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Hola mis amores, como están? Admito que yo un poco triste porque no hab dejado ni un solo comentario en el capítulo anterior no se si fue realmente muy malo o qué 💔 espero que este capítulo mejore. En fin está historia esta próxima a terminar en realidad, como verán se ha extendido bastante. Los amodoro.
Yo cumplí, con ser un buen esposo, en serio. Probablemente llevaba tiempo sin serlo, pero me esforcé duro por compensar a Romeo por demostrarle que no se había equivocado demasiado conmigo.
Fue por eso que en el momento en que apareció la policía en el hospital preguntando por Gabriel, me sentí traicionado. Era exactamente lo único que le había pedido que no hiciera. que no lo involucrara en nuestra mierda.
Pero ahí estaba, el tipo de aspecto severo con traje de policía, y sus dos compañeros. Se plantó en medio de la sala, siguiendo la dirección que una de las enfermeras le había indicado y entonces todo fue muy rápido.
-¿Gabriel Topal? Acompáñenos por favor.-dijo.Yo lo escuché todo porque estaba lo suficientemente cerca. Ni siquiera lo pensé antes de dejar tirado al paciente que estaba atendiendo. Por instinto intenté detenerlo poniéndome en medio para averiguar qué demonios estaba pasando, para retrasar el momento, aunque yo ya sabía que había pasado. Yo había desatado todo ese desastre.
-¿A donde se llevan a mi doctor? -Dije intentando no lucir tan afectado como me sentía. Gabriel entonces alzó su vista a mi, entre sorprendido y asustado, si, yo lo había estado evitando un poco pero no iba a dejarlo tirado.
-tiene un cargo por agresión, es mejor que nos acompañe.-Gabriel entonces me miró como esperando mi permiso, no era como que yo tuviera mucha decisión sobre esto en realidad.
-ve.-le dije de todos modos. Y yo sentí que algo se rompía en mi pecho mientras lo veía partir. Yo no pude contenerme, dejé mi puesto y me largué, directo para llegar a casa, para llegar hasta romeo y exigirle que quitara los cargos contra gabriel.
-¿que hiciste?-fue lo primero que dije apenas entrar a nuestro departamento. Romeo estaba sentado frente al televisor con el control en su mano sana.
-lo que tú no tuviste bolas de hacer.
-Te pedí que lo dejaras fuera de esto!
-tu amante casi me mata y aún así quieres defenderlo.
-el solo intentaba defenderme, de ti!
-si tu no hubieras armado un escándalo esto no hubiera pasado. Pero no esperes que ande por la calle sabiendo que ese tipo está suelto por ahí. ¡Pudo matarme!
yo sabía que era mi culpa, en realidad lo sabía, si yo no hubiera perdido mi mierda esa noche, si solo hubiera seguido ignorándolo todo... Apreté los labios por un segundo antes de obligarme a pronunciar las siguientes palabras.
-si no quitas los cargos contra Gabriel, se terminó. Te lo juro, Romeo.
Romeo entonces abandonó la atención de la tv para dirigirla a mi.
-¿qué estas diciendo?-consultó despacio. Su voz amenazante hizo que quisiera dar un paso atrás y esconderme. No lo hice. Yo era demasiado terco y por entonces aún tenía algo de mi mismo.
-Si no lo sacas...
-¿vas a botarme?- preguntó. ¿Yo era capaz de hacerlo? Tal vez, no lo sabía pero él tampoco tenía por que saberlo, yo no lo respondí de inmediato y él no esperó respuesta.-no,no vas a hacerlo. Tu no vas a botarme.
Romeo se levantó y fue hasta nuestro cuarto, abrió nuestro armario del lado donde estaba mi ropa y luego anduvo hasta la ventana de nuestro cuarto, esa que en realidad estaba diseñada como una puerta doble para que en algún momento construyeramos un balcón en el espacio aéreo, la abrió y no fue hasta que lo vi arrojar por ella la segunda pila de cosas que me di cuenta que estaba arrojando mi ropa por la ventana.
-pero que demonios estás haciendo?-Lo interrumpí cuando por fin encontré mis palabras.
-¡te estoy botando a ti! -Gritó agarrando un puñado calcetines de mi cajón antes de que acabara con el mismo fin que el resto de mi ropa, dio dos pasos en mi dirección y lo siguiente que agarró fue mi portátil, de acuerdo, suficiente.
-detente-le dije agarrando mi computadora del otro lado. Forcejeamos y conseguí sacársela pero de todos modos cayó de mis manos cuando me empujó contra la ventana, tuve que soltarla para sujetarme al marco, por poco no acabamos cayendo ambos cuando intentó sujetarme a ultimo minuto, él estaba un poco torpe y débil por los calmantes y los golpes, por lo que tuvimos suerte de que yo pudiera atraparnos a ambos o nuestra historia hubiera acabado como Romeo y Julieta, solo que con una caída de 7 pisos.
-Carajo.-Me quejé viendo al vacío cuando conseguimo estabilizarnos.
-¿estás bien, amore?.-Él en serio estaba preocupado, yo no sabía si reirme o llorar. Conseguí cerrar la ventana con seguro para evitar accidentes, y me alejé de ella. Romeo me siguió hasta la cama y se sentó a mi lado.
-No entiendo por qué defiendes a todo el mundo menos a mi, yo boté toda mi vida por ti. Tenía un empleo, un prometido que me amaba, una casa y un futuro prometedor en italia con un hombre que si me elegía y lo arrojé todo por la ventana por ti, para que tu quieras arrojarme ahora por ella.-Dijo y su voz se rompió en llanto. mierda. El cubrió su rostro, y por una vez él no quiso que lo vea, me dio la espalda. -Tu no has hecho más que arruinar mi vida, yo era un tipo feliz hasta que volviste a aparecerte. ¿si no me querías por qué me convenciste de dejarlo todo por ti? ¿Por qué fuiste tan egoísta?
Romeo levantó su vista a mi, dios. yo lo sentía tanto.
-Yo si te quería, yo creía en nosotros.
-Dos verbos en pasado.
¿yo aún creía?
Romeo tiró su mano sana en mi dirección y cubrió la mia.
-¿Aun me amas?
¿Yo lo amaba? yo era dependiente de él. Estaba seguro de eso, no sabía si lo amaba, eso no podía asegurarlo, mi corazón aun estaba acelerado por la adrenalina de hacía un momento.
-Quita la denuncia en contra de Gabriel y estaremos bien-Le pedí, le dejé un beso en la sien antes de bajar por mi ropa, si es que aún quedaba algo de ella en la calle.
Romeo lo hizo, él quitó la denuncia, por lo que Gabriel ni siquiera llegó a pasar una noche tras las rejas. Mientras yo juntaba mi mierda lo vi saliendo del edificio, el pidió un taxi y volvió cerca de dos horas después, pero él no estaba feliz yo podía jurarlo.
Conocía dos facetas de Romeo infeliz, uno se la tomaba conmigo y era capaz de sacudirme del brazo, abofetearme o romper cosas, el otro lloraba y me echaba la culpa de su llanto. honestamente no sabía si prefería al primero o al segundo, pero definitivamente supe que no quería al tercero. La tercer faceta de Romeo la descubrí luego de que revisara el historial en mi nuevo ordenador. Había necesitado comprar otro, el anterior se había arruinado por el golpe por lo que el nuevo aún estaba con la contraseña que el ingenioso hombre de la tienda había elegido:
1234, inhackeable.
La cosa es que yo no esperaba que Romeo revisara mi ordenador, igual que no esperaba la paliza que me dio cuando llegué a casa. Me tomó de imprevisto, a traición tal vez si lo hacía de frente yo hubiera conseguido darle pelea. Pero el no lo hizo. Lo que me recibió fue un puñetazo en la mandíbula que me desestabilizó lo suficiente para que cayera sobre mi, el nunca me daba golpes con el puño cerrado, fue la primera vez en realidad, yo intenté defenderme en serio, pero cuando me di cuenta que era inútil opté por cubrirme la cabeza con los brazos mientras me gritaba mierda sobre que no iba a dejarlo y que era suyo. Que no íbamos a divorciarnos y que yo no iba a dejarlo. No iba a permitir que lo deje.
El había encontrado en mi historial mis búsquedas sobre abogados y ley de divorcio. Yo en realidad no pensaba hacerlo, pero más bien se había transformado en mi hobby secreto, buscaba números de abogados que realmente nunca llamaba y leía sobre leyes que en realidad no tenía intención sincera de aplicar. Yo intenté explicarle que no iba en serio, pero no escuchó, estaba loco de ira. Tampoco escuchó cuando le pedía a gritos que se detuviera que me estaba haciendo daño. Él solo me empujó al suelo, separó mis piernas y me jodio sin siquiera prepararme. No creo que el realmente lo disfrutara, pero definitivamente no fue placentero para mí. El miedo, la rabia y la resistencia natural de mi cuerpo dada la situación hicieron que fuera doloroso para ambos.
Esa noche abusó de mí de todas las maneras en las que una persona puede abusar de otra. Luego se fue. Tomó ambos juegos de llave y se fue. Nunca me sentí tan jodidamente roto e inútil como el momento en el que cerró la puerta tras él dejándome encerrado en nuestro departamento.
yo aún estaba tumbado en el suelo intentando procesar lo que había pasado.Puede sonar ridículo que se sienta como un abuso si viene de la persona con la que habitualmente te acuestas. Pero se siente igual a que si fuera un extraño el que te fuerza, incluso peor, porque no solo está violando tu cuerpo,también la confianza que habías puesto en esa persona.
Yo no me di cuenta de que estaba llorando en silencio hasta que sentí la lengua de Eddy lamiendo mi mejilla. El se había acercado en algún momento. Yo lo acaricié para que se calmara
-Estoy bien.-le dije. Era una mentira. Una que repetía mucho últimamente.
Una que por desgracia estaba muy lejos de ser cierto.
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