Capítulo 6
Luego de un rato de arreglarse el cabello, se echa perfume, se pone de pie dirigiéndose a la cama donde se encuentra a la pequeña maleta negra que tiene, revisa de nuevo si le hace falta alguna cosa y deja escapara un suspiro fuerte.
Sólo me iré por tres días, no es gran cosa.
Se asoma a la ventana unos cuantos segundos, mira el reloj en su muñeca y se da cuenta que faltan dos minutos para que su jefe la recoja. Encaminandose a la cocina para agarrar un vaso, se sirve un poco de agua y con el cuidado de no mojar el labial que acaba de aplicarse, lo toma. Lo deja en el fregadero y regresa hacia la ventana, mira llegar la limusina. Agarra su pequeña maleta y sale de su departamento.
Estando afuera, aparece el chófer, le hace una pequeña reverencia y abre la puerta para que ella entre, lo hace después de darle la pequeña maleta, nerviosamente mira a Michael a los ojos y él le dedica una media sonrisa.
─Buenos días, Julianna.
─Buenos días, Michael.
Entonces la limusina comienza a avanzar, ella se acomoda bien en el sillón y sólo decide mirar la ventana. Sin pensarlo mucho, la mira de reojo. No están muy cerca, pero él puede aspirar el perfume que ella se ha puesto, puede apreciar sólo un poco más su negro cabello quebrado y el perfil de su bonito rostro.
Lo bueno es que no lleva los labios rojos...
Al paso de unos 20 minutos, la limusina se detiene frente a un avión privado. El chófer les abre la puerta y se baja primero Julianna y después Michael.
Una azafata de cabello color rubio los recibe con una sonrisa amable cuando ambos ingresan dentro del avión privado, Michael y Julianna hacen lo mismo y toman asiento, ella en frente de él y él en frente de ella.
─¿Desean algo de tomar? ─. Se acerca a preguntarles en un tono muy cálido.
─No, gracias.
Julianna niega con la cabeza y la azafata se retira de allí, después el avión comienza a despegarse de la pista. Será un largo viaje de siete horas.
~•~
La vejiga hace que la chica despierte a las 7:00 de la tarde. Se pone de pie y se dirige a los pequeños baños, termina y se lava las manos para luego arreglar su cabello frente al espejo.
Al salir, observa a Michael que se encuentra dormido. Le produce una sensación de ternura, así que sonríe sin mostrar su dentadura.
Duerme como un niño.
Se sienta en su lugar sin hacer ruido y cruza las piernas. A su lado encuentra unas revistas, una le llama la atención, lo coge y comienza a hojear unas cuántas hojas para luego leer interesantes artículos de moda.
Por otro lado, Michael se mueve en su lugar, haciendo el intento de ponerse cómodo mientras duerme plácidamente. Julianna lo nota y alza la ceja ligeramente. Enfoca su vista al reloj de su muñeca y al parecer falta media hora para aterrizar en la ciudad de Pensilvania. Ella vuelve a lo que estaba y en eso se acerca la azafata.
─¿Le traigo agua, señorita Casanova?─. Murmura.
─Por favor ─. Hace lo mismo.
La azafata se retira y Julianna vuelve a posar su vista en la revista. Al dar la siguiente página aparecen Kool And The Gang. Ella sonríe de lado y empieza a leer un párrafo que aparece en la esquina superior de la siguiente página.
"Culture Club ha conquistado a los jóvenes con su nueva canción, The War Song".
La azafata la interrumpe dejando el vaso en la tabla, Julianna agradece en voz baja acompañada de una sonrisa.
Vuelve a mirar a Michael y sonríe de lado.
Ha de ser... difícil ser una persona importante.
Ella suspira, agarra del vaso y lo toma. Lo deja en su lugar y vuleve a mirar la revista, sigue hojeando hasta que no quedan más páginas. Ella lo deja encima de las revistas y le habla a la azafata.
─Dígame.
─¿Hace cuánto se durmió el señor Jackson?
─Diez minutos después de que usted se durmió, es decir, lleva 4 horas dormido, señorita Casanova.
─Entiendo...
─¿Algo más?
─No, gracias.
Y se retira de nuevo la azafata rubia. Julianna vuelve mirar a Michael, y piensa si pedirle un autógrafo en cuanto despierte.
Ahora es mi jefe, no mi ídolo. Sería imprudente de mi parte si lo hago.
Sacude la cabeza para alejar esa idea. Quiere no mirarlo, pero su curiosidad le gana. Los ojos cerrados son lo primero que ve, luego los rulos que caen en la frente, y al final la boca.
─Señorita Casanova, estamos por aterrizar, le pido que abroche su cinturón y... ─, dirige la mirada hacia Michael ─. Despierte al señor Jackson, no querrá caerse.
Aquello le causa un poco de gracia a Julianna, entonces asiente con la cabeza. Traga la saliva en su garganta, inclina el cuerpo hacia él, tocándole el brazo de Michael, moviéndolo con suavidad. Aquel hombre de rizos negros despierta con lentitud, al paso de los segundos abre más los ojos y lo primero que ve son los ojos de ella.
─Estamos a punto de aterrizar, debes ponerte el cinturón.
Michael se endereza sin dejar de mirarla.
─¿Cuánto tiempo dormí?─. Su voz es ronca y un poco adormilada.
─La azafata dijo que has dormido cuatro horas.
─Tenía el sueño pesado ─. Confiesa con algo de timidez.
─También yo.
Él le sonríe de lado, ella se endereza para luego sentarse en su lugar y ponerse el cinturón. Michael hace lo mismo y vuelve a mirarla. Julianna se acomoda un poco el cabello y mira a Michael.
Cuando el avión aterriza en la pista finalmente, ambos se desabrochan el cinturón y se ponen de pie, primero sale ella y después él. Caminan hacia la limusina negra que los espera afuera del avión privado, minutos después la limusina arranca.
─¿Que hora es?
─Las 8:12 de la noche.
─¿Tienes hambre?
Ella lo mira con algo de tímidez.
─Sí.
─Bien ─. Se acerca al chófer, intercambia algunas palabras y se sienta de nuevo.
Al paso de los minutos la limusina se detiene, esperan a que el chófer abra la puerta y así lo hace, ella baja primero y después él. Muchas personas posan su vista en ellos, comienzan a murmurar, de pronto Julianna se siente intimidada y un poco nerviosa, rápidamente avanza hacia la entrada del restaurante con Michael para evitar que los fans lleguen y se percaten de la presencia del artista.
─¿Cena para dos? ─. Pregunta la empleada.
─Sí ─. Responde Michael.
La empleada le da una mirada a Julianna y después a él. Agarra dos menús y camina entre las mesas, entonces ambos la siguen. La empleada escoge un lugar, cerca de la pared y los asientos son tipo sillón color rojo y negro. Se sientan y agarran el menú que les da la empleada. Julianna nota que la empleada le da una mirada coqueta a Michael, él también mira a la empleada y sólo se limita a mostrarle una media sonrisa casi forzada. La música suena en ese lugar, una canción de David Bowie.
Una mesera se acerca a ellos, y coge la pequeña libreta para anotar.
─Una hamburguesa con papas fritas y coca cola, por favor ─. Habla Julianna.
Michael parece sorprenderse.
─Lo mismo que la señorita, por favor.
La mesera asiente con la cabeza y se retira cogiendo los menús.
─¿Te gustan las hamburguesas? ─. Pregunta Michael después de unos segundos para romper el silencio que reinaba entre ellos, que sólo estaban miradas acá y allá.
─Sí, es una de mis comidas favoritas ─. Le responde y alza los hombros ligeramente con algo de timidez.
─Curioso.
─¿Por qué? ─. Se sorprende.
─Imaginé que ibas a pedir otra cosa. Una ensalada, tal vez.
─Con el hambre que tengo no creo...
Aquello hace que Michael sonría ligeramente.
─¿Cuáles son tus comidas favoritas?
─Además de las hamburguesas... son los tacos de bistec, de longaniza, el mole verde... ñas enchiladas, en realidad me gusta más la comida mexicana.
Michael la mira con atención y asiente con la cabeza.
─¿Las enchiladas son... tortillas que adentro tiene pollo junto con... chile verde?
Ella asiente con la cabeza y añade:
─Lleva crema y queso.
─Creo que se me antojó ─. Confiesa con una sonrisa.
Ella mira la sonrisa y siente la necesidad de hacerlo, entonces lo hace.
Una de las mejores sonrisas que he visto en mi vida.
La mesera se acerca a ellos y dejan los dos refrescos y ambos platos en frente de ellos, después se retira.
─¿Cuáles son tus comidas favoritas? ─. Le pregunta a él después de comerse el primer mordisco de hamburguesa.
─Creo que las hamburguesas, es que soy vegetariano.
Ella no se sorprende. Se ve que Michael es un hombre sano.
─Eso está muy bien. Debería ser vegetariana también.
Michael asiente con la cabeza sin dejar de sonreír y le da otro mordisco a la hamburguesa y ella igual.
Después hablaron de lo que irían hacer al día siguiente, ya que les esperaban una gran oferta por parte del señor Bannon.
Julianna se pone de pie para ir al baño disculpándose con Michael. Al llegar al baño hace sus necesidades y termina, se acerca al espejo y se lava las manos, después se mira al espejo y se acomoda el cabello, de su cartera negra saca un poco de rubor y se aplica ligeramente en la parte de sus mejillas. Se mira detenidamente y después sale del baño. Conforme se acercaba a la mesa para pagar la cuenta (según ella) muchos hombres de los que se encuentran cerca, la miran. Algunos con admiración y otros con lujuria, ella se incomoda y aún así camina con seguridad hasta llegar a la mesa. En eso, se acerca la misma mesera de hace rato y deja la cuenta. Julianna estaba a punto de agarrar la cuenta pero Michael lo agarra.
─Yo pago, Julianna.
Saca unos cuántos billetes y lo deja en la mesa. Ambos se ponen de pie y salen del restaurante para subirse a la limusina y que arranque hacia algún hotel de cinco estrellas.
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