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Capitulo 12. Caras diferentes

HANNAH

- ¿Eh? - pregunto el chico, algo confundido.

No sé en que momento me puse a pensar en voz alta, pero en mi cabeza solo resonana la frase de aquel mensaje. No era casualidad que la manera en que terminaba era parecida a la cita que decía el abuelo de Asher antes de empezar una partida de ajedrez.

- ¿Hannah a qué te refieres con eso? - inquirió Chelsea a mi lado.

Pestañee.

- Nada, nada. Solo Olvidenlo -. Aclaré, haciendo un gesto con la mano restándole importancia.

- Si tú lo dices - dijo dudosa.

Ella tomó camino para volver a sentarse con los chicos en la mesita del centro. Desvió su atención de mi. Y paso a estar más concentrada en lo que Rosa y Asher le decían del juego.

¿Debería de decirle a Asher lo que sabía de su abuelo? Lo que probablemente le pasaría. No estoy segura de que sería, pero probablemente sea peligroso, saldría lastimado o su vida estaría en juego.

- Tengo que llamar a Katia - emití tontamente.

No recibí ninguna respuesta de parte del trío de torbellinos. Que estaban tan empeñados ver quién era mejor en el ajedrez.

Tome la vela que estaba en la mesita de centro. Y me dirigí con la poca iluminación que emitía la vela a la cocina. Llame al número de Katia, ella tenía que saber esto.

Llame al celular del trabajo. No contesto.
Llame al personal. No obtuve respuesta.

Exhalé en forma de fastidio.

No me quedó otra opción que llamar al que usaba para sus citas pasajeras.

Esperé unos segundo con los codos apoyados en la barra que separaba la cocina del comedor. Me contestó al cuarto tono.

-¿Si? - dice en un tono coqueto y seductor.

- ¡¿Se puede saber por qué no contestas el celular que usas para el trabajo?! - inquirí algo brusco.

- Depende, ¿Qué tipos de detalles quieres? - pregunto, socarrona.

Me frotó la mano por la cara, para tratar de concentrarme en lo que tengo que decirle.

- Bueno eso no importa. ¿Podemos hablar? Es algo importante lo que tengo decirte - comenté, mirando repetidas veces la puerta para vigilar que no me escuchen.

-Mhm - aceptó Katia. Al fondo escuché como hablaba con la persona con la que estaba. Y salía de esa habitación para entrar a otra. -Listo, ya estoy sola, ¿Qué pasa?.

- ¿Recuerdas el mensaje que me llegó cuando Chell estaba en el hospital? - me confirma - bueno, creo que el siguiente en ser víctima es el seños Marcos.

- ¿Cómo estás segura de eso?.

- Por que los chicos estaban jugando ajedrez y Asher citó algo que decía su abuelo respecto al juego - susurré intercalando la vista de la puerta a la vela - y curiosamente eso termina con la frase que me enviaron a mi. No es pura casualidad Katia, alguien quiere hacerle daño a personas que le hicieron daño a él - dije con seguridad.

Hubo un momento de silencio, como si Katia procesará todo y buscara una respuesta lógica. Finalmente rompe el silencio.

- ¿Dónde son los lugares a los que va el señor Marcos a apostar? - inquirio como respuesta.

- No lo sé, son muchos lugares clandestinos los que hay en la cuidad. ¿Por qué?

- ¿Qué le molesta a un apostador? - preguntó retoricamente.

Hubo un silencio, me lo pensé por un momento, hasta que di con la respuesta.

- Perder.

- ¿Y qué pasa cuando pierde? - volvió a cuestionar.

- No lo sé, ¿Se retira del juego? - respondí algo confundida - ¿Qué es exactamente a lo quieres llegar?

- Cuando pierden, siguen y siguen apostando, para ver si tienen un golpe de suerte y con lo que ganen pagar sus deudas de los juegos anteriores - me explicó - si tú suposición es cierta, a él no lo atacarían físicamente, sino, con dejarlo en ceros.

Comprendí a lo que quería llegar, sería una manera simbólica, a ese señor solo le importa su dinero, es por lo que daría la vida. Si le quitan lo que más ama, sería como darle un golpe, justo en su punto débil.

- Tenemos que averiguar a qué lugar va, son demasiados pero con un poco de ayuda...

Al fondo se escuchaba el sonido de un celular, pensaba que era el de la pareja de Katia, hasta que me interrumpió.

- Tengo que colgarte, es del trabajo, cualquier cosa manténme informada.

- Tu igual a mi - colgamos a la vez.

No se si sea demasiado tarde o si estamos a tiempo de impedir ese ataque. Ya habían pasado tres días desde que me enviaron el mensaje. Tendría que haber un patrón que nos ayudará a anticipar su próxima víctima.

Me quedé viendo a un punto específico, sumergida en mi propios pensamientos. Enserio, por qué todo esto tendría que estar pasando, justo ahora, tantos años después de su muerte.

Escucho un crugido detrás mío, me sobre salto y giro para ver una silueta en la oscuridad, un poco alta, hombros anchos y cabello revuelto. Prendo el flash de mi móvil y encuentro a Asher sosteniendo un vaso a la altura de su pecho.

-Me asustaste niño - dije con disgusto.

- Lo siento, no sabía que estabas aquí - con su pulgar apunta a la dirección de dónde venía - Chelsea quería un poco de agua.

Lo dice con una voz ronca y despreocupada, algo característico de los hombres de esa familia. Con la luz del móvil le índico donde se encuentra el grifo de agua.

El chico pasa a mi lado, no me mire, no me habla, pero tiene la mandíbula tensa, o eso es lo que creo, la falta de iluminación no me deja ver con claridad.

- Avenida insurgentes, calle Cuauhtémoc número 308. En contra esquina del museo de cera. Es el único sitio donde apuestan en el ajedrez - expresó con firmeza, dandosé vuelta para quedar de frente conmigo.

- ¿Eh? - inquirí como respuesta.

- Querías saber dónde se reúne mi abuelo para sus apuestas ilegales ¿No? - se encoge de hombros - esa es la dirección. Parace un restaurante, pero ahí dentro pasan muchas cosas. No tienen como único delito las apuestas.

- ¿Qué fue lo que escuchaste?

- Descuida, solo escuché lo último - toma el vaso y a pasos cortos se va aproximando a mi, hasta quedar de frente - yo sé muchas cosas que hace mi familia dentro y fuera de casa. Te puedo ayudar a lo que sea que necesites.

El tono de su voz sonó firme, sombrío y con un pequeño toque de maldad. Claramente sabe lo que pasa, siempre ha sido diferente a su familia, en muy correcto, no juega sucio, no tiene aires de superioridad. Simplemente no se cual sea la intención de ayudarme, cualquier cosas que diga podría afectar a su familia.

Al no dirigirme a él con una respuesta continúo:

- Piénsalo, velo como un ganar-ganar. Tu consigues avanzar en el caso y yo puedo liberarme de toda la mierda que tengo como familia. Ambos llegamos al mismo objetivo.

- ¿Cuál?

- La justicia - él soltó eso de golpe. Y siguió su camino para volver con las chicas.

No me gusta la idea de involucrarlo en las pistas que la persona incógnita nos mandaba. Pero sería de gran ayuda, conoce a muy bien los cometidos de su familia, sus debilidades y lugares a los que frecuentan ir. No me sonaba una idea tan descabellada.

Tenía que pensarlo bien, en este momento no puedo confiar en nadie, ¿Y si él mismo podría ser quien está haciendo todo esto para hundirlos?, tanto odio le tiene a sus padres que lo creo capaz, al igual que a su hermano...

La noche transcurrió con normalidad, decidí no volver con ellos. Subí a mi habitación y espere a que Asher y Rosa se fueran.

En la mañana desperté muy temprano, como de costumbre, le hice el desayuno a Chelsea y la fui a dejar al colegio. Seguí sin dirigirme la palabra. Todavía seguía enfadada por la pequeña discusión que tuvimos la tarde anterior.

Llegué a la comisaría y me fuí directo al laboratorio, hoy salían los resultados de las pruebas, y quería saber más a detalle que ocultaba esa familia.

Al entrar Miguel me recibió con una gran sonrisa en su rostro, como si se alegrará de verme. Katia estaba apoyada en una mesita de brazos cruzados, tenía un aspecto un poco descuidado, el cabello despeinado, unas ojeras muy notorias y una expresión de cansancio y aburrimiento.

- Buenos días - los saludé, cordial.

- ¿Qué tienen de buenos? - soltó la pelinegra, con amargura.

- Uuuyy... - la escaneé con una mueca de indiferencia - al parecer el de anoche no cumplió tus expectativas- bromeé y ella solo giro los ojos.

- Buenos días - correspondió el chico - ¿Listas para saber los resultados?.

Ambas asentimos.

Miguel nos pasó las carpetas, donde contenían los escritos de las pruebas.

- Bueno, todo lo que dijo el doctor Cervantes es cierto. Christopher no es hijo de Miranda, pero... - se tomó una pausa, para ponerle más drama al asunto - al parecer es hermano de Charlotte, no son primos.

Espera un momento... ¿Cómo es que yo no sabía esto? La había investigado hasta en lo más recondito del planeta. Mi cara de perplejidad la noto Miguel que se apresuro a explicar más detalladamente la situación:

- Charlotte es hija de Marcos. Christopher de Gustavo. Ambos chicos comparten la misma madre, pero no sé si ella tenga el lunar que tenía él. Tiene que ser así, pues su madre fue quien se los heredó.

- ¿La hermana de Miranda se metió con su cuñado y el padre de él? - inquirío Katia, asombrada.

Miguel asintió con la cabeza, para tomar su portátil y buscar algo en ella.

Yo seguí en shock por eso, estoy segura que el tiempo que conviví con Charlotte no había visto el lunar en ella. Me siento decepcionada por mis fallidas habilidades de investigación.

- Al añadir los resultados de ADN al registro, coincidía con unos expedientes del sistema - voltea la portátil para compartirnos lo que veía - Ella es Krisly Nuñez, la madre de ambos. Detenida el 2004 por intento de secuestro y violación a la orden de alejamiento dada por la familia Cruz. Salió un año después, pago la fianza. En el 2010 volvió a estar detenida, por tráfico y posesión de sustancias ilegales y lavado de dinero... Adivinen quién la ayudaba - alargó esas palabras, como si disfruta el momento.

Presiona la tecla enter para pasar de página, y mi boca de abre en forma de "o" al ver quién estaba en la pantalla.

- Nada más y nada menos que Christopher. No solo le ayudaba, también era el encargado de todo lo que hacían - se encoge de hombros - o al parecer fue lo que dijo Krisly en su declaración.

Me quedé como tonta mirando la pantalla, analizando las fotografías que venían de ellos tres. Ni como negar que eran familia. No se si creer o no en esto. Christopher no era capaz de seguir los pasos de su familia, odiaba eso, seguir con la monotonía familiar. Le asqueaba el echo de pensar que vender droga, robar dinero y mentir para conseguir lo que quieres era la manera de sobrevivir en un mundo lleno de corrupción e injusticias.

Y ni hablar de Charlotte, odiaba los aires de superioridad que derrochaba esa gente. Su autoridad y empoderamiento que emitían al llegar a cualquier sitio, como las personas obedecían sus órdenes, con miedo y vergüenza de sus tratos.

Así los conocía a ellos, o quienes creía conocer...

Como todo en esta vida tiene una doble cara, la que son y la que creemos conocer. Solo depende de la persona con la que estés, decides cuál mostrar.

La falsa para salvarte o la verdad para destrozarte.

Volteé mi vista a Katia, que está igual de estupefacta, con la mano en la boca. Solo tenía una pregunta en la mente que era la misma que compartía con ella:

- ¿Cómo es posible que todo esto no lo hayamos encontrado nosotras? - le pregunto Katia, intercalando su vista de él y la laptop.

- Con dinero es fácil comparar cualquier cosa, incluso a la policía - aseguró - La pregunta verdadera es ¿Por qué hacia todo esto? ¿No odiaba a su padre y a su abuelo por qué hacían lo mismo? Es algo ilógico.

- ¿Por qué Krisly desapareció cuando nació Charlotte? - expresé, incorporándome poco a poco a la realidad - ¿O también han mentido en eso? Cuando salió de la cárcel pasaron seis años, en esa época Charlotte tendría unos quince, tal vez la ayudo a conocer todo el campo. Y al encerarla, ella ocuparía su lugar.

- También se esfumó cuando nació Christopher, y justo a los dos, los dejo al cuidado de su hermana - dijo Katia - tía y sobrinos metidos en este caso ¿Coincidencia no? - ladeó la cabeza, viéndome con una sonrisa sútil en el rostro.

- Sea cual sea la situación, debe conectar con la muerte de él. Tenemos que buscar en qué cárcel está Krisly e interrogarla, debe saber algo - indiqué - Después hablaremos con Charlotte. Lo importante en este momento es mantener vigilada a la familia. Alguien quiere venganza y debemos de actuar cuanto antes a sus ataques. No debemos permitir que corran mucho el riesgo. ¿Quedó claro Katia? - le dije, haciéndola entender que no quería que tomara esto a la ligera.

- De acuerdo capitán - asintió, aún manteniendo su sonrisa.

Cada uno volvió a sus respectivos deberes, mi cabeza seguí dando vueltas a toda la información nueva. Creando teorías y suposiciones de que fue lo que en realidad paso. Todo esto es un caos, cuando creí dar un paso adelante, pasan nuevas cosas y eso hace que retroceda otros tres hacia atrás. Dejándome más confundida y fastidiada de la situación.

Así se me pasó el día, solo pensando. Uno podría imaginar que es bueno, pero en realidad, al hacerlo demasiado te podría llegar a atormentar.

Llegué a casa, no tan tarde como anteriormente lo hacía. Eran las siete de la noche. Chelsea debería de estar en su recámara, haciendo la tarea o cualquier cosa que una chica de su edad hace.

Subí a mi habitación, me dí un baño y baje para preparar la cena. Mientras tarareo una canción que usan en las películas para pasar de una escena alegre a otra más alegre. Por qué ese es el efecto que tienes cuando ves comida, felicidad.

Me llega una notificación, tomó el móvil que está en la barra y abro el mensaje:

Katia: Al parecer hubo un asalto fuera de un restaurante, te mando la dirección para que vengas. Necesitas ver esto tu misma.

Y vaya la sorpresa que me dí, cuando vi que era la misma que Asher me había dado. ¿Casualidad? No lo creo. ¿Quien iría a uno de esos lugares un martes? Por Dios, si este día lo único que uno quiere es que se acabe.

Me dirijo a la habitación de Chelsea para avisarle que saldré. Doy pequeños toques a la puerta, solo se escucha un mío amargo y duro "adelante".

-¿Qué? - dijo, con indiferencia, sentada en su escritorio, dándome la espalda.

- Al parecer necesitan que esté presente en un asunto. Vuelvo enseguida - abro la puerta - No le abras a nadie, recuerda que por ahora no es seguro - le ordenó, asiento con la cabeza, sin voltear a verme.

Conducí y en diez minutos ya estaba en el sitio,doy gracias por qué el destino hiciera de las suyas para quitar el tráfico.

Veo muchas patrullas, policías de un lado a otro, una ambulancia y muchos espectadores. Me sentía en esos programas de detectives, como el de La ley y el orde. Solo se trataba de un asalto, no había necesidad de tanto.

Cruzo la cinta que rodea la zona y a unos escasos metros me esperaba Katia.

- ¿Qué pasó? - cuestioné, al llegar a ella.

- Un asalto a un sujeto, pero no a cualquiera - su mirada se dirigió a la ambulancia, en ella estaba el Señor Marcos - fue golpeado en la cabeza con un tubo de metal, al parecer solo lo atonto, el impacto no fue con mucha fuerza. Estará bien - me hace un ademán de mano para tomar camino hacia la ambulancia - según testigos, la persona que lo asalto era un hombre alto, uno ochenta aproximadamente, hombros anchos, vestía de negro y tenía un pasamontañas en la cara. Estaba todo cubierto así que no vieron ningún rasgo físico - se detuvo a unos metros y me giré hacia ella - El señor no quiere hablar con nadie que no seas tú así que, ese viejo testarudo y amargado es tuyo.

Me dio unas palmaditas en el hombro y se dio vuelta para irse con los criminalistas, que seguían buscando cualquier indicio que la escena.

- Buenas noches seños Marcos, soy la detective...

- Ya sé quién eres, ¿Qué es lo que quieres? - expresó con enojo, mientras sostenía una bolsa de hielo en su cabeza.

Al parecer, ni por más sustos que le dieran no se le quitaría al actitud arrogante, fastidiosa, irritable y chocante que lo caracterizaba.

- Solo vengo a hacerle unas preguntas señor - bufé entre dientes - es para ayudarlo, ¿Las podría contestar?

Se encoge de hombros, sin tomarle importancia al asunto.

Estoy a nada de darle yo otro golpe, pero en vez de un tubo de metal, le doy con la puesta de la ambulancia.

- ¿Cómo pasó el asalto?.

- Salía del restaurante con un maletín, adentro tenía medio millón de pesos. Procure en no ser tan obvio - menciona con pereza- a una calle había estacionado el coche, pero antes de entrar, sentí la mirada de alguien, no me dio tiempo de voltear, me dieron un golpe y caí al suelo. Lo último que recuerdo es eso. Nada más.

- ¿Algo característico que haya echo el sujeto? No sé, una palabra, algo que para usted sea relevante.

Hizo una expresión, como si estuviera recordando cada detalle para encontrar algo que funcionará. Tardo unos segundo, su rostro se iluminó.

- Antes de desmayarme dijo: ¿Pensabas que ese era el final?, pero es lo el comienzo de un magnífico plan - canturreó, con una expresión juguetona.

Antes de poder retomar la conversación, del otro lado de la escena del crimen, Katia me llamo y me hizo una seña para que me acercara.

Me despido y me aproximó a ella que tiene un semblante serio pero inquietante.

- Encontramos el maletín, pero tienes que ver lo que dejaron dentro - apunta a la dirección donde se encuentra el objeto.

Me acerco cautelosamente, y me pongo de cuclillas para observar mejor el contenido.
Había demasiadas fotos de empresarios muy reconocidos, no solo de la cuidad, también del país. Su expedientes de cargos criminales.

Había fotos de dos niños, que reconocí al instante. Charlotte y Christopher. Ambos de pequeños, en las fotos tenían golpes, moretones en los ojos, marcas de dedos en los brazos, marcas en sus muñecas como si se las hubieran amarrado. Y en ellas estaba una denuncia de maltrato infantil, que nunca fue procesada.

Y no podía faltar, una nota al final de todo el papeleo.

"Objetivo: Marcos Cruz.

Causa: Maltrado infantil, daños psicológicos a menores y manipulación de cargos.

Número de víctimas cumplidas: 2 de 8

Pistas del siguiente: "Familia de sangre. Enemigos de corazón".

Pensé que serías más lista, me he equivocado. ¿Qué es lo que más le duele perder a un viejo sin dinero? Perder el poco que le queda. Y más, cuando está bajo amenaza de muerte, por la cantidad que debe.

Ten cuidado al investigar, que una sorpresa te podrás llevar.
No involucres a nadie más, que tú plan podría fallar.
Muy pronto me conocerás, solo tienes que esperar.
Atte. "A"

Genial, ahora deja una firma la cual tengo que averiguar...

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