— ¡A-Ah, J-Jessie! — clamó al sentir una fuerte embestida contra su cuerpo — J-Jessie, p-por favor más lento.

— ¿Lento, Cherry? pero si se nota que te gusta — murmuró mientras azotaba sus caderas contra el cuerpo ajeno, mirando embobado cómo los glúteos de Haze rebotaban con cada movimiento suyo — Esta vista me fascina.

— J-Jessie — gimió volteando la mirada, observando con ojos sumisos al chico pelirrojo — Lento, por favor.

— Mgh — gruñó entre risas para hacer caso a las palabras de Haze, y proseguir con un vaivén más lento, todo mientras sujetaba con firmeza las caderas de su pareja — ¡A-Ah Haze!

— ¡J-Jessie! — clamó mientras apretaba con fuerza aquellas sábanas blancas — R-Rico.

— ¿Rico? — preguntó juguetonamente mientras seguía moviéndose sin titubear, jadeando mientras observaba embelesado la delgada figura de Haze debajo suyo — Quiero más, Haze.

— E-Espera — susurró el pelinegro mientras volteaba a verlo — D-Déjame acostumbrarme.

— ¿Porqué hoy estás tan rígido? normalmente no te cuesta adaptarte.

— E-Es que estar así me pone nervioso — admitió mirando a otro lado, Jessie sonrió con ternura para acercarse a la mejilla ajena y besarla con ternura.

— Mgh, ¿te pone nervioso que no estemos solos? — murmuró abrazando desde atrás al pelinegro para empezar a moverse de forma lenta pero muy brusca, sacándole a Haze suaves gemidos de intenso placer.

— ¡Ah, Jessie! — clamó arqueando la espalda — ¡A-Así!

— ¿Así Cherry? — preguntó acelerando su vaivén y susurrándole al oído — Me encanta tu disfraz, Haze, nunca creí verte así, te ves tan atrevido.

— ¡A-Ah, J-Jessie! — clamó dejando que el pelirrojo se moviera a sus anchas, gozando totalmente de las embestidas ajenas — ¡¡J-Jessie por favor no pares!!

— ¿Crees realmente que voy a detenerme? no hasta que te haga venirte, Cherry — dicho esto, dió una fuerte mordida en el hombro ajeno, a la par que daba bruscas embestidas al cuerpo de Haze, quien gemía con desespero mientras apretaba las sábanas sobre las que estaba, su vista estaba algo nublada, su rostro ardía considerablemente, pero increíblemente, se sentía genial de esa forma.

Los gemidos de ambos llenaban toda esa habitación, afortunadamente la música afuera impedía que alguien más descubriera lo que ese par de enamorados estaban haciendo, aunque a ambos empezó a importarles poco que alguien los escuchara, sobre todo cuando el fuego de la pasión inundó a ambos por completo.

— ¡Jessie, m-me quiero venir! — dijo entre gemidos mientras sacaba la lengua.

— ¿Ya quieres? — preguntó entre gemidos algo agitados y roncos, azotando con más fuerza las caderas ajenas.

— S-Sí, ha-hazme tuyo — susurró mientras se acercaba a la boca de Jessie y la mordía con fuerza, cosa que hizo al pelirrojo Gruñir y tomarle del cuello con algo de fuerza.

— Oye, ¿y esto qué? — preguntó juguetonamente mientras le daba embestidas más fuertes, haciendo al pelinegro gemir de forma más intensa — ¿De dónde sacas esas ideas, eh?

— N-No sé, e-es que me gust-¡ah, ahí, Jessie ahí!

— Termina de hablar, quiero oírte — dijo tomándole del cuello para obligarlo a alzar la mirada, y así, verlo fijamente a los ojos mientras lo embestía con fuerza — Dime Haze, ¿tanto te gusto?

— ¡¡Jessie, tú me encantas!! — gritó sacando la lengua — A-Amo hacerlo contigo.

— Yo también lo amo, amo todo de ti — murmuró entre gruñidos lujuriosos, mordiéndose los labios mientras jadeaba en la cara de Haze — Cherry estoy cerca, y-ya no aguanto.

— No aguantes más, dame todo de ti — dijo mientras movía las caderas con algo de dificultad, movimiento que hizo que el pelirrojo sonriera de forma juguetona, lo tomara de las caderas con firmeza, y empezara un brusco vaivén que hizo a Haze temblar y gemir de forma sumamente brusca.

Apretó con fuerza las sábanas debajo suyo mientras sentía la fuerte corriente del orgasmo recorrer su cuerpo, orgasmo que le hizo venirse de golpe sobre aquellas sábanas blancas en las que estaba, aunque el placer se multiplicó en cuanto sintió cómo Jessie se enterraba de golpe en su cuerpo y comenzaba a venirse de golpe, cosa que les hizo a ambos gritar al unísono.

— ¡A-Ah, J-Jessie! — murmuró mientras el último ápice del orgasmo abandonaba de a poco su cuerpo — E-Eso fue—

— Increíble — murmuró hundiendo su cara en el hombro ajeno — Oh Dios, Haze, me vas a matar ¿sabes?

— Me duelen las piernas — dijo tratando de recostarse en la cama.

— Perdona, ¿me excedí? — preguntó mientras se bajaba de la espalda de Haze para recostarse en la cama junto a él, viendo fijamente el techo de aquella habitación.

— No, fue muy bueno — dijo sonriendo de forma tímida mientras jugueteaba con uno de los mechones rojizos de Jessie — ¿Crees que alguien nos haya oído?

— Lo dudo, pero si lo hicieron ¿qué importa? al fin y al cabo somos pareja, es normal que hagamos estas cosas — dijo alzando los hombros de forma despreocupada, Haze sonrió tímidamente al oír las palabras ajenas.

— Me gusta como suena eso — susurró mirando el mechón rojo entre sus dedos.

— ¿Tener sexo donde queramos? — preguntó coquetamente, Haze negó con la cabeza mientras mantenía la mirada agachada.

— ... Que seamos pareja — admitió alzando la mirada, haciendo a Jessie sonrojarse y sonreír ampliamente.

— A mí también me gusta eso — susurró acercándose a Haze para abrazarlo y besarlo lentamente de manera muy apasionada pero llena de ternura, besos a los que Haze no dudó dos veces en corresponder.

— Gracias por venir conmigo hoy — dijo entre suaves besos.

— No te habría dejado solo jamás, Cherry — dijo entre besos mientras acariciaba las caderas de Haze con sutileza — Tu piel es muy suave.

— La tuya igual.

— No mientas, la mía está muy deteriorada — dijo riendo por debajo.

— Pero es muy suave, me encanta — dijo acercándose al pecho de Jessie para pegar la cara en esta zona, haciendo al pelirrojo reír algo apenado.

— Bien bien, ya entendí, ¿puedes dejarme ir, conejito sucio? — dijo entre risas mientras acariciaba el cabello de Haze.

— No soy sucio, solo estoy en celo — dijo de forma natural y muy inocente, cosa que hizo a Jessie reír y mirarlo con asombro.

— Me empieza a asustar el cómo te estás soltando, Cherry — dijo juguetonamente mientras le acariciaba el cabello — Me pregunto qué otra cosa escondes bajo esa carita de timidez.

— No mucho en realidad — admitió tomando la mano ajena para besarla suavemente — Tú eres el que me da estas ideas.

— ¿Osea que soy el culpable de tu lujuria?

— Así es — respondió sonriendo coquetamente.

— Mh, nunca me alegró tanto saber que soy culpable de algo — dicho esto, tomó las mejillas de Haze para besarlo de forma lenta y apasionada, a la que el pelinegro correspondió sin dudarlo dos veces.

-

— ¡Shh! — susurró Jessie mientras caminaba sujetando el brazo de Haze, quien reía y tarareaba en voz baja mientras sujetaba con su mano libre una botella de licor que robaron de la cocina de Miles al marcharse de su fiesta.

— ¡Hay que ir a pedir dulces! — dijo el de ojos azules mientras tomaba los hombros ajenos, el pelirrojo rió por debajo para acariciarle las mejillas, viendo de arriba a abajo la delgada figura de Haze (que era cubierta por un suéter gris bastante largo que encontraron en una de las habitaciones de Miles).

— Tal vez después, Cherry, por ahora me gustaría que caminemos un poco más.

— ¿Porqué? ¿vamos a comer hamburguesas?

— ¿Realmente amas las hamburguesas, eh? — preguntó juguetonamente mientras rodeaba el cuello ajeno con su brazo.

Siguieron caminando hasta que llegaron a un parque no muy transitado, lugar donde la única fuente de luz era la enorme luna sobre ellos, de resto, todo estaba a oscuras, aunque esto no desagradó al par de enamorados en absoluto.

— ¿Qué hacemos aquí, Jessie? — preguntó Haze con la lengua algo trabada por el alcohol.

— Solo quiero que estemos un rato a solas, ¿no te agrada la idea? — preguntó mientras se sentaba estilo indio y le sonreía de lado a Haze, quien sonrió de vuelta y se sentó junto a él para verlo con atención.

— Por supuesto que me gusta — murmuró tomando la mano ajena para besarla tímidamente, cosa que hizo a Jessie sonreír coquetamente — Tienes moretones aquí — dijo señalando un golpe en los nudillos de Jessie.

— Ah sí, es normal, siempre tengo golpes en las manos — murmuró mientras apartaba su mano y la ocultaba bajo su ropa — No me pone orgulloso admitir que soy un bruto frente a ti, pero ¿qué puedo decir? los problemas siempre me persiguen, y jamás he sabido cómo deshacerme de ellos.

— Entiendo — murmuró tomando la botella de licor para darle un trago seco, arrugando su expresión a causa del fuerte sabor de dicha bebida, cosa que hizo a su pareja reír por debajo — ¿Me enseñas a golpear?

— ¿Qué cosa? — preguntó algo risueño y abrumado.

— Quiero aprender a golpear, para así poder defenderme cuando tú no estés cerca — murmuró mientras se acercaba un poco al rostro ajeno.

El pelirrojo rió por debajo para tomar el cuello ajeno y besar hambrientamente al pelinegro, besos a los que Haze correspondió sin dudarlo dos veces.

— Bien — dijo al apartarse de ese beso, para acto seguido, levantarse del suelo y hacerle una seña a Haze para que hiciera lo mismo — Ven aquí, Cherry.

El pelinegro se levantó del pasto para pararse frente a Jessie, sonriendo juguetonamente mientras apretaba los puños.

— Bien, dame tu mejor golpe — dijo mientras colocaba su mano abierta frente a Haze, quien tomó algo de vuelo y lanzó un golpe a la mano ajena, pero perdió por un momento el equilibrio y se tambaleó un poco, haciendo que Jessie lo sujetara para evitar que cayera al suelo — Jej, creo que hay que mejorar tu izquierda.

— Soy muy torpe — murmuró apenado mientras ocultaba su rostro en el cuello ajeno.

— No Cherry, no eres torpe, solo estás algo perdido por el alcohol — dijo tomándolo de las muñecas para sonreírle ampliamente — Una vez más ¿de acuerdo?

Haze asintió con la cabeza para apartarse un poco y volver a apretar los puños, y en cuanto Jessie se puso en posición, le lanzó un golpe certero contra su mano, golpe que hizo al pelirrojo jadear y mirarlo con asombro.

— Carajo, ese sí fue bueno — dijo sacudiendo un poco su propia mano.

— ¡¿Enserio?! — clamó asombrado y con mucha emoción.

— Así es, si golpeas a Trevor así estoy seguro de que no volverá a molestarte.

— No lo creo, tú eres más fuerte que yo, y él te sigue molestando — dijo mientras se acercaba a él para abrazarlo de la cintura, cosa que hizo a Jessie sonreír juguetonamente.

— ¿Es idea mía, o sigues algo caliente, Cherry? — preguntó coquetamente, haciendo que el de ojos azules mirara a otro lado con vergüenza.

— ¿Si eso fuese verdad, estaría mal? — preguntó mientras se mordía el labio inferior y miraba a Jessie con timidez; el de ojos verdes sonrió coquetamente para pegarlo más a su cuerpo y besarlo hambrientamente.

— En absoluto — dicho esto, lo guió hacía un árbol que estaba cerca de ellos para recostar a Haze de este mismo y seguir besándolo de forma poco sutil, mientras sus manos exploraban cada rincón del delgado cuerpo del chico pelinegro, quien jadeaba ante cada tacto de parte de su contrario.

— Jessie — susurró entre besos mientras tomaba el cuello ajeno y pegaba su frente con la del pelirrojo — No me dejes, te lo suplico.

— No lo haré, Haze, es una promesa — respondió entre besos — Eres mío, y yo soy tuyo, no nos vamos a alejar el uno del otro jamás.

Su vista empezaba a nublarse, su boca solo lograba frotarse contra la de Jessie, el alcohol lo tenía demasiado perdido como para poner orden en sus ideas y sus palabras, pero, inconscientemente, una palabra brotó de sus labios, palabra que él empezaba a sentir, pero tenía miedo de estar malinterpretando las cosas, por lo que no quería apresurarse en decirlo, lástima que su borrachera tenía otros planes para él.

— Te amo — susurró débilmente mientras sujetaba el cuello ajeno, haciendo que el sujeto de ojos verdes se quedara helado y lo mirara con asombro absoluto.

— Haze... ¿l-lo estás diciendo enserio? — preguntó mientras miraba atentamente al chico pelinegro, quien sonrió algo perdido mientras volvía a tomar los hombros ajenos para besar a Jessie de forma algo torpe, pero muy apasionada.

Su pecho latía con mucha fuerza, aunque ver el estado de embriaguez del pelinegro, hizo que él no quisiera hacerse muchas ilusiones, aunque de todos modos oír esa última frase de parte de su pareja, le hizo sentir una emoción tremenda.

— Yo también te amo, Cherry — dijo entre besos lascivos, haciendo al pelinegro jadear de forma poco sutil.

-

Un ligero aroma a carne le hizo abrir poco a poco los ojos, sorprendiéndose al notar que al parecer estaba en la habitación que compartía con Jessie desde hace días, solo que no recordaba exactamente cómo había llegado hasta dicho sitio.

Volteó la mirada al sentir una respiración en su cuello, sonrojándose totalmente al ver al chico pelirrojo dormir a su lado, abrazándole desde atrás y manteniendo su rostro pegado del cuello de Haze, logrando que este sonriera tímidamente y le diera un cálido beso en la frente.

— Buenos días — murmuró mientras se colocaba frente a Jessie para empezar a besarle los labios suavemente, jadeó al notar que ambos estaban sin ropa, aunque poco o nada le importó, ya que su relación ya se había vuelto bastante íntima y candente.

— Hola — susurró mientras abría de a poco los ojos, sonriendo al ver al chico pelinegro frente a él — Es lindo despertar y que seas lo primero que vean mis ojos.

— Digo lo mismo — murmuró pasando su mano por el rostro ajeno — No recuerdo mucho de anoche, ¿a qué hora volvimos?

— Luego de que nos besáramos un poco más en el parque, te traje a casa sin que Lina o Coral se dieran cuenta, y... — deslizó suavemente su mano por las caderas ajenas — Te hice morder la almohada otro poco.

— ¡Eres un sucio! — dijo entre risas tímidas.

— ¿Yo? el que me lo pidió fuiste tú, con esa boquita tan dulce y que parece tan tímida, pero que suelta las cosas más lascivas que haya podido oír en mi vida — murmuró mientras se sentaba en la cama frente a Haze para tomarlo de la mejilla y acariciar sus labios con su dedo pulgar, haciendo al pelinegro sonreír embobado mientras un gran rubor inundaba sus mejillas.

— Jessie — susurró tratando de besar los labios ajenos, aunque se detuvo en seco al oír cómo alguien tocaba la puerta de dicha habitación con insistencia.

— ¡¡¿Acaso creen que este es un maldito hotel?!! ¡¡levántense ya!! — clamó una mujer al otro lado de la puerta, haciendo al pelirrojo gruñir de mala gana.

— Qué maldita molestia — dijo Jessie mientras se recostaba en la cama y usaba ambos brazos como almohada.

— No te amargues desde temprano, Jessie — dijo Haze mientras se recostaba en el pecho ajeno, disfrutando del calor corporal de su pareja — No me gusta que mi novio empiece su día enojado.

— Lo sé, solo — chasqueó su lengua con molestia mientras recordaba amargamente una conversación que tuvo la noche anterior con su hermana, conversación que le puso los nervios de punta, sobre todo porque eso lo dejaba en una situación complicada, tanto a él, como al chico de ojos azules — Es molesto oír a Lina desde tan temprano.

— Descuida, ya nos vamos a la escuela — dijo Haze mientras alzaba la mirada y le sonreía ampliamente, sonrisa a la que Jessie correspondió mientras tomaba las mejillas ajenas y las acariciaba con dulzura.

— ¿Qué hice para merecerte? — preguntó mientras se sentaba en la cama para besar dulcemente los labios de Haze — Vé a ducharte para irnos, Cherry.

— Bien — murmuró para dar un último beso al chico pelirrojo y levantarse de la cama usando la manta para cubrir su cuerpo mientras avanzaba al baño, cosa que hizo a Jessie sonreír de lado con ternura, aunque su semblante cambió en cuanto empezó a recordar amargamente la conversación de la noche anterior con su hermana.

— Estoy caliente — susurró con la lengua algo trabada mientras entraban a la sala de dicho hogar, el pelirrojo le sujetaba de las caderas para evitar que cayera al suelo de forma brusca.

— Calmate, conejito en celo — dijo con diversión para cargarlo en sus brazos y besarle la boca con deseo — Ya voy a darte lo que tanto quieres.

— ¿Tu tesoro, mi lindo pirata? — preguntó maliciosamente y algo perdido, dejándose llevar por su novio, quien empezó a subir las escaleras de la habitación, pero se detuvo en seco al ver a cierta chica pelirroja parada junto a la puerta de su habitación, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.

— Al fin aparecen — dijo de mala gana.

— ¿Qué mierda quieres, Lina? — dijo de mala gana.

— Necesito hablar contigo de algo — dijo ella mientras caminaba detrás de su hermano, quien abrió la puerta de su cuarto para entrar al mismo, y dejar a su novio acostado boca arriba sobre la cama.

— Dame un minuto ¿sí? — susurró mientras se apartaba un poco de Haze, pero este le tomó de los hombros para besarlo hambrientamente — Mgh, Cherry.

— No te vayas — puchereó mientras rozaba sus labios con los de Jessie — No me gusta que estés lejos.

— Solo hablaré con Lina y regreso, ¿de acuerdo?

— Bien, pero no tardes — dijo mientras miraba de reojo hacía la hermana de Jessie, quien le dedicaba un semblante sumamente severo — No me estés mirando así, no es mi culpa que tu hermano coja rico.

— ¡Haze! — clamó Jessie mientras reía y lo miraba con asombro absoluto, y Lina lo miraba de manera incrédula.

— Ejem — carraspeó nuevamente la pelirroja, haciendo que su hermano finalmente se apartara de su novio y saliera de la habitación para hablar a solas con ella.

— ¿Qué pasa? — dijo Jessie de mala gana, haciéndole fruncir el ceño mientras lo observaba incrédulamente.

— Los padres de Coral están enojados con ella, no se tomaron a bien que ella le diera alojamiento a "homosexuales liberales" — dijo con desagrado mientras rodaba los ojos, haciendo que Jessie frunciera confundido el ceño.

— ¿Qué intentas decir? — la pelirroja tomó aire mientras pensaba de qué forma suavizar el golpe, no le gustaba que su hermano se quedara con su novio, pero odiaba absolutamente las circunstancias en las que se estaban dando las cosas.

— Quieren que se vayan — dijo mientras suspiraba pesadamente, sus palabras hicieron a Jessie fruncir el ceño con seriedad absoluta.

— ¡¿Qué?! Lina tienes que estar jodiéndome.

— ¡No te estoy jodiendo, es enserio! — dijo mientras tomaba aire — Si para el lunes no se han ido, nos echarán a todos, y con todos me refiero a mí y a Coral también.

— ¿Porqué esos ancianos dijeron eso?

— ¡¿Cómo que porqué, Jessie?! — dijo ella incrédulamente — ¡Son ancianos conservadores y ultra homofóbicos! ¡¿realmente te sorprende que tomen una decisión de este tipo?!

— Jaj, sí claro — murmuró mientras volteaba a verla incrédulamente — Y a ti te conviene que esto pase, porque así puedes deshacerte de nosotros y lavarte las manos echándole la culpa a los viejos.

— Puede que me lleve mal contigo, Jessie, pero de ahí a echarte a la calle como a un perro, hay un largo camino.

— Ahórrate tus excusas sinsentido, Lina, no me interesan — dicho esto, se apartó de ella para volver a entrar a la habitación, cerrando con fuerza la puerta detrás de sí, su pecho empezaba a latir con mucha fuerza, a causa de la rabia y la impotencia que sentía por la manera en la que su hermana lo estaba echando a la calle.

— ¿Jessie? — preguntó Haze mientras veía al pelirrojo llegar, sorprendiéndose al sentir cómo lo tomaba de forma brusca de los brazos y lo besaba hambrientamente — Mgh.

— Ven Cherry, quiero hacerte gemir otro poco — dijo mientras empezaba a quitarle la ropa a Haze nuevamente, por fuera parecía totalmente consumido por el loco deseo, aunque por dentro, estaba empezando a entrar en pánico absoluto, al no tener idea de lo que le deparaba el futuro a él y a su pareja.

Suspiró pesadamente mientras recordaba con amargura ese momento, y un sentimiento de pesadez se adueñaba por completo de su ser, odiaba sentir que estaba fracasando en su promesa de proteger a Haze y brindarle estabilidad, lo menos que quería era que el pelinegro sufriera carencias y dificultades por su culpa, él ya estaba acostumbrado a llevar una vida pesada, pero Haze no lo merecía, no quería que su novio sufriera todo eso que él sufría a menudo, debía buscar algún tipo de solución a su problema, y rápido.

Continuará

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- Gema