Capítulo 1 Reencuentro
CHELSEA
La idea de estar lejos de mi madre no me agradaba, estar con ella me hace sentir segura y que puedo ser yo misma sin importarme los comentarios de las personas a mi alrededor. Extrañare tener esa confianza de madre e hija, hablar de cualquier tema sin tabúes, sus consejos para ligar con los chicos, su cabello rizado, su sonrisa que a cualquiera le puede encantar y hasta las cosas básicas, ir al cine los viernes, salir a hacer ejercicio juntas, nuestras "terapias semanales" ... Extrañare todo de ella.
Un ligero golpe en la puerta me saca de mis pensamientos.
— Hija, ¿Puedo entrar? —murmura mi madre sin abrir la puerta.
—Claro pasa —exclamé mientras doblaba mi ropa.
—¿Cómo vas? ¿Te falta mucho? — pude ver como entraba con una sonrisa en su rostro, dejando la puerta entre abierta por detrás de ella— Recuerda que en una hora debemos estar en el aeropuerto.
—Ya casi termino, solo me falta empacar esta ropa.
—Bueno te ayudo para que termines más rápido — procede a tomar uno de mis pantalones y un silencio abunda en el ambiente.
No hablamos mientras guardábamos mis cosas, pero sabía que teníamos el mismo pensamiento, el no creer que me alejaría de ella por un tiempo y no lo queríamos expresar, por lo menos no en este momento, tan nuestro, los últimos momentos que pasaría a su lado.
—Bueno, terminamos —arrastrando las palabras mi madre cierra la última maleta, bajándola de la cama — Ya es hora de irte a dejar— voltea a verme dándome una sonrisa melancólica.
—No quiero dejarte sola mamá.
—Ya hablamos de esto Chell, es por tu bienestar — siento la palma de su mano acariciando mi mejilla—además, hace mucho que no ves a tu padre y a tu hermana, también debes pasar tiempo con ellos — hace una pequeña pausa y continúa — así que ayúdame con tus maletas para subirlas al coche, ya es tarde.
Me da un beso en la frente para después tomar una maleta y salir de mi habitación.
Subimos todo al coche para dirigirnos al aeropuerto. Observe por última vez el paisaje que tenía, no lo volvería a ver por un buen rato así que me relaje y puse mi cabeza en el respaldo del asiento para continuar contemplando todo lo que pasaba.
No es que no me agrade la idea de irme a vivir con mi padre y con mi hermana, simplemente hace mucho tiempo que no los veo, según yo, desde que tenia nueve o diez años.
Tampoco he entablado una muy buena relación con mi padre como para vivir con él. No lo odio, simplemente no logramos tener esa conexión cercana de padre e hija. Ah papá lo vi por última vez hace tres años, en mi graduación de secundaria.
Por otra parte, esta mi hermana mayor, a ella la recuerdo muy bien, cuando era pequeña jugaba conmigo sin hacer reproches o quejarse de mis juegos tontos, de maquillarla con esas pinturas de vaselina que te dejaban la cara toda llena de grasa. Todo con ella estaba bien, antes de que mi mamá la echara de la casa por su traición. ¿Meterte con el novio de tu madre? ¿Cómo podía hacerle eso? Solo ella sabía sus motivos, los cuales no me interesan saber.
Mis padres se divorciaron cuando tenía cinco años, compartían custodia compartida, seis meses vivía con mi mamá y los otros seis con mi papá. Fue así por dos años hasta que la muerte repentina del prometido de mi hermana llego a nuestras vidas. Desde ese día ella no volvió a ser la misma, la chica alegre que estaba en ella había desaparecido y dos años más tarde mi mamá la echo de la casa y no le quedo más de otra que ir a vivir con mi papá, antes no comprendía muy bien lo que pasaba en ese momento con mi familia, conforme fui creciendo mi madre me fue explicando las cosas. Yo tome la decisión de no querer convivir con ellos, mi padre la apoyo y solo lo veía en días importantes, como en mi cumpleaños, ceremonias escolares y todas esas cosas.
Ninguna de las dos dijo nada durante el recorrido, la vi algunas veces de reojo, mostraba un semblante serio con su vista al frente. Mi mamá por más fachosa que estuviera siempre se veía bien, tenía un bonito perfil. Decían que me parecía bastante a ella de joven, pero seguro ella era más linda.
"Aeropuerto" visualice aquel letrero con letras grandes que indicaba que ya habíamos llegado. Me desabroche el cinturón para bajar del vehículo y sacar mis maletas de la cajuela, ella me tomo de la mano y caminamos hasta la sala de espera para el abordaje.
Estábamos sentadas una en frente de la otra, teniendo su pierna cruzada entreabre su boca para hablar
—Cuidaran bien de ti, trata de no darles muchas molestias ¿sí? Hace mucho que no conviven y pueden tener malos entendidos —me mira directo a los ojos y puedo notar como cambia de un semblante serio a uno triste — te extrañare demasiado, pero esto lo decidimos juntas por tu bien, aparte te hará bien conocer nuevas personas, respirar un aire diferente, comenzar de nuevo.
—No creo que sea justo para ti que yo me vaya —sentí mis ojos llenarse de lágrimas —tú me has sacado a delante, has estado para mí en cualquier momento al igual que yo para ti y no creo que por un estúpido sueño tenga que dejarte. No se si podre lograrlo.
—Chelsea no digas eso, claro que es justo. Te has esforzado mucho todos estos años —planteó con tono firme — es tu futuro hija, te han dado la oportunidad de entrenar fútbol en uno de los planteles más importantes del país, obviamente tenías que mudarte — deshace el cruce de sus piernas para juntarlas y poner sus codos en sus rodillas e inclinándose hacia mi — está oportunidad no se le presenta a cualquiera tienes que aprovecharla y esforzarte bastante para lograr tu sueño.
—Lo sé, pero me da miedo empezar en un lugar nuevo y... - fui interrumpida por una voz femenina que salía de los megáfonos de la sala.
Pasajeros del vuelo Guanajuato con destino a Monterrey favor de abordar por la puerta número tres. Su vuelo sale enseguida. ¡Gracias!
—Creo que es el momento de despedirnos — veo que apoya sus manos en los respaldos para ponerse de pie y yo imito sus movimientos —ven aquí pequeño rayo — extiende sus brazos para abrazarme lo cual acepto.
Me abrazo con fuerza, pequeños sollozos salen de mis labios y lágrimas corren por mis mejillas mojando su hombro.
—Te voy a extrañar demasiado madre, de verdad no me quiero ir—siento como me acerca más a ella.
—Los sueños no se vuelven realidad solo teniéndolos en la mente cada noche, se trabaja por ellos para ya no soñarlos, sino, para vivirlos—. Besa repetidas veces mi cabello.
Nos separamos poco a poco del abrazo, alce mi vista hacia su rostro, al igual que yo, está en un mar de lágrimas. Antes de tomar mis maletas y dirigirme a la dirección que la dueña de aquella voz había indicado. Volví a abrazarla para llorarle de nuevo en su hombro.
—Te amo mamá—lo dije separándome de ella y limpiando mis lagrimas para darle una gran sonrisa.
—Yo también te amo—me toma de las manos— demuéstrales de lo que estas hecha y arrasa con cualquier obstáculo que pongan en tu camino—me sonríe de manera dulce, y esa sonrisa no la olvidaría.
Tome mis maletas y me gire para empezar a caminar a pasos apresurados ya tenía que estar abordando el avión, antes de pasar por esa puerta voltee a mirarla, estaba allí parada, sonriendo y moviendo su mano de un lado a otro, en forma de despedida. Le devolví el gesto para después girar mi cabeza y continuar. La extrañaría demasiado, quería que estuviera a mi lado en este camino completamente nuevo para mí, pero la entendía, no podía dejar su trabajo y sinceramente creo que ya es tiempo de que viva a su manera, sin preocuparse tanto por mí, se lo merecía después de cuidarme sola todos estos años. Merecía rehacer su vida.
En mi asiento me coloco mis audífonos y dejo que la música invada mi mente y cuerpo, Good Day- Twenty One Pilots, es la canción que se reproduce en mi celular. Cierro mis ojos y me empecé a relajar.
Todo saldrá bien.
[.....]
Fui a recoger mis maletas abajo del avión, las tomé y me dirigí hacia la entrada del aeropuerto, iba con pasos lentos y despreocupados, un poco nerviosa por ver a mi padre.
Las puertas eléctricas se abrieron de par en par y lo vi ahí, parado con las manos en los bolsillos del pantalón y la vista en la puerta, sus ojos se movían a todos lados tratando de buscarme, hasta que sus ojos chocaron con los míos y pude percibir como se formaba una sonrisa de oreja a oreja al verme. Camina hacia a mí a pasos apresurados y con los brazos estirados, cuando menos me di cuenta, ya me estaba abrazando. Tarde unos segundos en devolverle en abrazo, pero lo hice. Rodee con mis manos su cintura, sabía que él estaba feliz de volverme a ver, lo notaba por la fuerza y el sentimiento que transmitía ese abrazo.
—Te echábamos mucho de menos Chell— se apartó un poco de mí para mirarme a los ojos. Enserio, si hubiera seguido con ese abrazo, moriría asfixiada—.Ya has crecido mucho, han pasado muchos años desde la última vez que te vi.
—Solo han sido tres años papá, no exageres—dije poniendo los ojos en blanco —aparte hablábamos por Skype, creo que pudiste darte cuenta de que crecí ¿no? — crucé los brazos.
Okey creo que no fue buena idea decir eso de una manera tan seca y grosera, vi como el pasaba de una expresión alegre a una con una sonrisa que transmitía de todo, menos felicidad.
—Bueno la última vez que te vi, fue en tu graduación de secundaria, y si han pasado exactamente tres años ¿lo dices tan tranquila? —se separó del abrazo completamente y también cruzo sus brazos, su tono de voz sonó un poco más firme—No es lo mismo Chelsea, queríamos pasar más tiempo contigo, pero respetamos tu decisión de no querer vernos, así que no tengas esas actitudes, que lo único que queremos es que te sientas cómoda aquí con nosotros.
Deshizo su cruce de brazos y paso al lado mío para agarrar mis maletas y subirlas en la parte de atrás del coche, yo seguía ahí pasmada, no quería haber sonado grosera, simplemente dije lo primero que se me cruzo por la mente.
Okey querida, si quieres estar bien durante el tiempo que vas a vivir con ellos, trata de cambiar tu actitud de mierda y empiézate a comportar más madura, ¿quieres?.
Termino de ayudarme con mis cosas, subí al coche y me senté de lado del copiloto, vi de reojo como se sentaba en su asiento para empezar a manejar rumbo a casa, antes de que prendiera el coche me gire hacia él.
—Lo siento papá— dije apenada jugando con la manga de mi sudadera—no quería sonar grosera.
Suelta un suspiro poniendo las manos en el volante- No te preocupes, entiendo que esto es un poco raro para ti - volteo su vista a la mía con una media sonrisa.
—No es raro... bueno tal vez si... no lo se.
—Ya te dije que no pasa nada, sé que esto es un cambio muy repentino, pero trataremos que te sientas bien —volteo a verlo, por su mirada sé que lo dice con toda sinceridad—bueno ya vámonos a casa, Hannah prometió llegar del trabajo temprano para cenar los tres juntos.
Pone la vista enfrente mientras hecha a andar el carro, en el transcurso del camino papá me va contando como es la casa, de su trabajo como médico y del trabajo de Hannah, la escuela a la que iba a asistir... Un montón de cosas que la verdad no les prestaba mucha atención, estaba concentrada mirando todo lo que pasaba a mi alrededor.
—¿Chelsea? ¿Me estas escuchando? — me dice mientras frena en un semáforo en rojo.
—¿Eh? Lo siento venia distraída—. Fruncí el ceño.
—Te decía que tu amiga Rosa vive a unas calles de la casa, tu hermana le comento que vendrías y se emocionó bastante. La invite a cenar, ¿espero que eso no te moleste eso? - arranca el coche en cuanto cambia la luz a verde.
—Dime que es una broma papá—al ver que se le formo una sonrisa y no lo niega, sé que no lo es. Mi cara en este preciso momento debe de transmitir una emoción enorme de alegría.Me llevo una mano a la boca— Al fin voy a poder verla después de tanto tiempo.¡VOY A VER A ROSA! —grito de emoción y doy unos pequeños brincos sobre mi asiento.
Papá no puedo aguantar y empieza a reírse un poco de mí. Y es que volver a verla me pone muy feliz. Rosa es mi mejor amiga desde hace años, terminando la secundaria su familia se tuvo que mudar aquí por el ascenso de su padre en el trabajo. Cuando se fue prometimos no perder contacto, pero bueno... No siempre salen las cosas como uno quiere. Hace unos meses que no hablamos, con todo esto de las visorias, escuela y problemas de menor importancia, no pude avisarle.
No los llames "problemas de menor importancia", te destruyeron al filtrar tus videos y fotos intimas, de ahí el por qué dejaste de usar el móvil y todo lo relacionado a la tecnología.
Bueno...si el club se llega a enterar de la existencia de esas fotos, bye bye sueño.
Pero, por Dios, ¿cómo se me pudo pasar avisarle a Rosa que vendría? Ella tuvo que ser la primera en saberlo.
Después de unos quince minutos de trayecto, llegamos a nuestro destino. La verdad la casa de papá es más grande de lo que imaginaba.
¿Cuál es la maldita necesidad de tener una casa tan grande si solo viven dos personas en ella? No lo entiendo.
Desabrocho el cinturón para bajarme del carro y bajar mis maletas conmigo. Yo tomo una y mi papá otra. Saca sus llaves y abre la puerta... Si la casa por fuera era linda, por dentro era mucho mejor y más amplia.
Lo primero que veo al entrar son los sofás de color marrón, con una mesa de cristal en el centro de forma de circulo, una pantalla gigante con una consola de videojuegos, que ni con la mitad de mis ahorros podría comprar. Dos cuadros de pinturas que la verdad no entiendo por qué están ahí, seguramente Hannah las puso por que se veían bien a pesar de no saber ni una mierda de lo que significa cada trazo, me quedo observando cada detalle que hay por todos lados. Es una casa preciosa.
—Chell acompáñame para mostrarte tu habitación, está arriba—asiento para girarme y seguirlo por las escaleras.
—¿No estaría Hannah aquí para cenar?— pregunto al detenernos en una puerta, lo miro enarcando una ceja
—Se supone que sí, lo más seguro es que se le haya echo tarde, como siempre—dice de espaldas a mi abriendo la puerta, podría apostar a que puso los ojos en blanco.
Entramos a la habitación, es bastante amplia, tiene las paredes blancas con los muebles negros, una cama matrimonial para mi sola, un clóset que abarca una pared entera, un cuarto de baño, un escritorio con una portátil encima de él. Es perfecta.
Me tiro a la cama, al dejar la maleta en medio de la habitación, es bastante cómoda.
Imagínate todas las cosas que podrías hacer con esta cama.
Oh más bien... con quienes podrías hacer esas cosas.
¿Podrías callarte de una vez?
—No quisimos pintarla hasta que tu llegaras, para que puedas elegir el color que más te guste — dice mi padre sacándome de mis pensamientos grotescos.
—Está bien, así es perfecto, pero gracias—. Miro cada parte de la habitación estando aun tirada en la cama con los brazos detrás de mi cabeza— ¿Tienen teléfono aquí? Necesito llamar a mamá para avisarle que ya llegué.
Papá me mira con una expresión confusa.
—¿Es normal que una chica de tu edad no tenga un móvil? - enarque una ceja como respuesta para darle a entender que mi pregunta iba enserio. Esboza media sonrisa al ver que no tenía intenciones de responder.
— Esta al final de este pasillo—hace un movimiento de cabeza para indicar la dirección.
—Perfecto—me levanto de golpe de la cama — no tardare mucho, será rápido, para poder acomodar mis cosas.
—No te preocupes, tómate el tiempo que necesites mientras yo adelanto un poco la cena—. Sale de la habitación. Me aseguro de que baje las escaleras para apresurarme en hacer la llamada.
Recorro el pasillo para buscar el teléfono, esta en una mesita entre dos puertas, una que al parecer puede ser una habitación y otra cerrada con candado - interesante- tomo el teléfono que al parecer es inalámbrico - perfecto-.
Regreso a mi habitación cerrando la puerta con una mano detrás de mí y con la otra presiono los botones marcando al número que necesitaba. Me contesta al primer tono.
—Ya estoy aquí— doy un suspiro—hasta el momento no me he arrepentido de venir, espero esto sea fácil y termine pronto. No quiero distraerme de mis cosas, así que más te vale que te apresures con lo que sea que tramas—susurro con un tono un poco amenazante.
—Lo será si cumples las cosas al pie de la letra - me dice en un tono firme pero amenazador— así que déjate de tonterías y trata de no llamar tanto la atención. - cuelga la llamada antes de yo poder responder
—Mierda—digo entre dientes lanzando el teléfono a la cama.
Bueno, solo tengo que seguir las cosas de acuerdo al plan... ¿Qué tan difícil es hacer eso?
Querida solo recuerda que si fallas en algo corres el riesgo de perder tu sueño y no solo eso, también a tu familia. ¿Sigues creyendo que no es tan difícil?...
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