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Hello mis amores, como están? Les traigo cap de Gabe
Decidimos pasar por un 24hs y comprar cervezas para llevar a casa. Porque Cass había dicho que si me emborrachaba no iba a conducir mi monstruo letal hasta casa.
Cass en serio parecía querer emborracharse, de hecho no éramos de tomar mucho. En lo personal el alcohol eran calorías vacías que yo evitaba, y Cass se cuidaba mucho en mantenerse delgado por lo que vivía contando calorías. Nosotros ni siquiera teníamos alcohol en casa, no éramos los típicos jóvenes con la heladera llena de alcohol y chatarra. Había sido bueno que yo fuera deportista y que él se cuidara tanto, no había sido problema para ninguno que el otro llenara la heladera de verduras y proteínas, nuestras alacenas eran bastante saludables salvo por alguna que otra cosita 80-20. Por eso no pude evitar sorprenderme cuando lo vi tomándose su tercera cerveza de un sorbo sin pensar en las calorías.
Yo recién iba la primera cuando él inició la conversación haciendo que me atragante.
-¿te dijo si lo iba a dejar?
-que?- pregunté luego de recuperarme del acceso de tos.
-Hitler, ¿va a dejar a su esposo por ti?
okey, yo me sentía ligeramente incómodo hablando de eso, yo nunca me había planteado esa situación a mi mismo, lo había evitado, no porque no quisiera que lo dejara, sino porque yo había fingido que su esposo no existía.
-no.-Admití, agarré uno de los pack de cervezas y lo llevé hasta la mesita junto al sillón antes de dejarme caer en él. Cass vino a sentarse a mi lado apoyando su cabeza en mi hombro como siempre hacía. Suspiró y se llevó su cerveza a la boca y le dio un trago.
-No entiendo por que hace eso, que imbécil.-Se quejó.
-cuidado.-Le advertí, no quería pelear con Cass pero tampoco me gustaba que hablara mal de Jed ¿sí?
-Tendría que dejarlo, no puede tenerlos a los dos, Gabe, es injusto, ¿no lo ves?, basta ver cómo lo miras. Estas enamorado de él.Te está usando y tú ni siquiera te das cuenta ¿A que espera?¿que seas su amante por siempre para que luego juegue a la familia feliz con su esposo?
-¿y tu?¿Tu casado ya dejó a su esposo?-Consulté con ponzoña.
Cass resopló como si acabara de hacerle un chiste que no tenía nada de gracioso.
-no creo que lo haga. él cree que sí lo hará, pero su esposo lo tiene comiendo de su mano. Siempre que pregunto el tipo le pone una excusa para que no lo deje, nunca se deshacerá de él, lo odio tanto. -Cass vació su cerveza antes de dejarla en el suelo junto al sillón y se cubrió el rostro con las manos.- Soy tan patético.
-Cass...-
-Tu también Gabe, somos dos idiotas aquí.-Dijo y su voz se quebró. él estaba llorando.
-Ey, Cass.- le dije intentando que levantara el rostro.-no eres idiota, si? solo estás enamorado.
-lo estoy, creí que él era el indicado. dios, después de mucho me enamoro de un tipo casado, que jura que me ama pero no puede dejar a su esposo manipulador por mi. juré que no iba a dejar que esto me pasara de nuevo, pero aquí estoy, esperándolo, lleva meses desde que lo conocí ¿dime si eso no es patético?
De acuerdo, yo no sabía que decir a eso. Solo acaricié su cabello intentando darle calma, pero entonces él alzó su mirada a mi, y antes de que pudiera adelantarme a los hechos, él ya me estaba besando. Lo dejé besarme un momento como un experimento personal, sus labios eran suaves, su beso algo duro, su boca sabía a cerveza. No podía decir que me diera asco, pero tampoco me gustaba, su cuerpo se sentía incómodo apretándose contra el mío. Era un contacto duro, forzado y frío, con toda la delicadeza que pude lo aparté de mi. Cass estaba claramente pasando un mal momento, yo no era un mal tipo, de acuerdo, pero tampoco estaba dispuesto a acostarme con él para subirle el autoestima.
-Lo siento-le dije negando con un gesto. Cass soltó una risa incrédula antes de limpiar sus ojos, su nariz estaba roja por el llanto y mierda, yo me sentí en serio mal por él.
-¿por que él si y yo no?-Su voz sonaba casi desesperada. yo me encogí de hombros antes de levantarme.
-Deberías irte a dormir, Cass, bebiste demasiado.-Dije, él asintió recostándose en el sofá. Abrazó uno de los almohadones y se hizo un ovillo para que lo cubriera con la manta que siempre teníamos allí. -Buenas noches.-Dije, estaba a punto de irme a mi propio cuarto cuando su mano atrapó la mía deteniéndome.
-¿Qué tiene de especial? No entiendo que le ven. ¿Qué demonios hace para que todos estén detrás de él?
yo no lo sabía, el solo...
-Él es especial.-Admití.
Eso era todo. Jones tenía algo especial en él, algo que hacía que tu quisieras aferrarte a su cintura y nunca soltarte de ella.
-No lo entiendo.-Repitió más para si que para mi.
No respondí, yo tampoco terminaba de entenderlo, pero incluso si no comprendía lo que me pasaba con él, yo no podía negar que comenzaba a sentir cosas por Jed, Jones. Cosas que iban más allá de la necesidad de satisfacer mi curiosidad sexual.
yo me abracé a mí almohada preguntándome si yo acabaría igual que Cass por enredarme con un casado, es decir. Jones no me había prometido nada, no era como el tipo de Cass, pero y si luego yo comenzaba a querer más?
Es decir yo no creía que él me usara, Cass lo había hecho sonar mal, se suponía que era una sociedad de mutuo beneficio
Yo me preocupé un poco. Y la cosa no mejoró cuando en el hospital Jones me arrastró a la sala de suministros, había llegado 20 minutos antes de que iniciara nuestro turno. Últimamente siempre lo hacíamos así si no queríamos saltarnos el almuerzo, a veces de cualquier modo nos salteábamos el almuerzo.
Hoy habíamos ido directo, de hecho él me estaba esperando en el estacionamiento. No se que había pasado pero lo veía tenso.
Ni siquiera se detuvo a saludarme, me arrastró hasta que estuvimos solos, me dio un beso sucio y en pocos segundos se volteó bajando sus pantalones y empinado su culo en mi dirección.
-Rápido y sucio, no tenemos mucho tiempo.-me advirtió con su voz apretada. Él se puso un condón para no ensuciar y me pasó otro.
El resto fue dejar que nuestros cuerpos tomaran el control. Jones siempre llevaba condones y sobres de lubricantes en su bolsillo lo que ahora no sabía decir si me ponía o me la bajaba. Era osado, era un hombre seguro de su sexualidad que la disfrutaba y me ayudaba a comprender la mía. Me había enseñado un par de cosas en la cama y fuera de ella sobre mi mismo que ni siquiera yo sabía que me gustaban y eso me gustaba de él. El serio. Lo que no me gustaba era la idea de que me vea como un Toy Boy de acuerdo? Y por mucho que yo hubiera intentado ignorar las palabras de Cass estas habían hecho su camino en mi cabeza. Yo no quería ser un juguete sexual de mi jefe ¿sí?
Yo estaba pensando en eso cuando él estiró su mano hacia atrás para sujetar mi rostro y unir nuestras boca, se iba a correr. Ya conocía ese gesto.
Sujeté sus caderas dándole una firme estocada final y dejé que ahogada en mi boca su exclamación final. El se apretó a mi alrededor y no pude evitar correr un par de estocadas más a través de su orgasmo para hallar el mío propio.
Un par de segundos después la sala de suministros había vuelto a su natural silencio. Jones aún tenía una de sus manos en la pared haciendo palanca en ella para sujetarse, su otra mano se deslizó por mi hombro en una caricia que se detuvo en mi brazo.
El respiró un par de veces, mientras yo descartaba el condón, el hizo lo mismo con el suyo. Nos acomodamos la ropa, pero el no se seguirá a verme, en cambio se recostó en mi pecho aún de espaldas a mi y dejó que lo sujete por un momento.
-oh Gabriel, te has hecho muy bueno en esto-me felicitó acariciando mis brazos, luego de un par de minutos el se giró y me dejó un beso en los labios antes de que salir.
Cuando miré la hora faltaban 5 minutos para que iniciara nuestro turno. Yo me apresuré a ir al baño y sí, después de eso estuve un poco molesto todo el día. Yo no quería demostrarle que estaba molesto, porque era bastante ridículo que estuviera molesto, pero lo estaba.
Encima para colmos ese día me tocaba quedarme de guardia, por lo que me tocaban horas extras con él. Cosa que en otro momento me hubiera emocionado pero ahora lo único que quería era alejarme un poco de Jones hasta que entendiera que demonios me pasaba. Porque de pronto me jodia y no quería que se notara. Pero creo que en realidad no fui muy bueno disimulando porque cuando cerca del final de turno me invitó a que lo acompañara a la sala de jefes de residentes lo rechacé con un no tan amable:
-estoy cansado y tengo una guardia de 12 horas por delante.
Si en mi defensa yo realmente estaba cansado y lo único que quería era encontrar un rincón del hospital donde nadie me molestara para pasar las 4 hs que tenía entre medio.
-lo sé Gabriel.-me dijo pero de todos modos tomó mi mano y me arrastró con él.
-En serio, estoy cansado.-me quejé cuando estuvimos en la sala de descanso. Me dejé caer de mala gana en el borde de una de las camas y me crucé de brazos. No me hubiera dado cuenta de que estaba haciendo pucheros de no ser porque Jones se inclinó apoyando sus manos en mis rodillas y me dejó un beso rápido en la boca.
-Duerme-dijo empujándome ligeramente en el pecho.
-¿qué?-okey yo esperaba que quisiera sexo, de hecho incluso si estaba medio molesto con él porque me sentía ligeramente usado, mi polla se había puesto un poco dura por la expectativa. Era un muchacho de costumbres ¿sí?
-Que duermas Gabriel.-jones miró la hora en su reloj-tienes 4hs 30 para descansar. Te despertaré. Cali se adueñó del banco de la sala de residentes y Wyatt de la habitación de Ernest-Ernest era un tipo en coma que llevaba años ahí sin recibir otra visita que no sea de los residentes que querían descansar un poco en la silla junto a su cama.
-oh, gracias.
-también fui residente, Gabriel. Me hubiera encantado poder dormir en este cuarto por entonces, la silla de Ernest no es muy cómoda.-Se encogió de hombros y miré alrededor del cuarto.
-¿incluso con el supuesto fantasma?
Eso hizo que jones soltara una carcajada de esas que le iluminaban el rostro.
-le tienes miedo a los fantasmas, Gabriel?-yo me encogí de hombros-tranquilo tu duerme, yo te cuido.
Oh maldición, esas palabras hicieron cosas raras en mi pecho, él solo estaba siendo amable conmigo y ahora yo me sentía como un imbécil por haber sido borde con él todo el día. es decir, jones no era un tipo de palabras bonitas, pero tenía ese tipo de gestos que hacían que uno sintiera como que le importabas. Yo lo creía o tal vez era muy estúpido para leer las señales.
Sin saber como pedirle disculpas abrí la cama y lo invité con un gesto a que se acostara conmigo. Él ni siquiera lo dudó, corrió a acostarse para que yo lo abrazara y otra vez me recordó a un conejito sediento de cariño. Si yo no le importara al menos un poco no se comportaría así o si? Yo me dije que no importaba, lo abracé entrelazando nuestros dedos sobre su vientre y dejé mis labios en su nuca.
Después de un par de minutos de silencio en los que se entretuvo acariciando el dorso de mi mano con el pulgar dijo:
-Will va a interrumpir su embarazo.
oh, yo sabía quien era la mujer. Jones me había contado de ella, no el día en el que se lo pregunté, pero sí un par de días después, había descubierto que si no lo presionabas él iba soltando pedazos de información. Era como que comenzaba una conversación un día, se interrumpía y dos o tres días después la retomaba donde la había dejado. Me había dado cuenta de eso después del tiempo en el que solíamos ir a comer y charlar después de salir de Carlos. Él había dejado de ir a entrenar en el último tiempo. Cuando le pregunté si volvería dijo que en cuanto se hiciera tiempo, no volví a preguntar, él no parecía querer hablar de eso. Otra cosa que había aprendido era que si insistía cuando se mostraba esquivo era muy probable que me mandara al carajo. Vamos, él gruñía, si no aceptabas la advertencia acababa por lanzarte el tarascón, había muchos perros de esos en la granja donde me críe, yo sabía cuándo aceptar una advertencia. Otra cosa que había aprendido de él, era que usaba el sexo para distraerse cuando estaba estresado, y ahora me sentía culpable por haberme molestado con él por eso.
-Lo siento.-Dije. Y en serio lo sentía, había notado que la situación lo tenía mal desde que había caído en el hospital. él se encogió de hombros como si quisiera quitarle importancia, luego simplemente suspiró y añadió un:
-Yo también lo siento.
Eso es todo mis amores, los amodoro <3
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