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-Crees que...

-¿Eres horrible? Tu idea no tienen patas ni cabeza y que Estás siendo un bastardo además de poniéndote en ridículo? Sí. Lo creo.-completó Cass con la boca llena de comida. Estábamos sentados en uno de los pasillos del hospital que generalmente estaban desierto, cerca de la morgue, era un buen lugar para esconderse a comer cuando no querías que te agarraran de niño de los recados.

-no hice nada malo.

-uhum. Por lo que oí, la sala de emergencia mañana estará llena de adolescentes hormonadas.-continuó llenando su boca de ensalada de repollos y huevo.

Miré mi sándwich de pavo en mi bandeja, yo no quería estar en su lugar. Niop. le di un mordisco a mi comida.

-Como sea, creo que ni siquiera me vio, cass.

-créeme, el te vio. No quería verte. Ese es el punto. Topal, te vi haciéndote el lindo mientras drenabas el absceso del tarsero de un tipo, Jesus, oí que fue asqueroso y saltó pus por todos lados.

-Lo fue.-Admití con una mueca de asco al recordarlo-Creo que Hitler lo hizo a propósito.

-¿Darte los peores pacientes para deshacerte de ti?-preguntó con falso tono de sorpresa abriendo grandes sus ojos-¡no me digas! ¿ya se ha dado cuenta de lo que intentas? Gabe, eres muy obvio.

-intento ser un buen doctor.

-uhum-Dijo sacando su teléfono del bolsillo, ese hombre jamás podía estar con los ojos lejos de ese aparato.- ¿y llevándote a Hitler a la cama vas a conseguirlo...Como? no entiendo tu lógica Gabriel, en serio ¿Crees que chupándole la polla te chuparas sus conocimientos? Porque de antemano que la cosa no funciona así. Créeme, he chupado muchas pollas, si fuera tan fácil yo hubiera estudiado en Harvard.

-¡Cass!

-Oh vamos Topal, ¿quieres seducir a un hombre y te escandalizas por la idea de chupar una polla? es lo que hacemos, a menudo. en gayWorlandia es lo que haces, chupas pollas, jodes culos o te joden.-Dijo haciendo una especie de paréntesis con sus dedos índice y pulgar y balanceándolos ligeramente cerca de su rostro como diciendo es obvio.

Dios, yo lo entendía. No entendía su manía de recordármelo.

-¿Por qué es como si quisieras asustarme todo el maldito tiempo?

Cass lo pensó un momento antes de ponerse de pie cerrando su vianda descartable ya vacía para ser desechada.-Porque eres adorable cuando estás asustado, eres como un cachorrito que no tienes idea de donde intenta meterse, no entiendo siquiera por qué quieres hacerlo, es más, sinceramente, comienzo a creer que mi gaydar falló contigo y que solo te gusta Hitler. Porque en serio, no entiendo sino por que necesitas una excusa tan estúpida para ir tras él. Si te gusta solo admítelo, no necesitas poner excusas ridículas. Tienes suerte de que tus padres hasta lo aceptan.

-no me gusta Hitler, no soy gay. no son excusas, Cass.

-ajá, entonces solo eres masoquista.-dijo a la ligera.- eso tiene más sentido. Por cierto, acabo de recibir un ofrecimiento de mi jefe para cubrir la guardia de esta noche ¿Te apuntas? Siempra nos deja invitar otros residentes.

oh, claro que me apuntaba.

Dejando nuestros restos de comida en el cesto volvimos a la sala de emergencia. Pronto había descubierto que el Dr. Ross en sus días de guardia solía dejar a sus residentes para cubrir su turno lo que era un maldita suerte para ellos.

Yo tal vez debí irme a dormir, es decir, tenía un turno al otro día, y claro, trasnochar no era la mejor opción, al día siguiente estaría quemado, pero vamos, no todos los días tenía la posibilidad de ser "independiente".

-¿Qué tenemos?-Pregunté al enfermero de turno cuando llegamos a la sala. y dios, yo me sentí importante.

El hombre nos miró dudando antes de tomar su tableta e indicarnos las camas.-Un vagabundo en la 2 con los dedos del pie congelado, en la 3 hay una anciana con lo que parece vaginitis y allí hay un borracho que se "cayó bailando" aparente fractura de tibia, enfermería le administró diclo-dexa para el dolor, todos suyos doctores.-Dijo desligándose del asunto para volver a su puesto.

Cass y yo nos observamos intentando determinar cómo dividirnos.

-Te toca la anciana Topal, yo no pienso preguntarle a la abuelita lujuriosa con cuantos ancianitos lo hizo en asilo. Aunque vaya, si lo piensas, eso si que es saber disfrutar de la vida, deberías aprender de ella-Dijo el maldito dandome una palmadita en el hombro antes de empujarme en dirección a la cama 3.

y así como así, yo terminé parado frente a una anciana de 60 con Clamidias.

Maravilloso.

***

No debí pasar la noche de guardia, yo lo sabía, para eso de las 5 yo estaba durmiendo de pie. Era demasiado tarde para volver a casa así que me fui a la sala de descanso a por una siesta rápida, estaba tan cansado que bien podía dormir en los bancos duros de gimnasio que había allí, jesús, podía dormir en el suelo con tal de no cabecear frente a Hitler. Me arrancaría el hígado con los dientes si lo hacía. El primer día nos había dejado claro que nos quería frescos como lechugas o no nos quería.

Para su suerte ese día me mantuve al margen. No había dejado de pensar en las palabras de Cass, tal vez yo si estaba siendo un poco ridículo.

A mi no me gustaba Hitler, no era la primera vez que Cass insinuaba eso, yo en todo caso tenía un plan, uno muy estúpido ahora que lo pensaba, pero no tenía nada que ver con nada de lo que Cass insinuaba. En lo único que mi compañero de piso tenía razón era en el hecho de que yo no era Gay, ni por asomo, nunca había tenido dudas o lo que fuera.

Vamos, aún podía recordar la incomoda charla que tuve con mis padres luego de la fatídica cena en casa de Carlos, dios. Mis padres no eran tan cerrados de mente como los de Anny pero claramente a mamá la idea de no tener "nietos" no le agradaba ni pisca.

Había sido lo primero que me había preguntado, si mi pareja quería bebés. No le importaba si era gay, lo que de cierta forma era tierno de su parte, pero si que mi pareja inexistente quisiera niños.

Un no a eso lo descartaba por completo y lo volvía el anticristo.

Papá había ayudado a que me diera un respiro para que pudiera hablar luego de que me atropellara con todos los medios por los que siendo gay podía darle nietos.

Me habían emboscado, en serio, no fue hasta que le aseguré que le daría nietos independientemente de mi orientación sexual que conseguí sacarlos de nuestro departamento.

Hasta le preguntaron a Cass si él estaba dispuesto tener bebés conmigo. El maldito le había dado una afirmativa. Mamá estuvo feliz de decirme que tenía su bendición, para salir con Cass, el hombre más promiscuo de todo chicago, pero era doctor y quería bebés, mi madre tenía problemas psicológicos para entregarme prácticamente con moño a mi Roomie.

Bostecé y miré la pila de pruebas que tenía que llevar a laboratorio. Lo único bueno con Hitler era que si bajabas la cabeza y evitabas el contacto visual él no te molestaba. Era como si no le importaba que estuvieras o no allí siempre que no te metieras en su camino.

No me había dirigido la palabra ese día, vamos, como pocas veces estuve feliz de que ni siquiera me había registrado o eso había creído hasta que me encontré con su media sonrisa burlona al final del turno.

-¿dormiste bien?-Pestañeé y abrí la boca sin estar muy seguro de que decir.-Te vi durmiendo todo el día Feto, y esa es la misma ropa que llevabas ayer ¿Se te olvidó volver a casa o que?

-Acepté una guardia con Ross.-Admití.

Hitler bufó antes de rodar los ojos. -Si querías desperdiciar tu tiempo me lo hubieras dicho, no aprenderás nada con él. De hecho mientras estés en mi servicio, no te quiero cerca de él copiando sus mañas de la segunda guerra mundial. Nuestros métodos son incompatibles.

-Usted tampoco me enseña nada.-Gruñí no esperando que me oyera, pero oh, él lo hizo.

-Para que lo haga, tienes que estar despierto. Vuélvete a dormir estando a mi cargo y no volverás a pisar mi servicio ¿entiendes eso?

yo asentí.

-Bien.-Dijo y entonces su estómago rugió.

Pensé en Wyatt y su manía de sobornarlo con comida. Okey, yo tenía unos brownies que me había traído mi madre al mediodía cuando pasó a despedirse, su autobús a Iowa salía a las tres, pero eso no le había impedido que primero se pasara a "saludar" y recordarme lo mucho que le agradaba Cass. Yo estaba bastante seguro que los Brownie eran más para él que para mi.

Pasé mi manos por el tupper en mi casillero evaluando las posibilidades de que me los arrojara por la cara. Hitler era muy capaz de eso, pero vamos, no parecía muy de mal humor incluso a pesar de estarme reprochando, hasta había esperado a que mis compañeros se marcharan. Bueno Hitler siempre se quedaba un rato dando vueltas por el hospital luego de que su turno terminara, tal vez era yo el que se había retrasado. Me arriesgué.

-¿Quiere?-Dije abriendo el tupper para que vea los pequeños cuadraditos decorados con chocolate. A fin de cuenta ya me odiaba. ¿qué era lo peor que podía pasar? Sus ojos desconfiados pasaron de mi a los brownies un par de veces. -Los hizo mi mamá.-Aclaré y eso pareció convencerlo.

Lo vi extender su mano al tuper, su alianza brilló en su dedo, no sé por que me fije en eso, pero lo hice. dejé los brownies en el banco junto a él. Hitler se había sentado con una pierna encogida sobre el banco y otra sobre el suelo en una postura desenfadada mientras atacaba el tuper sin consideración, era como una termita, casi me dio gracia verlo comer, y de pronto ese pensamiento me hizo sentir incómodo.

Casi sin pensármelo le di la espalda y empecé a cambiarme para irme a casa, yo necesitaba dormir.

-¿Por qué es tan odioso todo el tiempo?

El silencio que le siguió a mi pregunta me hizo preguntarme si no se había marchado. No me atreví a girarme a comprobarlo pero yo juraba que él seguía ahí, de alguna forma lo sabía y entonces su voz ronca de años de fumador me lo confirmó.

-No sé ser de otra forma.

Sentí sus pasos alejarse a mi espalda. Cuando me giré ya se había ido, bajé la vista hasta el tupper de los brownies de mamá. Había tenido la consideración de dejarme el último me di cuenta.

Eso... Eso había estado, casi bien ¿no?

jijiji un cap más de Gabe mis amores. bonito inicio de la semana

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