33 - 'Verdadero Hogar'
Bajaba sigilosamente las escaleras de aquel hogar, "quédate en la habitación" le dijo su pareja, pero él odiaba sentir que era un parásito que no ayudaba en absoluto, así que quería tratar de hacer algo para no sentirse tan inútil.
Llegó hasta la cocina finalmente, lugar donde estaba la chica de cabello azul moviendo algo de carne con una cuchara de madera.
— Eso huele bien — dijo él mientras caminaba hacía ella, logrando que esta volteara a verlo y le sonriera cálidamente.
— Ah, hola Haze — dijo ella mientras bajaba la llama de la cocina — Te lo agradezco. ¿Necesitas algo?
— N-No, solo quería saber si podía ayudar en algo — dijo mientras se rascaba la nuca — No me gusta estar arriba sin hacer nada, siento que es muy descortés de mi parte.
— Oh Haze, no digas esas cosas, eres un invitado, descortés sería forzarte a limpiar y cocinar.
— Igual quisiera ayudar, estar allá arriba es algo aburrido — murmuró entre risas tímidas, haciendo que la contraria le mirara atentamente y le sonriera de igual forma.
— Bueno, siendo así, ¿puedes ayudarme cortando esos tomates de allá? — dijo señalando unos tomates que estaban en la mesa junto a un cuchillo y una tabla de picar. Haze rápidamente asintió para ir a dicho sitio y disponerse a hacer lo que le pidieron.
— ¿Lina dónde está? — preguntó recogiendo las mangas del suéter de Jessie.
— Fue a comprar cerveza — dijo riendo por debajo — Esa chica es igual de tosca que un granjero.
— Ya veo — murmuró tomando el cuchillo y empezando a cortar — Me pone muy nervioso cuando Jessie y ella discuten, se nota que tienen el mismo genio.
— Y vaya que lo tienen — dijo con algo de fastidio — Esos dos podrían matarse discutiendo por la idiotez más mínima, aunque admito que Lina es la más explosiva de ambos.
— Y Jessie el implosivo pero ridículamente tosco — murmuró con algo de pesar mientras cortaba los tomates.
— ¿Eso te preocupa, no es así? — dijo ella mientras volteaba a verle.
— ¿P-Perdón? — murmuró alzando la mirada.
— ¿Te preocupa que Jessie sea agresivo contigo?
— N-No, en absoluto, él solía ser algo tosco, pero ya eso quedó atrás, desde que estamos juntos jamás ha sido agresivo conmigo, s-solo un poco severo, pero es porque se preocupa por mí y no quiere que me hagan daño, así que lo entiendo.
— Bueno, y si ya entiendes todo eso ¿porqué parece incomodarte su actitud "implosiva y tosca?" — preguntó moviendo la carne nuevamente.
— ... Solo me preocupa que se meta en problemas graves por eso — dijo tomando aire — Me asusta que querer arreglarlo todo a golpes le pase factura en el futuro.
— Te entiendo — dijo ella mientras tomaba algo de carne para probarla — Me pasó algo similar con Lina, haber crecido entre hombres hizo que se creyera capaz de llegar a los golpes con cualquier sujeto que le hiciera enojar. Un día en la universidad, un tipo le dijo algo que la hizo enojar, ella le dijo que lo golpearía, y empezaron a pelear.
— ¿Y qué pasó?
— Que a la idiota de mi novia la mandaron a la enfermería con un trauma severo en la cabeza — dijo suspirando pesadamente — Ese día casi sufrí un infarto del susto, desde entonces ha sido más precavida, pero sigue siendo una imbécil temperamental.
— Es eso lo que me preocupa con Jessie, el otro día tenía las manos hinchadas por golpear cosas, y-y me asusta lo que podría llegar a ocurrir en el futuro.
— Pues, un consejo que te doy, de novia preocupada a novio preocupado — dijo acercándose a él para palmearle el hombro — Déjale en claro lo mucho que te preocupan sus arrebates agresivos, si él realmente te quiere, tratará de cambiar para no hacerte sufrir.
Dichas palabras hicieron que Haze mirara a otro lado mientras meditaba lo que Coral le decía, y recordar lo que él le dijo en la tarde, le hizo sonreír de lado con tranquilidad.
— Gracias Cory, es un buen consejo.
— Tengo muchos si te interesa, salir tanto tiempo con una Dalton hace que sepas cómo lidiar con esos desquiciados — dijo entre risas a las que Haze le correspondió sutilmente.
— Realmente tengo mucho que aprender — dijo rascándose la nuca — quiero que las cosas con Jessie salgan bien.
— ¿Es el primer chico con el que vives?
— Es mi primer todo — admitió sonriendo tímidamente, logrando que Coral le mirara con atención — Es...es un poco tonto, porque tenemos muy poco tiempo juntos, pero... y-yo la verdad me siento muy bien con Jessie, lo adoro, y-y no quiero alejarme de él.
— Lo entiendo — dijo Coral mirándole atentamente — Se te nota en los ojos que estás enamorado de él, y él de ti — murmuró sonriendo tranquilamente, sus palabras hicieron que un gran sonrojo inundara las mejillas de haze, y una sonrisa tímida se dibujara poco a poco en su rostro.
— Sí... lo estoy — admitió con la voz algo baja y sonriendo cálidamente, él creía que solo sentía atracción física por Jessie cuando empezaron a salir, pero, el tiempo que pasaban juntos, cómo su corazón latía de la emoción cuando estaba con él, le hizo darse cuenta de que se había enamorado de Jessie, sin siquiera haberlo notado.
-
Caminaba por aquella calle fría y solitaria, el viento soplaba con algo de fuerza, llevándose las hojas color bermellón que caían de los árboles y cubrían el pavimento, lo típico en aquella época del año.
Sonrió de lado al oír el fuerte ladrido de cierto animal al que vió crecer, y quien apenas notó su presencia, empezó a ladrar con entusiasmo.
— Hola amigo — murmuró al llegar a ese jardín para acariciar la cabeza del canino — ¿Me extrañaste?
— ¡¡Cállate ya, maldito perro!! — gritó una mujer pelirroja que abría la puerta de aquel hogar y salía con intenciones de arrojarle un zapato al perro, pero detuvo sus acciones al ver a cierto chico pelirrojo parado en la puerta de su jardín, a quien miró con absoluta indiferencia, mirada que toda la vida torturó al chico de ojos verdes — Ah, eres tú.
— Hola, mamá — murmuró mientras abría la puerta del jardín y entraba a este mismo, mirando con atención a su progenitora — Papá me dijo que viniera por mis cosas.
— Lo sé, me llamó hace poco — dijo ella mientras se cruzaba de brazos — Dijo que te lleves al perro también.
— Lo haré — dijo con firmeza, sintiendo un punzante dolor en su pecho al notar la absoluta frialdad con la que le miraba esa mujer.
Se dio vuelta y caminó al interior de su hogar, dejando solo a su hijo con aquel gran animal, el pelirrojo suspiró pesadamente para agacharse frente al perro y empezar a acariciarle las orejas suavemente.
— ¿Cómo has estado, bien? — preguntó al animal mientras le sonreía con algo de melancolía — Lamento haberte dejado solo, amigo, tuve que hacer unas cosas.
Alzó la mirada al oír cómo arrojaban una maleta algo grande y una correa de perro frente a él, levantando algo de polvo de aquel deteriorado jardín.
Miró con detenimiento a su madre, quien lo miraba con frialdad mientras se mantenía cruzada de brazos.
— ¿Así y ya, eh? — preguntó de forma incrédula mientras se levantaba y caminaba hacía sus cosas para jalarlas hacía él.
— Tu padre no piensa seguir tolerando a un bueno para nada como tú — dijo ella arqueando una ceja — Y con justa razón, eres sin duda el peor de los tres.
— Sí, supongo que sí — dijo de manera incrédula mientras tomaba la correa para ponérsela al perro — Nunca fui tan listo como Kyle, o una buena hija como Lina, solo fui un idiota que nunca logró ser suficiente para ustedes — murmuró mirando de reojo a su madre, quien rodó sus ojos con fastidio al oírle.
— Dejate de melodrama, Jessie.
— ¿Si quiera te importa dónde estuve, mamá? ¿si estaba bien o estaba mal? ¿si casi muero o si estaba tranquilo?
— No tienes ni un rasguño, y tienes chupones en el cuello, mal no la estabas pasando.
— Eso es lo que tú no sabes — dijo incrédulamente para colgarse la mochila en uno de los brazos y darse vuelta con intenciones de irse, pero volteó un momento para ver a su madre con frialdad — Tengo novio, mamá.
La mujer se quedó helada al oírle, sobre todo al ver cómo los ojos de Jessie se cristalizaban.
— No sé porqué todos tus hijos deben terminar siendo gays, no lo comprendo — dijo tomando aire — Es el chico más hermoso y tierno que habrás conocido en toda tu vida, nadie me ha hecho tan feliz como él lo ha hecho — sonrió con pesar al recordar la tímida mirada de Haze — Dime, mamá, ¿qué piensas tú acerca de eso? ¿me aceptas, al igual que hiciste con Lina, o esto solo te da la última razón que necesitabas para fingir que yo jamás existí para ti? dimelo por favor, para poder irme sin dejar cabos sueltos.
La mujer suspiró con decepción para darse vuelta y entrar a su hogar sin más, cerrando con fuerza la puerta detrás de sí.
Miraba abrumado cómo la puerta de su hogar se había cerrado sin más, sin al menos una última palabra de por medio, ni siquiera un "adiós hijo" plagado de hipocresía y mala fé, no hubo nada, ni bueno ni malo, una frialdad absoluta que solo provocó que el pecho de Jessie se sintiera más vacío que nunca, y que una lágrima empezara a brotar por su mejilla.
El chillido del animal le hizo sacudir la cabeza y volver en sí, limpiando su mejilla mientras agachaba la mirada para sonreírle de lado al canino.
— ¿Nos vamos? — dijo jalando la correa para caminar con él a la salida de dicho hogar, sintiendo un vacío intenso en su pecho, pero por más que le dolía lo que acababa de suceder, no quería demostrar dolor o sufrimiento, de todos modos, no es como que a esas personas les importara que él sufriera o no, nunca les importó, y lo que acababa de suceder le dejaba bien en claro a Jessie, que nunca les importaría.
Aprovechando que su padre no le pidió las llaves de aquel viejo auto en el que él se transportaba, subió sus cosas al asiento trasero, para después abrir la puerta delantera y permitirle a su compañero canino que subiera al mismo, aquel animal era considerablemente inteligente, todo gracias a que Jessie solía entrenarlo en su tiempo libre.
— Bien amigo, hora de irnos — dijo subiendo al auto para encenderlo y empezar a andar, mirando por el retrovisor aquel que alguna vez fue su hogar, pero que ya nunca más volvería a serlo; tomó aire mientras trataba de despejar su mente — Vas a tener un nuevo hogar, amigo, donde viviremos tú y yo, y donde conocerás a mi amigo Haze — sonrió pícaramente mientras miraba cómo el perro le observaba atentamente — Bueno, no es mi amigo exactamente, es más que eso — admitió sonriendo de lado con ternura, al mismo tiempo que su pecho empezaba a latir con fuerza.
-
Abrió la puerta principal para entrar a dicho hogar, sujetando con firmeza la correa que mantenía aplacado a su gran amigo de pelaje oscuro, quienquería soltarse para ir a explorar aquel enorme hogar al que acababa de llegar.
— ¿Hola? — dijo mientras caminaba a la cocina, sonriendo ampliamente al ver a cierto chico de cabello negro que ayudaba a colocar la mesa.
— ¡Jessie! — clamó Haze al voltear y ver la silueta del chico pelirrojo; estuvo a punto de irse encima de él, pero se detuvo en seco al ver al enorme animal que estaba junto a Jessie — ¿Y-Y eso?
— Haze, déjame presentarte a mi mejor amigo Boby— murmuró agachándose para acariciar al animal cuadrúpedo, todo mientras Haze lo miraba algo nervioso — Vamos Cherry, es muy amistoso.
— P-Prefiero solo mirarlo — murmuró mientras daba un paso atrás y sonreía tímidamente. — ¿Dejarás a ese perro aquí, Jessie? — dijo Coral mirándole algo preocupada.
— Sí, pero será solo por unos días, ¿crees que eso se pueda?
— Por mí no hay problema, adoro a los animales, el problema es que Lina— trató de hablar, aunque el ruido de la puerta le hizo suspirar con algo de preocupación — No puede ser.
— Cielitoo — dijo la pelirroja mientras caminaba hacía la cocina, pero al ver al animal frente a ella, no pudo evitar gritar — ¡¡¿Qué carajos hace este perro aquí?!!
— Déjalo quedarse unos días, Lin, por favor — dijo Jessie mirando atentamente a su hermana.— ¡Por supuesto que no! ¡aquí no hay espacio para un animal tan grande como ese!
— Dormirá afuera, Lina, ¿qué te cuesta?
— ¡¿Porqué carajo lo trajiste?!
— ¡Porque papá me echó! ¡¿contenta?! ¡¡dijo que no quería volver a saber nada de mí en lo que le quedaba de vida, y ello me implicaba traer al perro conmigo!! ¡¡¿podrías dejar de gritarme como una loca y detenerte a escucharme por dos malditos segundos?!!
El silencio reinó de golpe en aquella habitación, Haze miró a Jessie con pesar y mucha preocupación, mientras que Lina lo miraba sin saber qué decir.
— ... Dormirá afuera, pero no puede subir a los muebles — dijo ella para arreglar su chaqueta y caminar hacía las escaleras principales, todo mientra Jessie agachaba la miraba con semblante serio y apagado.
Coral se fue detrás de Lina, dejando solos a Jessie y a Haze, quien se acercó tímidamente al chico pelirrojo para besar su mejilla y mirarlo a los ojos con algo de pesar.
— Lo lamento — dijo acariciando el brazo ajeno, Jessie suspiró para pegar su frente con la del chico pelinegro.
— Vé y ponte una chaqueta, está haciendo frío afuera.
— ¿Vamos a salir? — preguntó inclinando la cabeza.
— Sí, ¿no querías cenar hamburguesas? — murmuró sonriendo cálidamente, sonrisa a la que Haze correspondió mientras miraba de reojo al animal que estaba sentado junto a ellos.— ¿Vas a dejarlo?
— No tengo opción.
— Podría comer con nosotros.
— ¿Y qué haremos con él después de que comamos y vayamos al hotel? — dijo sonriendo pícaramente, el pelinegro alzó las cejas mientras un gran rubor inundaba sus mejillas, expresión que hizo a Jessie reír de forma algo fuerte — ¿Porqué te sorprendes así, Cherry?
— N-No me sorprendí, s-solo... m-me gusta saber que después vamos a— detuvo sus palabras para alzar la mirada y ver a Jessie haciendo un leve puchero — ¡No me sorprendí, confórmate con saber eso!
— Bien, es bueno saberlo — dijo riendo por debajo para jalar la correa y caminar hacía la puerta trasera de aquel hogar — Déjame llevarlo afuera para irnos.
— B-Bien — murmuró sonriendo tímidamente, mirando cómo su pareja se llevaba a aquel enorme animal, que a pesar de su gran tamaño parecía ser una criatura bastante mansa y amigable, haciéndole sentir algo mal por juzgarlo solo por su apariencia amenazante, tal y como hizo con su dueño hace algo de tiempo atrás.
-
Bajaron del auto para caminar hacía un local no muy concurrido de comida rápida, Haze llevaba puesto el suéter con capucha de Jessie para evitar que alguien pudiera reconocerle, aunque Jessie empezaba a sospechar que era otra la razón por la que su contrario no se lo quitaba en absoluto.
— Vaya que te quedó gustando — dijo burlonamente mientras le miraba con atención.
— Es cómodo — dijo mientras se abrazaba a sí mismo.
— ¿No huele mucho a cigarrillo?
— N-No, así está perfecto — murmuró mientras sonreía cálidamente y caminaba con Jessie al interior de dicho establecimiento — Hace mucho frío, ¿crees que el perro esté bien?
— Le dejé mantas extra por si hacía frío, igual será solo por hoy, no creo que Lina se atreva a dejarlo dormir afuera.
— Se quedó helada cuando dijiste que te echaron — murmuró mirándole con atención.
— Sí, supongo que le sorprendió que mis padres me dejaran en la calle, no sé exactamente porqué, si más que claro estaba que tarde o temprano mis padres se hartarían de mí, solo se adelantó lo que sucedería algún día.
— Lo lamento mucho, Jessie; enserio lamento tanto que te hayan echado de tu casa, todo por mi culpa.
— Oye, no digas que fue por ti — murmuró tomándole de la barbilla para hacerle alzar la mirada y sonreírle coquetamente — Pero aunque hubiera sido por ti, no me arrepiento en absoluto de haber tomado mi decisión, Cherry.
— ¿Lo dices enserio, Jessie?
— Pero claro que lo digo enserio — sonrió apretándole sutilmente la mejilla al chico de ojos azules, y acto seguido, caminó con él hacía una de las mesas vacías para disponerse a comer finalmente.
Haze miró de reojo hacía las otras mesas, sitios donde había familias felices cenando con normalidad, pero lo que llamaba de lleno su atención, era ver cómo esas personas y sus hijos eran rodeadas por un aura amorosa y muy pacífica, se notaba con solo verlos que realmente se amaban.
Dicha imágen hizo que un nudo se formara en la garganta de Haze, y que un dolor empezara a acentuarse en su pecho, le dolía pensar en lo desconocido que era ese sentimiento para él, y como debió serlo para Jessie también, ya que ninguno tuvo la suerte de crecer en un ambiente familiar que emanara tanto amor y felicidad como ese, provocándole un crudo sentimiento de añoranza que solo le hizo sentir más deprimido por la penosa situación en la que ambos se encontraban ahora, eran un par de chicos abandonados, luchando por encontrar el sendero a casa, no exactamente a sus hogares disfuncionales, sino a un hogar donde el amor y la tranquilidad se respirara en cada rincón, "nuestro verdadero hogar" pensó Haze, mientras sentía sus ojos cristalizarse ante tales pensamientos que brotaban por su mente.
— ¿Estás bien? — preguntó Jessie al voltear a verlo, y notar el semblante algo apagado en el rostro de Haze, y cómo sus ojos se cristalizaron de repente.
— Sí — dijo mientras asentía con la cabeza y sonreía tímidamente, pero Jessie arqueó dudoso una ceja, no estaba del todo convencido de que Haze estuviera bien, sobre todo al notar cómo sus ojos estaban a nada de derramar una lágrima.
Miró de reojo hacía la mesa a la que Haze estuvo mirando hace poco, sintiendo una punzada en el pecho al empezar a sospechar lo que logró mortificar a su contrario.
— ¿Sabes Cherry? — habló tratando de desviar la atención de Haze de aquello que lo mortificaba — Oí que aquí te dan un juguete con tu compra, ¿quieres uno?
— Eso es para niños, Jessie — murmuró con algo de pena.
— ¿Y qué? tienes dieciocho, técnicamente sigues siendo un niño — el de ojos azules no pudo evitar reír algo apenado cuando escuchó las palabras ajenas — Vamos, insisto.
— Bueno, si insistes — dijo entre risas mientras caminaba con su contrario hacía la caja para pedir la comida, sonriendo con ternura al notar cómo Jessie notó su malestar y quiso hacer algo para animarlo, cosa que le hizo sentir algo cálido dentro de su pecho, al mismo tiempo que pensaba en lo afortunado de era, de tener a Jessie para hacerle compañía en su soledad, la cual no parecía tan solitaria siempre que el chico pelirrojo estuviera con él.
Continuará
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