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Hola mis amores como estan? El próximo cap. Es de Gabe, lo prometo 😇
Yo me levanté, me bañé y lo seguí. Ya lo había hecho antes. Seguirlo.
Romeo anduvo hasta un bar gay. era el sitio a donde iba últimamente. El sitio era bueno. Yo había oído antes de él. Competía con el nuevo local de Eric, aunque si era honesto, me gustaba más el bar de mi amigo, además allí no tenía que desembolsillar dinero a dos manos.
aquí era donde Romeo se estaba gastando nuestro dinero. Mi dinero. Ese por el que yo trabajaba horas extras para que luego él se enfade. No parecía tan molesto cuando el depósito llegaba a mi cuenta para que pudiera gastarse en tragos caros y moteles.
Yo había venido varias veces hasta aquí luego de ver el resumen de la tarjeta aunque no había entrado ni una sola vez. No había querido comprobar que efectivamente mis sospechas eran ciertas.
Pasé mi lengua por mi labio hinchado. Oh, hoy sí estaba lo suficientemente molesto para querer pruebas de que efectivamente me estaba engañando. No era que él no me lo admitiera, pero sospechaba que no sería tan sincero frente a un juicio de divorcio.
Sí, yo en ese momento estaba considerando seriamente el divorcio, pero más allá de lo emocional, si es que había aún algo de eso entre nosotros, existía una cuestión económica manteniéndonos juntos. Yo había puesto todos mis ahorros para comprar el piso que compartíamos. Al igual que Romeo, claro. La separación de bienes era una cosa importante que iba a dejarnos sin una buena ración de pastel a ambos, si además debíamos considerar lo que se llevarían por los abogados...
Yo tenía muchas cosas que pensar de por medio. No creía que Romeo se lo tomara bien en cualquier caso.
Cuando el tipo de la entrada me dio el precio quise matar a Romeo. Si ese era el valor de la entrada podía asumir que el costo de los tragos debía estar desorbitado. Pagué y le di las buenas noches al tipo de seguridad. De cualquier modo yo había llevado mi tarjeta, podía usarla para no gastarme todo el efectivo. Yo había dejado el coche en casa.
Intenté darle una rápida inspección sin resultados. Había demasiada gente metida allí como para reconocer a mi esposo entre la penumbra. Yo no sabía donde estaba pero considerando el estado de ebriedad en el que se apareció las últimas noche supuse que tarde o temprano tendría que ir hasta el bar por una bebida.
Asi, fui hasta allí y esperé un rato estirando mi cerveza, yo no pensaba emborracharme. Pero puede que a la tercera estuviera un poco tocado lo suficiente para ponerme de pie e ir a bailar un poco.
Saben, se me apetecía. Yo no era de bailar, pero el alcohol me ponía un poco cachondo, vamos, yo por eso no bebía mucho tampoco. La idea de tener un cuerpo de hombre apretándose al mío no sonaba tan mal teniendo en cuenta que en esos momentos mi esposo tenia que estar haciendo lo mismo, si es que ya no se había retirado a follar a algún rincón oscuro...
Sí, ojo por ojo no me sonaba tan mal en ese momento.
De hecho sonaba bastante gratificante. A diferencia de Romeo, yo no era infiel, no tenía planes de engañarlo. Pero quedarme llorando en casa no era una cosa que yo fuera a hacer. Yo podía salir y divertirme. Yo en el fondo, muy en el fondo, esperaba que el me viera. Quería ver su cara si me descubriera bailando apretado con otro tipo. Así que eso hice. Oh, el no haría un escándalo en público, al menos estaba seguro de eso.
Yo no tardé en encontrar un bailarín entusiasta que me rodeó el cuello con sus brazos moviendo sus caderas de un lado al otro, el tipo no "bailaba" Saltaba un poco y se balanceaba, no tardó en darme la espalda para luego apretar su trasero a mi entrepierna. Yo no necesitaba ser un genio para darme cuenta que yo no era lo que él estaba buscando, pero eso no quitaba que sentir un cuerpo cálido contra el mío se sintiera bien. De cualquier modo no pensaba acostarme con él así que dejé que bailara contra mi bragueta. Para cuando terminó la canción yo estaba un poco duro, entonces el chico se giró y me besó.
Yo no me resistí.
No era que me interesara el tipo, solo que yo nunca había aprendido a rechazar a alguien. Quiero decir, Will tenía razón con eso de que yo era medio fácil. Siempre había tenido eso. Yo me dejaba tocar por cualquiera, no buscaba pero no me resistía. No sé explicar por qué, era algo que nunca pude hacer.
El asunto es que dejé que me besara. Su boca era un poco torpe, lo que me dio a entender que probablemente era más joven de lo que aparentaba o que le faltaba experiencia, sus manos fueron a mis caderas y me empujaron en su dirección pegando nuestros cuerpos de forma que nuestras erecciones se frotaron. Eso si estuvo bien. El estaba jodidamente duro y a pesar de que no era mi tipo la estimulación estaba haciendo efecto.
Una pena que no pudiera imaginarme follando con el. Con la rabia y el par de tragos no me parecía tan mala la idea de devolverle un poco de su propia medicina a mi querido esposo. Si yo no estaba pensando muy claro. Vamos, aun me dolía un poco el cuerpo. Pero incluso si al chico le fuera lo de ir arriba, era demasiado pequeño para mi gusto. Yo nunca había salido con tipos de mi tamaño.
Tenía como un fetiche por los tipos grandes. Lo empujé ligeramente por las costillas para aclararle que no estaba interesado, pero antes de que debiera esforzarme en hacerlo alguien lo quitó de encima mío y me dio un empujón en el pecho.
Era un tipo grande, musculoso, alto, rapado y con una bandana en la cabeza. Mi tipo si no tuviera actitud de motero. O bueno tal vez puede que incluso si la tuviera. Vamos, yo había tenido un novio con una Harley, tatuajes y chaqueta de cuero en mi haber. Yo apenas estaba terminando el bachiller por entonces, él tipo era mayor, vamos, todas mis parejas lo habían sido. La cosa no había salido bien, de hecho yo no había tenido una sola relación en mi vida que saliera bien. Cupido me odiaba.
Bueno, yo diría que la suerte me odiaba un poco. Jesús, el motero frente a mi en ese momento parecía odiarme otro poco más.
El tipo que me besaba hace un rato se colgó de su hombro intentando detenerlo. Ups. Por lo visto me había metido con el hombre de otro. o el hombre de otro se había metido conmigo, no estoy seguro, la cosa es que el motero no parecía muy feliz conmigo, yo conocía esa mirada, estaba borracho y en busca de sangre. Mi sangre. Dios este tipo iba a partirme la cara y yo literalmente no había hecho nada.
Alcé las manos en rendición pero el tipo volvió a empujarme y gritarme cuanta cosa se le ocurrió aunque entre el ruido de la música era difícil de entender.
Lo seguro era que no hubieran halagos hacia mi persona.
Di otro paso atrás intentando perderme entre la gente, ¿Cómo era que nadie se diera cuenta de lo que estaba pasando?¿acaso me había vuelto tan invisible que nadie veía que estaba por armarse una pelea? ¿Dónde estaban los de seguridad? Desvié un segundo la vista en busca de ayuda pero solo bastó para que el "sr. motero me creo mucho, muy rudo" volviera a empujarme con el doble de fuerza.
Yo me hubiera caído de culo en ese momento de no ser por una pared de musculo a mi espalda que me sostuvo.
oh-oh.
Yo me asusté sin atreverme a apartar la vista del tipo que seguía intentando partirme la madre.
¿sería el que estaba a mi espalda impidiendo mi huida un amigo de este tipo?
Mierda mierda mierda. Yo estaba en problemas.
-¿algún problema amigo?-Esa voz me resultó ligeramente conocida. Una mano se envolvió en mi cintura estabilizándome contra su pecho.
Alcé la vista, sorprendido.
Topal...
Nunca me había sentido tan malditamente feliz de ver a uno de mis residentes.
En ese momento mantenía su ceño fruncido en dirección al motero que llevó su vista de la impresionante figura del chico que se alzaba casi una cabeza y media por detrás de mí a la mano que se ajustaba a mi cintura. Topal en ese momento lucia jodidamente intimidante con su pecho inflado y sus hombros cuadrándose, el chico se veía macizo y monumental en ese momento.
El motero pareció pensar lo mismo, y tras evaluarlo una segunda vez decidió que mejor se dejaba arrastrar por su amante.
Dios, yo casi quise burlarme de su manera de huir con el rabo entre las piernas. Lo hubiera hecho, yo era un poco buscapleitos ahora que lo pienso.
Pero entonces la mano caliente que aún seguía apretando mi cintura me obligó a recordar donde estaba. Elevé mi cabeza para verlo aun sintiendo el calor del pecho de Topal a mi espalda.
Él sí era mi tipo.
Sacudí ese pensamiento lejos tan pronto apareció. Yo no debía estar pensando en eso, pero era difícil cuándo tenía su cuerpo pegado al mío y su calor se colaba a través de mi ropa.
En mi defensa yo estaba un poco molesto con mi esposo, un poco agradecido con el chico, algo borracho y bastante cachondo. Yo podía permitirme tener un par de pensamientos lujuriosos incluso si era por uno de mis residentes.
Me removí un poco en su dirección, el no pareció notarlo, de hecho él ni siquiera estaba duro, e incluso así yo podía asegurar que el chico estaba bien dotado por el bulto que se dejaba entrever sus jeans ajustados.
Él no debería usar ese tipo de pantalones si no quería tener a un montón de pasivos frotándose como gatos entre sus piernas.
O tal vez era lo que quería ¿no? ¿Qué hacía de cualquier modo en un bar gay? ¿Qué hacía su mano aun en mi cintura? ¿Por que seguía sujetándome?
Volví a alzar la vista. El bajó la suya luego de asegurarse que el motero había desaparecido y entonces nuestros ojos se encontraron y lo único que pude pensar fue:
-¿Cuánto demonios mides, niño?
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