Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20

Volví al interior del hotel, directo al cuarto para preparar nuestras maletas. Habíamos reservado la habitación por esa noche, se suponía que debíamos abandonarla para pasado el mediodía así que me puse a ello. Sabía que Romeo estaba viniendo detrás de mi sin necesidad de girarme. No sé explicarlo, yo de alguna forma lo sabía, yo solo podía sentirlo en mi piel y no me equivoqué, apenas di un paso dentro del cuarto, sentí como me quitaba mi móvil que aún llevaba en la mano y lo arrojaba en la cama.

¿Pero qué le pasaba a este idiota?

Se suponía que ya habíamos terminado de pelear, pero no me importaba si el quería seguir haciéndolo yo no me iba a quedar de brazos cruzados. Yo nunca fui un adepto a los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, Eric era el tipo táctil de los dos. Yo era más de soltar mi veneno verbalmente pero estaba enojado. No habían pasado ni 3 meses de que me compre ese teléfono. No me importaba que mierda tuviera Romeo en la cabeza, no iba a pagarla con mi teléfono.

Me giré para darle un empujón en el pecho. Romeo lo absorbió sin inmutarse demasiado antes de devolvérmelo. Yo caí sobre la cama solo que Romeo fue sobre mi y me estaba besando.

Yo como que tardé en reaccionar y cuando me di cuenta de que en realidad no me estaba atacando dejé de luchar contra él. Que va, ese era el eufemismo del año. Yo no solo no lo estaba apartando, me hice mantequilla derretida entre sus brazos, yo era un poco demasiado fácil, un poco demasiado puta. Cielos, Romeo delineó con su lengua mi labio inferior y yo gimoteé apretándome a su cuerpo como un gatito abandonado en busca de cariño.

Me odié un poco a mi mismo por eso, yo quería estar enojado con él, yo sabía que aún lo estaría cuando su presencia abrumadora se apartara de mi orbita, pero yo era demasiado débil en ese punto. Me volvía demasiado dócil durante el sexo, tal vez fuera el único momento en el que lo era, realmente era fácil de manejar en la cama. En parte era esa una de las razones por las que Romeo y yo terminábamos todas las discusiones con una jodida.

Yo era patético, lo sabía. Podía sentir mi piel arder ahí donde sus manos me tenían sujeto contra el colchón. Mi corazón golpeaba duro en mi pecho, yo quería seguir enojado con Romeo, mi orgullo me lo pedía, solo que no podía, yo sentía esa cosa, esa sensación pesada que se te instala en el pecho ardiendo cuando esa persona que te atrae locamente esta cerca. Yo no podía controlar a mi cuerpo , ni pedirle que dejara de disfrutar y desear que me tocara , no importaba que mi cabeza no lo quisiera, mi cuerpo entero quería al chico italiano.

¿Alguna vez sintieron que su cabeza y su cuerpo amaran a personas distintas?

Romeo se incorporó aún sin soltarme las manos, yo no iba a moverme y él lo sabía. Él me tenía en ese sitio donde siempre terminaba cuando se trataba de el, ese en el que yo no podía hacer nada, porque no quería hacer nada, creo que el sujetarme a mí era su manera de retenerse a si mismo.

-No me provoques, Jed.-Me dijo con tono suave y ronco. Sus ojos se fijaron en mi y juro que me salté un latido. Relamió su labios que en esos momentos se veían rojos e hinchados por nuestra reciente sesión de besuqueo. Yo para ese momento estaba ardiendo, cada pedacito de mi picaba por ser tocado. - Te dije que no lo soporto. Deja de correr a él cuando quieres joderme. Deja de jugar a ponerlo en medio entre nosotros. No voy a permitirlo.

Romeo se inclinó sobre mi regalándome una caricia de su nariz que fue trazando una línea por mi garganta hasta detrás de mi oreja. Yo jadeé sintiendo su aliento sobre mi pulso. Dios, quise moverme para cortar la pequeña tortura de ser tocado siendo apenas rosado pero no pude, Romeo seguía sujetándome en mi sitio, me ignoró rosando sus dientes por mi cuello sin hacer presión y entonces se apartó.

-No.-me quejé, no quería que se apartara. Yo lo necesitaba, no me importaba, yo me volvía una bola jadeante y necesitada debajo de él. Me arrepentiría, lo sabía, pero no me importaba.

Tócame, te necesito, Pensé. Yo podía rogar por él.

El agarre de Romeo se tensó antes de soltarme. Su boca fue a la mía mientras sus manos bajaban a acariciar mi cintura. Yo no iba a poner a nadie en medio. Al menos en ese momento. Yo no quería a nadie entre Romeo y yo. Solo querría sus manos sobre mi, esas rusticas manos que en esos momentos subieron por mi pecho rozando con suavidad antes de volver a bajar por mi abdomen. Me gustaban demasiado sus manos fuertes. Era firme y cálido, no sabia explicar como lo hacía. Él sabía como tocarme. Su boca fue a mi clavícula mientras elevaban mi remera, la ropa estorbaba para ese momento. Mi Piel dolía por la maldita forma que tenía de provocarme. Haciéndome que lo desee hasta el punto en el que todo el resto dejaba de importarme.

-Romeo.-Lloriqueé moliéndome contra él, su boca bajó por mi vientre, besándolo, recorriéndolo, hasta detenerse en el bordillo de mis pantalones.

Yo alcé mi vista un poco ¿Por qué no seguía? Sus ojos se fijaron en mi.

-Tu eres mío Jed, y yo soy tuyo. Tu y yo. -Me dijo, no era una pregunta y yo lo sabía pero de todos modos asentí-siendo héroes o villanos, amore-Dijo, bajó sus labios a mi vientre y lo besó despacio mientras sus manos bajaban mi chándal gris dejando parte del hueso de mi cadera a la vista y apoyó su barbilla sobre mi piel para verme de nuevo-no importa si eres la persona mas horrible del planeta, yo estoy de tu lado pero deja de apartarte del mío, Jed. A veces siento que tu no me amas lo suficiente-Confesó dolido y algo en mi se retorció. No me gustaba qie se viera triste Era como si él siempre necesitara más y más y más de mí. Yo no sabía como dárselo. No era que no quisiera, yo lo quería, yo no podía.

No sabía si él era el héroe o el villano, ni de que lado estaba yo en esa ecuación . Yo no era un hombre bueno, y él tampoco. Pero no éramos malos hombres, solo éramos dos personas bastante jodidas ¿saben? pero había algo magnético entre nosotros. Éramos lo mismo, fuéramos lo que fuera, él tenía razón, estábamos del mismo lado de la historia.

-Te amo.Te amo mucho-le dije llevando mi mano hasta su cabello oscuro y lo acaricié. Romeo sonrió, dios. Su rostro de chico bueno seguía ahí. El hombre del que yo me había enamorado seguía ahí, yo sentía que siempre iba a amarlo, que siempre lo había amado un poco. Aunque para él no fuera suficiente. Aunque para ninguno lo fuera.

Es difícil de explicar

¿alguna vez amaron a alguien que les haya hecho mucho daño? Incluso si lo odiaran? No sé si era normal. No sé si a las personas les ocurra con frecuencia, amar a alguien que tu yo consiente sabe que no le conviene, amarlo a pesar de no querer hacerlo. Es como amarlo un poco a medias. A Romeo y a mi nos pasaba un poco eso. Yo lo amaba y lo odiaba, porque me gustaba todo de él, pero no me gustaba él, ¿entienden? Romeo tal vez tenia razón en eso de que yo no lo amaba lo suficiente. Probablemente sí fue mi culpa después de todo. Pero entonces yo no entendía lo que estaba pasando. Tal vez nunca estuvimos del mismo lado, tal vez él fue mi víctima. Yo era egoísta, yo no lo sabía, yo estaba un poco desesperado por no estar solo. Un poco ciego, un poco asustado, y un poco enamorado, pero no podía estar seguro de que fuera de Romeo. Aunque lo creía, en ese momento yo realmente lo creía. De hecho en ese preciso instante yo creí nuestras palabras mucho más allá incluso que nuestros votos matrimoniales. Porque allí estábamos solo nosotros, sin publico ni ornamentos, solo éramos el y yo, declarándonos él uno al otro.

-te voy a amar Toda la vida-Le dije. Porque lo creía y sentí que debía decírselo.

-yo ya lo he hecho jed. Te he amado toda mi vida.

No pude resistirlo más, tiré de su cabello para acercarlo a mi boca y lo besé, lo besé con todo el sentimiento para que supiera que era real, para trasmitirle todo lo que no era bueno poniendo en palabras. Romeo jadeó en mi boca pero pude sentir como sonreía cuando el aire en mis pulmones se agotó obligándonos a separarnos.

-jódeme-le pedí. Eso hizo que Romeo soltara una ligera risita estrangulada.

-Tu siempre tan romántico, Amore-se quejó. Pero había cariño en su voz cuando su mano despejó mi rostro en una caricia para ver mis mejillas sonrojadas.

-por favor...

-tendremos que extender la reserva-dijo observando la hora y eso hicimos.

Nos pasamos casi dos días enteros metidos en la cama, entrando en alguna especie de estado de frenesí, desesperados por compensar los meses de mierda y peleas que tuvimos en el ultimo tiempo, nuestra rutina se basó en follar, pedir al servicio que nos trajeran comida, dormir y repetir. Nos habíamos pegado como abrojo, incluso después de acabar nuestras bocas seguían juntas, besándonos por horas como adolescentes, iba más allá del sexo, era como nos reconocíamos, piel con piel nada interponiéndose entre nosotros en el sentido más literal de la palabra.

Romeo se veía más relajado desde que estábamos aquí encerrado metidos uno en el bolsillo del otro. Yo estaba bien follado así que podía decirse también me sentía más relajado, todas las tensiones habían desaparecido, de hecho habíamos jodido tanto y en tantas posiciones que habíamos caído agotado tras el ultimo polvo. De hecho en ese momento mi cuerpo era gelatina debajo del de Romeo que se había dormido sobre mi espalda recuoerando fuerzas, su pene aun estaba enterrado en mi pero yo habia estado demasiado agotado para que me me quejara por su peso. Me gustaba, morbosamente me encantaba tener a mi esposo tan metido debajo de mi piel, me hacia sentir menos vacío. Yo siempre me sentía vacío fuera del sexo. Yo queria que el se quedara asi para siempre.

Lamentablemente siempre es un tiempo muy abstracto y esa era nuestra última noche de luna de miel. Debíamos volver a casa. Yo no quería volver a casa. Yo quería solo quedarme allí, en ese cuarto con Romeo sintiéndose cálido a mi espalda. Sintiéndose como mi lugar seguro aunque solo fuera una mezcla de hormonas creando una falsa sensación de apego. Yo sabía que era mi cerebro mintiéndome, pero el buen sexo es como una droga. Te hace dejar de pensar, a veces uno quiere solo dejar de pensar para sentirse bien. Pero igual que con un subidón tarde o temprano tienes que bajar.

Yo me había despertado hace un rato pero no hubo manera de que me forzara a mi mismo a moverme.. Realmente quería retrasar nuestra partida pero inevitablemente la alarma de mi teléfono sonó anunciado que era hora de despertar.

-amore, odio tu alarma.-Gruñó Romeo en mi nunca-Debí arrojar tu teléfono con más fuerza-se quejó estirándose solo lo suficiente para llegar hasta ella y apagarla dejando que la calma matutina volviera a gobernar la habitación.

Romeo era bastante remolón, yo lo sabía, por lo que había otra alarma programada 39 minutos después, pero no se lo dije. El volvió a su posición anterior abrazándome mientras su erección matutina se clavaba en mi los centímetros que había perdido al moverse.

Yo jadé inevitablemente y hundí mi nariz en la almohada. Yo no iba a caminar muy cómodo en los próximo días.

-¿como puedes oler tan bien? -Me consultó olisqueándome. Yo me reí sintiendo su nariz en mi nuca. Hacía cosquillas. Yo no olía bien, olía a sexo, y a sudor, aquí hacia mucho calor a pesar del acondicionador de aire y el clima era húmedo, pero era un poco sexy eso de joder sudados, había algo primitivo en eso.

Romeo empujó superficialmente como si tanteara el terreno. Su lengua en mi oreja estaba haciendo estragos y no pude evitar empujarme hacia arriba, yo era un maldito adicto a ser follado. A sentirme lleno. Necesario. Romeo me necesitaba incluso si habia cosa que no le gustaban de mí y eran muchas, yo lo sabía. Yo no era el tipo al que todos amaban, de hecho estaba bastante seguro de que si muriera no habría nadie en mi velorio, bueno, tal vez Edd, Eric y Will, pero incluso a ellos estaba seguro de que no terminaba de gustarle. De que me querían porque era más una costumbre, pero yo no les era necesario. Y yo juraba que no me importaba, pero en el fondo muy en el fondo, a veces necesitas que alguien te quiera de esa forma en la que te hace sentir necesario en su vida. Que haría cualquier locura egoísta por tenerte, Romeo me daba eso. Su amor no era en lo absoluto generoso pero me necesitaba y eso era lo que yo necesitaba, él era capaz de dejar cualquier cosa por tenerme. Yo era capaz de desquiciarlo, no era sano, yo lo sospechaba, creo, pero no me importaba. No lo suficiente y menos cuando sus manos se cerraban alrededor de mi cuerpo mientras me empujaba contra el colchón.

Apreté su polla en cuanto dio con mi próstata, el gruñó soltando un 《 Eres tan perfecto.》Y entonces se apartó solo un poco estabilizando mis caderas con sus manos para comenzar a follarme fuerte y rápido. EL《oh, ah, ah, ah》que salía de mi boca acompañando sus empujes se elevó en crescendo hasta lo vergonzoso.

Yo no aguantaría mucho más, estaba muy sensible. Solo me tomó unos minutos correrme, temblando y gimiendo debajo de él, yo era un maldito desastre, húmedo por todos lados, hasta mis ojos se habían aguado por lo abrumador del momento.

-te amo. Te amo-Jadeó Romeo en mi nuca golpeado con mas fuerza sus caderas en mis nalgas al tiempo que el sonido húmedo de nuestros cuerpos chocando llenaba la habitación. Su orgasmo llegó poco después derramándose entre mis muslos. Y yo me sentí lleno.

Por unos minutos todo estuvo bien.

Yo era capaz de soportar lo que fuera por tener un poco más de eso.

hola mis amores, esta semana he actualizado bastante variado, así que espero lo hayan disfrutado, en fin los amodoro. addío!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro