86
Hola mis amores, como están, espero que les guste este cap, y no los aburran porque es bastante largo, los amodoro que tengan bonita noche.
Jones
El dolor hizo que levantarme me llevara dos intentos, estaba muy adolorido, por dentro y por fuera, pero yo necesitaba salir de allí, subí mis pantalones y a pesar de que sabía que encontraría la puerta cerrada intenté probarla por si acaso.
Estaba cerrada.
No había otra salida y así era exactamente como me sentía, atrapado y sin salida.
yo no veía una manera de salir en ese momento ¿sí? yo pude llama a un cerrajero, a lo policía o a alguien que viniera por mi a ayudarme, solo que no lo vi, yo en ese momento estaba muy asustado, adolorido y con la mente aún un poco en shock. así que lo único que hice fue ir por una ducha, las duchas siempre ayudan no?
Yo intenté limpiarme duramente por un rato, pero no había manera de que lo que Romeo había hecho se quitara con una barra de jabón. Me dolía el cuerpo, me dolía el orgullo y me sentía inútil por no haberme defendido. yo podía sentir mi mandíbula dolorida, mis brazos que habían recibido la mayoría de los golpes serían una sola cosa negra en los próximos días, mis piernas eran otra cosa llena de arañazos y lo que comenzaban a verse como moretones, las costillas me dolían, pero al menos parecían sanas, no parecía que me hubiera roto nada aparte de la poca dignidad que me quedaba. Limpiar mi zona intima fue la peor parte, apenas podía acercar mis dedos a mi entrada para revisarme, estaba muy adolorido, lo sentiría por días y no de la buena forma. yo había hecho fuerza, él también, yo había ayudado a que me lastimara contrayendo los músculos en mis intentos por quitármelo de encima, temía que me hubiera desgarrado.
Después de un cuidadoso aseo, salí a nuestro cuarto, la cama olía a Romeo y sentí que no podía soportarlo, arranqué las sabanas y no me molesté en poner otras nuevas, no estaba de animos para eso. tomé una manta limpia con olor a jabón del armario y me envolví en ella como si la manta mágica pudiera protegerme.
Yo era un ovillo patético en ese momento y solo lloré, en serio, porque ya no sabía que más hacer. Solo dejé que la angustia se fuera, no podía pensar más claro en ese momento. yo me dormí, supongo que en algún momento, el agotamiento venció al miedo, porque me desperté con un aliento etílico golpeando mi mejilla.
-Lo siento amore, lo siento.-Yo me tensé y me aparte, intentando incorporarme con tanta rapidez que mis huesos dolieron. Apenas conseguí que mis ojos se adaptaran a la claridad que entraba por la ventana, reconocí a un Romeo borracho con un ramo de flores. ¿Era en serio?
él puso las flores en el centro de mi pecho y no pude evitar pensar que así era como se vería mi funeral. yo quería quitármelo de encima y romperle las flores en la cara pero en realidad yo tenía demasiado miedo de moverme. su boca fue a besar mi cuello, un beso baboso de borracho.-Te amo. te amo tanto, no quiero perderte.
-Me duele, me duele, me estas haciendo daño.-Chillé en realidad no me estaba haciendo tanto daño, me dolía un poco la mandíbula y la presión no ayudaba, pero era su presencia tan cerca la que estaba haciendo el efecto. el suavizó su agarre pero no me soltó.
-Lo siento, no volveré a hacerlo, entiendes que te amo, lo entiendes? dime que lo entiendes.
-Si, si, por favor, Romeo. -Pedí al borde del llanto.-Suéltame por favor, me estás haciendo mucho daño.
-No quiero perderte.-El también estaba llorando, y digo también porque yo había empezado a llorar desde que lo reconocí de nuevo sobre mi. yo no pude contenerme, mi dignidad había desaparecido por completo en algún momento de la noche.
-Está bien.
-No.-Dijo entre dientes. Romeo bajó su mano a mi cadera y apretó
-Romeo está bien, por favor, tengo que ir.. tengo que ir...
yo quería irme a cualquier lado, apagar una hornalla imaginaria en la cocina hubiera sido una buena excusa en ese momento, yo solo quería poner distancia entre ambos.
-No. Dije que no te vas a ningún lado. No quiero que te vayas, no voy a dejar que te vayas.-Me dijo su mano se apretó en mi cadera con violencia.
-lo sé, lo entiendo, lo entiendo, no querías hacerlo. No voy a irme, no voy a irme. no me hagas daño. por favor-Le dije y si yo estaba rogando y no me importaba, yo solo no quería que volviera a hacerme daño.
-Te amo, amore, siempre lo hice, te amo mucho. Dejame hacerte sentir bien.-Me pidió intentando llevar mi mano a mi polla que en ese momento era una pequeña cosa encogida que parecía querer desaparecer entre mis piernas. él me dio un tirón que solo me causó dolor. Tomé su mano temblando y lo aparté de mi. Eso lo molestó, lo supe por su cara, pero antes de que reaccionara lo empujé a la cama manteniendo mis ojos en él, intentando encontrar algo de reconocimiento.
-D-deja que yo lo haga.-Mi voz salió temblorosa. Tuve que probar dos veces para encontrar mi propia voz.-Yo lo hago si, deja que yo te haga sentir bien, por favor.
En realidad yo lo convencí de que me dejara chupársela porque no soportaba tener sus manos sobre mi. Él lo dudó pero después pareció conforme, su mano acarició mi cabello y yo me hundí a la tarea de chupar la polla que hacía un par de horas me había destrozado el culo. no era que yo realmente quisiera hacerlo. Parte de mi lo que quería era morderla y arrancarla, estaba odiandolo ¿de acuerdo? pero no tenía el valor para hacer nada. Mi única motivación era que el tipo borracho frente a mi se corriera pronto y se durmiera para que no volviera a lastimarme. Por suerte para mi Romeo cayó dormido poco después de correrse, y yo me escapé en cuanto su respiración se volvió pesada y regular.
Llegué al salón principal y miré a los alrededores buscando las llaves, yo realmente estaba pensando en escapar de verdad. Él problema era que yo estaba desnudo ¿si? y no me atrevía a volver al cuarto por ropa, asi que me dirigí a la lavandería, la única ropa limpia estaba en el lavarropas aún mojada, así que busqué entre la ropa sucia por algo que no oliera demasiado mal, me vestí a las apuradas. Agarré las llaves, a Eddy y salí, eran cerca de las 4 de la mañana, yo en realidad no tenía idea de a donde me estaba yendo, ¿si? yo debería estar preparándome para ir al hospital. Solo que en ese momento mi prioridad era irme, aunque no sabía a donde, pensé en un hotel, en serio, pero normalmente no te recibían hasta las 9 y yo no podía dejar a Eddy en el coche hasta que saliera de mi turno. yo solo, no tenía a donde ir, me encontré en la calle y con mi perro sin saber que demonios hacer con nosotros.
Ni siquiera sé que me llevó a estacionar frente al edificio de Gabriel, yo solo no tenía donde dejar a mi perro, pero tampoco tenía el valor para bajarme y llamar a su puerta y decirle qué?
"Mi esposo me dio una paliza anoche, puedo dejar a mi perro aquí porque tengo terror de volver a casa?"
No, yo no podía decir eso, no hizo falta que lo hiciera tampoco, como si hubiera sido invocado por mi mente, él salió vestido con pantalones de deporte, tenía los auriculares puestos ¿En serio salía a correr a las 4 de la mañana?
Sí, él en serio lo hacía, estaba viendo algo en su teléfono. Cuando terminó con ello lo deslizó en su bolsillo y alzó la vista. Entonces me vio, o más bien a mi coche, y trotó hasta aquí, yo pensé en hundirme en el asiento e intentar pasar desapercibido, pero entonces, él golpeó en mi ventanilla y no tuve más opción que bajarla. Yo se que no me veía bien, sin embargo, al menos sé que no tenía más que un golpe en la mandíbula, el resto de los morados había conseguido ponerlo bajo cubierto con la ropa. pero había sido imposible ocultar el de mi rostro, los ojos de Gabriel fueron directo al punto que comenzaba a amoratarse allí.
-Necesito un lugar donde dejar a Eddy.-Solté antes de que pudiera abrir la boca.
Gabriel que estaba a punto de comentar, calló, luego volvió a abrir la boca y de nuevo la cerró. Entonces por fin dijo:
-Puedes subir y dejarlo.
-puedes hacerlo tú, le agradas, no te pondrá problemas. Por favor.-Pedí. Yo en realidad podía ir y llevar a mi perro, pero en realidad no quería que viera la mueca de dolor cuando me moviera, porque dudaba poder disimularlo.
Gabriel miró de nuevo al interior del coche. pareció dudar, y al final rodeó mi coche para llegar hasta el lado del acompañante.
-Hola amiguito. Ven, vamos a casa-Dijo agarrando a Eddy entre sus brazos. Me lanzó otra mirada como si quisiera preguntar, pero de nuevo me adelanté.
-¿Aún tienes croquetas?-Consulté, no era como que yo fuera a conseguirlas a esta hora, había olvidado agarrar una bolsa de comida para Eddy pero tampoco recordaba si aún quedaba en casa de Gabriel.
-Compré una bolsa cuando fui el otro día al super.-Admitió con timidez, bajó la vista a Eddy, de nuevo a mi.-No le has puesto ropita.
-¿que?
-Se ve desnudo.-Dijo observando a Eddy.-Siempre lo tienes con ropitas.
Claro, yo siempre vestía a Eddy, hoy no lo había hecho y de pronto me sentía estúpidamente expuesto por eso, como si acabara de acusarme de algo horrible. Yo solo no le había puesto ropa a mi perro.
-yo, solo, salí apurado, tenía, tengo cosas que hacer, ¿puede quedarse aquí o no?
-Vamos.-Dijo viendo a Eddy, se irguió y antes de cerrar la puerta volvió a verme.-Tu también puedes quedarte aquí.
Yo le sonreí, la sonrisa más rota que había formulado en el último tiempo.
-no, no puedo.
Era cierto, yo no podía, por mucho que me gustara subir con Gabriel y fingir que todo iría bien a partir de ahora, yo no podía hacer eso, yo no era tan estúpido ¿de acuerdo? Gabriel, por muy bonito que se viera era un niño, no podía solucionar mis problemas.
En realidad yo tampoco quería que Gabriel intentara defenderme, no quería que saliera peor parado de lo que ya lo había hecho. Él no podido defenderme, yo mismo no había podido defenderme en realidad.
Yo no tenía idea de que hacer, pero necesitaba moverme, conduje hasta el hospital incluso si mi turno no empezaba hasta dos horas después, estacioné en el garaje y me levanté. me obligué a ir primero a mi rincón de siempre a fumar para que la nicotina hiciera lo suyo con mis nervios, después decidí ir a la sala de jefes a cambiarme por mi uniforme, el punto bueno era que yo siempre llevaba un juego extra en el coche por lo que ese fue un punto menos en le que preocuparme, yo necesitaba moverme, incluso si mi andar lento resultaba una tortura, ni todos los analgésicos del mundo podían ayudar, había tomado un par de la enfermería pero no recordaba una parte de mi cuerpo que no me doliera. En realidad puede que me hubiera tomado una dosis doble de analgésicos y no había mucho caso.
Caminar ese día en el hospital fue una tortura. había marcado mi llegada y me había perdido controlando los internados para no tratar con nadie, en realidad yo me había pasado toda la mañana firmando altas y controlando a mis residentes por mensajes en el grupo que tenía con ellos. Yo no estaba para correr por los pasillos de urgencia. Me había tomado más descansos de los que eran estrictamente remunerados pero realmente estaba haciendo un esfuerzo allí, el dolor había comenzado a crecer a medida que pasaba el tiempo. Pero ni siquiera ese era el mayor de mis problemas, el verdadero problema me esperaba en casa, probablemente con una resaca de puta madre.
Yo no quería volver.
Yo solo sabía que no quería hacerlo.
No quería volver a casa, pero no estaba seguro si me daba más miedo las posibilidades de volver o las consecuencias de si no lo hacía.
De hecho yo había estado distraído pensando en eso, era cerca del mediodía y el tiempo para decidir se agotaba. No sabía que era capaz de hacer Romeo si no volvía, había sonado demasiado convincente con eso de no dejarme ir, y luego de lo que hizo, no tenía idea de donde se detendría. Realmente estaba asustado ¿si? Pero también me cagaba encima de solo pensar en volver a casa y fingir que no había pasado nada. ¿Dios, qué haría si yo me iba? ¿Me buscaría? ¿volvería a hacerme daño? ¿Volvería a ponerle la denuncia a Gabriel? Esa idea hizo que me estremeciera. Él había dicho que no lo haría de nuevo, lo había prometido ¿no? tal vez si yo no volvía a provocarlo él no era tan malo ¿no? Yo estaba pensando eso cuando olvidé que aquel pasillo estaba prohibido.
Era el pasillo que conectaba con el área de psiquiatria, el área de recepción de emergencia y los consultorios externos, un pasillo que tanto Eric como yo habíamos evitado por acuerdo tácito desde que nos habíamos peleado. Pero ese día, justo ese día, él apareció como iluminado por una luz cálida o algo así, estaba allí parado. Él me reconoció tan pronto como yo lo hice con él.
Nos quedamos mirando por unos buenos segundos como si el otro fuera una aparición o algo. Él llevaba tiempo evitando mis llamadas, en realidad yo había dejado de hacerlas cuando capté la indirecta de que en realidad su querido Jesse tenía razón en que él no quería verme. Yo en realidad al principio me había negado a creerlo, luego implemente los hechos demostraron lo contrario. Yo era lo suficientemente orgulloso para negarme a seguir insistiendo luego de que me rechazaran, pero ese había sido mi antiguo yo. él que aun alzaba la cabeza y no se sentía tan insignificante como lo hacía en ese momento. El nuevo Jed lo único que quería era aferrarse a Eric y pedirle que me sacara del aprieto en el que me había metido.
Verlo fue como respirar de nuevo, mierda, yo lo extrañaba tanto, yo quería que él volviera a salvar mi culo como cuando éramos niños, en realidad yo solo quería que él me abrace un rato y llorar, porque era lo que quería hace tiempo. yo me sentía destrozado y Eric siempre había sido la persona que sujetaba mis pedazos y los ponía de nuevo en orden. Casi sin darme cuenta yo avancé hacia él, no tenía idea de que decirle, yo solo quería correr y saltar sobre él como porrista para que me atrape como siempre habíamos hecho, pero cuando salvé la mitad de la distancia entre nosotros noté que se tensaba al verme. Se veía incómodo y carajo, yo reduje mi entusiasmo en ese momento, pero no me atreví a detenerme.
Cuando estuve frente a él entonces noté al pequeño niño a su lado. Cabello negro, los ojos verdes brillantes y un par de gafas azules sobre una pequeña nariz repingada. Yo lo había visto hoy, con sandy, de hecho le había regalado un recetario y una bolígrafo para que dibujara antes de que montara un berrinche. Ahora que veía su rostro con más atención podía decir que había algo familiar en él. ¿qué hacía con Eric? Mi mejor amigo detestaba a los niños. Solía decir que para niños ya nos tenía a nosotros.
-¿podemos hablar? -Susurré removiendome un poco incómodo bajo el escrutinio de ambos.
Eric bajó la vista la niño que había vuelto sus ojos a un móvil que reconocí como el de Eric. Conociendo la poca paciencia de mi amigo con los niños, estaba claro que se lo había dado para entretenerlo. Suspiró, luego le dió un ligero apretón de mano para que le prestara atención.
-¿Nos das unos minutos? Tengo que hablar con él ¿si? -Dijo. El niño asintió sin despegar su vista del juego y tras un "no te alejes demasiado" de parte de Eric, el niño se apartó.
-¿Quién es el? -Pregunté algo incómodo viendo al niño, en realidad no pude evitarlo. En realidad yo solo quería iniciar una conversación con él.
-Es Máx, el hermanito menor de Jess.
-Oh...-¿El hermanito de Jesse? Ahora Eric le hacía de niñera, ni pude evitar sentir una punzada de miedo. Por lo que yo entendía él me había apartado y ahora parecía que tenía una nueva familia. Dios, yo no quería que eso me doliera, pero dolía ¿sí? De pronto parecía que Will tenía razón. Intenté ignorarlo, la molestia en el pecho, en serio, intenté ignorarlo, pero no pude evitar soltar un- parece que encontraste otra familia.- volví mis ojos al niño y añadí un -No deberías traerlo al hospital, no es un buen sitio para los niños...
En realidad eso lo decía en serio, de niño nunca me había gustado, además estaba yeno de germenes, era un mal lugar, podía agarrarse cualquier cosa, y la cantidad de personas que iban y venian a toda hora, podían secuestrarlo, podía pasarle cualquier cosa en realidad. Tal vez yo estaba yéndome un poco de tema, pero entonces Eric me cortó el rollo con un seco:
-¿Qué ocurre, Jed?
no Jeddy, no mi rubio idiota. Yo mierda, alcé la vista a él y me sentí un poco desnudo a pesar de que iba más cubierto que nunca. Yo me había dejado una camiseta debajo del uniforme para cubrir mis brazos. Yo quería soltarle todo en serio, solo que no podía era como si algo estuviera atascado en mi garganta, porque yo era un cobarde. desvié mi vista a todos lados, tenía miedo de que me leyera y me viera, porque si me veía yo... Yo no sabía si quería que lo hiciera, yo tal vez si quería que me ayudara ¿de acuerdo? el siempre me había sacado de todos los líos donde me metía ¿qué tal uno mas? ¿qué tan malo sería aceptar que me dijera "te lo dije?" Yo estaba dispuesto a aceptarlo sí?
Suspiré armandome de valor y volví mi vista a Eric.
-Yo lo siento, Eric... lo que dije...Quiero arreglar las cosas.
-¿vas a dejar a Romeo? -Me interrumpió sacándome de centro, por un momento pensé que lo sabía todo y eso me asustó, me hizo sentir avergonzado y aliviado a la vez. Busqué su mirada intentando leerla, pero en realidad el hombre frente a mi no era el tipo afable que yo esperaba encontrar. Él estaba cerrado a mi, su expresión no me mostraba nada y eso me dolió porque yo no conocía a este Eric de mirada inexpresiva y rostro cruel.
Parpadé y aparté la vista.
-las cosas mejoraron-susurré. No sé por qué lo hice. Pero no quería confesarle a este Eric duro de ojos crueles que mi vida era un desastre.
-Sí, eso veo-Tocó mi pómulo hinchado con la punta de sus dedos como si fuera algo sucio y me obligó a alzar la vista. había una mueca en sus labios, como si en realidad le diera asco lo que veía.
-no es lo que parece. -Gruñí testarudo cruzándome de brazos.
-Claro que no , Jed. -El sarcasmo en la voz de Eric fue tan sutil como una aplanadora.
mierda. ¿Quién demonios era este Eric?
Resopleé, bien este Eric no era mi Eric, yo quería a mi Eric osito cariñoso de vuelta. Yo era consciente de que yo lo había arruinado con él ¿De acuerdo? Pero nosotros habíamos peleado muchas veces antes.
-Eric, no me gusta estar así contigo. Lo que dije ese día... No lo siento de verdad... sabes como de idiota soy cuando me enojo, digo cosas sin pensar, yo lo siento, intenté hablarte para arreglar las cosas , fui hasta tu casa pero el caza fortunas ese que recogiste no me dejó entrar...- Me quejé porque si, yo había ido, varias veces a buscar a Eric y había llamado y era injusto que ahora me estuviera tratando así, cuando yo lo había intentado pero fue el tipo ese el que me impidió acercarme. El estupido de Jesse no me quería (ni yo a él ¿de acuerdo?) y sí, yo lo estaba acusando frente a Eric como un crío al que le roban un juguete, y sí faltaba que soltara un "él empezó" pero yo en realidad estaba acostumbrado a que Eric se pusiera siempre de mi lado cuando actuaba como niño, pero por tercera vez, este extraño, para mi nuevo, Eric me interrumpió:
- ¿el "caza fortunas" del que hablas? -Me cortó en tono brusco, el estaba molesto conmigo ahora y yo no entendía que había hecho, él nunca estaba molesto conmigo, él siempre me quería o me veía con resignación cariñosa, pero él en realidad nunca me había tratado así, él era mi lugar seguro, pero ahora mismo no tenía idea de donde estaba parado. su rostro me miraba con un ceño fruncido cuando dijo:-se llama Jesse y es mi esposo, dirígite con más respeto si vas a hablar de él cuando estés conmigo, Jed. -¿dirígete? él acaba de poner un millón de kilómetros de distancia entre ambos con ese dirigete ¿Ya ni siquiera tenía derecho a tratarlo de tú? ¿qué demonios? donde estaba mi mejor amigo yo no lo entendía, yo en ese momento me sentía como un ciervo encandilado-No voy a permitir que lo insultes en mi cara a diferencia de la mierda toxica que tu y Romeo entienden por matrimonio, en el mío si nos respetamos. no me gusta que hables así de él y Sí Él no te deja entrar a NUESTRA casa, tiene todo el derecho, ni siquiera deberías aparecerte sin avisar.-Ya no podía aparecerme sin avisar? ¿qué? yo siempre había podido aparecer en su casa, se suponía que yo tenía un lugar en su mesa y el en la mia ¿Qué era esto? ¿Ese tipo había lavado su cabeza o que? No, algo estaba mal, algo tenía que estar mal, yo quise negar aunque no sé si lo conseguí entonces el dio su ultima estocada y yo quise llorar de desesperación- Tu ya no vives ahí.-y yo lo entendí como un "tu ya no eres bienvenido, pierdete, idiota!- Esta claro que tu ya elegiste a donde quieres pertenecer y no es conmigo.
-Eric...-No. no no no, yo quise interrumpirlo pero Eric otra vez me calló, negando. Yo comenzaba a desesperarme.
-Está claro que lo que no te parece a ti, a mi si. Hasta que no hagas algo sobre eso no hay nada que hablar, Jed.-Lo intenté, lo intenté, mi cabeza estaba gritando pero yo no podía traducirlo, estoy fallando, no puedo. Eric claramente no era capaz de leer mi mente- dejaste tu punto claro, yo el mio, para mi si está pasando lo que " no parece" entre tu y Romeo.-¡Si está pasando, si está pasando, por favor ayudame!, quise gritar pero no encontré las palabras. yo no podía, no era que no quisiera, no podía, realmente era una cosa física, abría la boca y no salía nada era como si se hubiesen robado mi voz- y no puedes pedirme que esté a tu lado y vea como tu esposo te golpea sin hacer nada. No puedo ayudarte si no quieres, en eso tienes un punto, pero tampoco voy a quedarme a verlo. Mientras el esté, yo me voy.
Esa ultima frase consiguió que yo reaccionara.
-espera... ¿estas dándome a elegir?
Eric lo pensó un momento y se cruzó de brazos adoptando la misma postura defensiva que yo había adoptado sin darme cuenta en algún momento.
-Sí. es Romeo o yo. -Romeo o él, dios, yo quería gritar Tu, Tu Tu, quería hacerlo, pero tenía miedo, tenía tanto miedo de lo que Romeo pudiera hacer- Elige a quien quieres en tu vida porque no hay una sola manera en la que yo conviva en un mismo hábitat que él sin sacarle los ojos. Así que sí, Jones, elige.
Jones, Jones, mi cabeza solo podía girar alrededor de eso, Jones era mi hermano, mi padre y otros 8 millones de personas en el mundo. yo era Jeddy, nunca me gustó que me llamara así, pero me gustaba porque eso lo hacía especial, yo no era Jones, yo era su rubio idiota, yo quería llorar.
-No puedes hacerme elegir.-Bajé la vista intentando que no lo notara
Eric negó con la cabeza.
-¡puedo, porque eres mi mejor amigo! -Él me gritó y a pesar de que eso me asustó me dio esperanza, aún era algo y eso me envalentonó y le grité de nuevo:
-¡Entonces apóyame!
-eso intento Jed. Quiero ayudarte, tu no quieres ayudarte a ti mismo. Ese es el jodido problema, necesitas ayuda profesional y yo no puedo ser profesional contigo. No puedo. -Para ese momento el hombre frío de hoy había desaparecido, ahora había frustración, yo conocía la frustración de Eric, yo siempre conseguía fastidiarlo, eso me era familiar, eso hacía que me sintiera un poco no tan lejos de casa -Te he apoyado siempre, en cada cosa estúpida que has hecho he corrido a rescatarte, te he seguido hasta el maldito fin del mundo.-Sí, dije en mi cabeza, sí, yo confiaba en él, él era mi principe Eric de la armadura brillante, él siempre iba a mi rescate y yo lo necesitaba más que nunca pero entonces el soltó algo que nunca esperé oir de él-pero no lo haré con esto, no si veo que estas haciendo algo tan estúpido que podría acabar en una tragedia. Soy parcial en esto. No voy a quedarme a ver cómo ese tipo te mata.
No, no. ¿él no acababa de decirme básicamente que yo le valía mierda ¿o si?
Yo pestañeé con sorpresa como si acabaran de abofetearme y Eric hizo amago de marcharse pero lo retuve por el brazo.
-Espera...
-¿A qué?¿Qué se supone que tengo que esperar? -buena jodida pregunta. abrí la la boca y otra vez nada, la volví a cerrar. Eric suspiró y se armó de esa fría calma que usaba cuando estaba molesto-¿Sabes? Me dolió cuando me dijiste que necesitabas un tiempo de mi, pero tenias razón Jed. Necesitábamos separarnos, es mejor para ambos.
No, no, estoy mejor, pensé. Yo era un maldito desastre. yo quería llorar yo estaba siendo un desastre de nuevo ¿Por qué sonaba como si estuviera terminando conmigo? ¿se puede terminar con un mejor amigo? ¡Mierda! se suponía que nunca salimos para no llegar a esto. ¿Qué demonios era esto?
Yo negué.
-No. ¿De que hablas?¿Por que siento que estas terminando conmigo? Eric-La desesperación dio paso a la ira, una ira fundada en el miedo. No era justo, nada de esto era justo ¿Por qué me estaba haciendo esto?-¿Qué demonios?¡no puedes terminar conmigo!
Eric lo pensó unos segundos y fueron los más largos de mi vida.
-Sí. Sí, Puedo. Jed...pero, no. No estoy terminando contigo, estoy... rehaciendo mi vida lejos de ti.
-¡No!-Di un paso atrás-no puedes...- negué, ya no pude resistirlo, mis ojos se humedecieron, -¿vas a cambiarme por él? ¿Solo así?-¿Yo realmente era tan malditamente reemplazable?- ¡buscaste a otro rubio que ocupara mi lugar Eric!-Yo estaba gritando, yo estaba desesperado - ¿lo conoces de cuanto?? ¡Yo te conozco desde los 4 años! ¡él no es yo!
él no es yo, pensé, él no te necesita como yo, pensé. él no podía quererlo como yo después de casi 30 años juntos, no podía conocerlo de la manera en la que yo lo conocía,yo lo conocía todo de él, eso, no era reemplazable, no para mi, ¿realmente valía tan poco para él?
-Gracias a dios que no lo es. En meses me hizo mas feliz de lo que tu en todos los años que llevamos juntos Jed. Lo siento.
¿lo siento? él en serio estaba cortando conmigo, y yo solo no podía entender como pudo volverse en menos de unos cuantos meses más importante para él que yo en toda mi vida. había algo horrible en mi pecho, dios yo realmente no entendía que podía darle que yo no. Yo había sido su mejor amigo por años, le compartí hasta las crayolas en el jardin de niño, de hecho hasta dejé que aprendiera a contar con los lunares de mi cara, me había pasado horas con el culo adormecido. sentado frente a él de niños mirándolo a los ojos para que el pudiera contarlos, porque no había forma de que pudiera aprender la secuencia hasta el 5, al menos eso era lo que decía, dios, compartimos comics, cigarrillos y escapadas en la escuela, yo había salvado su culo drogado un millón de veces, conocía su vomito mejor que el mio, maldita sea, le compartí navidades y a mi familia, yo le compartí toda mi jodida vida, ¡se suponía que eramos inseparables! Él me lo había prometido. El dolor que en ese momento me estaba estrujando la garganta, no tenía nada que ver con el dolor físico que me estaba cargando ese día. llevaban siendo con mucho las peores 24 hs de mi vida.
De cierta forma la vida era una perra, dios, supongo que así se sentía Romeo y si se sentía solo un 10% de lo horrible que me estaba sintiendo en ese momento, casi podía justificar su reacción, casi. Yo quería llorar, o reírme o echarme a sus pies y hacer berrinche. Pero me contuve, yo solo me preguntaba qué era tan especial de él ¿que le había dado que yo no?
Pestañé, abrí la boca, no, la volví a cerrar negandome a creerlo. Eric no era así ¿no? Yo.. yo solo no podía hallarle otra explicación.
-¿Es por el sexo? -Pregunté y de pronto le encontré sentido, sentí un escalofrío correrme el cuerpo.
-¿Qué...?
-Tú ganas-Dije, yo podía darle sexo ¿no? y-yo era bueno en eso, de acuerdo, probablemente lo único en lo que era bueno. Yo estaba muy seguro de que Eric era activo. Gritaba Top como si llevara un cartel luminoso de letras fluorescente en la frente. Si al menos con eso él volvía a quererme yo podía darselo. Yo estaba desesperado y él se había ido, yo necesitaba retenerlo de cualquier manera. en ese momento mi autoestima estaba por los suelos, así que la idea de ser solo un culo para Eric era mejor a no ser nada. Yo para ese momento estaba tomando medidas desesperadas para una situación desesperada.
Lo besé, porque ya no me quedaban más recursos que explotar, yo podía darle eso que él siempre había querido. en realidad no fue como besar a mi hermano, yo esperaba que fuera malo, en realidad, pero no lo fue, yo podía acostumbrarme a eso. Su boca era suave en realidad, sabía un poco a whisky con café, un poco a él, sus manos se aferraron a mi cintura y me dolió pero no me quejé, metí mi lengua en su boca y dejé que me probara y yo lo probé a él, no era malo, en realidad se sentía como familiar. Yo había probado un par de veces esos labios antes, había sido superficial, esta vez no lo era, en realidad yo lo estaba jugando todo o nada, y él en realidad si me estaba devolviendo el beso y por un momento, por un solo segundo creí que lo estaba ganando todo.
Luego un simple carraspeo me lo quitó todo, como en el azar, apuestas grande y pierdes.
A un par de metros estaba Jesse con un paquete de comida china viéndonos.
Los ojos de Eric se volvieron al tipo en cuestión, estababa palido, en realidad, parecía que había visto un fantasma. Yo di un paso atrás apartandome, mientras la pareja no se quitaba los ojos de encima, era como si discutieran en silencio. Entonces Eric abrió la boca pero no dijo nada hasta que por fin las halló y fueron como una puñalada directa en mi pecho.
-no-Eric tragó saliva negándome. Auch -Te juro que no es lo que parece.
¡¿No lo es?! quise gritarle, porque él me había devuelto el beso, yo sabía lo que había sentido, pero Jesse me quitó las palabras de la boca.
-¿no lo es? -Dijo y se cruzó de brazos con el seño fruncido.
-no Jess, yo ...
-Solo vine por Max. -Lo cortó. -Gracias por cuidarlo.
-Jess...-Eric observó con horror como les lanzaba una mirada dolida.-Mi ángel...
-ahórratelo-Le dijo agarrando a Max de la mano.
Eric dio un paso en su dirección para detenerlo pero antes de que pudiera tocarlo Jesse se volteó a enfrentarlo y tomándolo por sorpresa lo empujó contra la pared haciendo que su cabeza sonara. Mierda yo di otro paso atrás por el susto, sí, yo era cobarde, él tipo era un par de centimetros más alto que Eric, mi altura probablemente, pero a diferencia de mi, debajo de ese uniforme de policía, si se notaban músculos firmes y trabajados. Podía jurar que el tipo era fuerte y Eric no había estado esperando eso. Lo observó con sorpresa. Toda la dulzura había sido drenada de las facciones de Jesse y cambiada por una expresión dura como el mármol. Yo realmente quería ayudar a Eric, pero era un cobarde ¿sí? yo solo me encogí donde estaba, cerca por si acaso, pero tenía miedo de enfrentarme a ese tipo, probablemente podía bajarme todos los dientes de un puñetazo, y tal vez me lo merecía por besar a su esposo, pero él decidió agarrarselas con Eric, lo que fue un alivio, por que en retrospectiva no tengo idea de si Eric me hubiera defendido, si su Jesse intentaba golpearme. En otro momento hubiera estado seguro de que si, pero ya no lo apostaba. El Eric de Jesse no era ni de cerca mi Eric.
-No intentes seguirme o te juro que si me pones una sola mano encima te daré una jodida paliza y te detendré por agredir a un oficial, Eric. No me provoques, dame un solo motivo para darte un puñetazo ahora mismo y lo haré-Le advirtió-Que deje que me toques, no significa que no sepa cuidarme solo.
No tenía idea de lo que significaba esa ultima frase, pero el tipo le dio un golpe en el pecho dejándolo pasmado en su sitio y tras lanzarme una mirada desdeñosa salió del hospital dejando atrás las puertas acristaladas mientras llevaba a un Max a rastras detrás de él.
Yo espere unos segundo manteniedo mi distancia y luego lo llamé con la voz ligeramente asustada.
-Eric...-Intenté acercarme, sacarlo del trance en que se había sumido. Las puntas de mis dedos tocandolo hicieron el truco.
-¡Basta! -Eric me gritó molesto y me apartó de un empujón que no hubiera sido doloroso si yo no hubiera recibido una paliza pocas horas antes. Pero lo fue -¿Qué demonios hiciste?
- ¿No es lo que querías? -Pregunté, mi voz sonando un poco débil, en realidad yo me sentía como si estuviera recreando ese sueño recurrente que solía tener en el que estaba a punto de presenciar un accidente con miles de muertos en medio, yo sabía que iba a pasar, era como un destino final, solo que no había nada que pudiera hacer para evitarlo.-¿Lo que siempre quisiste de mi? te lo daré ¿de acuerdo? Es lo que te dio que yo no. No lo necesitas. Me acostaré contigo -ofrecí dejandoselo en claro por si él no entendía, yo iba a hacerlo ¿si? yo solo no quería perderlo, no podía -puedo hacerlo. Por ti, por nosotros, Eric...
-No. -Eric me tomó por el brazo mierda yo no pude evitar soltar un quejido de dolor, yo tenía varios moretones debajo de sus dedos, claro que él no lo sabía, pero en ese momento ni siquiera pareció preocuparle mi quejido, solo me miró con horror y volvió a apartarme-¡joder no! No puedes ser tan egoísta. Tu... ni siquiera piensas en mi. ¿Cómo pudiste?
yo si pensaba en él yo lo había evitado todo este tiempo para evitar esto, pero aquí estábamos, yo por fin le estaba ofreciendo eso que el siempre me había pedido, y él me estaba rechazando. Me veía como si yo fuera la cosa más asquerosa sobre el planeta y yo me sentí así, en serio.
-Eric, es lo que querías, siempre lo quisiste. Te estoy diciendo que si.
-No. Todo el tiempo siempre eres tu y lo que tu quieres.
no! quise gritarle, yo no quería esto, no quería que el me viera de esa forma, con tanto despresio.
-¿De que hablas? Yo...
-No puedes solo venir y besarme porque no le di la atención que querías ¡No cuando estoy feliz con alguien mas! ¡No cuando miles de veces te dije lo mucho que te amaba!¿te das una idea de las veces que me lastimaste?¿de lo que haces conmigo?¿De lo que acabas de hacerme? -Abrí la boca para responder y volví a cerrarla. No, yo no tenía idea, yo sí era un egoista de mierda después de todo, él lo hacía sonar como si lo fuera, pero yo pensé que todo este tiempo nos estuve cuidando, ¿podía ser tan jodido todo? yo creía que nos estaba protegiendo de esto, pero por lo visto, yo solo nos había conducido directo al abismo. Era mi especialidad después de todo, de todas las personas con las que podía cagarla, Eric había sido una de las pocas con las que me había cuidado de no hacerlo. Por el rostro de repugnancia con el que me veía Eric en ese momento yo la había cagado de todas formas. -dime que es esto ¿Qué es esto? Jed ¿Por qué? ¿ Estas intentando manipularme? ¿Es eso? ¿Querías castigarme porque no te di la atención que querías?
-no- Yo me apresuré a negar. yo nunca quise hacerle daño, yo quería cuidarlo de mi, ¿no era eso acaso una prueba de lo mucho que lo valoraba y lo quería?
-¿entonces que? ¿Por qué me haces esto?¡tu me pediste mil veces que fuera un amigo normal! ¿Qué demonios es esto?
-No lo se,-Lloriqué, yo no sabía lo que estaba haciendo, yo quería que todo fuera como antes, en serio-lo siento.
-¿L-Lo sientes? -Eric estaba bordeando entre la ira, la incredulidad y la indignación, estaba tan enojado en ese momento que las palabras se enredaban en sus dientes apretados -Jodidos infiernos que sí ¿Piensas jodidamente alguna vez cuando haces las cosas?
Mierda yo nunca había oido a Eric usar tantos "jodidos" en una sola oración.
- ¡Eres una mierda Egoista! No puedes solo besarme para retenerme ¿Qué demonios está mal contigo?
Bien acababa de llamarme mierda egoista, en realidad no era la primera vez que me acusaban de ser una mierda egoista. Puede que Eric no hubiera dicho ni un tercio de todos los insultos que Romeo me había lanzado, pero había hecho el click.
Desvié mi rostro sintiendo como se calentaba. Yo me sentía estupido, culpable y como la peor escoria de todo el planeta en ese momento. De pronto todos tenían razón en odiarme un poquito, y estaba bien, porque por lo visto yo era muy estupido, remplazable y las personas eran mucho más felices sin mi en su vida. Era un puto lastre.
-yo..Crei que era lo que querías. Yo...-Admití con verguenza. Di un paso atrás manteniendo la vista en el suelo.
-No es cierto-Eric negó y tomó mi rostro entre sus dedos, obligándome a que lo mirara, su agarre era firme y en realidad un poco doloroso, pero para ese momento ya no me importaba, me dolía todo, en todos los sentidos. Ni siquiera podía explicar por que sentía esa sensación tan horrible en todo mi cuerpo, ni siquiera era algo puramente físico, más bien era como un relampagueo doloroso que iba de mi estomago, a mi pecho y parecía intensificarse en mi garganta para ahogarla. -Estas tan mal Jed... tan jodidamente mal-Dijo Eric recuperando la calma por completo. él se quedó unos momentos esperando y yo me atreví a desviar mi sita a sus ojos -Tu me amas.-Dijo y no, no lo dijo como algo bonito, pero yo me aferré a esa esperanza porque él por fin lo entendía. y me sentí feliz por un momento.
-Claro que sí.-Le aseguré, porque no era una mentira, yo lo jodidamente amaba, no era algo que yo fuera a negar- No me gusta que estés lejos, te necesito, nunca quise lastimarte, yo...
-No rubio idiota, tu me amas de la manera en la que yo siempre quise que lo hicieras-¿Qué? como si pudiera leerme él continuó-estas enamorado de mi, por eso te da tanta rabia ver a Jesse cerca. Por eso lo odias tanto-Eric apretó un poco más su agarre alrededor de mi mandíbula - ¿Duele cierto? -Dolía, pero no respondí sintiéndose intimidado por la repentina arrogancia de mi mejor amigo, me dolía su agarre pero estaba seguro que no se refería a eso y en realidad si dolía, en realidad me dolía todo, hasta el alma, yo sentía mis ojos húmedos, en serio pero él no tuvo piedad de eso, en realidad creo que él lo estaba disfrutando, y eso solo hizo que doliera aun más cuando continuó:-Ver al hombre que amas con otro duele, ver cuando me besa porque no eres tu, no eres tu al que estoy amando por las noches, al que estoy llenando, al que hice dueño de mi casa y de mi vida-la voz de Eric se volvió una octava mas suave, amenazante y dulce como terciopelo- duele que no seas tú ¿cierto? es una opresión en tu pecho cuando no me tienes. Porque no eres tu al que me follo, Jed, no eres tu por el que me corro.
-Eric...-Gimoteé. yo ya no aguantaba, su agarre iba a dejarme marcas pero nada tenían en comparación con las cicatrices que iban a quedarme en el alma despues de esto.
Eric sonrió sin ganas aflojando su agarre y pensé que se había apiadado de mi, pero no, él no había terminado aún, él aun tenía más ¿cuanto puede odiarte la persona que una vez te amó? yo jodidamente podía hacer un trabajo de investigación al respecto.
-No entiendo como no lo vi, ahora todo tiene sentido, el por que te fuiste con él, estabas tan asustado de amarme, que no sabías que hacer con eso y huiste, te escapaste como haces siempre cuando no puedes manejar lo que sientes-Eric soltó una risa amarga ¿Yo había hecho eso? -fuiste a buscarlo porque solo con el estuviste cerca de sentir lo que sientes por mi, jed. Porque creaste una imagen alrededor de él, una imagen que no existe y la dotaste de cualidades que no tenía para que compitiera conmigo y solo así, solo así poder amarme un poco menos. Pero no lo conseguiste ¿No?-Eric negó con suavidad.
-Eric basta. -rogué, yo no sabía si realmente había hecho eso. Pero sus palabras me dolían. Eric no se detuvo, otra vez estaba frente al hombre cruel de ojos duros, que me observaba como si fuera un insecto minusculo arruinando la perfección del parabrisas de su coche de lujo. Yo me sentía un poco como un insecto aplastado.
-Te aterraba tanto lo que sientes por mi que te aferraste a Romeo para que te ayudara a olvidarme, pero no pudiste. Cada vez que me gritabas que sea un amigo normal, no lo hacías por lo que yo sentía por ti, lo hacías por ti. Por lo que tu sientes por mi.
-Para Eric, por favor-Pedí, yo realmente ya estaba llorando, podía sentir mis ojos ardiendo, mis mejillas pronto iban a sufrir una inundación y Eric solo seguía golpeando sin piedad con cada una de sus palabras. Eric no era así, Eric no me lastimaba, pero en esos momentos Eric me estaba lastimando a propósito, y eso hacía que doliera aun más podía ver los años de dolor que le había causado devueltos en palabras afiladas que me estaban destrozado.
-Tu no puedes amar a nadie como me amas a mi porque lo que amas es la manera en la que yo te amo a ti. Me amas tanto Jed, tanto...-las manos de Eric acunaron mi rostro con suavidad acercando nuestros rostros-Me amas tanto, que sin mi eres un jodido desastre.
yo lo era, yo era un maldito desastre tembloroso en ese momento, y no entendía como Eric había conseguido reducirme a eso.
-Bésame. Por favor.-Rogué. Mi labio inferior tembló y Eric se acercó sólo un poco más al punto de que podía sentir su aliento pero no sus labios. Entonces Eric apoyó su frente en la mia y se detuvo.
-Eric... -Mi voz sonó demasiado aguda, demasiado débil, me recosté en su toque esperando que me repare, porque en ese momento yo me sentía muy roto.
-no. -Dijo.
-¿qué? -Yo pestañeé sin entender.
-Yo ya no te amo-Me dijo soltándome.
Y en ese momento, en ese preciso momento, supe como se sentía un corazón siendo verdaderamente destrozado.
Eric acababa de romper el mio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro