— Igual los acompañaré — dijo el director mientras veía nuevamente la hora en su reloj — Me gustaría que Sasha me cuente más a detalle lo que sucedió.

— Oh, bueno... — murmuró volteando a ver a Jessie — Creo que podemos dejar que el señor Carson nos lleve por hoy, ¿no crees? — murmuró sonriendo tímidamente, Jessie suspiró con algo de frustración para tomar su muñeca y alejarse un poco del director para hablar a solas con Haze.

— ¿Estás seguro de querer ir con él?

— Desde luego, el señor Carson es una buena persona, ¿porqué sientes tanta desconfianza?

— ¿Notaste cómo nos estaba viendo, Haze? — dijo con algo de frustración, logrando que el pelinegro arqueara confundido una ceja, cosa que le hizo suspirar pesadamente — Sé que confías en él, pero no creo que debas confiarte del todo.

— ¿Crees que el director se atreva a acusarme con papá?

— No lo sé, pero no me sorprendería que lo haga, el director Carson no es de fiar — murmuró de mala gana, haciendo a Haze suspirar pesadamente mientras se rascaba la nuca — Lamento sonar paranoico, Cherry, pero la verdad me preocupa mucho que suceda algo malo, me conmovió mucho lo que le dijiste al director, y por ello quiero brindarte esa tranquilidad de la que hablabas.

— Y aprecio mucho eso de tu parte, Jessie — murmuró mirando de reojo hacía el lugar donde estaba el director, para acto seguido, tomar aire y sonreírle a su contrario tímidamente — Tú ganas, seré cuidadoso.

— Eso me alivia mucho, Cherry — dijo tomando aire y rascándose la nuca — Planeaba ir con papá, pero creo que iré más tarde mejor.

— ¿Estás seguro?

—Sí, prefiero ir a clases y cuidar de ti — murmuró tomando la mejilla ajena para apretarla un poco, haciendo que las mejillas del pelinegro enrojecieran de golpe, y que en su rostro se dibujara una cálida sonrisa.

Miró de reojo hacía el lugar donde estaba el director, quien se quedó viendo con seriedad aquel intercambio de sonrisas y caricias que se dedicaban él y su "pareja", cosa que le hizo sentir un leve dolor en su pecho, y de inmediato tuvo una sospecha sobre qué era a lo que Jessie se refería con sus advertencias sobre el director Carson, cosas que le hizo preocuparse de manera considerable.

-

El ambiente dentro del auto del director era tenso, Jessie miraba a la nada con seriedad, Haze miraba a través de la ventana el tenue sol que cubría la ciudad, escuchando atentamente cómo su director le decía lo importante que era que él finalizara sus estudios, se le hizo un poco raro que no le preguntara nada más con respecto a su "trauma" pero eso en vez de incomodarlo le alegró considerablemente, ya que a él (por obvias razones) le desagradaba mucho hablar del tema.

— Bien muchachos, al fin llegamos — dijo el director mientras estacionaba el auto y veía de reojo cómo el chico pelirrojo se bajaba del vehículo sin esperar dos veces, cosa que le hizo suspirar pesadamente con algo de fastidio.

— ¿Ocurre algo, director? — preguntó Haze.

— Pues— estuvo a punto de hablar, pero le alertó ver cómo el pelirrojo tocaba la ventanilla de Haze y le hacía una seña para que bajara del auto — Ya hablaremos después, Sasha, lo mejor es que vayas a clases.

— De acuerdo — dijo abriendo la puerta del auto para bajar del mismo, pero se detuvo un momento para voltear a ver al mayor y sonreírle tímidamente — Gracias por traernos, profesor.

— No hay de qué, Sasha — dijo el docente mientras miraba cómo el pelinegro se bajaba de su auto y caminaba al interior del campus junto al chico pelirrojo, quien rodeó el cuello ajeno con su brazo y apegó a Haze a su cuerpo, cosa que hizo al profesor jadear horrorizado mientras su mente imaginaba lo peor.

— Es bueno tenerte de vuelta — dijo sonriéndole coquetamente al pelinegro, quien le sonrió de vuelta mientras miraba a los lados con algo de recelo — ¿Qué ocurre?

— Nada, solo... — tomó aire para voltear a ver a Jessie nuevamente — Me siento un poco nervioso, como si en cualquier momento alguien pudiera verme e ir a decírselo a mi padre.

— Es cierto, deberías al menos tratar de esconderte — dicho esto, se apartó un poco de él para empezar a quitarse aquel suéter rojizo de capucha que tenía el logo de la escuela, cosa que hizo a Haze jadear algo asombrado.

— ¿Jessie qué haces?

— Ten — dijo mientras le extendía su mano con su suéter, quedándose él solamente con una camiseta blanca que tenía algunas manchas de aceite, pero que permitía que los músculos de sus brazos se notaran a simple vista, cosa que hizo que el de ojos azules se sonrojara considerablemente.

— T-Te lo agradezco — murmuró tomando dicho suéter para ponérselo, quedándose algo abrumado al notar lo holgado que le quedaba a comparación de cómo le quedaba a Jessie.

— Vaya, te ves lindo usando mi ropa — dijo entre risas mientras tomaba la capucha y se la colocaba a Haze en la cabeza, haciéndole sonreír con nerviosismo — Ya con esto no creo que te reconozcan.

— ¿Tú crees? — dijo tímidamente.

— Claro Cherry — murmuró tomando la barbilla ajena para acariciar el labio inferior de Haze con su dedo pulgar — Eres lindo.

— Tú igual — murmuró de forma tímida mientras sentía aquellos toques en su cara, alertándose al ver a un grupo de personas que avanzaban por el pasillo, muy cerca de ellos en realidad.

— ¡Miren nada más! ¡pero si son la parejita feliz de la escuela! — clamó una chica rubia que caminaba por aquel pasillo junto a otros chicos y chicas que reían a carcajadas mientras veían con detenimiento al sujeto pelirrojo y al chico pelinegro.

— Piérdanse, payasos — dijo Jessie de mala gana mientras se cruzaba de brazos.

— Uy, vaya Dalton, qué galán eres, miren todo lo que oculta ese mugroso suéter — dijo una chica de cabello castaño que miraba de arriba abajo el cuerpo de Jessie, haciendo a Haze incomodarse considerablemente.

— No te ilusiones, Linda; ese cuerpo no es más que un desperdicio — dijo la rubia de forma incrédula, haciendo a Jessie reír de manera ácida y cínica.

— Ahh, ya entiendo todo — dijo mientras se cruzaba de brazos — Así que ahí radica tu odio hacía nosotros.

— ¡No te creas la gran cosa, Dalton!

— No, si ya entiendo todo, por eso es que no me dejas en paz, porque tú te mueres por coger conmigo si quiera — afirmó de manera incrédula, haciendo que Haze le mirara extrañado y algo receloso.

— ¡E-Eso no es cierto! — gritó mientras un pronunciado rubor llenaba sus mejillas.

— ¿Ah no? ¿y porqué escuché decir a Tori que te morías por dormir conmigo? — preguntó sonriendo con malicia, logrando que una chica castaña que estaba en el lugar jadeara con horror.

— ¡¿Qué?! ¡p-por supuesto que no! — exclamó algo frustrada — ¡Yo nunca he dicho— trató de excusarse, pero las bruscas palabras de la chica rubia le interrumpieron de golpe.

— ¡¡¿Cómo pudiste?!! — gritó mirándola con odio absoluto — ¡¡Esto es algo que debía quedarse entre nosotras!!

— ¡¡P-Pero yo solo se lo conté a Britney, y ella prometió no divulgarlo!!

— ¡¡Te voy a matar!! — exclamó la rubia estando a punto de abofetear a su amiga, pero los demás chicos que estaban con ellas se lo impidieron de inmediato.

El pelirrojo empezó a reír cínicamente mientras rodeaba el cuello de Haze para apartarse con él de dicho lugar, dejando todo un alboroto detrás suyo.

— ¿Cómo supiste que esas chicas pensaban eso de ti? — murmuró el pelinegro mientras le miraba con recelo.

— No lo sabía — dijo despreocupadamente — Lo digo enserio, Cherry, eso solo lo inventé, nunca creí que realmente fuera verdad.

Haze miró a otro lado mientras un pesado sentimiento inundaba de golpe su pecho, no comprendía muy bien el porqué, pero le abrumaba notar que era el mismo tipo de sentimiento que tuvo cuando escuchó a Quincy admitir su interés hacía Jessie, "¿estoy celoso?" pensó, mientras se mordía levemente el labio inferior.

— ¿Pasa algo, Cherry? — preguntó el pelirrojo mientras lo miraba con detenimiento.

— N-No, solo... me siento extraño — admitió agachando la mirada con vergüenza, oírle hizo que Jessie riera sutilmente.

— ¿Qué ocurre? ¿te pusiste celoso?

— E-Eso creo — dijo mientras se abrazaba a sí mismo, asombrándose al sentir un suave beso en su frente de parte del chico de ojos verdes.

— No tienes porqué sentirte así — afirmó Jessie mientras le sonreía pícaramente — Solo te tengo ganas a ti.

Dichas palabras le hicieron sonreír, pero al mismo tiempo, le causaron un ligero malestar en el pecho, "¿ganas, nada más?" pensar eso le abrumó, porque él estaba consciente de que Jessie sentía algo por él, pero, las palabras de Shun rebotaban maliciosamente por su mente, haciéndole dudar sobre las intenciones que el pelirrojo tenía con él realmente, "¿y si solo actuó que me quería, para poder dormir conmigo" pensó, y hacerlo fue frustrante, porque una vez que la duda fue sembrada en su mente, esta empezó a echar raíces sin más, ocasionándole un mar de ansiedad incontrolable al chico de ojos azules.

-

Ambos fueron a sus clases habituales, fue raro para Haze no ver a Shun por el lugar, "tal vez se saltó clases otra vez" pensó, y es que para él no era raro imaginarse esto, ya que su amigo no era precisamente el "mejor alumno" de la institución, él sentía que estaba lejos de serlo también, pero comparado con Shun, era un superdotado.

Mientras el doctor hablaba sobre la guerra civil en España, Haze solo podía ver a cierto pelirrojo que estaba sentado un poco más al frente que él, ya que a él no le preocupaba sentarse adelante, a diferencia del tímido chico de ojos azules.

Por su mente rondaba la duda "¿realmente hizo todo lo que hizo, solo para que yo tuviera sexo con él?" era un pensamiento agridulce, una parte de él decía "tonterías, Jessie me salvó, él nunca sería así" pero, las palabras de Shun hacían mucho eco dentro de su mente, sobre todo luego de que el propio Jessie utilizara la palabra "ganas" en vez de "gustas", significaban lo mismo, sí, pero para Haze, eran frases muy opuestas entre sí.

Sacudió su cabeza para tratar de concentrarse, agachando un poco la mirada para seguir escribiendo, hasta que, un leve aroma llegó a su nariz, cosa que le hizo arquear dudoso una ceja. Miró su propio cuerpo en busca de aquel peculiar aroma, alertándose al notar que ese ligero olor a cigarrillo provenía del suéter que le prestaron.

Un gran rubor inundó de golpe sus mejillas en cuanto acercó más el cuello de aquel suéter hasta su nariz, disfrutando totalmente de sentir el aroma de Jessie a través de dicha prenda, y a medida que lo fue oliendo,los recuerdos de la noche anterior empezaron a brotar, haciéndole cruzar las piernas y sonrojarse aún más, sobre todo al recordar la forma en la que Jessie lo miraba con deseo, era increíble cómo tan solo tener puesta una prenda suya, lograba que su pecho latiera considerablemente, y que su cuerpo añorara el cuerpo de Jessie casi como si fuera algo de primera necesidad.

Le alertó oír cómo la campana sonaba de golpe, cosa que hizo que los alumnos empezaran a salir del aula a paso lento y algo fastidiado.

— Haze — habló una voz muy conocida para él, voz que le hizo alzar rápidamente la mirada, sonriendo tímidamente al ver el semblante curioso que le dedicó aquel chico pelirrojo — ¿Estás bien?

— Y-Yo... — murmuró rascándose la nuca con algo de vergüenza.

Se levantó de su asiento para tomar sus cosas e irse con Jessie, pero al bajar sutilmente la mirada, notó una muy vergonzosa vista que le hizo bajar el suéter para evitar que el pelirrojo lo viera.

Arqueó una ceja de forma incrédula al ver cómo el de ojos azules hacía dicho movimiento, no pudo evitar rodar sus ojos y reír incrédulamente, todo mientras Haze le miraba con confusión.

— Cherry — murmuró acorralándolo contra una pared, cosa que hizo al pelinegro jadear y mirar a otro lado con vergüenza — ¿Seguro que no pasa nada?

— S-Sí — murmuró mirando cómo el aula ya se había quedado sola, incluso el profesor de dicha materia se había marchado ya.

— ¿Porqué no eres sincero? — dijo cruzándose de brazos — Ya vi que estás duro.

— D-Dicho así suena feo — murmuró Haze mientras fruncía el ceño con algo de incomodidad y vergüenza, cosa que hizo al pelirrojo reír cínicamente.

— ¿Qué te puso tan cachondo, eh? — preguntó acorralándolo con ambos brazos contra la pared.

— ... Tú — admitió tímidamente mientras miraba a otro lado con vergüenza.

— Oh, ¿fui yo, eh? — dijo entre risas para deslizar su mano por el pantalón ajeno, sacándole a Haze varios jadeos de angustia — Debería hacerme cargo entonces.

— ¡N-No por favor! d-digo, a-aquí no — dijo tímidamente mientras se mordía el labio inferior.

— Claro que aquí no, Cherry, ¿me crees capaz de exponerte así? — murmuró tomándolo del brazo para jalarlo fuera del aula de clases.

Miraba extrañado cómo Jessie lo llevaba arrastrado hacía los baños del pasillo, todos los alumnos los miraban de arriba a abajo con desprecio y asco, cosa que hizo que él agachara la mirada con pesar, las palabras de Maya empezaron a rondar por su mente al igual que lo hicieron las de Shun.

En cuanto llegaron a los baños, Jessie miró con odio absoluto a unos chicos que estaban aquí lavándose las manos y usando los urinales como si nada.

— ¡Largo! — demandó de mala gana, logrando que algunos se fueran, pero que otros lo miraran de forma incrédula.

— ¡¿Y tú quién carajo te crees, imbécil?! — dijo uno.

— ¡Voy a golpear a esta perra! ¡¿quieres que te golpee a ti también?! — dijo señalando a Haze para después señalar al tipo en cuestión, quien se fue de aquel sitio acompañado por sus otros amigos; ver de nuevo aquella faceta de Jessie hizo que las mejillas de Haze ardieran considerablemente, le erizaba la piel como nunca, pero irónicamente, ver ese lado de Jessie hacía que su cuerpo se sintiera ansioso, como si el brusco Jessie Dalton, al que tanto miedo le tenía, empezara a excitarlo, por alguna particular razón que ni él mismo lograba comprender.

En cuanto los sujetos se marcharon, Jessie besó la mejilla de Haze y lo abrazó con fuerza.

— Lamento haberte llamado así, fue parte del teatro — susurró en el oído ajeno, mientras poco a poco llevaba a Haze hacía uno de los cubículos.

— Descuida — susurró correspondiendo aquel abrazo, alertándose al ver cómo el pelirrojo lo metía al baño y lo cerraba con llave, todo mientras le dedicaba una maliciosa mirada de deseo.

— Ahora sí, déjame ver eso que provoqué, Cherry — murmuró acorralándolo contra la pared de aquel cubículo, mientras el chico de ojos azules jadeaba y se mordía el labio inferior con nerviosismo.

— Jessie — murmuró con la voz algo quebradiza — ¿E-Estás seguro de que está bien hacer esto aquí?

— Dijiste que querías hacerlo hoy — dijo entre ligeros gruñidos, todo mientras empezaba a frotar su cuerpo contra el de Haze, sacándole suaves jadeos de placer.

— A-Ah, J-Jessie — gimió por debajo mientras pegaba su frente con la del pelirrojo — N-No por favor, e-eso no.

— ¿No te gusta que nos frotemos así? — preguntó coquetamente mientras sus manos se deslizaban por las caderas ajenas.

— N-No — dijo haciendo gestos algo lascivos — M-Me desespera mucho.

— Entonces dime tú, Cherry, ¿qué quieres que te haga? — preguntó con voz ronca, haciendo que el de ojos azules se mordiera el labio inferior y lo mirara con deseo y algo de nerviosismo, tenía muchas dudas sobre hacerlo en un sitio como ese, pero ya no pensaba con claridad, solo pensaba en lo mucho que necesitaba que el cuerpo de Jessie y el suyo volvieran a juntarse.

Se fue sobre él para besarlo hambrientamente, besos a los que el pelirrojo correspondió de manera hambrienta y llena de deseo, atacando la boca de Haze e inundándola con su lengua sin pudor alguno.

Se sorprendió al sentir cómo el pelirrojo empezaba a bajarle un poco el pantalón, dejando al aire su muy hinchada hombría, y haciendo a este mismo reír por debajo con malicia.

— Miren nada más, mi Cherry está duro — dijo empezando a usar su mano para tratar el área en cuestión, sacándole al pelinegro suaves gemidos de placer.

— ¡A-Ah, J-Jessie! — jadeó apretando los brazos ajenos con fuerza.

— Pídemelo, Cherry, pídeme que te meta mi— no pudo terminar de hablar, ya que la voz ajena le interrumpió en seco.

— ¡Métemela! — clamó entre gemidos agudos, haciendo a Jessie mirarlo de arriba a abajo con un deseo intenso — T-Te lo ruego, Jessie, métemela ya, por favor.

— Mgh, carajo Cherry — dijo volteando al pelinegro para empezar a besarle el cuello mientras le iba bajando el pantalón — Quiero hacerte gritar, Cherry.

— Jessie — gimió cerrando los ojos, esperando a sentir el calor de Jessie dentro suyo, aunque le sorprendió sentir cómo le golpeaba en los glúteos — ¡He-Hey!

— Perdona, no pude evitarlo, es que tienes un trasero tan—

— ¡No digas más! — clamó con vergüenza mientras agachaba la mirada, el pelirrojo rió atrayendo las caderas ajenas hacía su cuerpo para empezar con lo suyo.

Gimió de forma ronca al sentir cómo invadían su cuerpo de forma lenta y algo dolorosa, haciendo que cada centímetro de su piel se estremeciera, y que su propia intimidad empezara a escurrir algo de líquido preseminal.

— ¡¡Ahh, Jessie!! — gritó al sentir una fuerte embestida contra su cuerpo, alertándose al sentir cómo le cubría la boca con una de sus manos.

— Shh, ¿q-quieres que nos atrapen? — dijo entre gruñidos de placer — Mgh, carajo Haze, s-si que aprietas.

Mordió uno de los dedos ajenos al sentir cómo el pelirrojo comenzaba a moverse de forma brusca contra su cuerpo, haciendo que sus piernas temblaran y su espalda se arqueara.

— Mgh, a-ah, Haze — gemía sujetando con fuerza las caderas ajenas, destapando la boca ajena para dejar al pelinegro gemir — Gime Cherry, gime para mí, necesito oírte.

— J-Jessie — dijo sacando la lengua y cerrando los ojos, le costaba mucho no hacer tanto ruido — A-Ah, m-más.

— ¡¿Más?! — preguntó azotando con más fuerza las caderas ajenas, logrando que el de ojos azules se mordiera con fuerza el labio inferior tratando de no hacer ruido de más.

— ¡Ah, Jessie! — gimió de forma no muy fuerte — Me-Me vengo.

— Mgh, Haze — gruñó alzando una de las piernas ajenas — Córrete, quiero hacerte venir.

— ¡A-Ah, J-Jessie! — gimió de forma ronca al sentir una profunda embestida que le hizo empezar a venirse mientras su cuerpo entero temblaba — A-Ah, q-que rico.

— Cherry — susurró tomando el brazo ajeno para hacerlo reincorporarse, y al hacerlo, prosiguió con sus profundas embestidas, tomando la barbilla ajena para besar hambrientamente a Haze desde atrás.

— J-Jessie — gimió entre besos mientras disfrutaba de las embestidas que le daba el pelirrojo.

Ambos gimieron al unísono en cuanto el pelirrojo tomó con firmeza las caderas ajenas y las apegó de golpe a su cuerpo, para poco a poco empezar a venirse en el interior del pelinegro.

— Ah, J-Jessie — murmuró recostándose exhausto en el hombro ajeno, Jessie sonrió de lado para plantarle un dulce beso en la frente.

— ¿Me excedí?

— No, estuvo genial — susurró mientras se tambaleaba un poco, sus piernas estaban considerablemente cansadas después de aquella sesión de sexo tan brusca.

— Déjame ayudarte — dijo el pelirrojo para cargarlo entre sus brazos y salir del baño con él — ¿Te duelen mucho?

— Un poco — admitió con pena para tomar el cuello ajeno y besar a Jessie con deseo, besos a los que el de ojos verdes no dudó dos veces en corresponder.

— ¿Quieres más? — preguntó mientras lo acercaba a los lavabos para sentarlo en dicho sitio, y seguir besando sus labios.

El pelinegro asintió mientras abría la boca para dejar que Jessie la explorara con su lengua, cosa que el pelirrojo no dudó dos veces en hacer, no obstante, detuvo sus acciones al oír cómo alguien parecía acercarse al lugar donde ellos estaban haciendo el amor como un par de desvergonzados.

Continuará

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