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Hola mis amores como estan? Me extrañaron?
porque yo si extrañaba publicarles algo.
Los amodoro
El almuerzo con los padres de Romeo decidimos hacerlo en casa de Mónica. Mamá llevaba tiempo viviendo con Alice, la mujer me agradaba y mamá parecía feliz. Vamos, considerando todo, creo que Alice le dio el apoyo que papá no supo. Se conocieron en uno de los tantos ensayos clínicos para el cáncer de Edd. Su hijo no lo consiguió, supongo que eso hizo que ambas se entendieran de la manera que solo dos personas que vivieron lo mismo saben hacerlo, ya sabes, primero se hicieron mejores amigas, compartieron historias lacrimógenas, lamieron sus heridas y bueno, un día me dijo que estaba enamorada de ella.
Recuerdo que lo primero que hice fue largarme, no me pregunten por qué, pero de pronto que te digan que tú mamá se volteó por las chicas es raro, como de verdad raro. Que va, Eric tuvo que hacerme entrar en razón. Digo, Alice era una mujer estupenda, cuidaba bien de Mónica, pero Mónica era mi mamá, me costó lo suyo aceptar que de pronto estaba enamorada de otra mujer y que quería vivir con ella, fue por entonces que me mudé a casa de Eric. Las parejas necesitan privacidad, casado casa quiere y esa mierda, la sola idea de escuchar a mi madre gimiendo por otra mujer se me hacía raro como el infierno.
Digo, lo siento, pero era raro, jodidamente raro. Vamos, Mónica era la mujer más nazi que conocí en mi vida, si no hubiera sido su hijo seguro me crucificaba por ser gay. Lo único más importante para ella que la pureza de la sangre eran sus hijos. Que vamos, si aguantó 16 años de matrimonio con mi padre fue solo porque quería que Edd y yo tuviéramos una familia constituida con todas la de la ley. De hecho, creo que de no ser porque papá la cagó rindiéndose con Edd aún estarían juntos. Digo, Mónica era de esas mujeres que nacieron para ser madres. Me costaba pensar en mi madre como una mujer enamorada de otra mujer.
Hablando de mis padres, este almuerzo prometía ser una mierda. Papá alcohólico acaba de hacer acto de aparición, vamos, no me esperaba que mamá tuviera la madurez de invitar a papá, después del divorcio no habían vuelto a hablar. Papá había hecho de su vida una jodida caída libre, lo único bueno de que Edd y yo fuéramos dos es que podíamos dividirnos el trabajo de cuidar a nuestros padres. Edd se quedó con mamá, yo me encargué de cuidar a papá, digo, en el fondo éramos la misma mierda y Edd no le perdonaba, creo que papá tampoco se perdonaba a si mismo por rendirse.
Desde entonces era un jodido saco de mierda caquéxico.
Hoy llegaba un abrigo con menos de 7 remiendos, eso era un jodido alivio. Vamos, lo ví dejarlo en la entrada, Alice lo recibió con un gesto amable, papá al menos caminaba en línea recta. Eso era relativamente bueno. Desde que me había recibido de la universidad me encarga de pagar su renta, las reuniones de doble A pasaron a ser algo de rutina que no ayudaba mucho. Pero diablos, el hombre me había... bueno me había dado una mamá de puta madre, solo por eso no podía abandonarlo. Y cuando le dije que era gay me aceptó sin problemas, eso era algo ¿ no?
Vamos, que de cómo el sol, no te pones a pensar si hay uno mejor, solo está , mi padre era eso: mi padre, no esperaba algo mejor, solo era mi padre.
Lo aceptaba con todo y su mierda, si era bueno o malo no sabía decirlo, pero rogué mentalmente que no me pusiera en ridículo frente a los padres de Romeo.
Vamos, que me sentía estúpidamente nervioso, no sabía explicarlo, pero NECESITABA que esa reunión saliera bien. Digo, No conoces a tus suegros todos los días, tenía que darles una buena impresión, era el tipo que estaba llevándose a su hijo. Eso tenía que contar. Romeo parecía igual de nervioso, vamos. Lo sentí tomar mi mano y besar mi sien.
—Todo saldrá bien, amore—Me dijo cuando mi padre ocupó su lugar en la mesa que ya estaba a medio servir. En el fondo creo que lo dijo más para tranquilizarse a si mismo, pero papá estaba sobrio y en una pieza, eso era un buena señal ¿No?
Tenía que serlo.
Alice una mujer castaña un par de años mayor que Mónica nos recibió a todos con sonrisas amables.
Suspiré y la seguí, ví a Romeo ver varios mensajes, podía sentir lo nervioso que estaba mientras esperábamos a "nuestros invitados".
Edd y Amanda fueron los segundos en llegar, seguido de los señores D'Angelo que me saludaron con dos sonoros besos en las mejillas cada uno. Vamos, los tíos de Romeo me conocían desde que era crío. Me habían visto crecer, no sentía que tuviera que impresionarlos.
La cosa era diferente con los padres de Romeo. Que lo poco que había visto de ellos era en la boda que había jodido. Y dios que no había sido linda la primera impresión que se llevaron de mi. Digo, Pietro nos había atrapado, el rubio había armado un escándalo, terminé huyendo en calzones frente a todo los invitados mientras Romeo era atacado a base de pastel de bodas, que Pietro lo había destrozado en su cara.
Sí, fue un jodido culebrón barato.
Tenía todo el derecho del mundo en sentirme nervioso en presencia de mis suegros. Vamos, no todos tus suegros te ven el culo antes de conocerte, debería existir una regla contra eso o algo.
Romeo parecía pensar lo mismo, vamos, que cuando el timbre volvió a sonar por tercera vez sentí su apretón en mi mano. Su palma estaba sudando por los nervios.
Suspiré y puse mi mejor sonrisa al abrir y ahí estaban, la pareja de italianos en sus sesenta, ceño fruncido, arrugas en el cuello y patas de gallos. La mujer con los ojos azules de su hijos, me hizo un escáner rápido de pies a cabeza, forcé una sonrisa más amplia.
Miró a su hijo y dijo algo en su idioma natal. Sea lo que sea no sonaba a un cumplido.
Tosí, Romeo forzó su sonrisa más amplia y su tono de voz sonó a advertencia cuando le respondió a su madre.
—Bienvenutto.—intervine.
Lo había practicado toda la jodida semana, creo que lo dije mal porque la mirada de desaprobación en la mujer no cambió. Su padre en cambio me sonrió y respondió amablemente algo en italiano que rogaba no fuera pregunta porque no había entendido una sola T de lo que dijo.
Sonreí.
Esperé a que se adelantaran y estiré la mano de Romeo para retrasarlo un poco.
—¿Qué dijo?—Pregunté en un susurro.
—¿ De que?
—Que dijo tu madre de mi.
Romeo desvió las vista.
—Romeo...
—No quieres saberlo, Amore.
—Dímelo —Le dije con una sonrisa en los dientes por si sus padres nos veían.
No quería que creyeran que discutíamos por su culpa.
Vamos, no les daría ese gusto.
Romeo desvió su vista a las fotos familiares que Mónica tenía en el pasillo, apreté su mano.
Romeo suspiró
—Puta América.—Por fin clavó sus ojos en mi—Dijo que solo eras una puta Americana que no valía la pena.
Okey...
Tragué saliva.
Definitivamente tenía a mi suegra en contra.
—Pietro es su ahijado, el niño de sus ojos.—Explicó Romeo acompañando su tono lastimero de su mejor cara de perro—Mamá lo tomó como algo personal. Créeme, también está enojada conmigo. Si te sirve de consuelo cuando Pietro se largó de la boda ella terminó de hacerme tragar el pastel de bodas. Estaba echa una furia pero no es una mala mujer. Que viniera hasta aquí incluso cuando está en contra de esto lo demuestra, te amará cuando te conozca, lo prometo, Por favor...Sé amable amore, per favore. Se amable con mi madre.
—Descuida amore, seré la puta americana más amable del mundo—Le sonreí poniendo todo el cinismo que tenía en el gesto.
Ser amable es mi mayor talento, ya saben...
vamos. Carajo, esto iba salir mal, muy mal.
—Amore...—Romeo me llamó pero lo ignoré y me adentré a la sala donde estaba puesta la mesa y los comensales comenzaban a degustar los bocadillos de Mónica.
La comida no fue incómoda, ponerse espinas de bambú debajo de las uñas hubiera sido mejor.
La familia de Romeo en algún momento empezó a discutir en italiano en medio de la mesa, el patriarca D' Angelo golpeó la mesa con los cubiertos en la mano. Alguien derramó vino sobre el mantel, Mónica me observaba pidiendo explicaciones que no tenía mientras Romeo intentaba contener a su familia a base de gritos y aspavientos de mano, papá llevaba media botella de vino en silencio lo que no era buena señal.
Solo esperaba que no empezara a insultar a Alice o esto terminaría de salirse de control. Edd y Amanda me observaban con lástima suponiendo lo mismo que yo.
Esto era un jodido caos, y el detonador llegó tocando timbres media hora después. Alice saltó de su silla para atender intentado huir de los incómodos comentarios pasivo agresivos que empezaron a lanzarse mis padres. Los D'Angelo aún estaban demasiado metidos en su mierda cuando Eric apareció sonriendo con una botella de vino.
—Lamento el retraso—Dijo dejándole un beso a Mónica en la mejilla, un cabeceó bastó para que saludara al resto de mi familia y un perfecto italiano salió de su boca saludando a los padres de Romeo, vamos, el maldito hablaba 7 idiomas como si fueran su jodida segunda lengua. La magia de las institutrices privadas. En ese momento lo envidié, que va, hubiera matado por saber que tanto discutía la familia de mi novio.
Sentí sus manos en mis hombros y casi de forma automática tiré la cabeza hacia atrás para encontrar su boca cuando se agachó a besarme.
El ruido de la mesa se detuvo y no tuve que voltearme para saber que todos los ojos estaba en nosotros. Los ojos de Eric abiertos de par en par me decían que estaba pensando lo mismo que yo.
Carajo.
Acabábamos de cagarla.
Mierda.
Eran demasiados años besándonos de esa manera.
Demasiadas noches terminando un día de guardia y dándonos un beso al volver a casa luego de mucho rato lejos el uno del otro. Vamos, Algunos amigos chocan los puños al verse, otros se dan la mano. Eric y yo nos besábamos los labios, era nuestro código.
Carajo. Carajo, carajo.
Ni siquiera lo pensé, cuando Eric se acercó, mi boca respondió de forma automática buscando la suya. Lo que para nosotros era un gesto amistoso y familiar para otros podía malinterpretarse.
—Lo siento—Lo ví murmurar sin palabras mientras no apartaba sus ojos de mi.
Cerré los ojos maldiciendo mentalmente.
Esto era un desastre.
Volví a abrir los ojos cuando el ruido de una silla bruscamente corrida llenó el tenso silencio que se había creado.
Me giré, Romeo soltó los cubiertos abandonando la mesa. Lo seguí hasta el balcón del departamento, no terminé de salir afuera que sentí como me empujaba contra una de las paredes. Agradecí a las cortinas de Wall blanco que cubrían las puertas de vidrio corrediza por las que acabábamos de entrar o esto de verdad iba a terminar como Monescos y Capuleto sin necesidad de estar en Verona.
—¿Sabes que estuve haciendo?—Me gruñó entre dientes. No esperó a que respondiera—Defendiéndote, todo el jodido rato estuve defendiéndote para que tú besaras a otro tipo frente a mis padres ¿sabes en qué jodido lugar me pone eso?—Romeo le dio un puñetazo a la pared junto a mi cara.
—Lo siento.
—Puta Americana, es lo que ha dicho mi madre desde que te conoció y no has hecho más que darle la jodida razón. Soy el idiota italiano iluso que lo dejó todo por una puta Americana. No podías jodidamente respetarme un día ¡Solo un día Jed!—Abrió sus palmas y volvió a golpear la pared junto a mi oreja.
Cerré los ojos. La había cagado, como de verdad cagado. Lo sabía.
—Lo siento. Yo...
—¿Yo que soy? —Me volvió a interrumpir Romeo que me había encarcelado entre sus brazos para que no escapara. —Mirame a la cara y dime que jodidamente soy en tu vida. Edd es tu otra mitad, Eric tu persona, Willow es tu chica y dime que mierda soy yo Jed. Porque es como si no fuera nadie. ¡Como si todos tuvieran un jodido lugar menos yo!—Me gritó.
Romeo estaba furioso, frustrado y dolido, sus ojos lo delataban y mierda, yo también lo estaría si fuera él, no quise hacerlo, yo solo...
—No pensé... lo siento. TU...tu eres la persona a la que amo. Te Amo—Romeo se aflojó un poco y dejó ir la tensión de sus hombros.— En serio, te amo —Seguí envolviendo su rostro en mis manos—Lo siento... en verdad lo siento.
Intenté besarlo para hacer las paces pero Romeo me esquivó desviando su vista antes de apoyar su frente en la mía.
—No se siente bien, Jed. No se siente bien amar a alguien que tiene todas sus necesidades emocionales satisfechas en otro lado.
—Romeo, ¿De que hablas?
—¿Estas enamorado de Él?
—¿Qué?
—Estas enamorado de él?—Volvió a preguntarme con sus intensos ojos azules puestos en mi y mierda sentí que el aire se me iba de los pulmones—¿Estas enamorado de Eric?
Negué.
— Dios, no se si te mientes a ti o a mi.—Maldijo en italiano y negó antes de volver a pegarle a la pared.
—No. —Dije—Lo quiero, pero no así.
—¡¿Por qué está aquí? ¿Por qué está aquí entonces?
Fruncí el ceño y me crucé de brazos. ¿en serio estábamos teniendo esta conversación?.—Es un almuerzo familiar. El es mi familia.
—Yo no beso a mi familia en la boca frente al resto de tu familia.
—Creí que no te importaba. —Dije y sí, mis palabras sonaban a acusación porque lo habíamos hablado antes y él había estado de acuerdo. Era parte del trato, Eric no se iba, ni Eric, ni Willow, ni Edd, incluso Amanda, ellos eran mi familia.
—También lo creí.—Gruñó frustrado.—Pero me importa, tu me importas... tu... No puedo —Estaba tan molesto que todas las venas de su rostro parecían saltar, y no podía dejar de pensar idiotamente lo importante que eso me hacía sentir, le importaba, eso era todo lo que mi cabeza registraba en ese momento. Romeo estaba celoso porque le importaba. me estiré hacia delante y lo besé, mis manos se enredaron en su cuello, las suyas a mi cintura.
—Me dueles tanto amore, amarte es una tortura—Me dijo apoyando su frente en la mía y nunca esperé que sus palabras estuvieran tan cercanas a la realidad durante los siguientes meses.
Fin del Cap. Esto es todo amigos. 🐰 jiji
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