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Yo me había resistido a pedirle ayuda a Jones, me sentía ligeramente ofendido ¿de acuerdo? yo como que había esperado que me hubiera elegido por algún motivo especial. El saber que solo fueron las circunstancias propicias y que lo había hecho anteriormente con mis otros compañeros fue molesto para mi orgullo, yo...sí, yo por un momento me crei especial, Yo lo había ayudado más de un par de veces, por un momento había esperado que me notara como algo más que solo un escalón para un fin.
Estaba molesto con Jone, irracionalmente ¿de acuerdo? Yo solo era su residente a cargo fuera de las horas de contrato no me debía nada, ni yo a él. Pero era... yo no sabía explicar por qué me molestaba tanto que me ignorara, pero me seguía molestando como el primer día. Ya no tenía ganas de darle un puñetazo como al principio, pero me nacía más zapater y hacer berrinche como un niño.
Yo no era un niño. Y no tenía que importarme que no le agradara, pero a nadie le gusta ser usado por sus superiores.
Era mi día libre, vamos mi descanso comenzaba después de esa ultima guardia, yo pensaba olvidarme de Hitler por lo que quedaba de mi fin de semana, en serio. hasta había dejado que Cass me convenciera de que fueramos a un bar con otro de nuestros compañeros. Eramos bastante patético, un grupo de jóvenes doctores un viernes por la noche hablando de lo que hicieron en su semana en el hospital, pero era lo normal ¿De que íbamos a hablar? incluso si apenas sentarnos prometimos no mencionar nada que tuviera que ver con la medicina, empezamos hablando del juego de la semana y terminamos hablando de la historia clínica de los jugadores más allá de sus habilidad con el balón. Cuando nos dimos cuenta de eso, terminamos riendo a carcajadas. La noche se sentía agradable, el viento de chicago había sido bondadoso, estaba fresco pero en el interior del local se sentía cálido. Nos habíamos encontrado con otras dos muchachas, las compañeras de Cass, Cali y Wyatt. Eramos un grupo pequeño en comparación a otros, aunque eran varias las caras conocidas del hospital. El thunderbird quedaba a poco y nada del St. Patric, no era raro que su publico popular fuera mayormente personal hospitalario.
Kelly o Katie, no recordaba bien su nombre, una amiga de Cass del area de Cardiología, se acercó a nosotros, parecía una muchacha agradable, piel oscura, cabello recogido en múltiples trenzas pequeñas y una sonrisa deslumbrante de dientes blancos. yo me quedé bastante colado por ella, era inteligente, con un humor ligeramente negro y agudo. 20 minutos después de conocerla yo estaba en ello. Ella también parecía interesada, digo tuvimos una charla agradable y llena de coqueteo paralela a la de nuestros amigos hasta que su teléfono sonó y se disculpó para contestar.
-¿linda eh?-Me codeó Cass con burla en cuanto Katie/Kelly desapareció hacia el aseo. Yo me giré a Cass esperando que continuara, su rostro claramente divertido decía que tenía algo que añadir.-Sale con su jefe de residentes.
-oh...
-Es una trepadora, Gabe. Oí que nunca mira por debajo de su nariz. No es buena para un chico de granja-dijo dándole un último sorbo a su cerveza.
-soy más que un chico de granja.
-Correcto, Sexy chico de granja, Traeme otra cerveza-Me pidió. Rodé los ojos pero me levanté igual recibiendo una palmada en el trasero de parte de mi compañero que trajo un coro de risitas. Sí, todos estaban achispados para esa hora.
Decidí hacer tiempo en la barra mientras pedía para mis amigos. Yo no había bebido más que media cerveza, había ido en mi motocicleta y no tenía planes de terminar en el hospital en mi día libre, tampoco quería acabar la noche acarreando borrachos. Más bien mis planes arruinado iban de terminar siendo arrastrado por una bonita chica negra a su cama. Siempre podía ser una bonita chica de cualquier tono. Miré a mi alrededor esperando ver si había alguna muchacha a la que le llamara la atención cuando lo vi.
Jones estaba sentado en la barra, solo, con una botella de cerveza sin tocar y observaba las gotas formándose en la superficie vidriada. Yo me acerqué a saludar, porque ... porque si, yo era un estupido, pero se veía lastimeramente solitario en ese momento.
-hola.
Jones apenas movió su cabeza para mirarme y alzó una de sus cejas en mi dirección.
-Hola Gabriel.-Dijo silabeando mi nombre, su cuerpo se volteó en mi dirección.
-hoy no fue a entrenar-Solté de pronto. Ni siquiera sé por que lo hice. es decir, Jones pagaba la cuota religiosamente en Carlos, si iba o no a entrenar no era que me importara realmente. Pero hoy no había ido, y habiamos aprendido movimientos nuevos, sí me dije que eso me molestó porque retrasaría a la clase cuando tuviera que detenerme por él para repetir. Su ausencia por otros motivos no me importaba, Yo lo había notado a la ligera. Del mismo modo en el qué noté a la ligera la pequeña mueca que elevó sus comisuras antes de volver a hablar con su voz ligeramente ronca y cansada.
-no lo hice.-Admitió en tono obvio, de acuerdo. Esto era ridículo, ni siquiera supe por que me acerqué a sacarle charla. Estaba a punto de girar sobre mis talones para volver con mis amigos cuando su voz volvió a alzarse- Estuve descansando. Tuve una semana dura. -Y luego como si le costara la vida añadió-Gracias por lo de anoche. Realmente necesitaba distraerme.
-oh, claro.-Dije torpemente. Su repentina humildad me había desarmado y yo de pronto me sentía estúpidamente feliz de complacerlo-No hay problema. Puede buscarme cualquier noche que quiera.
Los labios de Jones volvieron a moverse hacia arriba en una sonrisa que parecía negado a demostrar, sus ojos pícaros y calientes me hicieron notar lo que acababa de decir, sentí el calor subiendo por mi cuello. Yo era muy torpe en eso -Para las guardias, quiero decir, yo... Usted sabe mis horarios...yo.-Me callé rogando por que dejara de mirarme de aquella forma dios.
-Los conozco. Gracias, Gabriel.
Gabriel, era la segunda vez que me llamaba por mi nombre de pila.
Tragué saliva, podía sentir como sus ojos seguían el movimiento de mi nuez de adán. De cierta forma me sentía contradictoriamente incómodo y emocionado por tener su atención. Él en serio se estaba tomando su tiempo para examinarme con un gesto ligeramente perezoso.
Carraspeé y sus ojos volvieron a subir a los míos. Yo tal vez debía irme, pero por alguna razón no quería dejarlo solo. sabía que mis amigos estaban esperandome pero... él se veía tan desamparado que terminé sentandome en la butaca a su lado. los codos en la barra, mis rodillas separadas en un gesto relajado apuntando ligeramente en su dirección.
-¿Qué hizo después de la guardia? Sandy se veía preocupada hoy, como si sospechara que no se fuera a descansar.
-Sandy siempre está preocupada por todos, pero fui a casa de mi madre, dormí un rato allí.
-¿Nunca está en su casa?
-intento evitarlo.
-oh-Yo tal vez estaba haciendo demasiadas preguntas, pero no podía evitar la curiosidad que empezaba a crecer en mi. Eso explicaba por qué siempre podías encontrarlo vagando por el hospital. yo quería preguntarle por qué en cambio miré de nuevo la botella frente a él y terminé preguntando-¿Cuanto tiempo lleva aquí?
Jones miró su reloj.
-Unas 3 horas .
-¿Esperaba a alguien?
Jones soltó algo como un bufido divertido antes de negar.
-No. Gabriel. De hecho pensaba llegar aquí y emborracharme por un rato. Quería estar solo. Ser el borracho solitario de la barra sonó bien en mi cabeza cuando me planteé que podía hacer con lo que me quedaba del día para no volver a casa. De hecho estuvo bastante bien hasta que llegaste.
-oh, lo siento, -Dije levantándome y sintiéndome un poco estupido por intentar acompañar a alguien que claramente acababa de gritarme fuerte y claro que no quería compañía.
-Está bien, de cualquier modo no puedo hacerlo. En realidad no estuvo nada bien -movió la botella en su mano pensativamente.
-¿Qué quiere decir?
-Ser el bebedor solitario de la barra.-Movió su botella apenas por la mitad-Intenté pedir algo más fuerte cuando llegué, pero apenas terminé de beber mi segundo old fashioned corrí al baño a vomitar. Ha pasado 3 veces. No me decido aún si quiero perder o no el control. No quiero beber solo.
-¿qué hay de la cerveza?
Hizo una mueca de disgusto-Nunca me gustó mucho, pero sé que no me emborracharé con esta, ha sido lo único que conseguí no potar fuera de mi sistema.
-¿Entonces vino a emborracharse pero tiene miedo a emborracharse?
-Patético ¿no?
Lo era.
-¿por qué no va a casa?-Ofrecí en tono suave.
-No traje mi coche. Tengo que pedir un taxi-Dijo, y no sé por qué yo y mi gran bocota volvimos a hablar, soltando un:
-¿quiere que lo lleve?
Jones me evaluó un momento, pareció dudarlo antes de asentir. Sacó su billetera dejando el pago de su consumición antes de seguirme afuera. Podía jurar que tenía la mirada de mis compañeros en la nuca, pero no me atreví a voltearme a comprobarlo. Yo solo me ofrecí a ayudar a alguien conocido a llegar a su casa ¿no había nada malo en ello no?
Lo guié cerca de media cuadra hasta donde había dejado mi motocicleta, Era una Streetfighter de ducati, cromado y negro con 208 hp de potencia. Jones se detuvo al darse cuenta que este era mi vehículo y se volvió a mi.
-¿Te gusta la velocidad, eh Topal?
-Aún puede pedir un taxi.-Solté sintiéndome ligeramente nervioso. Sí, yo no tenía un coche ¿tendría que haberlo aclarado antes de hacer el ofrecimiento?
-Está bien, sé como montar en una motocicleta.-Me dijo tomando el casco.
-De acuerdo, solo, espere que la saco-Dije subiendome a la moto. Él esperó pacientemente a que yo arrancara antes de colocarse el casco y subirse a mi espalda.
No hizo falta que le dijera que se sujetara por mi, él lo hizo, podía sentir sus brazos rodearme cintura a través de la chaqueta de cuero. Él no estaba apretándose a mi, pero podía sentir su calor a mi espalda. Intenté no pensar en eso y le pedí indicaciones de como llegar a su departamento.
Lo cierto era que yo aún recordaba su dirección de aquella vez que se la dio al taxista después de sacarlo del bar, yo tenía muy buena memoria pero supuse que sería extraño para él que no preguntara a donde nos dirigíamos así que dejé que me la volviera a dictar.
El edificio en cuestión era de los viejos edificios de la ciudad, pero se notaba que había sido restaurado con el tiempo, la zona no era mala. Claramente Jones no se daba una mala vida. La fachada de ladrillo mantenía el estilo industrial nunca pasado de moda. Era bonito, realmente se veía como un lugar bonito para vivir, el resto de los edificios de la cuadra mantenían el mismo estilo urbano.
En cuanto llegamos Jones me pidió que entrara al garage bajo cubierta que se encontraba al costado del edificio, supuse que se trataba de que no estaba permitido estacionar frente del edificio o algo de eso, a diferencia del pueblo de Iowa donde yo había crecido, había muchos sitios prohibidos en illinois, lo había descubierto luego de ganarme un par de multas así que no discutí. su parcela estaba ocupada por su Mercedes pero aún había espacio. Me indicó que dejara mi motocicleta allí antes de invitarme a subir con él.
Yo obedecí aunque me resultaba extraño. En serio. yo debí decirle que debía volver con mis amigos, pero por alguna razón no pude decirle que no. En cuanto él se bajó y me guió por el pasillo hasta el ascensor, yo lo seguí.
Pensé que tal vez quería mostrarme algo, decirme algo, yo no sé que esperaba pero era como la típica escena en la que la chica te invita un trago. solo que él no era una chica y yo no estaba buscando ningún trago pero no encontraba una buena razón para enviar a mis pies a que recorrieran el camino de vuelta. En cuanto llegamos a su departamento la cosa no se sintió menos incomoda. El sitio estaba ligeramente oscuro, mantenía el mismo estilo industrial de paredes de ladrillo traídas a nuevo, era bonito. Se veía bastante como el Loft de soltero con el que cualquiera soñaría. No pude evitar preguntarme donde estaba su esposo. Claramente no había nadie más allí aparte de nosotros. Jones ni siquiera se molestó en avisar que había llegado.
-Adelante, Gabriel pasa.-Dijo encendiendo la luz principal.
Lo vi desaparecer en dirección a lo que supuse era la puerta del baño y yo me quedé como idiota parado a un par de pasos de la puerta que Jones había vuelto a cerrar en cuanto entramos.
De acuerdo, yo no tenía idea de que se suponía que estaba haciendo allí, o de que debería hacer para que la situación resultara menos extraña. yo necesitaba que alguien le pusiera subtitulos a esto, porque yo era realmente malo leyendo la situación. Estaba pensando en eso cuando un pequeño ruido de cascabeles seguido de un par de patitas resonó en la sala donde yo me había quedado parado. bajé la vista y me encontré con un pequeño animalito que me movía la cola desde su posición. se veía tan adorablemente ridículo. ¿En serio Hitler tenía a su perro disfrazado con monitos de colores? Yo no podía creer lo que estaba viendo.
En ese momento el animalito me espiaba desde debajo de la capuchita que caía al costado de su cabeza completando su disfraz de de dinosaurio con cascabeles. Era hilarante.
-ey, hola amiguito.-Dije acuclillandome para saludarlo, el animal me recompensó con un alegre bailoteo a mi alrededor.
-Eddy, deja en paz a Gabriel.-Jones otra vez había usado mi nombre de pila cuando salió del baño, se había quitado su abrigo quedándose en una camiseta negra mientras se cruzaba de brazos para reprender cariñosamente al animal. se veía tan cómodamente domestico que dolía. Jesus, era tan extraño verlo sin el ceño fruncido que llevaba siempre en el hospital, incluso si fingía estar molesto con su mascota había una pequeña sonrisa oculta en sus ojos que denotaba lo mucho que lo quería.
-No es problema-Dije poniéndome de nuevo en pie mientras me sacudía las manos por los pantalones. y como si no pudiera evitar prolongar la despedida solté un-Me gustan los animales.
-A eddy parece que también le gustas, eso es raro.
-¿Por qué?
sí, yo no estaba haciendo tiempo, pero es que me agradaba compartir esa faceta amable de Jones que casi nadie conocía. Parecía tener un lado humano que si me lo hubieran contado no lo habría creído. Él me estaba permitiendo que lo vea y por alguna extraña razón yo estaba siendo codicioso aquí.
-Es de los que muerde primero y pregunta después.
Eso me hizo soltar una carcajada sincera pensando en que definitivamente se parecía a su dueño. Jones me acompañó en el gesto con una pequeña mueca divertida que casi podría apostar que él pudo leer mis pensamientos. Lo vi rodar los ojos antes de dirigirse a la cocina.
- ¿Te ofrezco algo? Agua, café, jugo, cervezas, vino?
-Café está bien.-Acepté por educación, no me veía a mi mismo tomando una copa de vino a solas con mi jefe, eso hubiera hecho la situación demasiado bizarra pero tampoco era un salvaje para rechazar el ofrecimiento. Allá en casa rechazar la invitación a la mesa de alguien era una muestra de falta de educación que nadie olvidaría en un buen tiempo.
Yo lo seguí a la cocina sentándome en una de las butacas del desayunador, me sorprendió ver la cantidad de máquinas de cocina que había en las estanterías y las macetas con especias frescas cerca de las ventanas. No parecía un hombre que dedicara largas tardes a la preparación de postres, bueno, le gustaba comerlos. Tal vez si le gustaba prepararlos, claramente yo no lo conocía pero no me lo imaginaba decorando muffins.
Tampoco te lo imaginabas vistiendo a su perro como si fuera un bebé de juguete, me recordé. De acuerdo, tal vez si tuviera algún tipo de hobbie culinario, podía ser, pero él mismo admitió que no le gustaba pasar tiempo en casa.
-¿Expreso está bien?-Preguntó, volví mis ojos a él, estaba maniobrando con la cafetera de capsulas. -hay otros sabores, pero están-Jones no esperó a que le respondiera, se estiró apostándose en las puntas de sus pies para llegar a uno de los estantes más altos del gabinete sobre su cabeza.
-¿Donde?-Pregunté parandome para ayudarlo. Yo llegaba sin problema a la estantería. Jones dio un paso atras sin apartarse demaciado, pero lo suficiente para dejarme sitio y me quedó observando de manera extraña por unos minutos mientras le bajaba la caja. Sentí su respiración fuerte a mi lado, no entendí por qué, pero se sintió como si de pronto la tensión hubiera crecido de manera extraña entre nosotros.
-Aqui.-Murmuré entregandole la caja surtida de cápsulas. Yo me sentía cohibido, de alguna manera no podía explicar el por qué, estábamos muy juntos, muy solos, y de todos modos yo estaba susurrando como si temiera que alguien nos escuchara. Como si estuviéramos compartiendo algún secreto prohibido.
-Gracias-Respondió él en otro susurro. Como si él también pudiera sentir la densidad del aire pesado entre nosotros. Adelantó su mano para coger la caja de cafés y sus dedos se detuvieron más tiempo del estrictamente necesario acariciando los míos. Yo bajé la vista al punto donde nuestras manos se unían, volví a alzar la vista a Jones y entonces todo ocurrió en un segundo.
Él apartó la caja del medio arrojándola descuidadamente sobre la mesada y me empujó contra el filo del mármol pulido, aprisionándome entre el frío de la mesada a mi espalda y su cuerpo duro y cálido por delante. Antes de que pudiera entender qué ocurría él me estaba besando.
Bada tus... creo que es el cap más largo que escribí desde la perspectiva de Gabriel ajdjdsahf ¿Qué les ha parecido mi muchacho? Jed siempre actuando por impulso jajaj
Eso es todo por ahora.
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