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09 - 'Un Par De Tontos Que Parecen Odiarse'

El profesor dictaba algunas características del período barroco mientras avanzaba por aquel salón de clases leyendo atentamente el libro entre sus manos, creyendo fervientemente que todos los alumnos le ponían atención, cuando realmente no podía estar más lejos de la realidad.


Miraba a la nada mientras movía el lápiz entre sus dedos y lo golpeaba sutilmente contra su escritorio, su mente era un océano de vagos recuerdos y de situaciones que no estaba seguro si eran reales o eran producto de algún sueño húmedo que tuvo en la madrugada, pero todo lo que habitaba en sus pensamientos, era la imágen de él y cierto pelirrojo intercambiando saliva como un par de amantes enloquecidos, en pleno auge de su luna de miel.


— En verdad que fue una noche espectacular — murmuró Shun mientras sonreía embobado, Haze miraba a la nada mientras lo escuchaba, realmente no ponía atención a lo que su amigo decía, solo escuchaba de fondo su cruda descripción de cómo tuvo sexo con Miles, mientras Haze recordaba el momento en que probablemente le entregó su virginidad al chico que la tarde anterior le estaba reclamando de forma brusca y nada sutil, dicha imágen mental lo confundía bastante, y es que en verdad le costaba comprender cómo Jessie pasó de hablarle y mirarle con odio la tarde anterior, a revolcarse con él como un par de indecentes, ¿qué cambio hubo para que él actuara de esa forma?


— ¡Señor Jones! — clamó el docente mientras cerraba abruptamente su libro — ¡Haga el favor de guardar silencio!


— ¡Lo siento señor Henderson! — dijo Shun mientras abría su cuaderno y fingía que escribía, solo para despistar al profesor y proseguir con su explicación en cuanto el docente dejó de mirarle — Ahh, en verdad fue una noche espectacular, Haze; ¿y tú cuándo vas a contarme de la tuya?


— Y-Yo prefiero no tocar el tema — murmuró con la mirada agachada.


— ¡Ay por favor, Haze! — susurró para que el profesor no lo escuchara — ¡Dímelo! por algo somos amigos, ¡nos contamos todo!


— S-Sí pero... e-esto es diferente, Shun; n-no me siento cómodo hablando de ello — murmuró mientras posaba su mano en su rostro.


— Ohh, entiendo, el tipo no supo darte placer — Haze volteó a verle con seriedad en cuanto su amigo dijo eso — Imagino que fue eso, o tal vez fuiste tú el que no funcionó y por eso estás tan avergonzado.


— ¡¿D-Disculpa?!


— Estabas borrachísimo, Haze; eso dificulta mucho a la hora de tener sexo.


— P-Pero si yo no— calló abruptamente sus palabras al oír cómo el profesor cerraba de golpe el libro y lo miraba con seriedad — P-Perdóneme profesor.


El docente abrió de nuevo el libro y siguió leyendo, pero así como él prosiguió, también prosiguieron las palabras de Shun.


— ¿Usó juego previo, o lo hizo así sin preparación? — preguntó maliciosamente, haciendo que el contrario cubriera su rostro de la vergüenza, mientras la imágen suya gimiendo el nombre del chico pelirrojo mientras este se disponía a lamerle el cuello, le hizo sonrojarse como nunca y sentir algo de presión en su pantalón.


— Shun cállate por favor — le rogó mientras juntaba sus piernas para evitar que se notara aquel problema.


— ¡Vamos Haze, no seas mojigato y dime!


— ¡Suficiente! — clamó el docente mientras se acercaba hacía ellos y los veía con seriedad absoluta — ¡Johnson, vete a la otra fila!


— P-Pero profesor— trató de excusarse, pero el docente no se lo permitió.


— ¡He dicho que se vaya a la otra fila! — demandó de forma brusca, logrando que Haze se levantara de su asiento y fuera rumbo a la fila que él le indicó, aunque a mitad de camino sintió cómo alguien interponía su pié y le hacía caer de forma brusca, provocando que el docente empezara a reclamar mientras que los demás alumnos reían de forma poco empática.


— Auch — murmuró mientras trataba de reincorporarse, mirando de reojo a la persona que le hizo caer, se trataba de aquel misterioso pelirrojo, quien miraba a Haze de una forma diferente a la de antes, lo miraba con mucho más odio que de costumbre, esto le hizo tragar en seco con mucho temor, mientras su pecho latía con fuerza y mucha confusión se formaba dentro de él, y ni hablar del sonrojo que inundó sus mejillas cuando vió los ojos verdes de Jessie.


— ¡Señor Dalton! ¡no pienso permitir esta clase de comportamiento en mi salón de clases! — clamó el docente mientras se paraba junto a Jessie para verlo con seriedad — ¡Vaya con el director ahora mismo!


Jessie frunció el ceño mientras se levantaba de su asiento para tomar sus cosas e irse, no sin antes pasar junto a Haze para chocar hombros con él de forma brusca, y susurrarle algo que dejó helado al chico de ojos azules.


— Eres igual a ellos — dijo de forma tosca mientras avanzaba hacía la puerta del aula de clases, haze se quedo mirando cómo se marchaba mientras un leve dolor empezaba a palpar su pecho con intensidad, un dolor que le hacía sentir culpable, casi tan culpable como cuando hacía enojar a Shun, solo que esta vez, se estaba convirtiendo en algo mucho más fuerte y molesto.



-



Haze pasó el resto de la clase pensando en la mirada y en las palabras de Jessie, "eres igual a ellos" ¿a qué se refería exactamente con eso? no lo entendía, y tenía miedo de preguntar, porque presentía que al hacerlo, solo se ganaría que el pelirrojo lo golpee a su gusto.


Cuando la campana sonó, él se levantó de su asiento y se fue rumbo al pasillo, planeaba ver a Shun ahí, aunque por primera vez, quería evitar a su amigo, no porque no lo tolerase, simplemente quería evitar esa incómoda conversación sobre su "primera vez", tema que aún era todo un misterio para Haze.


Caminó rumbo al comedor, lugar donde vió a varios chicos y chicas comer como si nada, de forma rápida e inconsciente, buscó a Jessie con la mirada, pero no lo vió por ningún lado, cosa que le hizo suspirar pesadamente mientras el dolor en su pecho se acentuaba.


Avanzó hacía el sitio donde daban la comida, pensando en algo que pudo haber dicho la noche anterior que pudiera generar ese abrupto cambio en él, pero por más que lo intentaba, no recordaba nada en absoluto.


— ¡Miren nada más! — clamó aquel odioso sujeto rubio cuya voz irritaba tanto a Haze — ¡Pero si es Sasha "mariquita" Johnson!


— Hoy no Edward, por favor — murmuró con la voz algo apagada.


— ¡¿Disculpa?! ¡¿y es que acaso yo debo seguir tus órdenes, perra?! — exclamó mientras lo sujetaba del cuello de la camisa con fuerza y lo sacudía un poco — ¡¿Desde cuándo debo permitir que un insecto como tú me dé órdenes a mí, eh?!


— ¡¡E-Edward por favor!! — clamó tratando de zafarse del agarre ajeno, pero fue en vano, ya que cuando menos se lo esperó, el chico rubio lo estampó contra una de las mesas del comedor.


— Mi cuota, perrita — murmuró cínicamente.


— N-No traje dinero hoy — respondió con dificultad.


— ¡No quieras verme la cara de imbécil! — clamó azotándolo con fuerza contra la mesa — ¡El dinero, mariquita!


— Revísame si quieres, no traje nada hoy — murmuró de forma algo incrédula.


— ¡¿Disculpa?! ¡¿ahora como toda la escuela sabe tus mañas crees que eso te da el derecho de pedir descaradamente que te manoseemos?! — dijo el rubio mientras lo jalaba de la camiseta para hacerlo reincorporarse y darle un fuerte puñetazo en el abdomen que le hizo encorvarse, mientras todos los demás alumnos miraban aquello sin intención alguna de entrometerse.


— Agh, D-Dios — murmuró tratando de recobrar el aliento.


— Hoy ando de buen humor, así que te perdonaré lo de la cuota por hoy, pero si mañana no me das mi dinero, no seré nada piadoso contigo — dicho esto, el rubio se dió media vuelta y se alejó de él, dejando a Haze de rodillas en el suelo sin poder respirar de buena manera aún.


Una lágrima rodó por su mejilla a causa del dolor, él estaba adaptado a que lo golpearan, sí, pero eso no hacía que el dolor físico se desvaneciera, a veces incluso lo multiplicaba, ya que al recibir golpes tan seguido, su cuerpo siempre se encontraba malogrado y herido, sobre todo en las partes que esos bravucones más adoraban golpear (rostro, abdomen, costillas, entre otras).


— Casi le ganas esta vez — dijo una voz que él ya conocía, por lo que alzó la mirada para ver con detenimiento al chico gótico parado frente a él — ¿Necesitas ayuda?


— N-No, estoy bien — murmuró mientras se levantaba del suelo con dificultad — No pasa nada.


— Creo que ya sé con quién dormiste ayer — comentó sonriendo maliciosamente, logrando que su amigo le mirara con preocupación — ¿Habrá sido con Trevor de casualidad?


— ¡¿Qué?! ¡¿estás loco Shun?


— Te da vergüenza admitir con quién fue, así que estoy seguro de que fue algún idiota de la escuela, y los más idiotas que se me ocurren son Trevor y Edward, y considerando que Edward siente asco y repulsión por ti, la opción más viable en este caso sería Trevor, ¿o me equivoco?


— Es curiosa tu lógica, pero no, Shun, ¡no fue con él! — dijo con algo de frustración mientras sujetaba su abdomen con una mano — Ug, demónios.


— ¡Vamos Haze, ya dime con quién fue, siento que moriré si no me lo dices!


— ¡¿Porqué estás tan interesado en saber eso?!


— ¡¿Cómo que porqué?! ¡¡necesito saber quién le quitó su flor a mi amigo!! — Haze rápidamente cubrió la boca ajena con su mano para ver a su amigo con mucha frustración, pero ni eso logró ser suficiente para callar las maliciosas intenciones de Shun — Vamos querido, mueres por decirlo y lo sabes.


— Y-Yo... — tomó aire mientras pensaba qué excusa poner para quitárselo se encima — ¡Bien! te lo diré, pero que sea en la salida ¿de acuerdo?


— ¡¿En la salida?! ¡¿porqué tanto tiempo de diferencia?!


— ¡¿Quieres que te lo cuente o no?!


— Usht, ¡bien! egoísta asqueroso — murmuró de mala gana mientras se cruzaba de brazos — Iré a almorzar con Miles, te veo después.


— Diviértete — murmuró observando cómo su amigo se marchaba hacía una mesa llena de chicos populares, quienes lo recibieron animadamente en cuanto él llegó, cosa que asombró mucho a Haze, pero le dió mucho gusto ver que su amigo finalmente era "aceptado" en la manada social de la escuela, ese era un logro con el que ambos fantasearon desde el primer año de secundaria, pero que no habían podido conseguir hasta ahora, cosa que animaba mucho al chico de ojos azules.


— ¡Quítate homosexual asqueroso! — dijeron unos chicos que caminaban junto a él y lo chocaban de forma brusca, sus palabras hicieron que un dolor pronunciado inundara el pecho del chico de ojos azules, quien sabía perfectamente que ese sería sólo el comienzo de su nueva tortura, si ya era acosado y golpeado solo por las "especulaciones" sobre su orientación sexual, ahora que estaba más que confirmado que él prefería la compañía masculina, las demás personas del curso no dudarían en demostrar su odio y desagrado hacía su persona, si antes la escuela era una tortura para Haze, ahora se iba a tornar todo un infierno del que no hay escapatoria alguna, y en el que tu única opción, es perecer en la hoguera.



-



Varias horas transcurrieron con lentitud, horas en las que Haze se la pasó sumergido en sus pensamientos, pensando en el horrible destino que tendría ahora que le quedaba claro a sus compañeros que él era gay, sabía muy bien que el día en el que su orientación sexual saliera a flote estaba próximo, y que con él, vendrían muchos dolores de cabeza, el principal era el cómo reaccionaría su familia, porque "era toda una deshonra que él se atreviera a manchar su reputación de esa forma, justo en medio de la campaña de su padre" él ya conocía el monólogo de memoria, muchas veces lo escuchó, y sabía que lo seguiría escuchando hasta el hartazgo.


Miraba cómo el profesor escribía en el pizarrón los ejercicios de matemáticas, sintiendo su sangre helarse al recordar repentinamente la nota que encontró esa mañana en su casillero, tal vez ella le ayudaría a recordar un poco lo que había pasado la noche anterior, porque sí, dicho tema le seguía carcomiendo, era una batalla interna por ver cuál era la angustia y ansiedad que más lograba mortificar y quitarle concentración a Haze, su salida abrupta del clóset era un duro rival, sí, pero su noche de pasión con Jessie era quien llevaba la ventaja de forma indiscutible.


Sacó la nota de su mochila y la abrió cuidadosamente para leerla, le sorprendía la delicada caligrafía que se utilizó para redactarla, fácilmente podía decirse que quien escribió eso fue una mujer.


"Mi corazón está contigo, mi cuerpo añora una mínima señal de tu parte, todo lo que necesito es una mirada, una mirada que refleje pasión, que refleje ternura, que refleje toda clase de sentimientos puros e intensos que puedas llegar a sentir; ver eso logrará completarme, ver eso hará que mi alma muerta logre sentirse viva finalmente; sé que me aferro a algo imposible, el monstruo enamorado del cisne, la bestia encaprichada con la bella, es muy crédulo de mi parte creer fervientemente que algún día podrás llegar a sentir lo mismo, pero no pierdo las esperanzas de que mi sueño se realice algún día, te admiraré y adoraré por siempre, así deba hacerlo desde el fondo, en silencio, como siempre lo que hecho hasta ahora, pero amarte me da la fuerza para seguir este mal chiste al que llamo 'mi vida', siempre seré tuyo, Haze, ojalá algún día puedas llegar a ser mío también".


Jadeó con asombro al leer el contenido de dicha carta, mientras un gran rubor inundaba por completo su rostro; su corazón latía con mucha fuerza, buscaba con desespero alguna firma o sello del autor de la misma, pero solo pudo ver un pequeño garabato en la esquina de algo que parecía ser un gato con algunas rayas, dicho dibujo hizo a Haze sonreír de lado, pero todo lo que decía la carta lo hacía sentir muy nervioso y abrumado, "¿Jessie?" pensaba, por alguna razón que no comprendía, y es que, era absurdo, ya que le había quedado claro nuevamente que aquel pelirrojo solo sentía odio por él, haber pasado la noche juntos no parecía ser una excusa para empezar a llevarse bien, cosa que solo hacía que Haze se sintiera aún más abrumado y confundido, porque ¿si tanto lo odiaba, porqué estaban juntos la noche anterior?


Y así, repentinamente, un cosquilleo recorrió el cuerpo de Haze, todo mientras él empezaba a recordar poco a poco lo que había sucedido la noche anterior, suspirando con pesar y cubriendo su rostro con su mano al recordar con vergüenza que, la persona que lo sacó de aquel terrible apuro en la fiesta, no fue otra más, que el propio Jessie Dalton.


— Gracias por traerme — habló con la lengua algo trabada mientras trataba de bajarse del auto, pero apenas puso un pie fuera del mismo, se tambaleó y estuvo a punto de caer, hasta que el chico pelirrojo lo atajó e impidió que cayera abruptamente.


— Ni siquiera puedes sostenerte, déjame guiarte a casa.


— ¡No! ¡mis papás no pueden verme así, mucho menos si llego contigo!


— ¡Haze mírate como estás! ¡¿pretendes que me vaya y te deje así?!


— Aguanta — dijo mirando alrededor, señalando rápidamente una ventana que quedaba junto a un árbol enorme — Cárgame por allá.


— Tienes que estar bromeando — murmuró con frustración mientras miraba lo alto de aquel árbol — Lo que hago por ti — murmuró con frustración mientras cargaba al pelinegro entre sus brazos y empezaba a caminar hacía dicho árbol.


— ¡Ahora que lo mencionas! — dijo algo abrumado — ¿Porque estás haciendo esto? — el pelirrojo guardó silencio un rato, mientras un semblante serio y algo pensativo se reflejaba en su rostro — ¿Puedo saber?


— ... No creo que sea correcto hablar de esto, no por ahora al menos — afirmó mientras llegaba al árbol y lo miraba con frustración — Esto no va a funcionar, Haze.


— Pues entremos por la puerta de atrás — dijo entre risas bobas mientras señalaba la parte trasera de la casa — Ahí siempre está abierto, y no tengo perro así que puedes entrar.


— ¿Seguro? no quiero que crean que estoy robando o algo así.


— Calmadito, no pasará nada — afirmó sonriendo embobado y mirando fijamente al pelirrojo, quien rápidamente miró a otro lado con semblante serio y se disponía a ir al sitio que le indicaba el pelinegro.


Entró con cautela tal y como Haze se lo indicó, le sorprendió mucho ver que realmente no había ningún sistema de seguridad que le impidiera entrar a escondidas a dicha casa, era abrumador, y muy estúpido de parte de los dueños de la misma.


— ¿Dónde está tu cuarto? — preguntó mientras subía las escaleras principales que llevaban hasta las habitaciones.


— Al fondo, la segunda puerta — señaló con la voz algo adormilada, mirando cómo el pelirrojo buscaba dicha puerta con la mirada — ¿Porqué me ayudaste?


— Ya te dije que no te diré nada mientras estés ebrio, ya cuando se te pase la borrachera hablaremos.


— ... Creí que tú me odiabas — murmuró mirando con pena a aquel sujeto de ojos verdes, quien le miró de reojo de forma incrédula.


— Hasta en eso te equivocas, vaya que eres un idiota.


— ¿Yo? ¡p-pero si tú eres el que me deja claro que me odia cada que puede!


— ¡Yo no hago eso!


— ¡Claro que lo haces! actuando igual que Edward y— jadeó sintiendo algo de hipo apoderarse de él — Y que sus torpes amigos.


El pelirrojo miró a otro lado con pesar, mientras llegaba finalmente a la puerta seleccionada para abrirla y caminar hacía la cama de Haze y dejarlo sobre esta misma.


— Bien, terminó mi tarea, debo irme ya.


— ¡Espera! — clamó tomándolo del brazo y viéndolo con detenimiento — ¿Porqué me odias tanto, Jessie? — murmuró con pesar, mirando cómo el pelirrojo hacía algo que jamás le había visto hacer hasta el momento, sonreír, una sonrisa cínica y algo frustrada, pero al fin y al cabo fue una sonrisa, una aparentemente sincera.


— ... No te odio, Haze — admitió volteando a verlo con atención — Siento muchas cosas por ti, cosas muy intensas, pero ninguna se asemeja al odio, aunque sí, puede que a veces sienta odio, pero no hacía ti, odio hacía quienes te rodean, por tener tal privilegio y no saber apreciarlo, odio no poder tener eso que tanto deseo, eso con lo que tanto sueño, y simplemente no poder tenerlo.


— ¿Y-Y eso qué es? — preguntó mientras un leve rubor se formaba en sus mejillas, Jessie sonrió de lado para agacharse un poco y poder verlo frente a frente con detenimiento.


— Llevo mucho tiempo pensando en el día, en que finalmente halle el momento y las palabras para decírtelo, pero no quiero hacerlo hoy, no quiero hacerlo ahora, porque ¿qué sentido tendría hacer la confesión más importante de mi vida, estando tú como estás ahora, que ni siquiera comprendes lo que trato de decirte? — explicaba mirando con detenimiento el semblante nublado y confundido de Haze, sonriendo de lado mientras arqueaba una ceja — Me voy a arrepentir mañana, pero lo mejor es guardar silencio, al fin y al cabo ¿qué diferencia habrá al esperar uno o dos días más?


— Jessie... — murmuró tomando con timidéz las mejillas ajenas, tal tacto hizo que el pelirrojo le mirara con asombro y extrañeza — Haz lo que hiciste en mi sueño, por favor.


— ¿Sueño? — dudó con curiosidad, aunque le tomó totalmente desprevenido sentir un suave beso en sus labios de parte del chico de ojos azules, beso que le hizo abrir los ojos considerablemente, y ver al contrario con total asombro y algo de picardía.


— Viniste a mis sueños a besarme, quisiera saber porqué — susurró besando torpemente al pelirrojo, quien luchaba por no caer en la tentación, pero luego de unos segundos, tomó al contrario del cuello y decidió tomar las riendas en ese asunto.


Empezó a besar de forma muy lasciva y poco sutil a Haze, quien jadeaba entre besos mientras se aferraba a los brazos ajenos y luchaba por no apartarse de ese beso torpe y poco decente.


— Jessie — susurró sintiendo cómo lo recostaban contra el colchón y empezaban a besarle el cuello suavemente.


— Eres tan hermoso — susurró entre besos pasando sus manos por el cuerpo ajeno.


— ¿Haremos el amor? — dudó, logrando sacarle a Jessie una leve risilla cínica.


— No Haze, yo ni loco te haría algo estando tú como estás, prefiero que nuestra primera vez suceda cuando ambos ya seamos más que solo... "un par de tontos que parecen odiarse" — murmuró rodando sutilmente sus ojos, para acto seguido, volver a besar los labios ajenos — Mgh, perdóname, pero me encantas demasiado.


— Jessie — susurró entre besos poco sutiles, jadeando al sentir cómo el pelirrojo iba hasta su cuello para morderlo con algo de fuerza — ¡A-Ah, J-Jessie!


— Perdóname Haze, pero no puedo dejar pasar la oportunidad de marcarte como mío, necesito que esos idiotas sepan que alguien te desea — dicho esto, empezó a chupar y morder la piel del chico de ojos azules, quien jadeaba desesperado mientras sujetaba con ambas manos el cráneo del chico pelirrojo, quien solo se dedicaba a marcar la piel ajena de arriba a abajo cuidadosamente.


"Supongo que esto, significa que yo también te gusto" recordó las últimas palabras que escuchó salir de la boca de Jessie antes de caer inconsciente en su cama, y que ligado con el resto de sus recuerdos, hicieron que el chico de cabello negro jadeara pesadamente mientras un huracán de emociones invadía su ser, desde confusión y extrañez, hasta una cálida sensación que hacía que su pecho latiera con fuerza, y que su entrepierna se sintiera necesitada.



Continuará


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- Gema


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