Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Char

La discoteca esta más llena de lo normal. Las clases han oficialmente terminado debido a las festividades, todos los estudiantes vienen a festejar, a llorar por sus malas calificaciones y a aliviarse de todo.

Alex ha estado un poco distante desde que me encontró en su casa sin autorización. Como pensé que estaba enojado esperé hasta que él me dijera que su grupo de amigos iba a salir y no fui a su casa sin avisar.

Cuando recibí su mensaje y dijo que pasaría por mí, a casa no pude evitar emocionarme. Necesitaba distraerme un poco.

Salí corriendo a casa luego de clases, disculpándome con Jora y los chicos que querían ir a ver una película en la noche.

Esperé a Alex fuera de casa unos treinta minutos, no porque se haya retrasado sino porque no soportaba estar dentro más tiempo.

Cuando lo veo aparecer le sonrío, lleva un pantalón elegante blanco y una camiseta verde olivo.

Me explicó que sus amigos querían ir a otra discoteca, que tiene una etiqueta un poco más formal.

Tuve que rebuscar bien en mi armario para encontrar algo que yo sintiera mínimamente apropiado.

No podía darme el lujo de comprar algo nuevo, pero creo que logré acercarme lo más que pude.

Al ver la mirada de Alex sobre mí casi no me aguanto la mirada de orgullo.

—¿Quieres probar?—Alex me da su bebida, viene en un vaso diferente, un cóctel.

El sabor es diferente, no es tan amargo como los había probando antes, es dulce, ni siquiera parece que contenga alcohol.

Asiento y el chico sonríe antes de pedir una bebida para mí.

Noto la mirada de un chico hablando con Mosi, es bastante alto, no tanto como Alex pero tendría que levantar la vista para mirarlo. Le sonrío de regreso.

Agarro la bebida y me la tomo lo más rápido posible, para que el efecto empecé a quitarme la incomodidad del cuerpo.




La música se mueve a través de mi cuerpo. Aunque los recuerdos de hace un par de años querían invadirme me recuerdo a mi misma que no estoy en casa bailando con mamá, no estoy en la sala con la música a tope, gritando y riendo como lo hacíamos siempre después del colegio, no, estoy en una discoteca, tan lejos de casa que aun así no se sentía suficiente.

No había aire ahí, pero aquí, con todos los cuerpos sudorosos a mi alrededor, con el alcohol en mi sistema y la música, podía respirar mejor que nunca.

Una mano en mi cadera acompañó mis movimientos. Los labios de un chico se estampan en mi cuello, pero no siento nada, nada más que las terribles ganas de bailar.

Me doy la vuelta y lo veo, sin verlo realmente, porque es solo uno más de los que están bailando. Mi cuerpo se mueve junto a el de él, tan desesperado como el mío de encontrar una salvación a través de la pista de baile.

Me acerco a la barra, pido una bebida más. El chico de la pista de baile toma mi cintura y me abraza por atrás, me doy la vuelta para verlo, el chico sonríe y acerca su rostro al mío pero lo detengo.

Suspiro guiando sus labios a mi cuello, donde se pierde mientras aprieta de cuerpo al mío.

Miro a mi alrededor, sintiendo una mirada.

Los ojos negros de Alex están sobre mi. Sus manos están en la cintura de una chica castaña, los labios de ella en su cuello, tratando de sostenerse como puede, ya que sus piernas tambalean.

El chico en mi cuello chupa un poco fuerte lo que me hace sacar un gemido más de dolor que placer, sonido que parece haber volado desde nuestro lado hacia Alex, sus ojos se endurecen y mi sonrisa aparece.

Mis ojos se cierran lentamente, como si el pesor exigiera que se cierran por completo.

—¿Lo has besado?—su susurro llega fuerte y claro, la pregunta no es exigente, es de pura curiosidad, independientemente de la respuesta, el chico quería saberlo.

Agarro la cara del chico frente a mí, tomo su rostro con mis manos. Aun tan cerca, y no logro verlo.

Más que un tachón.

Sonrío y me doy la vuelta, agarrando mi bebida y dándole un gran trago.

Cuando giro veo que Alex esta frente a nosotros.

Sus ojos fijos en mi bebida.

El chico a mi lado se asusta y se va.

—¿Quieres?—pregunto, tomando de mi bebida sin apartar los ojos de él.

Alex parece tenso, pero luego respira para devolverme la sonrisa.

—¿Quieres irte?—pregunta, pero niego con la cabeza sonriendo.—Entonces baila conmigo.

El chico traga saliva esperando mi respuesta.

Mis ojos lo analizan, sus anchos hombros, su negro cabello que se ha movido un poco hacia su rostro, su mano esta sobre la barra, de alguna manera tratando de acercarse los más que puede, pero sin tocarme.

Asiento. Dejando mi vaso ya vacío sobre la barra.

Agarro la mano de Alex, sin apartar mis ojos de él. Guiándolo hacia la pista de baile. Caminando hacia atrás hasta que estamos en medio.

Alex no aparta los ojos de mí, mientras mis ojos se cierran, mis manos bailan conmigo, moviéndose a través de mi cuerpo, de mi cabello, al ritmo de la música.

Siento unas manos en mis caderas, abro los ojos para ver los oscuros ojos de Alex, que se ha acercado a mí, lo suficiente como para que tenga que levantar mi cabeza para no ver su pecho.

Sus manos viajan de mi cadera hasta mi cintura, acercándome más él, moviéndose de un lado a otro, junto a mi.

Mis manos van desde su pecho hasta su hombro, respirando entrecortadamente por el movimiento de nuestros cuerpos.

—Char...—su voz resuena mientras su nariz se acerca a la mía. Pero se queda ahí, sin moverse más de un centímetro.

Bailamos con las frentes pegadas, con nuestros cuerpos pegados, con nuestras respiraciones mezclándose.




—Char, ¿puedes sostenerte un segundo? Necesito abrir la puerta.—mis ojos se abren un poco, lo suficiente como para poder poner mi peso sobre la puerta, dejando que Alex saque las llaves de su casa de su pantalón, abriendo la puerta para nosotros.

Alex me sujeta nuevamente, caminamos juntos hacia su cuarto donde se sienta sobre su cama.

—Ven.—jala mi mano, dejándome en medio de sus piernas.—Tenemos que cambiarte, te cayó bebida en el vestido, si duermes así, te resfriaras.

Me quejo, dejando caer mi cabeza en su hombro, con ganas de quedarme así, y dormir todo un año.

La risa de Alex hace que sus hombros se mueva, sonrío, recordándome de todo lo que pasó esa noche.






Alex

—No te has dormido ¿o si?—pregunto, Char gruñe sobre mi hombro lo que me hace sonreir

Mis manos están sobre sus muslos, aun con la sensación de su cuerpo, mientras bailamos.

Voy a necesitar un largo baño, pero primero necesito dejarla acostada.

Me paro como puedo, Char se endereza y se me queda viendo.

Suelto su cuerpo, viendo si puede estabilizarse sola, sonrío dejándola ahí, parada, mientras saco el mismo short que le presté la última vez que se quedó a dormir, el único que tengo que pueda quedarle. Saco una camiseta, independientemente si es la más pequeña que tengo, igual le quedará grande.

—Bien. Toma, cambiate en el baño, te esperaré aquí para asegurarme qde ue no hagas ninguna locura.—digo, pero Char no dice nada.

Unos segundos después, cuando podría jurar que se ha quedado dormida de pie, levanta sus brazos.

Levanto la ceja, Char cierra sus ojos.

Mis hombros caen y me río un poco.

—Está bien, solo esta vez.—digo, dejo la camiseta y el short en mi cama y tomo el borde de su vestido, que parece ser una segunda piel.— Voy a levantarlo ahora.—digo con la voz ronca.

Char asiente, aun con los ojos cerrados.

Levanto el vestido con cuidado, sin poder evitar rozar un poco su cuerpo con mis dedos.

Char murmura, pero continua con los brazos arriba, cuando el vestido pasa por su cabeza, este cae.

Los ojos de la chica pelinegra frente a mí se abren, justo lo necesario para que pueda ver mi expresión.

Mi cuerpo se queda quieto, sin poder respirar, al verla únicamente con su ropa interior inferior.

Ella sabía lo que hacía, ella sabía que justo el vestido que traía, no necesitaba brasier.

Mis manos tiemblan a mis lados. Esta vez, no finjo no ver su cuerpo.

Y ella lo nota porque parece que se endereza, sus ojos gritan "mírame y no dejes de mirarme"

Me obligo a respirar, a recordar quienes somos y en que condición nos encontramos los dos.

Me giro, agarro mi camiseta y le hago una seña para que levante sus brazos nuevamente.

Lo hace, tan rápido que sus pechos saltan un poco. Trago grueso y con toda la fuerza de voluntad paso la camiseta por sus brazos.

Logro ponerle el short con un poco más de esfuerzo. Guio a la chica hasta la cama y ella cae alegremente.

—Descansa Char.—le digo, sobando un poco su cabello, antes de comenzar a alejarme de la cama. Pero su mano me detiene, con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa me pide que me quede.




Char

Luz, cae luz directamente en mi cara, abro mis ojos pero los cierro al sentir un pinchazo de dolor de cabeza. Me quejo pero me obligo a abrir los ojos, para apartar esa incomoda luz que parece estar apuntando a mi cara.

Me desoriento al ver altos techos, paredes azules y una sabanas cafés con blanco.

Tardo unos segundos en reconocer la habitación.

Suspiro estirándome en la cama, me detengo cuando escucho un quejo a mi lado.

Mi respiración se entrecorta, cierro los ojos con miedo.

No puedo creer que entre a casa de Alex con alguien...

Un gran peso desaparece de mi cuerpo cuando reconozco esos rulos negros.

Alex parece reaccionar ante mi despertar por que mueve su cabeza para verme.

Sus ojos aun medio cerrados pero una pequeña sonrisa asomándose a su cara.

—¿Por qué estas aquí?—pregunto, apartando el cabello de mi cara.

—Mmm, este es mi cuarto, ¿no tendría que yo preguntar eso?—dice con su voz ronca de mañana y yo sonrío.

—No lo sé, me gusta mucho esta habitación.—digo estirándome, sin importar que pueda tocar su cuerpo.

Alex se estiras también, medio aplastándome también, se ríe ante mis quejas. Se acuerda boca abajo, abrazando una almohada, viéndome directamente a los ojos.

—Puedes quedarte todo lo que quieras. Lo sabes, creo que siempre lo supiste.—dice, serio, más serio de lo que lo he escuchado nunca.

Ladeo mi cabeza, observando su hermoso rostro recién despierto, sonrío perezosamente.






Alex

Sonrío al ver como ladea la cabeza, pero sus ojos se oscurecen con tristeza y la preocupación se refleja en mi rostro. Ella lo nota, cambiando su expresión por completo, regalándome una hermosa sonrisa que conozco bien, es una que ha practicado mucho tiempo. No quiere preocuparme y aún no esta lista para abrirse conmigo.

—¿Quieres desayunar?—pregunto. Char asiente, dándose la vuelta para salir de la cama.

Hago lo mismo. Escucho como se ríe y volteo a verla.

Me mira con burla y rápidamente entiendo por qué, el ajustado short de baloncesto que encontré en una cómoda y una camiseta que claramente no es de pijama cubren mi cuerpo.

—No acostumbre a usar ropa mientras duermo.—digo ella se ríe nuevamente. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro