Capitulo 13. ¿Realmente lo siento? P1.
CHELSEA
Socializar, ¿A quien no le gusta hacerlo?
Exacto, a mi. No sé cómo hablar con personas que no conozco, como entablar una conversación, no me creo lo suficientemente interesante para que quieran saber de mí.
¿Y saben dónde somos más propensos a socializar? En una fiesta.
Tengo una especie de relación amor- odio con ellas. Solo voy a estar sentada, disfrutar la comida y ver cómo los demás bailan y se divierten.
En conclusión: no son lo mío. O bueno, lo eran...
Rosa me había estado insistiendo durante esta semana para ir a una fiesta que organizará una universidad que está aleada con nuestra preparatoria, ¿Para qué? Para que los alumnos de último año conozcan sus instalaciones y puedan convencernos de estudiar ahí.
Ella y yo saliendo de la escuela, nos dirigimos a mi casa, para preparar las cambios que vamos a tener y que maquillaje ponernos. Era viernes, fin de semana y mis últimos días de descanso para retomar mis entrenamientos.
- Tenemos que tener dos cambios - me explica, mientras subimos a la habitación - uno casual y cómodo para estar por el campus, caminar, ver las instalaciones. Y otro formal para la fiesta que harán en la noche.
Entramos a la habitación y dejamos caer las mochilas al suelo, como si pesaran una tonelada. Ha sido semana de exámenes, proyectos, ensayos. Mucho estrés.
Me recuesto en la cama, soltando todo el aire de mis pulmones. Mientras que Rosa va directo al clóset, y rebusca en su interior para buscar ropa adecuada para mí.
- Rayito, como es posible que no tengas ropa - dice simulando indignación.
- ¿Y todo lo que está ahí que es?
- Bueno es ropa, pero nada de esto es para una fiesta. Solo tienes ropa deportiva y lo demás...
Meciona son disgusto, y cierra las puertas de color negro del clóset.
- Hace tiempo le vi a Hannah un vestido precioso. A ti se te vería espectacular. ¿Puedes ir a buscarlo? - inquirío.
- No sé de cual vestido hablas - me doy una pequeña vuelta para quedar boca bajo y ver a mi amiga - podemos entrar a buscarlo. Todavía no llega del trabajo.
Asiente y me pongo de pie para ir a su habitación.
No he hablado con Hannah, a pesar de la pequeña discusión de aquel día. Para mí significa mucho, la importancia y prioridad que tiene a su familia. Cómo minimiza mis problemas a "son cosas de una adolescente descuidada".
Entramos a su habitación, es parecida a la mía, solo que las paredes son de color azul, un ventanal un poco más grande que el mío, los muebles son de un color grisáceo y el piso es de madera pulidas.
Vamos directo al clóset, que está lleno de diferentes prendas de ropa, pero acordes a su edad. Nada de gusto para mí.
Puede que sea más grande que yo, pero tenemos la misma estatura, un metro sesenta y cinco.
En el fondo del clóset están los vestidos en sus fundas, Rosa toma tres y los coloca sobre la cama. Me pruebo los primeros dos, que son vestidos largos, corte sirena, brillosos y muy elegantes. Demasiados para la ocasión. Abre el último, y queda paralizada, pálida, confundida y con una mueca de susto.
Pues adentro de este, si, se encontraba un vestido blanco, muy precioso... El único detalle, tenía manchas de sangre y salpicaduras, la parte de baja llena de lodo, seca. Revisamos el interior de la funda y se encontraba un arma, un mapa y la foto de un tipo.
- Hannah, ¿Pero que hiciste? - digo más para mí misma.
Rosa se lleva la mano a la boca, impresionada de lo encontrado. Ambas nos miramos con expresiones de asombro y confusas. Saco mi teléfono y le tomo fotos a las cosas, no las saco de la funda, para no dejar huellas en ella, solo tomo fotos del interior sin tocar nada.
Se escucha en la parte baja de la casa como abren y cierran la puerta, Hannah a llegado, comenzamos a poner todo en su lugar. Salimos de la habitación lo más rápido posible para regresar a la mía.
Tengo que averiguar las cosas que está haciendo Hannah, antes de que sea demasiado tarde.
[...]
Decidimos no hablar más del tema, tranquilice a Rosa y la convencí de no mencionarle nada a nadie de lo que había visto. Tiene que mantener el secreto y se que lo hará bien.
La ropa que elegí para ir al paseo del campus fueron unas zapatillas blancas, un shorts de tiro alto, una camisa blanca con estampados de pizza's, un bolso negro y de peinado el cabello suelto.
Llegamos a la universidad, es un lugar muy amplio, con edificios grandes, modernos y muy limpios. Teníamos las credenciales escolares para que nos dejarán pasar. El tour lo darían chicos de último año y de diferentes carreras. El tour no fue gran cosa, nos mostraron las instalaciones y explicaron las diferentes carreras que hay.
Fuimos a la cafetería a comer algo antes de irnos a arreglar para la fiesta de esta noche. Estamos unos minutos en silencio, hasta que Rosa, decide romper el silencio.
- ¿Qué crees que haya hecho? - pregunta.
La miro, mientras mastico el pedazo de hamburguesa.
- ¿Quién hizo que? - repito, confusa.
- Tú hermana - rueda los ojos - Es mucha sangre para que solo haya herido a alguien.
Me encojo de hombros, fingiendo desinterés ante el tema. Y vuelvo a darle un mordisco a mi comida. Rosa sabe que no continuaré con esta conversación, y decide dejar el tema y comienza a comer.
Hablamos de como nos había parecido el recorrido y de la ropa que nos pondríamos para ir a la fiesta. Según ella, era lo mejor, así que espero no decepcionarme. En un instante, sus ojos se desvían hacia arriba y pone una mueca traviesa.
Frunzo el ceño.
- ¿Qué? - pregunto, confundida.
Rosa levanta su mano y comienza a agitarla. Devuelve su vista hacia mi y las comisuras de sus labios se levantan. Baja su mano y su sonrisa se ensancha.
- Quería darte una sorpresa - me dice - gírate.
Me giro e inspecciono la cafetería, y lo encuentro a él, aproximándose a nosotras con una amplia sonrisa,sus manos están metidas a los bolsillos delanteros de su pantalón. Su cabello negro alborotado, ojos color miel y su piel bronceada hace que resalte ante todos los que pasan a su lado.
Me vuelvo a mi lugar inclinandome hacia delante, mi corazón está latiendo a mil por hora.
- ¿Por qué está él aquí? - le susurró a Rosa.
- Él estudia aquí, tonta.
Antes de poder responder el se coloca al lado de nuestra mesa, intercalando la mirada entre ella y yo. Trago saliva cuando vuelvo mi vista hacia a él, por lo bien que se veía.
- Hola, chicas.
Parpadeo para volver a la realidad, y poder responderle el saludo, pero abro mi boca y no emito ningún sonido. En estos momentos mi cerebro y mi boca no están conectados. Se fueron a dar un paseo y no se cuando piensan volver.
- Hola, Asher - lo saluda Rosa.
-Ho-hola
¿Acabo de tartamudear? ¿Es enserio? Y eso que solo me ha saludado.
Rosa se desliza para darle un espacio para que él se siente. Toma asiento y pone sus cosas en el suelo, a un lado de él. Sus ojos recorren desde mis manos, que están sobre la mesa, hasta mis ojos y repite el proceso continuamente, como si no tuviera prisa. Su vista se posa en mis labios y siento un escalofrío recorriendo toda mi columna vertebral, los remojo por los nervios que tengo, él reprime una sonrisa y clava su vista a la mía.
- ¿Te gustó? - pregunta.
- ¿Eh? - respondo, nerviosa.
- ¿Qué si te gusto el recorrido que tuvieron? - aclara.
- El recorrido.... Eh... - lo pienso - si, estuvo interesante.
- ¿Enserio? Te veías muy aburrida en el trayecto, incluso en una parte casi chocas con una pared de lo distraída que ibas - niega con la cabeza, divertido.
Un momento, él cómo supo eso sí...
Giro mi vista a Rosa que está descaradamente tomando de su malteada mirando por la ventana, como si la vista fuera preciosa la muy ingrata.
Si, Rosa le dijo que vendríamos, que traicionera.
Vuelvo mi mirada a Asher que le brillaban los ojos y su sonrisa era tan enorme, brillante, fresca e hipnotizadora que hacía que sus hoyuelos se marcarán.
- ¿Vendrás a la fiesta de esta noche?
- No lo sé - murmuro -. No soy mucho de salir a fiestas y no tengo que ropa ponerme.
Asher solo asienta, sin quitarme la mirada de encima. Ahora siento su mirada más pesada, pero no me molesta, al contrario, me gusta, siento como una corriente de aire caliente sube poco a poco de mis pies a todo mi cuerpo.
Él apoya sus antebrazos a la mesa y se inclina un poco, para estar más cerca de mí.
- Por la ropa no hay problema, cualquier cosa que te pongas hará que te veas hermosa. Incluso haces que las prendas feas se vean bellas cuando las llevas puestas - señala con la cabeza la blusa de pizza's que llevo puesta.
Okey, eso sí me hizo sonrier, tanto que siento que las mejillas me arden de lo sonrojada que probablemente esté. Y él sabe lo que provoca en mi, al ver el color carmesí de mis mejillas, su sonrisa cambia a una media sonrisa, pícara, seductora y segura.
- Gracias - comento avergonzada.
- Me encantaría que fueras, de verdad. Me animarias un poco la noche con tu presencia.
¿Qué yo qué? Yo no logro animarme ni a mí misma, y no creo ser capaz de animar a alguien más.
- Si iremos Asher - se entromete Rosa - así Chell y yo te animamos un poco.
- Gracias, pero con Chelsea me basta y me sobra. Además tú estarás con Maky, no creo que yo sea bienvenido con ustedes dos.
Toma una de las papitas fritas que tiene Rosa en su plato y me guiña un ojo antes de levantarse.
- Me tengo que ir a arreglar unos asuntos, pero te veo más tarde ¿Si? - se agacha para tomar sus cosas.
- ¿Quien dice que si iré? - me cruzo de brazos y me tiro en el respaldo del sofá.
Él se endereza en su lugar y me enarca una ceja.
- Eres amiga de Rosa, creo que tú más que nadie sabe que ella no acepta un no por respuesta - saca el móvil de su bolso- te veo más tarde Chell.
Sin antes comenzar a andar me sonríe como despedida y se aleja. Rosa lo sigue con la mirada y se desliza al lugar que el dejo. Siento que puedo volver a respirar, y que mi aura comienza a volver a la normalidad poco a poco. El enrojecimiento de mis mejillas aún sigue presente y eso le hace gracia a mi amiga, que me mira con entusiasmo y diversión.
- Chelsea Cervantes, la chica de sentimientos de hierro cae rendida antes los alagos de un chico - con sus manos hace señas como si enmarcar un titular - vaya noticia, quien te viera así, picarona.
- Cállate, pero sí, algo así acaba de pasar - digo, aturdida.
- ¿Pues que esperamos? Vamos a arreglarnos, que está noche tienes un chico que conquistar - me da una palmada en el hombro y se pone de pie.
Niego con la cabeza, divertida ante su entusiasmo. No me gustaba la idea de ir a esa ridícula fiesta pero si Asher irá, no me cuesta nada hacer un sacrificio.
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Aquí les traigo la primera parte de este capitulo. Muy atentos a lo que se viene, como dicen, mucho ojo chicos 👀.
Mañana habrá actualización de la segunda parte.
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