Mi nombre es June, solo June. No tengo apellido. A veces pienso que ni siquiera debería tener un nombre, nadie nunca me llama por mi nombre, nadie sabe mi nombre, ni siquiera saben quien soy.

Nunca soy notada, fui vecina de algunos, compañera de trabajo de otros, camine al lado de algunas más... Sin embargo nadie nunca me noto.

Y fui yo quien los llevo a conocer a la persona que será su compañero o compañera, por el resto de su vida. ¿Creían que era coincidencia que de un día a otro "algo" pasara? No, ese "algo" que pasaba era yo.

Si, era yo. Siempre estuve ahí. Era la chica que esperaba el colectivo cuando viste a esa persona especial por primera vez. Soy la chica que leía un libro en el bar en donde se chocaron. Soy la chica que caminaba por el parque cuando él casi te choco con su bicicleta y cuando tú te caíste frente a él y su grupo de amigos con tus nuevos patines.

Soy la chica que estaba en el taxi cuando se besaron por primera vez. Soy la chica que estaba bailando a tu lado cuando él bailaba contigo... Soy la chica del momento más importante en tu vida, la chica que nunca viste.

Mi verdadero trabajo es unir a las personas con su alma gemela. Mi trabajo es ser Cupido. Fui creada para llevar el amor al corazón del hombre, hacerlo creer en algo mejor y en que no todo está perdido. Ese pequeño milagro se puede lograr gracias al amor. Yo soy la portadora de el amor.

Algunos quizás me odien, me echen la culpa de sus corazones rotos y sobre algunas de sus relaciones que no funcionaron. La razón por la cual no funcionaron es porque no fui yo quien los unió, a veces el ser humano adelanta los hechos, no tiene paciencia y decide actuar por si mismo, logrando como resultado esto.

El humano tiende a hacer acciones que luego los perjudica, sea consciente o inconscientemente. Cuando soy yo quien lo junta con su alma gemela, las personas tienden a retroceder y a comportarse de manera incorrecta, por miedo. Un miedo que ellos mismos crearon, no saben diferenciar sus sentimientos, porque no saben controlar lo que sienten. Pierden en el camino la fe en ellos mismos y en el amor por culpa de sus propias acciones y decisiones.

Me gusta más cuando las personas lo aceptan y sus acciones son buenas. Cuando cortejan, me gusta ver cuando dos personas que se unen van juntas de la mano por el mundo, me gusta cuando ellos se sonríen. De una manera que nunca antes lo habían hecho y nunca volverán hacerlo.

Es lo que amo de mi trabajo, veo maravillas siempre. Soy testigo de algo hermoso, algo que nadie más nota. Los humanos no lo notan, a veces son fríos y distantes, egoístas.

Ellos se pierden de emociones que no se pueden describir con las palabras, solo se pueden sentir. Se pierden la aventura más grande del mundo... La aventura de amar.

Como les dije antes, me gusta el invierno en Nueva York. Supongo que me exprese mal. Me gusta el invierno en general, sea en Alaska o en Tierra del Fuego. Estuve en muchos inviernos por distintas partes del mundo desde hace muchos, muchos años... Tantos que da vergüenza decir. Y amo cada uno de los distintos inviernos, no siempre son iguales.

Son distintos, cada uno de ellos. Y no solo por la región geográfica, un invierno pasa en una ciudad y al año siguiente no será igual, por más que sea en la misma ciudad. No me preguntes porque, simplemente debes saber que no es igual.

Este invierno estoy en Dublín. Una ciudad en Irlanda.

Hace dos días que nieva, las calles están cubiertas, los arboles parecen haber sido pintados de blanco, si uno esta alejado de ellos parece algodón colocado sobre las ramas.

El cielo ya esta claro, es de mañana pero aún las personas no se han levantado de sus cómodas y calientes camas. Solo una sale a esta hora... ¿Quieres ver como funciona esto? Presta atención.

Me escondo detrás de algunos arboles antes de que él pase. Camina lento, disfrutando del frío como yo, viste muchos abrigos y usa unas gafas, tiene una gorra de lana puesta sobre su oscuro cabello. Su nariz está roja, puedo decir que lleva mucho tiempo caminando, desde su casa quizás. Él siempre hace este recorrido, le gusta cuando esta solo, disfruta de su compañía, le gusta tener un momento para poder pensar con tranquilidad y calmar sus nervios e inseguridades. Él sabe que nadie sale a estas horas en invierno a caminar, pero este día es diferente.

Ella ya viene en sentido contrario, ¿Ves a la chica de pelo castaño concentrada en su celular?. Llega tarde a su trabajo. Es secretaria de un abogado muy exigente, él siempre le pide que todas sus cosas estén listas para el momento en el cual llegue, así que ella debe salir una hora antes de lo previsto, todos los días. Hoy se durmió. ¿Ves como ella busca algo en su celular y no presta atención a lo que la rodea? Esta nerviosa y preocupada, su jefe no tardara mucho en llegar y ella no le ha preparado nada.

¿Ves como él la nota y mira un poco incomodo hacia otro lugar? Está nervioso, es tímido e inseguro.

Ahora es cuando la magia ocurre.

No uso flechas, ni vuelo vestida solo con un pañal. Salgo de mi escondite y simplemente camino hacia ellos y los toco al mismo tiempo. Ellos no pueden verme, ni sentirme. Solo sienten la atracción que pronto se da rienda suelta entre ellos, no es la atracción sexual, es la atracción sentimental y el reconocimiento de sus almas.

Ella deja caer su celular cuando pasa por su lado, él se da la vuelta a mirar y cuando ella se agacha a tomarlo y estornuda, él le responde educadamente con un "salud", me alejo sabiendo lo que sigue a continuación. Una breve charla y puedo imaginar que él se ofrecerá a acompañarla hasta su trabajo, olvidándose de su timidez y atreviéndose a ir por más. Cuando hago unos metros más, me giro a mirarlos, ella le sonríe mientras juntos se dan la vuelta y caminan hacia la dirección en la cual ella se dirigía. Sonrió porque mi trabajo aquí fue hecho.

Así de simple funciona. No hay un bebé, no hay flechas, ni alas, ni pañal. Solo un toque... A veces me gustaría saber porque siguen pensando que soy o un bebé o un niño.

Soy solo yo, una chica. Deberían de haberse dado cuenta hace mucho tiempo, después de todo, los hombres siempre nos acusan de ser las sensibles, románticas y soñadoras.¿No?

Pronto las personas comienzan a aparecer, comenzando su día. Algunas personas corren la nieve de sus puertas, otras de sus ventanas. Ya abrieron los bares, los mozos se encargan de prender la calefacciones, las tiendas de las avenidas están ya abiertas y hay algunos autos circulando con cuidado. Los bares pronto estarán llenos de personas que necesitan un café caliente o un poco de capuchino, para comenzar su día.

Pase la mañana tomando un poco de chocolate caliente en un bar, mientras terminaba de leer una novela. Luego pasee un rato más por las calles y ya cuando era medio dia entre en otro bar para comer algo de comida caliente y rica, algo típico irlandés.

El día está nublado pero no por eso deja de ser hermoso. Deben ser las 15:15 de la tarde cuando salgo del bar y comienzo a caminar hacia una plaza. La nieve cubre cada banco y debo correrla con mi mano para poder sentarme. Doy un pequeño grito cuando siento el frío en mis nalgas, pronto no las sentiré. Miro al cielo y algo se mete en mi ojo, es frió y pequeño. Un pequeño copo de nieve.

Minutos después ya se nota claramente que comenzó a nevar, solo que no tanto.Disfruto mucho ver esto.

Pronto un pequeño cachorro de ovejero alemán está fregándose cariñosamente entre mis piernas, es pequeño aún. Lo tomo en mis manos y lo abrazo. El pequeño animal disfruta luego de mis caricias. Los animales siempre actúan así, ellos pueden sentirme y verme. Ellos saben además cuando una persona los quiere, y yo los quiero a todos. Igual que ellos a mí.

Una joven adolescente aparece frente a mí, es la dueña del cachorro.

—Te pido disculpas, nunca hace eso...— Ella señala al feliz cachorro en mis brazos, le sonrió la tranquilizo.

Está pálida. Sus ojos esconden el dolor oculto de tener tu corazón roto por primera vez. Esta niña no debe tener más de 15 años, es joven e inexperta en el campo del amor. De esto les habla antes. Ella quiso adelantar los momentos, deseaba experimentar el cariño de otra persona y eligió a la persona equivocada, ahora debe cargar un corazón roto e inseguro, en unos años ella conocerá a un chico y ese chico la hará feliz. Solo que ella deberá aprender a confiar de nuevo. Me siento decepcionada cuando ocurren cosas así.

—No te preocupes— le respondo. —Confía en él —le digo y sé que piensa que es por su cachorro, en realidad se lo digo por su futuro amor.

Es una lastima que ella no pueda recordar estas palabras, las olvidara ya que no le dará importancia, no comprende el significado oculto tras ellas. Y jamás lo hará o por lo menos, no en unos años más.

La veo alejarse con el cachorro en la mano y me levanto, tengo que ir a algún lugar ya que la nieve pronto cae más rápido y los copos son más grandes que antes.

Veo una iglesia a lo lejos y voy allí, al llegar me encuentro con que se celebra una boda.Entro en la iglesia y como siempre nadie me nota.

La familia de los novios ocupa casi todos los lugares, veo a la novia de lejos y sé que es fácil y está segura del hombre que ha elegido. Su novio a su lado la mira de la manera en que se puede mirar a la compañera de tu vida. Ellos se aman, ellos son almas gemelas.

Su amor durara hasta su muerte y en su siguiente vida y así será por mucho tiempo, un siclo sin fin...

También me gusta cuando es así, en casos muy especiales no es necesario unir las almas, ya que estas han pasado tantas vidas anteriores juntas que se reconocen y no es necesario interferir, ellas logran unirse sin mi ayuda.

Horas después espero sentada en el avión a que despeguemos, este vuelo sale directo a la capital de Noruega. Me voy feliz de Irlanda, ya que ayude a algunas personas más. Todos ellos hoy tendrán lo que el ser humano desea inconscientemente; ser querido y aceptado.

En sus almas gemelas encontraran eso, el cariño y la aceptación de lo que son. El compañerismo, el amor, la alegría de saber que cuando las cosas van mal, no están solos. Porque aquí no termina todo, aquí ya no es su “Felices para siempre”, deberán pasar retos en los cuales demostraran que ellos son fuertes, que pueden soportar los altos y bajos de una relación, que serán todo para el otro y harán hasta lo imposible por hacerlos felices. Ellos obtienen al fin lo que busca el hombre, la felicidad. Serán felices sin saberlo.

Me gusta ver el amor en las personas. ¿Saben por qué? Porque nunca lo podre tener.

Fui creada para unir a las almas gemelas, ayudarlas a encontrarse. En todo lo bueno siempre hay algo malo, en mi caso es este: yo no tengo alma gemela. No podre saber que se siente que te abrasen con un cariño sincero, ni que tomen tu mano al caminar, ni sentir el roce de unos besos amorosos. Ni siquiera saber lo que se siente que te rompan el corazón, porque nadie puede llegar a él. No puedo enamorarme. Por eso disfruto viendo a los demás enamorados. Porque tengo permitido disfrutar mirándolos para compensar el hecho de que no pueda sentirlo por mi misma.

Nadie creería nunca que lo único que Cupido quiere es tener a su alma gemela.

Fin.