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05 - 'Bestia'

Los tres entraron a una cafetería algo concurrida, donde varias damas eran las que estaban entregando los pedidos.


— Vaya, hay nenas lindas aquí — dijo el de cabello castaño mientras caminaba con ellos hacía una mesa, Haze se sentía algo tenso, principalmente por el semblante severo y algo incrédulo de Jessie — Anímense chicos, tienen cara de que tienen hambre — bromeó mientras se sentaba con ellos en la mesa que eligieron.


— ¿Tienes cigarrillos? — preguntó Jessie.


— Mh, creo que no — murmuró revisándose los bolsillos — Pero puedo darte algo de dinero para que compres para los dos, ¿qué opinas? — el pelirrojo se quedó algo pensativo, mirando de reojo al chico de cabello negro, quien miraba aquella cafetería con mucha curiosidad — ¿Y bien, Jess?


Gruñó con frustración mientras extendía su mano hacía el contrario para que le entregara el dinero, y cuando tuvo el papel moneda en su mano, se levantó de su asiento para caminar a paso lento hacía la puerta del café, Haze lo miraba de reojo con curiosidad, el semblante de Jessie era raro, parecía no querer estar ahí, pero al mismo tiempo, parecía no querer irse, ¿porqué?


— ¿Qué vas a pedir, Sasha? — preguntó el chico de cabello castaño.


— Am, p-puedes solo decirme "Haze" si quieres — el contrario arqueó una ceja con confusión al oírle.


— Creí que tu nombre era Sasha.


— Y-Y lo es, solo que... m-mejor olvídalo — sonrió tímidamente mientras llevaba uno de sus mechones negros tras su oreja — ¿Qué me recomiendas pedir?


— Bueno, la tarta de cereza de aquí es muy buena, te vendría bien algo rojo para rellenar esos pálidos labios — Haze agachó apenado la mirada al oír dichas palabras, luchando por no ruborizarse — Aquí entre nos, ¿tú y Jessie son amigos?


— N-No — negó rápidamente con la cabeza — E-Es decir... no me cae mal pero, s-siento que yo no le caigo muy bien.


— Sí, eso se nota a kilómetros, la forma en la que te empuja y te hace caer casi siempre deja bien en claro que no te soporta — dijo suspirando sutilmente, logrando que por alguna extraña razón, un leve dolor empezara a palpar el pecho de Haze — Es curioso, muchos en la escuela dicen cosas de ti, cosas de las que yo no estaba seguro porque no había entablado plática contigo hasta ahora, pero al conocerte mejor, no comprendo porqué la gente te molesta tanto, Sasha.


— Creeme, eso ni yo mismo lo sé — admitió sonriendo con pena mientras alzaba sutilmente los hombros — Pero bueno, supongo que no les caigo bien, y ya.


— Es una pena, no creo que merezcas todo lo que te ocurre a diario — comentó mientras veía a una de las camareras acercarse hacía ellos — Dos malteadas de chocolate, por favor, y una tarta de cerezas también.


— ¿No falta la de Jessie? — preguntó Haze algo temeroso.


— No creo que quiera, él dijo que va a fumar, además muy pocas veces he visto a Jessie comer azúcar — dijo mientras miraba a la camarera irse mientras terminaba de anotar su pedido — Es linda ¿no crees?


— ¿Cómo? — dudó inclinando un poco la cabeza.


— La camarera, Sasha; es una chica muy linda — dijo señalando a la chica rubia que se alejaba de ellos, Haze la miró con algo de pena y frustración, se supone que él debía asentir y decir que sí le gustaban las chicas, cuando en realidad, era totalmente lo contrario.


— Sí, es... bonita — murmuró rascándose la nuca.


— Deberías invitarla a salir.


— Oh no no, ni loco, nunca me haría caso — murmuró entre risas penosas, tratando de tomar eso como excusa para no invitar a la jóven.


— Ay por favor, un chico como tú debe tener chicas a montón, no dudo que incluso te estorben — dijo entre risas algo incrédulas, haciendo a Haze reír por debajo con algo de incomodidad — ¿Tienes alguna novia, Haze?


— N-No, aún no — murmuró jugueteando con sus dedos — La escuela me ha tenido muy distraído.


— Lo entiendo, los estudios son muy importantes — afirmó mientras apoyaba ambos brazos en la mesa — Pero relacionarte con alguien también es importante.


— Lo sé, solo... s-supongo que soy demasiado tímido — murmuró rascándose la nuca y mirando a otro lado con vergüenza.


— Hagamos algo — dijo Miles mientras le miraba pícaramente — Mañana daré una fiesta en mi casa, ¿porqué no vas y así te presento a alguna chica?


— Oh no no, no podría, mis padres no me dejan salir a fiestas.


— Oh vamos Sasha, ya eres mayor de edad hasta dónde sé, ¿porqué no dejas de lado lo que dicen tus papis y sales al menos una hora a divertirte?


— Yo... — agachó dudoso la mirada, sentía que ir a esa fiesta le causaría muchos problemas, no solo con sus padres, sino con su amigo gótico, el simple hecho de estar hablando con Miles ya iba a causarle muchos inconvenientes, de eso no tenía duda en absoluto.


— ¿Y bien, qué dices?


— Pues... — tomó aire mientras se rascaba sutilmente la nuca — ¿Puedo llevar a un amigo?


— Claro, por mí no hay problema — dijo sonriendo pícaramente — A menos que sea Jessie.


— N-No, no es él.


— Perfecto, en ese caso puedes llevar a quien tú quieras — afirmó sonriendo calmadamente, el de ojos azules le miró con confusión en cuanto dijo eso de su amigo — No me malinterpretes, Jess parece ser un buen tipo, pero... siempre anda con cara amargada, sin contar que nadie puede hablar con él porque ya quiere molerlo a golpes, ¿te sentirías cómodo y medianamente tranquilo estando con alguien de ese tipo?


— C-Creo que no — murmuró algo dudoso, el contrario tenía sus razones, pero por alguna razón, a él se le hacía raro y un poco pesado que el chico pelirrojo no estuviera presente en la fiesta.


— Bien, dicho esto, puedes invitar a quien quieras a la fiesta — afirmó sonriendo ampliamente, el chico de ojos azules sonrió tímidamente mientras jugueteaba con sus dedos sobre la tabla de madera, se sentía raro, extrañamente incómodo y abrumado, tal vez era por el hecho de que no solía convivir con mucha gente a menudo, o tal vez era solo la idea de ir a una fiesta en la que nadie lo conocería o le respetaría, de cualquier forma, Haze empezaba a sentirse muy angustiado.


Alzó la mirada al oír la puerta del local abrirse de repente, se trataba de aquel sujeto pelirrojo, quien entró con cara de pocos amigos al local, y se acercó a ellos para sentarse junto a Haze, cosa que hizo que el de ojos azules se sintiera muy extrañado y algo ansioso.


— Ten — murmuró extendiendo su mano y entregando los cigarrillos al chico de ojos celestes, quien los tomó y sonrió cínicamente al ver la expresión incrédula del pelirrojo.


— No te vendría mal sonreír de vez en cuando, Jess — afirmó arqueando una ceja — ¿Cómo pretendes encontrar novia si con una cara tan larga solo logras asustar a las mujeres?


— Es asunto mío, no tuyo — respondió en seco mientras se cruzaba de brazos, Miles sonrió de forma algo forzada mientras miraba de reojo a Haze y le hacía una sutil seña, Haze rápidamente entendió que era eso a lo que se refería Miles cuando dijo que no quería a Jessie en su fiesta, y con justa razón.


— Bien amigo, solo trataba de ser cordial — dijo Miles incrédulamente — Como sea, mañana debemos empezar a decorar todo, lo haremos cuando acaben las clases ¿qué opinan?


— Tengo práctica — murmuró el pelirrojo.


— Lo sé, pero necesitamos terminar pronto las decoraciones para el baile; además Jessie, aquí entre nos, me sorprende que sigas yendo a las prácticas.


— ¡¿Exactamente porqué?! — preguntó de forma tosca, haciendo a Haze tragar en seco, y a Miles sonreír de forma algo cínica.


— Cálmate, no lo digo por mal, solo... hace mucho que no te vemos en el campus, creí que planeabas dejar el fútbol.


— Tengo mis razones, ser el capitán no te hace dueño del equipo, o dueño de mi trasero para decirme que hacer.


— No te estoy diciendo qué hacer, Jess — murmuró algo fastidiado — Pero al ser el capitán, debo velar porque todos mis compañeros cumplan con sus responsabilidad, ¿qué clase de capitán sería si pasara por alto tus faltas así como así? eso afecta al equipo, Jessie; ¿puedes entender eso?


— Lo entenderé cuando el entrenador en persona me lo diga — escupió de mala gana mientras miraba seriamente al sujeto de cabello castaño, quien suspiró pesadamente mientras pasaba su mano por su entrecejo con fastidio.


— En verdad me cuesta trabajo entenderte, Jess — murmuró entre risas algo incrédulas — Eres un huracán impredecible, lleno de ira y soberbia.


— Y tú crees que todos vamos a lamerte las bolas solo por ser guapo — murmuró de mala gana mientras se cruzaba de brazos, Haze jadeó con asombro al oír las palabras tan toscas que salían de la boca de ese pelirrojo, el castaño le miró algo divertido cuando hizo tal gesto.


— ¿Lo ves, Jess? tu actitud solo te hace quedar como un bruto frente a Sasha, ¿qué no te da vergüenza? — comentó señalando al chico pelinegro, quien agachó con pena la mirada, sorprendiéndose totalmente al no oír alguna respuesta tosca de parte del pelirrojo — Si quieres pelear conmigo, hagámoslo en el campus cuando estemos a solas, pero por favor no incomodes a alguien ajeno a nuestros pleitos, tal vez a ti no te agrade, pero a mí Sasha sí me agrada, y me avergüenza mucho que actúes así frente a él.


Un leve rubor se posó en las mejillas de Haze al oír las palabras de Miles, sobre todo al ver que el pelirrojo volteaba a verlo con detenimiento, mientras un semblante furioso y algo decepcionado se reflejaba en sus ojos color jade precioso, dicha mirada preocupó mucho al pelinegro, sobre todo al ver cómo Jessie se levantaba abruptamente de su asiento, y caminaba en dirección a la puerta del local.


— ¡Mañana a las seis, Jessie, no faltes! — dijo Miles con diversión y algo de fastidio mientras alzaba su mano, aunque sus palabras fueron interrumpidas al oír el brusco ruido de la puerta del local siendo azotada por el chico pelirrojo; Haze tragó en seco al ver las acciones de dicho sujeto, sintiendo un escalofrío muy desagradable inundar su estómago, sobre todo al pensar en cuáles podrían ser las acciones que haría el pelirrojo en la escuela después de que Miles le dijo todas esas cosas sin tacto alguno, y aunque el de ojos celestes lucía tranquilo y seguro, Haze sentía que la ira de Jessie Dalton no caería sobre nadie más, sino sobre sí mismo.


Alzó repentinamente la mirada al oír la voz de Miles, hablarle con tranquilidad y franqueza.


— No le hagas caso, solo es un bruto temperamental que no sabe comportarse con otras personas — dijo de forma algo incrédula mientras se cruzaba de brazos — Lamento que hayas visto esa pequeña discusión, Jess no sabe cuándo cerrar la boca.


— ¿Él juega fútbol americano también? — dudó arqueando asombrado una ceja.


— Así es, pero son más sus faltas que sus asistencias a las prácticas, no lo hemos sacado del equipo solo porque el entrenador le tiene cierto "afecto", y porque dicen que él es muy bueno para este deporte, yo la verdad no le veo lo bueno por ningún lado, tal vez sea porque me enfoco más en la bestia que hay dentro de él, o mejor dicho, "fuera" de él — dijo de manera risueña mientras alzaba las cejas y se disponía a revisar los cigarrillos que Jessie le había entregado.


Haze miró a otro lado mientras meditaba acerca de las palabras recién dichas por Miles, "bestia", era un nombre apropiado para alguien con un temperamento tan explosivo y brusco, pero, por alguna razón, al referirse a una bestia, Haze pensaba en muchas cosas, menos en aquel chico pelirrojo, a pesar de que le tenía pavor, a pesar de que sentía que tarde o temprano sería duramente golpeado por él, a pesar de todo eso y más, para Haze, el pelirrojo no era algo tan simple como una "bestia", tal vez era porque, el chico pelirrojo se esforzaba en tallar la imágen de una bestia feroz frente a todos sus compañeros, pero en el fondo, había algo más, o al menos eso sentía Haze al verlo a los ojos.



-



— No te hubieras molestado — murmuró mientras caminaba por aquel oscuro sendero junto al chico de cabello castaño, quien le sonrió tranquilamente mientras observaba con detenimiento la tímida expresión de Haze.


— No es molestia, te quedaste hasta tarde por mi invitación, lo menos que puedo hacer es acompañarte a casa — afirmó sonriendo coquetamente, Haze sonrió de forma penosa, aunque en el fondo, le preocupaba mucho caminar a casa junto a ese chico, rogaba porque su vecino no estuviera cerca, y de esa forma, no viera que él iba a su casa con otro chico, y uno muy bien parecido y galante — No has hablado mucho en toda la noche, ¿no eres muy conversador, o soy yo el que no te agrada?


— N-No, no es eso, solo... y-yo no tengo muchos amigos y... hablar con otras personas me cuesta — admitió agachando sutilmente la mirada, asombrándose al oír una ligera carcajada salir de los labios de su contrario.


— Eres un caso muy particular, Haze — afirmó palmeando el hombro ajeno — No te preocupes, yo puedo hablar por los dos para llenar esos ratos largos de silencio, si es eso lo que te preocupa.


— T-Te lo agradezco — murmuró sonriendo ligeramente, logrando sacarle una sonrisa igual a Miles, cosa que le hizo sentir un leve rubor posarse en sus mejillas.


— ¿Es aquí? — preguntó mirando una casa bastante grande y espaciosa.


— Sí — asintió mientras caminaba rumbo al recibidor, pero se detuvo para voltear a ver a Miles y sonreírle tímidamente — Gracias por haberme acompañado, fue muy amable de tu parte.


— No agradezcas, para eso estamos los amigos — afirmó sonriendo y guiñándole sutilmente el ojo a Haze, quien sonrió apenado mientras un leve color rojizo se dibujaba en sus mejillas — ¿Te veo mañana en la fiesta?


— Claro — asintió rápidamente mientras veía cómo el sujeto castaño se daba media vuelta y se iba por donde vino; Haze suspiró aliviado de que todo saliera bien, sobre todo al ver que no había rastros de su odioso vecino por ningún lado, en verdad estaba agradecido por ello.



Caminó a la puerta de su casa tarareando una canción, y pensando qué palabras usar para convencer a Shun de asistir a dicha fiesta, pero sabía que convencerlo no sería la parte difícil, era el hecho de justificar cómo logró que Miles Tocker lo invitara a una de sus "fiestas de chicos populares" siendo que Haze era cualquier cosa, menos un chico popular, o medianamente sociable y agradable.



-



Golpeaba con fuerza aquel saco frente a él, soltando pesados gruñidos de frustración con cada golpe que asestaba contra aquel saco que rellenó con lo primero que encontró, desde ropa sucia y vieja, hasta objetos más duros que fácilmente podían lastimarlo, pero a él le daba igual, necesitaba algo que le ayudara a aliviar la rabia que bombeaba por sus venas, con la misma intensidad que latía su corazón ante cada jadeo que salía de sus labios.


Gruñó bruscamente al dar un último golpe que hizo que el saco que colgaba de una viga en aquel garaje cayera abruptamente al suelo, cosa que hizo al pelirrojo chasquear la lengua con frustración.


Miró sus manos con detenimiento, estas solo eran "protegidas" por un par de vendajes que estaban envueltos alrededor de su mano y su muñeca, pero dicho vendaje ya estaba cubierto de cierto líquido carmesí que él ya conocía muy bien; sus manos temblaban y latían un poco del dolor, pero a él le daba igual, ya estaba adaptado a sufrir dolor, desde jóven se acostumbró a sentirlo y a soportarlo, lo que no soportaba, era un tipo de dolor totalmente diferente y más agobiante, mucho más intenso y molesto que el dolor físico, pero lo más molesto de todo era, que él no tenía idea alguna sobre cómo apaciguar dicho dolor.


-



— ¡¡¡¿Que tú qué?!!! — gritó la persona al otro lado del teléfono, él retiró por un momento el objeto de su oído para evitar que el grito de su amigo dañara sus funciones auditivas, aunque igual se lograba escuchar las quejas del contrario a través de la bocina del aparato en cuestión.


— ¡¡Shun te juro que no es lo que tú piensas!! — murmuró colocando el objeto en su oído y sujetándolo con ambas manos, agradecía que sus padres instalaran un teléfono en su habitación, ya que así podía hablar con libertad sin que estos se enteraran lo que su hijo hablaba con su único amigo, aunque igual trataba de hablar en voz baja para no levantar sospechas.


— ¡¡¿Cómo que no es lo que estoy pensando?!! ¡¡¡entonces explícame cómo carajos terminaste hablando con Miles Tocker sin siquiera mencionarmelo!!!


— E-Él sólo se me acercó después de la clase de deportes, n-nos ofreció a Jessie y a mí ir por algo de beber y—


— ¡¿Quién carajo es Jessie?! — clamó de forma brusca.


— El chico pelirrojo que te golpeó — murmuró con algo de vergüenza.


— ¡¡¿Saliste a beber algo con el chico que me gusta y con el chico que me golpeó?!! ¡¡eres un maldito traidor!!


— ¡¡N-No era mi intención!! ¡¡y-yo no hice eso para afectarte así, Shun!!


— ¡¡Nunca debí confiar en ti, eres un traidor asqueroso!! ¡¡aún cuando yo te defendí de Edward y de sus matones, siendo que tú no me defendiste en absoluto de ese sujeto pelirrojo!!


— ¡Y-Yo te defendí!


— ¡¡Mentiras!! — exclamó de forma algo histérica, haciendo a su amigo agachar la mirada con pesar — ¡Y para colmo de males tienes el descaro de ofrecerme las sobras al invitarme a esa dichosa fiestecita! ¡¡tú no tienes pudor ni vergüenza!!


— ¡¡Shun por favor escúchame!!


— ¡¡No quiero oír nada que venga de la boca de un mentiroso como tú!! — dicho esto, un brusco golpe y un silencio dió a entender que el sujeto al otro lado había cortado la llamada, cosa que hizo a Haze suspirar pesadamente mientras un dolor se acentuaba poco a poco en su pecho, mientras su cabeza comenzaba a dar vueltas de repente.


Dejó el teléfono en su base para acostarse boca arriba en su cama a ver fijamente el techo de su habitación, algunas lágrimas se aglomeraron en sus ojos al recordar todo lo que su amigo le dijo por el parlante del teléfono, odiaba esa sensación de haber perdido al único amigo que tenía, "tal vez si hago que Miles se fije en él, me perdone" pensó, mientras miraba a la nada con pesar, un par de lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, al mismo tiempo que un amargo sentimiento inundaba por completo su paladar.


Entre pensamientos penosos y de arrepentimiento, apareció algo que logró nublar y esfumar por completo los demás pensamientos sobre Shun y Miles, fue la fría e indescifrable mirada de Jessie Dalton lo que logró tomarlo totalmente por sorpresa, al mismo tiempo que un gran rubor también lo tomaba por sorpresa, sobre todo al pensar en la forma en la que ese chico le miraba con tanta intensidad, a pesar de lo brusco de sus acciones, a pesar de lo tosco de sus palabras.Haze no lo comprendía, pero sentía que no era tan necesario comprenderlo a fin de cuentas, sentía admiración por ese chico, ¿qué más podía ser? le avergonzaba mucho admirar a alguien que lo trataba mal, pero a fin de cuentas, todos en su vida actuaban de tal manera, así que no tenía razones para ofenderse, ya que Jessie Dalton solo lo trataba de igual manera en la que lo hacían los demás chicos, nada raro había en él, excepto en la forma tan particular en la que lo detallaba desde lejos, y cómo se apegaba a él, así fuera solamente para molestarlo.


"Debo estar loco" pensaba con frustración mientras sacudía su cabeza, pero por más que lo intentaba, Jessie no lograba salir de sus pensamientos, nadaba en ellos y se adueñaba de estos como si de un malicioso pirata se tratase, y de inmediato, un golpe de inspiración apareció en el pecho del chico de ojos azules.


Se levantó de golpe de su cama para ir hacía su escritorio, lugar donde tenía varios tipos de plumas, bolígrafos y marcadores que utilizaba para su arte; encendió una lámpara y tomó una hoja en blanco para empezar a trazar delicadamente algunas líneas sobre el papel, no tenía muy clara la imágen en su mente, pero sí tenía clara una cosa, la intensa mirada fría y brusca de Jessie, ella fue la responsable de aquel golpe de inspiración de su parte, pensar en ello ponía muy nervioso a Haze, y hacía que sus mejillas ardieran como nunca, "¿cómo podría yo admirar a un sujeto tan aterrador como él?" pensaba, pero por más que se planteaba dicho cuestionamiento, no lograba hallar una respuesta lo suficientemente válida para calmar sus ansias. 



Continuará


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- Gema


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