Capítulo 20. Un integrante más
ASHER
«Me ha encantado. Muchas gracias, lindo Picasso.»
Veo por millonésima vez el mensaje que anoche me envió Chelsea. No quiero imaginar la cara de idiota que tengo en estos momentos. Si Charlotte estuviera aquí, se reiría de mí en mi cara de lo sonrojado que probablemente estoy.
Veo mi celular, con intensión de pasar el tiempo en lo que llega Hannah al cementerio. Fue donde acordamos vernos, para hablar y ponernos de acuerdo en el trabajo que le corresponde a cada uno.
Estoy sentado a un lado de la tumba de Christopher, al cual, le actualizo todo lo que sucedió en estos días.
Se que a muchos les parecerá extraño (por no decir enfermo) que hable y le cuente mis cosas a un muerto. Alguien que no puedo ver, sentir o escuchar sus opiniones y consejos. De niño, mi abuelo nos traía a mi prima y a mi aquí.
«Pueden hablarle de cualquier cosa y él estará aquí para escucharlos siempre que lo necesiten. Solo no lo vayan a fastidiar de tantos problemas. Él ya está descansando como para tener problemas después de la muerte.»
Eso nos decía mi abuelo, a Charlotte le parecía una tontería, y yo, bueno, tenía ocho años, cualquier niño creería eso. Ya con el tiempo me fui dando cuenta que obviamente no era verdad. Sin embargo, lo seguía haciendo.
A veces no necesitas que las personas te den consejos para sentirte mejor, solo necesitas ser escuchado. Con nadie me siento de la misma forma que lo hago cuando le cuento Christopher lo que siento. Aunque físicamente no este conmigo, la sensación de que realmente me está escuchando hace sentirme bien y cómodo.
A comparación de cuando se lo digo a Charlotte o mi abuelo, solo me oyen, no le prestan atención como yo quiero. Realmente no me escuchan, solo me oyen.
—Más te vale estar viendo memes y no fotos de mi hermana.
Doy un respingo al escuchar la voz de Hannah a mis espaldas.
Giro para verla, tiene una sonrisa burlona en su cara y viene acompañada de dos personas más.
—¿Por qué vinieron ellos? —ignoro su comentario, señalando con la barbilla a sus espaldas.
—Quieres que trabajemos juntos, ¿no? Bueno, tendrás también que hacerlo con ellos.
Sus acompañantes se abren paso, para comenzar a observar la lápida de mi hermano con sumo detenimiento. A ellos los he visto antes, fueron los oficiales que nos realizaron las pruebas de ADN. Solo que no recuerdo sus nombres.
—Ella es la detective Katia —la señala— y él es Miguel, el médico forense —finaliza.
Este último nos mira, y nos da una fugaz sonrisa, ante esta acción de su parte, noto como se colorean las mejillas de Hannah de un ligero tono carmesí.
La última vez que la vi sonrojada fue hace años, cuando Christopher le había dicho que se veía preciosa en su pijama. Ahora creo que es muy raro que alguien haga efecto en ella.
Eso me lleva a pensar, ¿Hannah no ha estado con alguien más todos estos años? ¿No se ha dado una oportunidad con nadie?
—Bueno, ¿Por qué estamos aquí y no en una oficina como debe de ser? —cuestiona la chica pelinegra.
—Tenemos que aclarar algunas cosas, esto, por ejemplo —Hannah saca de su bolsillo de la chaqueta una pequeña bolsita de plástico. Nos la enseña —este es el collar que puse en el ataúd de Christopher antes de que lo enterraran. Se supone que debería estar enterrado todavía, pero me llego en un pequeño regalo.
—¿Un obsequio de A? — le pregunta el hombre.
Ella asiente, y la postura de los tres mayores se endurece.
—¿A? ¿Quién es A? ¿Avengers? —les pregunto.
Los tres me miran, Miguel divertido. Hannah se frota la frente con su mano, tratando de ocultar la vergüenza y Katia se presiona con los dedos el puente de su nariz.
—¿Enserio que este mocoso va a trabajar con nosotros? —le pregunta Katia a su compañera, intentando que ella se replantee de la decisión.
—¿Tan vieja te sientes para decirle mocoso? —remato Miguel en mi defensa.
Katia lo asesina con una mirada filosa, a él parece no importarle mientras se ríe sin cinismo de ella, al igual que yo.
—Bueno... Volviendo al tema —continúo Hannah— A dejo esto en mi casa, junto con una nota. No sé cómo pudo entrar y mucho menos como este collar fue sacado de aquí.
—Y por lo que veo la lápida no ha sido levantada. El césped no se ve que este sobrepuesto ni raspado. Y la tierra de tu collar se ve demasiado seca, así que eso me hace suponer que el collar no fue sacado recientemente—. Nos informa Miguel.
—¿Qué quieres decir con eso? — pregunto.
—Que lleva tiempo de que lo sacaron—. Interviene Katia.
—Exacto— indica él.
Trato de recordar si alguna vez vi algo raro en la tumba de mi hermano. Lo he visitado durante estos diez años, siempre que vengo le cambio las flores, limpio un poco su sitio y nunca he notado una anomalía. Por lo menos no en la lápida.
—Tu siempre vienes Asher. ¿Has visto algo? — me cuestiona Hannah.
—No exactamente ver algo así que tu digas ¡wow que bárbaro! ¡que sospechoso! Pues no...— digo rascándome la nuca.
—Mira niño — Katia logra captar mi atención— estoy perdiendo la poca paciencia que tengo contigo, así que, si aprecias tu corta y miserable vida, será mejor que dejes comentarios tan tontos y le pongas seriedad a esto —su voz amenazante hace que mis piernas comiencen a temblar— Ahora te lo repito yo ¿Has visto algo?
—Hace tiempo vi a un chico aquí —comente— no sé, hace unos tres o cuatro años. Dijo ser amigo de Christopher cuando le pregunté quién era. Después se fue así, sin más.
—¿Recuerdas cómo era? —habló Hannah.
—¿Te dijo su nombre? —intervino Miguel.
Veo a ambos, sus caras parecen de intriga y desesperación al mismo tiempo. Tan desesperados por confirmar o desmentir cualquier cosa que salga de mi boca. Katia esta del otro lado, demostrando un semblante de aburrimiento. Su celular comienza a sonar, cortando así, la tensión en el ambiente.
—Con permiso— dice, alejándose un poco de nosotros.
Bueno Asher, querías ayudar, es tu momento. Recuerda todo lo que has visto.
—Solo recuerdo que era alto, pelirrojo y estaba pálido. Como impactado por algo, nunca había visto a una persona blanca estar más blanca de lo normal. Su nombre era...— froto con mis dedos mi mentón, concentrado en recordar los detalles— Enrique, creo.
Hannah y su compañero se miran, con miradas que solo ellos podían entender. Pero se pueden sentir cuando tu estas en medio de ello, algo así como no sé qué mierda este pasando, pero debe de ser algo malo.
—Ese maldito —murmuró Hannah.
—¿Qué pasa? — pregunto al no entender su reacción.
Ella se aleja, pasándose desesperadamente sus manos por su cabello.
—Él fue quien atacó a Charlotte— me informó Miguel— y sospechamos que puede ser el responsable de las amenazas que ha recibido tu familia o que trabaja para A. ¿Recuerdas algo más?
Frunzo el ceño, intentando recordar algo raro en su comportamiento. Solo recuerdo haberlo visto viendo la tumba de mi hermano, estaba pálido, llevaba ropa negra y una nota en la mano... Exacto.
—Tenía una nota— suelto— le temblaban las manos y apretaba el papel con mucha fuerza, al grado de hacerla una bola. Solo recuerdo eso.
—Perfecto, ahora solo tenemos que hablar con él y...
—Creo que eso no será posible — lo corta Katia —me acaban de llamar de la comisaría. Enrique Montes ha sido encontrado muerto en su celda — anuncia ella, resaltando cada palabra.
Todos giramos nuestra vista para ver a Hannah, realmente no sabía que reacción esperábamos de ella, tal vez una de completo asombro o felicidad... Pero fue todo lo contrario, se echo a llorar desconsoladamente.
—Todo esto es mi culpa— dijo con un hilo de voz.
—No digas eso. Nada de lo que ha sucedido ha sido tu culpa —. Miguel se acerco a ella, que tenia cubierta su cara con las manos.
En estos precisos momentos no entiendo que pasa con Hannah.
Mi cerebro esta tipo: wey, contexto, please.
—Técnicamente si lo es. Si tan solo hubieras dejado este tema en paz, nada de esto estaría pasando— dice Katia encogiéndose de hombros.
—No ayudas Katia— le digo.
Solo me mira sin ninguna reacción. Al igual que su compañero, se acerca a Hannah, para darle un poco de consuelo. No se exactamente que es lo que debo hacer ahora mismo. Me siento fuera de lugar, ellos saben algo más afondo de la relación que tenia Hannah con él, y al parecer no me la van a contar.
De todas maneras, no me interesa.
Vamos Asher, esta claro que si lo quieres. A todos nos gusta el chisme, incluyéndote.
—Bueno, este no es un buen momento para ponerme sentimental— se reincorpora Hannah, limpiando su nariz con el dorso de su mano—. Tenemos que empezar esto antes de que haya más muertes. Katia, encárgate de revisar la nota que nos dejo A cuando encontramos las cosas de Charlotte — después se giro hacia Miguel — tú, examina las cartas que nos ha dejado, si tiene la misma caligrafía, si el papel es reciente... Lo que sea, pero que haya alguna característica que tengan en común — hace una pausa, para tomar aire— yo pediré una orden de cateo para revisar con detalle su casa, tal vez encuentre algo que lo vincule con la familia Cruz recientemente. ¿quedo claro? — explicó Hannah, intercalando su vista a cada uno de sus dos compañeros.
Ambos asintieron.
—¿Y qué hará el mocoso? — le cuestiono Katia, enarcando una ceja.
—Me llamo Asher, no mocoso— le corrijo de mala manera.
Ella suspira pesadamente y vuelve a hablar:
—¿Qué hará el mocoso de Asher?
Hannah y Miguel ponen los ojos en blanco a la vez, como si estuvieran conectados.
—Me va a proporcionar todos los archivos, documentos, fotos, o cualquier prueba que tenga a la mano. Las amenazas que reciben no son porqué sean buenas personas ¿verdad? Algo tuvieron que hacer para merecerlas. Y Asher se encargará de saber que fue.
—Me parece bien— indicó Miguel.
—Bueno creo que no hay nada más que hablar... Ya vámonos, tengo que pasar por comida para Chelsea— Hannah, que todavía tiene los ojos cristalinos por las lágrimas, se despide con un ligero movimiento de mano.
En seguida, va Miguel, que copia los mismos movimientos que ella. Katia se acerca a mi y se despide con un ligero y fugaz abrazo.
Los miro alejarse, antes de darme vuelta veo que Katia se frena de golpe y se gira sobre si para verme con el ceño fruncido.
—¿Quieres un aventón a tu casa? — me pregunta con una voz cálida y amable.
Sus cambios de humor me dan miedo.
Niego con la cabeza.
—Me quedare un poco más— le informo.
Ella simplemente asiente y sigue su camino hacia el Mercedes-Benz rojo donde se encuentran sus otros dos compañeros, que la están esperando dentro del coche.
Miro el epitafio que esta escrito en la lápida de mi hermano. Él era fan de la filosofía, en sus tiempos libres leía bastantes libros relacionados a ello. No entendía muy bien porque se originó su gusto por ello. Así que un día decidí preguntarle, a lo que él me respondió:
—La filosofía no es solo una materia de relleno en la escuela. Te hace rectificar tus pensamientos y acciones. Trata de darte una respuesta a todo lo que nos rodea, podrá haber mil de ellas, pero solo tú sabes cual tomar. Porque cada ser humano es diferente, piensa diferente y actúa diferente. Eso es lo bonito de la filosofía, que tratamos de comprender lo incomprendible, a nuestra manera. Haciendo que nuestra imaginación cree escenarios distintos con cada respuesta que tenemos.
«Es más digno que los hombres aprendan a morir que a matar.»
Para hacerle honor a sus gustos, mi abuelo decidió poner una frase de Seneca, un filosofo romano. Del cual, Christopher citaba cientos de frases.
Meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Es un día nublado, la brisa corría con algo de brusquedad, haciendo que el sonido de las hojas de los árboles fuera el único sonido presente en el sitio. Mi cabello se revuelve por la potencia del viento, al igual que las flores que están colocadas en cada extremo de la lápida. Contemplo el sitio donde mi hermano esta enterrado, cada detalle, letra y forma de las figuras.
Me confundo un poco al notar algo blanco revoloteando debajo de la tapa de la tumba. Frunzo el ceño y me agacho para tomarlo, lo jalo con un poco de fuerza, pero de manera sutil para evitar romperlo.
Desdobló la hoja, reconozco de inmediato la caligrafía de esta. Es la misma con la que estaba escrita la primera carta que recibí, solo que esta dice algo diferente:
"Objetivo: Enrique y Charlotte.
Causa: Infidelidad y malas decisiones. Ambas situaciones afectaron a un tercero.
Número de víctimas cumplidas: 4 de 8.
Pistas del siguiente: "A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd.
Queda poco tiempo para que me conozcan ¿listos? Porque yo sí."
Si quiero ayudar, debo actuar. Examino la nota con precisión, quien sea que las esté enviando, conocía muy bien a mi hermano. Las pistas son claramente frases que usa nuestra familia, solo alguien personal lo sabría... pero la pregunta aquí es ¿Quién? ¿un familiar? ¿un amigo?
[...]
Durante el camino de regreso a casa, comenzó a llover. Iba cubriendo la hoja en la palma de mi mano, que se encontraba dentro de mi bolsillo. Tenia que tener cuidado en que no se mojara, la pluma que usaron para escribir era un rotulador. Así que con simple agua se borraría con facilidad.
Entro a mi casa sin hacer ningún ruido, no quería que mi madre notara mi presencia. Camino de puntitas hasta llegar al cuarto de Charlotte, toco con suavidad la puerta y espero a que me autorice entrar.
—¿Sabes donde esta el abuelo? — cuestiono.
Hay un desorden por toda la habitación, pedazos de tela por doquier, dibujos de diferentes diseños están regados en el piso. Veo a mi prima que está sentada en su máquina de coser, tiene el cabello despeinado y a simple vista muy seboso.
—En el trabajo, que no es obvio— hablo con brusquedad.
Trato de esquivar los dibujos, en los pequeños espacios que hay en el piso. Lo cual son muy pocos.
—Charlotte, ¿te pasa algo?
—Asher, no he pegado el ojo en toda la noche por hacer estos vestidos, los tengo que entregar en un rato y me faltan bastantes costuras. Si lo que necesitas es importante dímelo de una vez, si no, lárgate de mi cuarto y deja de molestarme—. El cansancio en su voz era notorio, lo sé no solo por el tono que uso, también porque nunca me había hablado así.
—¿Aun tienes el libro de Christopher? El de las frases de diversos poetas.
Ella afirma con la cabeza, y me señala el estante donde se encuentra.
Camino con cautela a su librero, apunto con mi dedo los libros que se encuentran, tratando de visualizar el que necesito. Lo encuentro casi al final de la fila. El lomo color negro y desgastado es fácil de reconocer.
Al tomarlo lo pongo debajo de mi brazo, no quiero distraer más a Charlotte con mi presencia, solo camino a la puerta sin decir nada.
—¿Por qué revisabas los cajones del despacho de Marcos el otro día? — balbucea debido al pedazo de hilo que sostiene con la boca.
Me detengo sosteniendo el pomo de la puerta, no volteo a verla, solo respondo de espaldas.
—No los revisaba.
Una risa ahogada se hace presente de parte de ella.
—Claro que lo hacías, no entrarías a ese lugar por una simple pluma. ¿Qué es lo que hacías ahí dentro?
—¿No tienes vestidos que hacer? — replique amargamente.
Salgo de la habitación sin darle tiempo de contestar. Y me dirijo a la mía con largas zancadas.
Le pongo seguro a la puerta cuando entro a mi cuarto. Me pongo a buscar en el índice del libro el poeta que deseo encontrar.
Alphonse de Lamartine.
Era uno de los favoritos de Christopher. En el libro vienen sus poemas y frases celebres de él, con su significado.
"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd."
Significado: Es el dolor que causa la muerte de una persona y el impacto que hace a sus seres queridos que siguen con vida, como el dolor de una madre o una pareja.
Sabía que esta frase la había visto en algún lado.
Eso quiere decir que quienes están propuestas a sufrir un ataque puede ser Hannah o mi madre. De eso no me cabe la menor duda.
Hannah tendrá que agradecerte Asher, lo descubriste antes que ella.
Ahora solo queda avisarle antes de que pase otra tragedia.
Una notificación llega a mi móvil, la cual veo enseguida:
“Eres más listo de lo que pensé, debo admitir que no me sorprende, siempre lo has sido. Pero no emociones, no sabes el juego al que te has metido.
¿Quieres ayudar? Perfecto.
Atente a lo que pueda pasar, lo que te suceda es bajo tu responsabilidad. Te sugiero despedirte de tu novia, tal vez nunca la vuelvas a ver.
Atte. A"
A me quiere retar, va a conocer de lo que soy capaz....
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¡Hola! Espero les guste el capítulo de hoy. Siento que está muy equis, pero lo escribí con mucho amor.
¿Quién creen que está detrás de A? 👀
No se olviden de votar.
Ig. @im_marsan
Twitter. @Im_MarSan
Si quieren seguirme no me molestaría.
—MarSan.
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