Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

66

—Por favor Gabriel, dime que también lo quieres o salte de mi cabeza—Le pedí.

Gabriel abrió su boca, sus jodidos y rosados labios de sandías parecían no muy seguros de qué decir. Me pregunté si lo estaba asustando, el chico estaba claramente confundido como la mierda, y yo quise reírme. Dios, yo era impulsivo y terminante, no sabía andarme con sutilezas, si decidía algo solo me mandaba. Tomaba decisiones rápidas, sobre la marcha, eso me hacía bueno en emergencias y un idiota en la vida.

 Si yo me parara a reflexionar por horas, mis pacientes morirían en momentos críticos. Si yo me parara a reflexionar solo medio segundo antes de tomar una decisión impulsiva, mi vida hubiera sido un jodido paraíso.  yo podía tener reacciones explosivas y para la vida el exceso de autoconfianza podía arrastrarte por la mierda.

 Gabriel parecía dudar a cada paso que daba, era normal si pensábamos que era un niño apenas formándose en la vida 

—Tal vez, mejor no.—Respondí por él. 

Yo no quería presionarlo, parecía un maldito buen niño y yo tenía una larga lista de fracasos detrás como para estar bastante seguro que iba a arruinarlo.

es decir, yo en serio lo necesitaba, sacar a Gabriel fuera de mi sistema, apenas verlo por la mañana había sentido esa imperiosa necesidad de arrastrarlo a un jodido cuarto conmigo y rascarme la picazón de una vez y volver a poner distancia profesional.

Yo tenía bastante con Romeo Jodiendo mi cabeza en casa, no necesitaba a Gabriel haciéndolo en el trabajo. 

 Harley apareciendo como un fantasma de mi pasado tampoco ayudaba. Harley era un maldito error de esos que quieres olvidar pero regresan una y otra maldita vez a tu vida a recordarte las estupideces que hiciste. 

Yo realmente no quería seguir haciendo estupideces en mi vida. Yo era el mayor allí, yo sabía que intentar llevarme a Gabriel a la cama era una de las cosas más estúpidas que podía hacer. Pero eran esas cosas estúpidas que hacía, como meterse siempre en donde no lo llamaban, su actitud sobreprotectora y...joder, era como un maldito oso de peluche gigante y acogedor. Intentar ser duro con él era como intentar patear a un cachorro gigante de labrador moviendo su cola para ti.

volví a apoyar mi mejilla en su pecho sintiendo el dup-lup, acelerado de su corazón. yo no quería joder al niño, es decir yo quería joderlo, pero no en el mal sentido, mi problema era que tenía un buen historial arruinándolo. Yo tal vez debía dejarlo en paz con su confusión y no aprovecharme de eso. Si realmente era Gay, Bi o lo que sea que necesitara para etiquetarse a sí mismo podía buscar a alguien menos tendiente al conflicto para explorarlo. yo era una mala opción para él, yo lo sabía, pero...

—yo quiero.—Dijo, alcé mi vista de nuevo y no pude resistirme a hacer puntitas para besarlo de nuevo, no podía cuando él me lo estaba pidiendo a gritos en ese momento, dios, su cara era tan malditamente fácil de leer.  Jesús era la persona más transparente que yo había conocido en mi vida. Incluso si intentaba disimularlo, yo podía ver cada jodido engranaje de su cerebro corriendo.

Lo sentí apretando mi cintura para acercarme más, lo que era ridículo si teníamos en cuenta que no había un solo centímetro que nos separara entre nuestros cuerpos, pero me limité a corresponderle el gesto, porque yo también lo quería más cerca. 

Tanto que una parte de mi no podía dejar de imaginar como sería tenerlo dentro de mi. yo nunca lo había hecho en el hospital, no siendo yo quién trabajara allí al menos. Miré un segundo sobre su hombro las estanterías llenas de suministros, no era difícil conseguir condones y lubricantes en un hospital, de hecho este era como el mejor sitio para una follada rápida, cerré los ojos imaginando que si quisiera podía dejar que él se enterrara en mi allí mismo, un orgasmo que explotara mi cabeza en el trabajo era jodidamente tentador y esa imagen calentó mi piel más aun cuando su boca se desligó de la mía comenzando a descender por mi mandíbula con sus labios arrastrándose por ella.

—Gabriel.—Gruñí,  incliné mi cabeza en dirección contraria dándole acceso a mi cuello. la parte egoísta de mi,  susurraba que lo dejara seguir, que era justo lo que necesitaba en ese momento para olvidarme del mal trago de Harley, de Romeo y de todo lo jodido que estaba mi presente. El sexo siempre había sido la droga que usaba para apagar mi cerebro y ahora estaban ofreciéndome una dosis, solo que se sentía como si quisiera aceptarla de un diler en pañales.

—¿Mmm...?—Tarareó sobre la piel de mi garganta.

—Debería aconsejarte que esto es una mala idea.

—Deberías pero no quieres—Se dio cuenta.

— No quiero, pero soy el adulto aquí. —Me quejé.

— tengo 21, soy un adulto.

—oh carajo, no, realmente eres un niño—Gemí. Dios, incluso era más joven que mi esposo cuando lo conocí.

 Me aparté para verlo a la cara dispuesto a cortar aquella mierda pero lo único que hice fue lanzarme adelante para volver a atrapar su boca. Gabriel entonces me sujetó por los muslos y rápidamente me encontré recargado contra la puerta de suministros en una posición con la que me había familiarizado en las últimas tardes con Gabriel. él empujó su cuerpo contra el mío creando fricción y yo sujeté su rostro para profundizar el beso hasta que un golpe del otro lado nos obligó a separarnos.

—Carajo. —Gruñí. él se apartó un paso llevando su mano a su bolsillo intentando acomodar su jodida erección que era difícil de disimular. AL menos el pantalón del uniforme era holgado, o aquello definitivamente hubiera sido incomodo. 

Miré su rostro, su cabello se había vuelto una maraña, yo lo había vuelto una maraña, al igual que había enrojecido sus labios de la forma en la que quedaba una boca luego de ser bien follada por otra, y sí yo había hecho eso con él, demándenme por sentirme orgulloso del ligero brillo desenfrenado que había despertado en las pupilas del chico.

alguien volvió a probar la puerta y eso hizo que pisara tierra.

Mieerda, yo no debía lucir mucho mejor, Gabriel se giró concentrándose en buscar algo de los estantes y yo me apresuré a acomodarme un poco antes de destrabar la puerta y abrir.

—Em, hola, disculpe yo... Me mandaron por un...

Había un muchachito, un interno probablemente, a juzgar por la bata y su nerviosismo. Apestaba a estudiante perdido.

—Entra y búscalo.

No me detuve a ayudarlo más, ya encontraría su propio camino, o no, probablemente estaría haciendo alguna de sus rotaciones. no era mi jodido problema de cualquier modo.

Yo anduve hacia el baño, me mojé la cara y observé mi rostro por unos segundos, lucía caliente, muy caliente y era como me sentía en ese momento. Carajo, me di cuenta, yo realmente hubiera dejado que pasara. vamos, yo era malditamente malo para cumplir con mis propias promesas, que luego del escándalo con Wyatt me había prometido a mi mismo no mezclar el culo y el trabajo. 

¿Qué demonios estaba haciendo?

suspiré odiándome un poco por ser tan débil y apoyé mis manos en la mesada de los lavabos. El motivo de mi calentura no tardó en aparecer detrás de mi, nuestras miradas se cruzaron en el espejo y por la forma en la que me miraba él estaba tan al borde como yo.

—No podemos hacer esto en el hospital—Dije, podía sentir su calor corporal transmitiendo ondas densas en mi dirección en ese momento y como un masoquista di un paso atrás buscándolo.  Mi trasero presionó la indiscutible erección del chico, él envolvió de nuevo mi cuerpo en sus brazos invitándome a que me apretara más a él Jesús, en cualquier momento cualquier abriría esa puerta y entraría para encontrarnos prácticamente follando, y no pude hacer más que estremecerme, frotándome contra su pene, mierda, mierda, yo hubiera dejado que me bajara los pantalones y me follara allí mismo con tal de apagar eso que había crecido allí. Su boca estuvo otra vez en mi garganta y ahora en el espejo pude notar que lo que besaba eran las marcas de mi cuello, no pude evitar acunar su cabeza con mi mano, mierda nos veíamos muy calientes en el espejo, realmente calientes. Éramos como la mejor fantasía del porno en directo, mi pene palpitó dolorido. Cerré los ojos y me obligué a concentrarme en algo que no sea lo caliente que éramos juntos.—Pero tenemos que sacarlo fuera de nuestro sistema Gabriel, no podemos seguir actuando como dos animales en celo, carajo.

—¿cuando?—Preguntó tenso sus manos manteniéndome sujeto contra su trasero mientras inconscientemente sus caderas buscaban fricción. Mierda, necesité de toda mi jodida fuerza de voluntad para girarme tomé su rostro y lo besé rápido y descuidado antes de soltarme.

—Esta noche, Gabriel. Esta noche y mantente lejos de mi, o no llegaremos tan lejos. —Le advertí y me obligué a huir de él por segunda vez.

Yo no podía trabajar con una erección furiosa, y mierda, Gabriel últimamente parecía que solo podía provocar una tras otra. De hecho llevaba menos de una semana de vuelta al trabajo y no había conseguido pasarlos sin arrastrar al chico a algún rincón para frotarme contra él.

Necesitaba mantenerlo lejos, cuando tenía días malos era mas propenso a buscar consuelo en el sexo, Harley había sido un trago honestamente amargo para mi, solo otro recordatorio de que había algo jodidamente malo que yo hacía para que mis parejas terminaran odiándome.

Maldita sea, que una vez puede salir mal, dos tal vez...

Pero yo tenía un historial interminable de tipos obsesivos que terminaban por odiarme, Probablemente era el patrón que yo buscaba, probablemente Topal fuera otro tipo obsesivo más a mi interminable lista de amoríos que terminaron en desastre.

Vamos, Harley me había dado una maldita paliza antes de que lo dejara, una que acabó con un par de huesos rotos para mi. Alexander había intentado arruinar mi carrera cuando lo rechacé, si no fuera por su mujer probablemente lo hubiera hecho, y dios, yo había tenido un novio que intentó suicidarse frente a mi para que volviera con él.

 Luego de esas experiencias Romeo era lo menos malo que se había cruzado en mi vida, supongo que por eso yo tal vez no me daba cuenta de lo realmente malo que era. El solía recompensarme, si me lastimaba  siempre tenía una excusa y de alguna forma luego se encargaba de mejorar, un tiempo al menos, se esforzaba, de hecho anoche mismo había dicho que no había nada malo en mi, me había hecho el amor suave como me gustaba y se había disculpado por haberme hecho sentir mal. Me sentí amado ¿si? cuando hacía esas cosas yo sentía que el me amaba aunque se equivocara. Aunque ambos lo hiciéramos, dios, yo no era un maldito ángel para victimizarme, estaba planeando acostarme con el tipo que Romeo me había prohibido, porque luego de la noche que nos encontró me aclaró que no lo quería de nuevo cerca mío, pero claro que yo me convencí que lo hacía por mi matrimonio. Romeo me había mentido tantas veces por "mi bien", si me sacaba las ganas, me dije, todo podía ir bien entre nosotros. Topal ya no sería una piedra caliente en el camino, Romeo se estaba portando bien conmigo y podíamos ser felices como había prometido anoche. Yo creí que era una buena idea, carajo, yo en serio creí que estaba tomando la decisión correcta. Las discusiones con Romeo, las pequeñas peleas, e incluso los golpes que nos dábamos en ocasiones, no eran realmente comparación con mi historial de psicópatas, violentos y manipuladores.  

O al menos, eso creía. 

Hello mis amores, como están, buen lunes, he estado con un poco de inspiración por aquí. los amodoro 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro