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10 - 'Solo'

Sus manos temblaban como nunca, su respiración estaba muy acelerada, su pecho latía con mucha fuerza, y ni hablar del ardor en su rostro y de la molestia en su entrepierna, todo a causa del vívido recuerdo de esa desenfrenada noche, en la que él actuó sin medirse, pero lo que más le abrumaba, era la forma en la que Jessie actuó, sus dulces palabras, sus susurros de deseo, sus besos intensos que hicieron a Haze estremecerse, ese no era el Jessie Dalton que conocía, o al menos eso era lo que él creía.


Cuando la campana finalmente sonó, él rápidamente se levantó de su asiento y fue casi corriendo al baño del pasillo, ignorando a todas las personas a su alrededor que le llamaban "mariquita", tenía problemas más serios que eso para enfocarse en las palabras de gente imbécil.


En cuanto entró al baño, se apoyó en los lavabos para verse fijamente a los ojos con nerviosismo, la carta era enigmática, pero el recuerdo de la noche que pasó con él, dejaba más que claro que se trataba de Jessie, pero ¿cómo? ¿porqué? ¿era eso en serio, o solo lo hacía para molestarlo? no lo comprendía en absoluto, no comprendía porqué el chico que tanto parecía odiarlo, tal y como él mismo dijo, de repente parecía estar interesado en él, era absurdo, pero de cierta forma, su pecho latía con mucha fuerza al ver un poco de lo que ocultaba la bestia bajo su coraza de "chico serio y agresivo", no era un monstruo como todos decían, era un chico que hablaba con delicadeza, con mucha ternura, cualidades que él nunca creyó ver reflejadas en aquella severa mirada color jade.


Volteó rápidamente al ver cómo alguien entraba a los baños, sintiendo su sangre helarse al ver aquella incrédula mirada de ojos verdes que lo detallaba con desprecio, casi como si hubiera sido invocado en ese preciso instante; era precisamente esa expresión de desprecio la que tanto hacía dudar a Haze sobre la forma de hablar y actuar que aquel chico tuvo con él la noche anterior, era muy marcada la diferencia entre ese encantador chico que le habló con franqueza, y aquella bestia que fácilmente parecía dispuesto a matarlo.


— Justamente al bastardo al que tanto quería evitar — bufó de mala gana mientras entraba al baño para ver a Haze con odio absoluto — ¡Piérdete, Sasha, quiero fumar!


— J-Jessie escúchame, q-quisiera que hablemos sobre lo que— estuvo a punto de hablar, pero la voz ajena le interrumpió en seco.


— ¡¿Hablar?! ¡¡yo no tengo nada que hablar con un desgraciado imbécil como tú!! ¡¡no eres más que otro idiota de esos que tanto abunda en esta escuela, que creen que pueden tener al mundo a sus pies!! ¡¡adivina qué niño hijo del alcalde, la maldita vida no es así!! — clamó sin una sola gota de tacto, haciendo que Haze lo mirara con terror — ¡Jaj, ahí está! ¡¿lo ves?! ¡¡ahí está otra vez esa maldita expresión que tanto odio ver en ti!!


— P-Pero anoche dijiste que no me odiabas.


— ¡Sí, eso fue antes de oír cómo le decías al maldito de Jones que "jamás te meterías con un sujeto como yo"! — dichas palabras hicieron que Haze jadeara con pesar.


— No puede ser... ¡J-Jessie no es lo que tú crees!


— ¡¿Sabes lo que más odio de todo esto?! ¡¡que he pasado dos malditos años tratando de darte esa puta nota, y justo lo hago cuando más que claro me queda que tú no vales la pena!! — afirmó entre toscos gruñidos de odio — En todos estos años no me has volteado a ver una sola vez, ¡ni siquiera una puta mirada, a pesar de que siempre estuve ahí! ¡¿y el señorito lo notó?! ¡no, por estar ocupado persiguiendo el trasero maloliente de Shun Jones, desde luego! — un sudor frío bajó por la frente de Haze en cuanto escuchó las palabras ajenas — Admito que me ilusioné mucho cuando dijiste lo del sueño, pero ya para este punto no sé ni qué creer de ti, eres igual de petulante y odioso que todos los demás, no me miras como si fuera una persona, me ves como si fuera un monstruo.


— ¡Jessie por favor déjame que te explique! l-lo que pasa es que Shun me está presionando mucho, e-él asegura que no debo acercarme a ti.


— Jaj, ¿y solo porque Shun te dé órdenes las vas a acatar? en verdad da pena ver cómo llevas tu vida — murmuró de mala gana mientras se cruzaba de brazos — Si crees que yo soy el monstruo, deberías poner atención a quienes te rodean, porque Shun Jones es mierda andante, no sé porqué carajos no te has dado cuenta, seguramente es porque en el fondo estás enamorado de él.


— ¡N-No, nada de eso! — clamó sintiendo una molesta presión en su pecho — J-Jessie por favor no pienses así de mí, y-yo nunca podría—


— "¿Nunca podrías actuar como un mal nacido con alguien?" — cuestionó arqueando una ceja — Me habría encantado que fueras un mal nacido, Haze, ¡me habría fascinado que me busques pelea así como lo hace Trevor, porque así hubiera visto un poco de interés de tu parte! pero no... tú solo me ignoras, actúas como si yo no existiera, si yo respiro o no, eso a ti te da igual, ¡has ignorado mi existencia por tres malditos años!


— ¿D-De qué estás hablando?


— Jaj, imbécil — gruñó entre risas mientras pasaba su mano por su rostro — Siempre estudiamos juntos, yo siempre estuve ahí, en el fondo, admirándote en silencio, esperando que algún miserable día notaras que yo existo, pero Shun es todo tu mundo, así que me impacienté, y al no saber cómo carajo atraer tu atención, solo pensé en desquitar de esta manera mi frustración, e irónicamente, funcionó, ¡porque no hay una jodida criatura en el planeta más masoquista que tú!


Haze miraba a Jessie sin saber exactamente qué decir, estaba tan abrumado y asombrado, su pecho se sentía tenso a causa de la repentina falta de aire que sufría, mientras que su mente era un océano de confusión, océano en el que él navegaba tratando de encontrar algo que pudiera despejar sus dudas, algún recuerdo de Jessie cerca de él, pero por más que lo intentaba, no recordaba haber visto sus hermosos ojos verdes desde antes, antes de aquel día en el que le hizo caer en el salón de clases, Jessie Dalton no existía para él, cosa que solo le causaba dolor y le hacía sentir muy avergonzado.


— ¿Sabes? dije que no te odiaba, pero ello no implica que no odie ser incapaz de eso — admitió mirando con frialdad al de ojos azules — Odio tanto adorarte de esta forma, no sé ni siquiera porqué, si tú ni siquiera sabías que yo existía.


— Jessie— murmuró tratando de acercarse a él, pero el pelirrojo lo miró con total severidad, impidiéndole continuar.


— Debí dejar que te humillaran en esa fiesta, al fin y al cabo, con tal y sea Shun quien te orille a ello, eso a ti siempre te dará igual — dicho esto, se dio media vuelta con intenciones de irse, pero un agarre en su brazo de parte de Haze le hizo detenerse en seco — ¡¡¿Qué mierda quieres?!!


— Jessie por favor perdóname, d-déjame hablar sinceramente contigo, por favor.


— ¡¿Qué, vas a decir que yo te gusto?! por favor, ¡¡¡yo te doy miedo!!! — gritó de forma brusca, haciendo que Haze brincara y diera algunos pasos atrás, dicha reacción que Jessie apretara sus dientes con fuerza — No estoy dispuesto a dejar que tú también me trates como a un monstruo, y que accedas a estar conmigo solo por miedo, sobre todo considerando que estás enamorado de Shun, pero no lo quieres admitir.


— Jessie por favor— dicho esto, el pelirrojo se dió media vuelta y empezó a caminar fuera de aquel sanitario, dejando solo al chico de ojos azules, quien rápidamente sacó su inhalador para el asma y se dispuso a utilizarlo, mientras un nudo horrible se formaba en su garganta al pensar en lo idiota que fue, en lo idiota que había sido, ¿cómo es que nunca pudo ver que alguien lo admiraba de tal forma? no lo comprendía, simplemente no comprendía lo idiota que fue, y lo idiota que aún era para tener un coctel de emociones tan amargo, y no saber qué hacer con él.



-



Salió de los baños a paso lento y desganado, pensaba con dolor en las palabras de Jessie, en verdad se veía muy dolido, muy afectado, eso significaba que la admiración que sentía por él seguramente era muy fuerte, ¿acaso él era merecedor de que alguien lo admirara durante tanto tiempo, y de forma tan intensa? en verdad no lo merecía, siempre sintió que no estaba destinado a ser feliz, y es que ¿cómo estarlo? si hizo infeliz a una persona por años, ya empezaba a entender el porqué de su desdicha.


— ¡Haze! — escuchó la voz de alguien llamarle, se trataba de Shun, quien estaba sentado en uno de los bancos frente a la escuela; verlo hizo que Haze suspirara con algo de cansancio, pero su plática con Jessie le hizo darse cuenta de que, ya no podía mentirse a sí mismo, ni mucho menos tratar de mentirle a su amigo, debía ser franco, aunque ello le costara que Shun se enoje con él.


— Hola Shun — murmuró acercándose a él para sentarse junto a él — ¿Me esperabas?


— Así es, quedamos en que hablaríamos cuando salgamos; y bien ¡ya dime! — exclamó sonriendo de forma cínica, Haze sonrió de forma algo penosa mientras llevaba uno de sus mechones tras su oreja, pensando por qué punto empezar su explicación.


— ... Es Jessie — murmuró sin pelos en la lengua — El chico que me sacó de la fiesta es Jessie, y fue él con quien pasé la noche — admitió sonriendo calmadamente, logrando que su amigo lo mirara con total incredulidad, y luego de unos segundos, se acercó a él para tomarlo del cuello y apretarlo con algo de fuerza.


— ¡¡¿Estás loco?!! — clamó mientras lo sacudía sutilmente.


— ¡¡S-Shun!! — dijo mientras tomaba las manos ajenas y las apartaba de sí para intentar tomar aire.


— ¡¡¿Te dejaste coger por el idiota que cada que quiere nos golpea a ti y a mí?!! ¡¡¿qué carajo tienes en el cerebro, Haze?!!


— S-Sé que parece bruto pero él... e-él en el fondo es muy tierno — murmuró recordando con pena las palabras en la nota, nota que Jessie afirmó estar arrepentido de haberle entregado, y que solo hacía que el pecho de Haze doliera considerablemente.


— ¡¡Eso ni tú mismo lo sabes!! ¡¡ese infeliz está loco Haze, ni tú mismo lo conoces!! ¡¡¿cómo se te ocurre dormir con él?!!


— S-Sólo pasó, Shun — dijo con algo de seriedad — Yo estaba ebrio, y-y admito que desde hace días Jessie me ha... — tomó aire mientras un leve rubor inundaba sus mejillas — Me ha empezado a gustar.


— ¡¡Jaj, no, definitivamente no!! — clamó colocándose de pié y caminando lejos de Haze.


— ¡Shun por favor! — dijo colocándose de pie igualmente.


— ¡¡Ese mal nacido siempre me golpea por tu culpa, Haze!! ¡¡tú deberías estar consciente de ello y ser más empático conmigo, que siempre estoy contigo en las buenas y en las malas!! ¡¡pero sólo porque cogiste una vez con él ya te sientes con derecho de darme la espalda por él!! ¡¡pues adelante, vete, que él sea tu mejor amigo a partir de ahora, bastardo traidor!! — dicho esto, se dio media vuelta y empezó a caminar lejos de él, dejando a Haze con un muy amargo sabor de boca, con un pronunciado dolor en su pecho, y con el sentimiento de que perdió a las dos únicas personas que parecían mínimamente interesadas en entablar una conversación con él, antes se quejaba de su soledad, pero ahora sí sabía muy bien, lo que era estar solo.


-



Caminaba con desgane y mucho cansancio, las palabras de Shun rebotaban por su mente, pero mucho más peso tenían las palabras de Jessie, las cuales resonaban en su mente como si de una canción pegajosa se tratasen, desde las bruscas palabras de odio que le dedicó en el baño, hasta las suaves palabras de amor que le dedicó en su habitación.


"¿Amor?" resonó repentinamente en su mente, haciéndole sentir un desagradable escalofrío que le hizo suspirar con pesadez, no le quedaba dudas de que Jessie seguramente estaba enamorado de él, la cuestión era ¿qué sentía él exactamente por aquel chico pelirrojo? ¿mera atracción física? imposible, de ser solo eso no le habría dolido tanto que Jessie le reclamara de tal manera en los sanitarios de la escuela, la cuestión era, ¿era capaz de enamorarse de alguien en tan poco tiempo? no estaba seguro, pero recordar los besos que Jessie le dió esa noche, hacía que su pecho latía de forma muy lenta y preciosa.


Llegó finalmente a su casa, asombrándose y extrañándose al no ver a su odioso vecino cerca, ¿acaso estaba de viaje? de cualquier forma era todo un alivio no verlo, porque así podía evitarse otro momento incómodo en el día.


— ¡Ya estoy en casa! — dijo al entrar, suspirando sutilmente al ver que nadie se tomó la molestia de responderle, "si desapareciera no se darían cuenta" pensó amargamente mientras se disponía a subir las escaleras que daban hacía su habitación, "si desapareciera sería todo un alivio para ellos" pensó, mientras sus pisadas resonaban de forma ahogada en aquella alfombra que llevaba al otro piso, lugar al que el chico pelinegro se dirigía.


Caminó a su cuarto para entrar al mismo y cerrar con seguro la puerta, y acto seguido, se dirigió a su cama para arrojarse boca abajo sobre esta, hundiendo su cara en una almohada y empezando a llorar desconsoladamente, recordando con frustración todo lo que le había pasado ese día, era tan doloroso recordar cómo Jessie le gritó, y cómo Shun lo llamó "egoísta" aún cuando él no planeó pasar la noche con Jessie, y aún cuando no le dijo que solo se besaron y que no hubo algo sexual, su amigo solo prefirió darse la vuelta y odiarlo, aún cuando Haze siempre lo perdonaba cuando él hacía cosas que lo lastimaban, tal y como Jessie mencionó.


Secó sus lágrimas mientras alzaba un poco la mirada, observando hacía su mesa de dibujo, lugar donde dejó abandonada una obra de arte que le acomplejaba mucho, pero que para este punto, no sentía otra cosa más que deseos de continuarla, por alguna extraña razón, tal vez porque a través de ella, podía seguir viendo los ojos de Jessie sin sentirse tan culpable.


Caminó hacía su mesa para sentarse en esta misma, encendiendo su lámpara y quitando los libros que usaba para ocultar su obra, observando apenado aquel desvergonzado boceto que hizo no hace mucho tiempo, y que tanto le hacía sonrojarse.


Tomó aire para empuñar el lápiz y empezar a trazar cuidadosamente algunas líneas sobre el papel, la mitad de la hoja era un dibujo que le avergonzaba mucho, pero irónicamente, era la única imágen que aparecía en su mente, y que él sentía que debía plasmar en papel, por alguna extraña razón; y la otra mitad de la hora era un boceto de aquella mirada tan gélida y severa que tanto lograba quitarle el aliento, recordarla hacía que sus mejillas ardieran como nunca, y que su corazón latiera con muchísima fuerza.


-


Al día siguiente, Haze se levantó muy temprano para arreglarse e ir a la escuela, había dormido muy poco en realidad, pero no se sentía capaz de permanecer más tiempo acostado.


Bajó las escaleras principales para caminar a la puerta de su hogar, pero cuando estuvo a punto de salir, escuchó la voz de su padre hablarle desde la cocina de repente.


— ¡Haze! — clamó una voz masculina que caminaba hacía la sala también, observando al chico de cabello negro que estaba parado frente a la puerta — ¿Te vas tan pronto?


— S-Sí, tengo clases temprano — murmuró agachando la mirada, agradeciendo haber sido precavido y haberse colocado un suéter azul que ocultaba las marcas en su cuello.


— olvídalo, irás más tarde, necesito que me acompañes al taller de Monty.


— ¿Qué? p-pero papá tengo que— trató de hablar, pero la voz de su padre lo interrumpió de golpe.


— ¡¡Pero nada, Haze!! ¡soy tu padre, debes obedecerme! — dicho esto, el mayor abrió la puerta de su casa para salir de la misma, siendo seguido por su hijo, quien suspiró con frustración mientras arreglaba su mochila sobre su hombro y se disponía a seguir a su progenitor, rezando porque no se toparan con aquel odioso tipo que tanto adoraba acosarlo, ya que Haze no se sentía nada bien como para lidiar con él ese día.


— ¿Ahora qué le pasó al auto? — preguntó mientras se subía junto con su padre al vehículo en cuestión.


— No lo sé, esta porquería simplemente falla, ¡justo los días en que no debe fallarme! — reclamó encendiendo el vehículo y empezando a conducir — Los autos son como las mujeres, cuando los conoces son increíbles, pero cuando cumplen el primer año empieza la pesadilla — el de ojos azules frunció confundido el ceño ante el comentario poco empático de su padre, pero solo se limitó a mirar por la ventana mientras pensaba que iba a estar en problemas por faltar a las primeras horas de clases, y ya ni siquiera contaba con Shun para poder anotar los apuntes, estaba perdido en todo sentido posible.


-


Llegaron hasta un viejo taller algo solitario, donde el ruido de las máquinas y de un rock muy pesado era lo único que resonaba dentro de aquel sitio.


Haze y su padre bajaron del auto y entraron a aquel taller, donde varios hombres revisaban algunos autos que estaban estacionados ahí dentro. Rápidamente captó su mirada la alta figura de un hombre pelirrojo de barba y algunas cicatrices en su cuerpo, quien revisaba el motor de un auto blanco, pero apenas notó que tenían visitas, dejó de lado lo que hacía para ir hacía ellos.


— Señor alcalde — dijo aquel hombre mientras se acercaba hacía ellos — ¿Qué lo trae por aquí?


— Aún no soy alcalde, Monty; pero agradezco mucho tu apoyo — dijo entre sutiles risas mientras suspiraba pesadamente — Mi carcacha se ha vuelto a averiar, no sé qué pueda tener esta vez, ¿crees poder echarle un vistazo?


— Desde luego; ¡Jessie! — clamó volteando hacía el fondo del taller, lugar donde un auto negro era revisado por un sujeto que estaba acostado revisando las partes de abajo de dicho vehículo; escuchar cómo pronunciaban dicho nombre, hizo que Haze jadeara con asombro — ¡¡Bájale el volúmen a esa maldita radio y ven a ayudarme!!


El sujeto pateó de mala gana la mesa donde estaba la radio transmitiendo algunos de los mejores éxitos de Pearl Jam, pero en cuanto recibió dicho golpe, el aparato cayó dentro de una caja de cartón y su sonido se vió considerablemente interrumpido.


Se levantó del suelo entre pesados gruñidos, gran parte de su cuerpo estaba cubierto por grasa y suciedad, su largo cabello rojizo estaba atado con una coleta, llevaba una camiseta gris junto a unos jeans rotos y muy deteriorados, pero igual su aspecto desaliñado no impidió que el chico pelinegro se sonrojara considerablemente al verlo, pero de inmediato agachó la cabeza para evitar que su padre notara este detalle.


— Vaya, ¿ese es tu hijo? — preguntó el padre de Haze — Vaya que ha crecido, ya es todo un hombre.


— Que el tamaño no te engañe, sigue siendo un bastardo idiota — renegó el pelirrojo de forma brusca, mirando cómo el chico pelirrojo caminaba hacía ellos cruzado de brazos y con cara de pocos amigos.


— ¿Qué ocurre? — preguntó al llegar con ellos, alzando las cejas al ver a cierto chico pelinegro parado frente a él.


— Ven a ayudarme a revisar el auto de Fred — dijo el mayor mientras palmeaba el hombro de su hijo y caminaba hacía el lugar donde estaba estacionado el auto en cuestión, el pelinegro mayor se fue detrás de él para indicarle la falla, dejando solos a los dos chicos por algunos minutos.


— Ho-Hola — murmuró Haze alzando la mirada — E-Es bueno verte.


— Cierra la boca — bufó de mala gana mientras trataba de irse, pero Haze lo detuvo sujetándole del brazo.


— Jessie, s-sé que he actuado como un tonto, pero... e-en mi defensa, y-yo nunca he sido bueno socializando, ¡m-mucho menos lo sería para darme cuenta de— estuvo a punto de hablar, pero prefirió limitarse al notar que estaba en un lugar muy concurrido, pero haber pausado sus palabras hizo que Jessie le mirara de mala gana.


— ¡¿Para darte cuenta de qué?! ¡habla, carajo!


— N-No puedo — murmuró sacudiendo su cabeza — D-Debo ser precavido con lo que digo porque yo... y-yo vivo bajo mucha presión, constantemente me presionan, y-y eso me impide dejar claras ciertas... cosas — murmuró con vergüenza mientras agachaba la mirada, haciendo que Jessie arqueara una ceja y le mirara de forma incrédula.


— ¿Te avergüenza, no es así?


— N-No se trata de avergonzar, Jessie, pero... m-mi padre lucha por tener una reputación intacta, y-y si yo llego a arruinarla... n-no tengo idea de lo que podría pasar — el pelirrojo miró a otro lado con seriedad, empezando a bajar un poco la guardia.


— ... ¿Solo es eso? — preguntó arqueando una ceja — ¿Solo eso te impide ser sincero?


— N-No lo sé, s-sigo descubriendo lo que siento, e-es bastante confuso porque—


— Porque me tienes miedo — comentó cruzándose de brazos y haciendo a Haze mirar a otro lado con pena — ¿Lo ves? ¿cómo se te ocurre si quiera hablar de esto conmigo, si no has dejado de lado el miedo que me tienes?


— N-No se trata de temerte, Jessie.


— Para ya con esto, Haze, no quiero seguir con este círculo vicioso — mencionó de mala gana mientras volteaba hacía el lugar donde estaba su padre — No eres el único con una vida difícil, lo menos que quiero son más dolores de cabeza y dramas sin razón, tú nunca corresponderás, ya me resigné, no me hagas más difícil alejarme — dicho esto, se dió media vuelta y se alejó de él, dejando a Haze con un muy amargo sabor de boca y un pronunciado dolor en su pecho.


Jessie tenía razón, él aún le temía, él aún sentía algo de recelo y preocupación por la bestia que habitaba detrás de esos ojos verdes, pero, así como le asustaba la bestia, Haze quería volver a ver al encantador chico que se ocultaba tras el monstruo, el Jessie amable, encantador, que le dió su primer beso y que le confesó sus sentimientos como solo un jóven poeta podía hacerlo, Haze quería ver eso otra vez, pero lamentablemente, presentía que no volvería a verlo nunca más, y todo por culpa de su miedo y sus preocupaciones eternas.  



Continuará


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- Gema


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