo le rodeaban el cuello de repente.
— No digas eso — comentó mirando atentamente a Haze con una cálida sonrisa — Nadie dijo que esto sería simple, y sería muy aburrido si lo fuera ¿no crees? — dichas palabras hicieron al pelinegro sonrojarse considerablemente, pero no dudó dos veces en sonreírle ampliamente al pelirrojo.
Ambos caminaron por aquella parte algo solitaria de la ciudad, era una zona algo pobre, era por eso que las casas se veían deterioradas, y la poca gente que estaba afuera, tenía cara de maleantes, cosa que hizo a Haze tragar en seco con preocupación.
— Ignoralos — dijo Jessie incrédulamente — Solo son bastardos subidos por la droga, igual que Trevor.
— ¡Oiga jóven! — escucharon de repente una voz femenina y algo desgastada que les hizo voltear en seco, asombrándose al ver una mujer de cabello blanquecino parada en el pórtico de una casa haciéndoles unas señas — ¿Pueden ayudarme?
— ¿Es con nosotros? — preguntó Jessie incrédulamente.
— No hay nadie más aquí — dijo Haze mientras alzaba los hombros y se disponía a cruzar la calle para ir con aquella mujer, acción que replicó Jessie mientras fruncía el ceño con recelo.
En cuanto fueron hacía ella, la mujer les sonrió algo apenada.
— Lamento molestarlos, jovencitos, ¿creen poder ayudarme a sacar algunas cosas de la cochera?
— Claro — dijo Haze mientras tomaba el brazo de Jessie y lo levantaba — Mi amigo la ayudará sin problemas.
El pelirrojo miró de reojo al contrario con algo de seriedad, pero a Haze poco o nada le importó, solo mantuvo aquella sonrisa hacía la mujer en cuestión.
— Oh, se los agradezco tanto — dijo mientras se acercaba a ambos para estrecharles la mano — Por favor siganme.
En cuanto la mujer se alejó un poco, Jessie miró a Haze con incredulidad.
— ¿Puedes explicarme lo que pasó?
— Es una ancianita, Jessie, ¿porqué no ayudarla?
— Es una vieja decrépita que está sola por una buena razón — dijo de mala gana, haciendo a Haze arrugar el entrecejo con molestia — ¡Haze mañana debemos mudarnos, no podemos perder el tiempo de esta forma!
— No se nos caerá el pene por ayudar a una señora necesitada, Jessie — murmuró con molestia par apartarse de él y caminar hacía el lugar donde estaba la señora.
Gruñó de mala gana mientras veía a su novio ir a ayudar a la anciana en cuestión, le daba ternura que Haze fuera tan atento, pero le molestaba que a veces pusiera a otras personas por encima de sí mismo, eso era algo que Jessie no toleraba en absoluto.
-
El sol iba bajando poco a poco, mientras ellos sacaban y desempacaban cajas completas sin más, Haze lo hacía con una cálida sonrisa, mientras Jessie mantenía aquel semblante receloso y colérico que tanto le caracterizaba.
— Si se nos hace de noche y seguimos aquí, te voy a patear el trasero — dijo el pelirrojo mientras avanzaba junto a Haze, quien volteó a verlo con algo de molestia.
— ¡No se nos hará de noche, relájate! Dios, actúas como un perro rabioso.
— Y tú actúas como una monja, Haze — dijo mientras dejaba en el piso la caja que estaba cargando, para cruzarse de brazos y ver al de ojos azules con molestia.
— Si tanto te incomoda puedes irte.
— ¡¿Esa es tu respuesta?! — clamó de forma brusca, pero ambos detuvieron su discusión al ver cómo la mujer salía de su hogar con una jarra de limonada y dos vasos.
— Muchachos ¿tienen sed? — dijo ella mientras se acercaba a ellos con una gran sonrisa, aunque le abrumó ver cómo el pelirrojo la ignoraba y se iba de nuevo al garage.
— Ignore a mi amigo, es bastante idiota — dijo mientras tomaba uno de esos vasos con hielo, sonriendo al ver cómo le servían jugo— Se lo agradezco mucho.
— Yo te lo agradezco a ti, tesoro — dijo ella amablemente — Desde que mi nieto se fue al reclutamiento militar, he estado bastante sola.
— Lo entiendo — murmuró dando un sorbo a su bebida.
— Imagino que tiene cosas que hacer, así que si quieren terminen con esas cajas y váyanse.— Descuide, solo estamos buscando algún sitio para alquilar juntos — en cuanto dijo eso, la mujer alzó las cejas con asombro.
— ¿Alquilar juntos? — Haze rápidamente sintió su sangre helarse en cuanto dijo eso, y sin dudarlo dos veces, se excusó.
— E-Es que s-somos compañeros de escuela, e-e iremos a la misma universidad, así que para recortar gastos queremos alquilar algo juntos, y así empezamos a acostumbrarnos a la convivencia.
— Oh, entiendo — dijo ella mientras sonreía cálidamente — En ese caso, pueden quedarse aquí si gustan.
— ¡¿De verdad?! — dijo Haze mientras alzaba las cejas con asombro.
— ¡Claro! tengo una habitación extra desde que mi nieto se fue, y dado que ambos han sido tan amables, encantada les ayudaré.
— ¡Se lo agradezco enserio! — comentó tomando la mano de la mujer para apretarla con fuerza — ¡Le prometo que seremos puntuales con el alquiler!
— Descuida cariño, no te preocupes por eso — dijo ella mientras miraba de reojo al sujeto pelirrojo que caminaba hacía ellos cargando un par de cajas — ¿Estás bien, hijo? Esas cajas son bastante pesadas.
Jessie miró con recelo a la mujer en cuestión, todo mientras sujetaba las cajas entre sus brazos como si no fueran nada para él, y apenas se acercó a ellos, las dejó en el piso.
— Él juega futbol, por eso no le pesan las cajas — dijo Haze tratando de justificar la actitud de su novio, logrando que la mujer le mirara con asombro.
— Oh, comprendo, eso es genial — dijo ella mientras le ofrecía un vaso de jugo a Jessie, este lo miró un rato con recelo, pero luego de ver la mirada pasivo-agresiva que Haze le dedicaba, decidió tomar el jugo — ¿Cuándo planean mudarse?
— ¿Será posible que podamos venir mañana mismo? — en cuanto Haze dijo esto, Jessie le miró con asombro y algo de seriedad.
— ¡Oh por supuesto! — dijo la mujer tranquilamente — Solo debo limpiar algunas cosas.
— Nosotros podemos hacer eso — comentó mientras sonreía ampliamente.
— ¿Haze? — murmuró Jessie mientras lo veía con atención.
— La mujer nos ofrece alquilarnos una habitación, ¿no es genial? — comentó sonriendo ampliamente.
— ¿Enserio? — cuestionó viendo a la mujer de cabello blanquecino, quien asintió mientras se daba vuelta para volver a su hogar.
— Iré por más hielo, no tardo nada.
En cuanto ambos se quedaron solos, Jessie miró a Haze con semblante confuso, mientras el pelinegro miraba a su pareja con algo de seriedad.
— ¿Estás seguro de que es una buena idea?
— Estamos lejos de nuestros padres, ¿no es eso lo que querías?
— Sí pero, ¡Haze mira el panorama! esa señora vive sola por algo, ¡¿qué tal si es una conservadora extremista?! ¡¿qué crees que hará cuando sepa "esto"?! — dijo mientras los señalaba a Haze y a él, haciendo que el pelinegro suspirara con fastidio y fuera rumbo al garage a por más cajas.
— Es una pobre ancianita, Jessie — dijo mientras tomaba una caja y la alzaba con algo de dificultad, hasta que Jessie dejó de lado el vaso de limonada y le quitó la caja para ayudarle a no cargar tanto peso.
— ¿Recuerdas lo que me dijiste sobre leer entre líneas? pues ahora no lo estás haciendo.
— ¡Es una pobre mujer solitaria, no hay mucho que leer!
— Cuando una persona envejece solitariamente es por una buena razón.
— Si sigues actuando así te haré dormir con el perro — amenazó mirándole con algo de severidad, a la que el pelirrojo correspondió sin dudarlo dos veces.
— Dormiré con el perro si tanto quieres eso, Sasha.
— ¿"Sasha"? ¡bien! — dicho esto, se apartó de él para salir de aquel garage, siendo seguido por Jessie, quien sujetaba con fuerza aquella caja entre sus brazos, maldiciendo entre dientes los obstinado que podía llegar a ser su querido novio, eso le asombraba un poco, sobre todo considerando lo tímido y reservado que se mostraba casi siempre ante los demás.
-
Luego de ayudar a la mujer a mover algunas cajas más, aquella dama los invitó a ambos a comer, cosa que le causaba mucho recelo a Jessie, pero a Haze parecía darle igual, sacando de quicio al pelirrojo.
— Qué estofado tan bueno, señora Magda — dijo Haze mientras daba otra probada a dicha comida.
— Te lo agradezco, tesoro; a mi difunto esposo le encantaba, siempre se lamía el plato cuando acababa de comer.
— Ah, ¿así que su esposo falleció? cómo lo siento — murmuró mientras miraba al sujeto que estaba frente suyo, comiendo mientras miraba a la nada con seriedad.
— Sí, fue hace mucho tiempo, pero siempre lo recuerdo con cariño — dijo ella mientras se acercaba a la mesa sujetando una enorme olla de comida — ¿Quieres un poco más, Jessie?
— No gracias, estoy bien así — dijo tratando de sonar indiferente.
— Dele un poco más, por favor, él entrena mucho, debe comer suficiente — dijo Haze mientras miraba a su pareja con detenimiento, arqueando una ceja para indicarle al pelirrojo que comiera un poco más, cosa que este hizo, no sin antes gruñir entre dientes.
— Vaya que ustedes dos son unidos, ¿hace cuánto que se conocen?
— Sí Haze ¿hace cuánto? — preguntó mientras arqueaba una ceja y miraba receloso al pelinegro, quien tragó en seco al no saber qué responder, ya que realmente no sabía qué decir al calcular el tiempo que llevaba conociendo a Jessie, sobre todo al considerar que, según él, hace años que eran compañeros de escuela.
— Emm... m-mucho tiempo — murmuró sonriendo tímidamente — T-Tanto que no sé qué decir.
— Jajaj, lo entiendo bien — dijo ella para apartarse de la mesa y volver a la cocina, dejando solos a los dos chicos en cuestión.
— ¿Ni siquiera sabes hace cuánto que te conozco? — dijo incrédulamente, haciendo a Haze agachar apenado la mirada.
— Teniendo trato, no llevamos mucho tiempo, pero me conoces desde hace tres años ¿qué se supone que debería decir?
— ¿Alguien quiere postre? — dijo la mujer mientras llegaba con pie de manzana y dos platos, haciendo a Haze sonreír algo apenado.
— Gracias Magda, pero deberíamos irnos ya, se hace tarde y mañana debemos madrugar — dijo Haze mientras se levantaba del comedor — Vendremos mañana a primera hora.
— Oh, entiendo — dijo ella con algo de decepción, logrando conmover mucho a Haze — Bueno, los espero mañana temprano entonces.
— ¿Cuánto será lo del alquiler? — preguntó el pelirrojo, logrando que Haze le mirara con algo de asombro y seriedad.
— Oh, ya les diré después, por ahora vengan y arreglen todas sus cosas ¿de acuerdo?
— Sí pero me gustaría saber cuánto será, para poder verificar que tengamos suficiente dinero.— El dinero no será problema — dijo ella para palmear el hombro de Haze y sonreírle tranquilamente — Gracias por haberme ayudado hoy, de no haber sido por ustedes, aún estaría sacando esas pesadas cajas.
— Fue un placer, Magda — dijo Haze mientras palmeaba suavemente la mano ajena — A primera hora mañana.
— De acuerdo — dijo ella mientras los acompañaba a la puerta, mientras Haze y Jessie caminaban con la mirada agachada, como si quisieran ignorar al otro.
Al terminar de despedirse de aquella mujer, ambos empezaron a caminar hacía la casa de Lina, manteniendo un abrumador silencio a medida que iban avanzando.
-
Finalmente llegaron a casa de Lina, sin siquiera dirigirse la mirada el uno al otro, a Haze le enojaba la actitud de Jessie, y a Jessie le fastidiaba que Haze fuera tan desconfiado y blandengue con los desconocidos, "conmigo nunca fuiste así" pensaba amargamente, y hacerlo solo empeoraba su molestia.
— ¡Chicos! — escucharon una voz femenina acercarse a ellos en cuanto entraron a la sala, se trataba de Coral, quien caminó hacía ambos con una larga sonrisa, pero Jessie la ignoró y subió a la habitación, todo mientras Haze se quitaba la capucha para ver a la de cabello azul con detenimiento.
— Hola Coral, ¿cómo has estado? — habló mientras suspiraba sutilmente — Ya sabemos lo de la mudanza, así que quiero que sepas que mañana mismo nos iremos.
— Sí chicos, sobre eso, enserio quiero disculparme por hacerles esto, es que mis padres— trató de hablar, pero la voz de Haze le interrumpió.
— No te preocupes, lo entiendo perfectamente — murmuró sonriendo de forma algo incómoda, se sentía demasiado frustrado como para lidiar con esa situación, pero tampoco quería ser grosero.
Miró de reojo cómo el pelirrojo bajaba con unas mantas y las colocaba en el sofá, cosa que le hizo arquear una ceja con seriedad.
— ¿Quieren café? — preguntó Coral, mientras arqueaba la ceja con algo de incomodidad por las expresiones serias de ambos.
— Sí por favor — dijo Haze mientras sonreía de forma forzada.
Apenas Coral se fue, caminó hacía Jessie para ver con seriedad cómo se disponía a arreglar el sofá.
— ¿Qué crees que haces? — preguntó cruzándose de brazos.
— Dormiré aquí con Boby — respondió en seco, sin si quiera voltear a ver al pelinegro.
— ¿Te das cuenta de que actúas como un tarado? — en cuanto escuchó eso, Jessie volteó a ver a Haze con absoluta seriedad.
— ¡¿Y tú qué eres?! ¡¿te crees un genio por ayudar a una completa extraña que se vé a kilómetros que es una arpía?!
— ¡¿Arpía?! ¡¿Jessie qué tienes en el cerebro?!
— ¡¿Sabes lo que más me enoja?! ¡¡tu maldito argumento de "no juzgues antes de conocer a la gente", sobre todo considerando que a mí sí me juzgaste a primera vista!!
— ¡¿Te juzgué?! ¡¡si te hubiera juzgado a primera vista, no estaría viviendo contigo!!
— ¡Di lo que te dé la maldita gana, no me importa! ¡así como a ti tampoco te importa mi opinión para nada!
— ¡Tú fuiste el que dijo que no debíamos vivir cerca de nuestros padres! ¡¡Te estoy complaciendo!! ¡¡¿cuál es tu problema?!!
— ¡¡Mi problema, Sasha, es que somos dos en esto!! ¡¡dos!! ¡¡no un idiota que decide y otro idiota que hace lo que el primero diga!! ¡¡pudiste preguntarme si quería vivir en ese maldito barrio con esa anciana decrépita!!
— ¡¡Jessie no seas tan grosero!!
— ¡¡Oigan!! — clamó cierta chica pelirroja que llegaba con ellos — ¡¡¿qué carajo son esos gritos?!! ¡¡si quieren pelear háganlo arriba!!
— ¡¡No te metas en esto!! — gritó el pelirrojo, logrando que su hermana lo mirara con odio absoluto.
Haze tomó de la muñeca a Jessie para llevarlo arrastras al piso de arriba, apretando la muñeca ajena cada que él trataba de zafarse de su agarre, y fue ahí donde ambos lograron darse cuenta de un detalle muy importante sobre su relación, ambos a pesar de encajar tan bien al principio, y a pesar de la "personalidad calmada y pacífica de Haze" ambos eran como agua y aceite, cosa que aún a ellos mismos les sorprendía considerablemente.
Continuará
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- Gema
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