Capítulo 4
─Julianna ─, casi tararea su nombre ─. Por tu acento puedo deducir que no eres de aquí.
Niega con la cabeza.
─Así es. Soy mitad mexicana y mitad estadounidense, Madison.
─¡Que emocionante! ─, le sonríe ─. ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí?
─Mi estancia en Los Ángeles es permanente.
─Me alegra oír eso, espero que sea siendo de tu agrado hasta ahora.
La mesera se acerca a ellas trayendo sus pedidos. Julianna come de su helado y Madison también.
─No sé como disculparme por lo de anoche, Julianna.
─No pasa nada ─, le dedica una media sonrisa ─. Aunque debo admitir que sí estabas un poco pasada de las copas.
─Mucho, diría yo ─, ríe ─. Pero te agradezco mucho por haberme llevado a casa, no sé que hubiera pasado si no me hubiera caído encima de ti.
─Tal vez te hubieras encontrado a un hombre millonario, y se hubiera ablandado por ti ─.Bromea haciendo reír a Madison.
─¿Hoy trabajarás en Sweet Dreams?
Julianna se pasa el bocado y asiente con la cabeza.
─Oye ─, Madison hace un bocado de helado ─. Me has caído muy bien, quiero que seamos amigas.
Julianna le sonríe de medio lado.
─Creo que me parece una gran idea, Madison.
─¡Perfecto! ─, Madison se emociona ─. ¿Te parece si nos preguntamos cosas? Por turnos, ¿de acuerdo?
Julianna asiente con la cabeza.
─De acuerdo... ¿Tienes padres?
─Nunca conocí a mi papá, y no sé si se encuentra vivo o muerto. Y mi mamá... me abandonó cuándo cumplí 18 años ─. Julianna se detiene dudando un poco de lo que dijo.
─Oh... cómo siento escuchar eso, Julianna -. Hace una mueca de pena.
─Cosas que pasan ─, toma otro bocado de su helado de fresa ─. ¿Y tú tienes padres?
─Sí, mis padres están casados, y los veo casi diario.
─Qué bueno ─. Comenta con mucha sinceridad ─. Mi turno, ¿en qué trabajas?
─Trabajo en una empresa dónde prestamos cualquier servicio a las oficinas, y cosas así. Oficialmente llevo 5 años trabajando allí.
─Suena interesante, de hecho estuve buscando un trabajo así, aunque no tengo mucha experiencia, soy buena en las computadoras.
Madison mira a Julianna con interés.
─No estaría mal que trabajaras allá, ¿eh?
─Por ahora creo que me conformo en Sweet Dreams.
Dicho eso, ambas toman de sus helados.
─Me toca. ¿Quién es tu artista favorito?
Julianna sonríe.
─Pues fíjate que no tengo uno favorito, todos me gustan.
─¿Todos son artistas mexicanos? ─. Pregunta con intéres.
─Algunos lo son, otros no, como por ejemplo: Paula Abdul, David Bowie, Luis Miguel, Emmanuel,Outfield, Kool And The Gang, Bananarama ─, toma de su helado y sigue ─; A Ha, Glenn Frey, Daniela Romo ─, Julianna suelta una risa ─. Te voy a aburrir.
─¡Para nada! Vamos, sigue.
─¿Te parece si vamos a mi casa y te enseño un par de canciones mexicanas? Quizás te gusten algunas.
─¡Perfecto!
~•~
Esos dedos largos golpean con algo de fuerza en el antebrazo de su silla de piel. Mira fijamente a los ojos a la chica rubia, poniéndola más nerviosa de lo normal... de nuevo.
─Debo despedirte, Kim.
─Señor Jackson, déjeme explicarle...
─¿Explicarme qué? ─, habla en tono tranquilo ─. Todo está muy claro.
─Mal interpretó las cosas, yo...
─Recoge tus cosas y retírate de la empresa, por favor.
Baja la mirada muy apenada y sintiéndose culpable el haber coqueteado con él casi cerca de la boca, la rubia asiente con la cabeza y sale de la oficina cerrando la puerta. Hace tres semanas le advirtió a su asistente que nada de faldas cortas, nada de mostrar escote, nada de enseñar las piernas.
Ahora... ¿Cómo conseguiré otra asistente?
Abre los ojos y niega con la cabeza un par de veces. Comienza por recordar algunos nombres de sus empleadas, para poder asignarles ese puesto, las que pueden ganarse el puesto, pero ninguna le convence por completo, pues necesita a una chica que sea eficaz, inteligente, y que su prioridad sea únicamente el trabajo.
─¿Qué haré ahora? Falta una semana para viajar a Filadelfia para hablar y terminar unos asuntos con el señor Bannon, y necesito otra asistente ─. Se habla a sí mismo.
Se pone de pie, se quita el saco con molestia y lo cuelga en el perchero, luego se afloja la corbata y el botón que está cosido en la parte del cuello de la camisa.
Debo hablar con Frank.
~•~
─Madison, ¿Cómo puedes decirme eso? Llevamos casi tres meses conociéndonos y yo creo que...
─¡Tonterías! Sé que puedo confiar en ti.
─Pero...
─Pero nada. ¡Vamos! Ésta es tu oportunidad.
Ella mira hacia a un costado. Deja escapar un suspiro y mira a su amiga Madison.
No sabe si aceptar o no.
─¿Asistente? Pero ese hombre quiere a alguien con experiencia.
─Tú dile que si la tienes y ya ─, mueve la mano restando importancia ─. Además, él quiere a alguien eficiente, que se mantenga en el trabajo.
─Madison...
─¡Así que no hay problema! Ahora, vayamos.
Madison jala su brazo y se cruzan la calle, haciendo que tire el último bocado de la hamburguesa que comía con gusto. Al detenerse frente al edificio, Julianna respira hondo y dejar escapar el aire.
─¿Desde cuándo despidió a la asistente? ─, le pregunta a Madison mientras entran al edificio ─. Desde ayer, de hecho, todos vimos como se retiraba esa chica. Le pregunté a Frank, que es mi padre y amigo de el jefe... ─, se detiene y presiona el botón, en eso se abren las puertas del elevador ─, me dijo que la despidió por tratar de ligar al jefe ─, al decir eso Julianna alza las ceja con sorpresa ─, me parece que mi papá es el que va a entrevistar a las chicas ─, Madison mira de reojo a Julianna ─, ¡Madison! Pero si no me veo presentable ─, Julianna mira con algo de temor a Madison, lo que hace que ría su amiga ─. No pasa nada, sólo te van a entrevistar ─, en eso se abren las puertas y ambas salen de allí. Madison camina hacia al lugar indicado y Julianna la sigue, de su bolsa saca unos cuantos chicles de menta y se lo mete a la boca, luego saca el espejo y se arregla el cabello con sus manos, se pone tantito labial rosa pálido y guarda el espejo.
─Es aquí, no hay muchas chicas, solo cinco.
Julianna traga saliva y vuelve a tomar un respiro para luego exhalar.
─Encuéntrame en la cafetería, ¡suerte! ─. Madison exclama desapareciendo por el elevador.
Julianna se dirige a las chicas y se sienta en esos sillones de piel, cruza su pierna y espera.
Pasado 20 minutos, se pone de pie y se dirige a dónde está el garrafón para tomar agua. Se alivia al tomarla y vuelve a tomar más del vaso en el que se ha servido.
─Usted es la última, ¿cierto?
Se detiene, observa a la persona que le acaba de dirigir la palabra. Es un señor grande, de estatura un poco baja, rostro amigable y algo gordo, tiene canas, viste de un traje negro, y fuma de su pipa.
─Así es.
─Pasa, por favor.
Ella tira el vaso en el cesto de basura y se dirige al sillón para coger su bolso, se encamina hacia una oficina peuqeña. Él cierra la puerta, le ofrece la silla y se sienta en ella.
─Empecemos ─, fuma de su pipa y la mira ─. ¿Cuál es tu nombre?
─Julianna Casanova Aguirre.
─¿Cuántos años tienes?
─25 años.
─Háblame un poco de ti, por favor.
Ella se acomoda mejor en su asiento y se aclara la garganta.
─Acabo de llegar hace seis meses a éste país. Soy mitad estadounidense y mexicana ─, en eso, el hombre de canas alza la ceja ligeramente ─. No tengo padres, y ningún familiar.
Él la mira y deja la libreta dónde escribía los datos de la chica.
─Así que eres mitad estadounidense y mexicana, ¿eh? ─. Fuma de la pipa.
─Sí, señor.
─¿Tienes experiencia en el uso de la computadora?
─Sí, sí, claro ─. Sonríe de lado al sentirse aliviada.
─¿Has escuchado de ésta empresa?
─No. En realidad no. Hasta ahora con su... hija.
─¿En serio? ─, levante ligeramente la ceja con sorpresa ─. No me había contado sobre su nueva amiga.
─Nos conocimos hace tres meses, señor.
─Bueno ─, él se pone de pie y coge la libreta para seguir anotando ─. Estás contratada.
─¿Disculpe? ─. Lo mira con sorpresa.
─Despreocúpate ─, le sonríe de lado ─, estoy seguro que Michael te aceptará ─, se pone de pie y salen de la oficina, así que Julianna lo sigue ─, no me he presentado. Me llamo Frank Dileo, pero dime Frank, por favor ─. Estrecha su mano al darse la vuelta frente a ella.
─Mucho gusto, Frank ─. Le estrecha la mano amablemente.
Una figura aparece en frente de ellos al abrirse las puertas del elevador. Se encuentra recargándose con las manos sobre los barrotes de metal, así que alza la vista y se detiene. Lentamente recorre la mirada casi perdida por sus pensamientos en la bella figura de la chica morena, entonces se topa con los ojos de ella. Julianna siente como el corazón le da un vuelco al procesar toda la información que le dijo su nueva amiga, y que nunca le dijo que su amigo, su mejor amigo, el jefe de la empresa, se trataba nada más y nada menos que Michael Jackson.
─Michael, ya íbamos para tu oficina ─, habla Frank sin darse cuenta de la situación ─. Ya contraté a alguien para el puesto de secretaria.
Michael sale del elevador, casi estando cerca de Julianna, a lo que ella retrocede muy nerviosa.
─¿Quién eres tú? ─. Pregunta con voz suave.
─Me llamo Julianna Casanova Aguirre ─. Trata de hablar con calma.
─Ella será tu nueva asistente, Michael.
Michael mira a Frank por unos momentos.
─Julianna, él será tu jefe.
Ella asiente con la cabeza.
─Michael Jackson ─. Le estrecha la mano a la chica.
─Un gusto conocerlo, señor Jackson.
¡MICHAEL JACKSON! ¡DIOS MÍO!
Contrólate... contrólate.
Contrólate, contrólate, contrólate, contrólate, ¡contrólate!
─¿Te parece bien, muchacho? ─. Frank le dirige la pregunta a Michael ya que no ha dicho nada de aceptarla o no.
─Oh, claro, me parece bien ─, habla sin quitarle la mirada a Julianna, ahora ella se encuentra mirando a Frank, pero siente su mirada ─. Espero que no haya problemas entre jefe y secretaria.
Ella lo mira.
─Por supuesto, señor Jackson.
─Bien ─, dice Frank con amabilidad ─, el lunes te vemos, Julianna. Ahora... ven conmigo, te daré una lista sobre cómo tienes que ir vestida las normas que manejamos en la empresa, donde se encuentra el comedor y ese tipo de cosas.
Julianna mira a Frank y asiente con la cabeza, entonces vuelve a mirar a Michael.
─Lo veo el día lunes, señor Jackson ─. Le da la mano.
Michael vuelve a tomar su mano, pero esta vez con un toque de suavidad. Mira las uñas rojas pintadas de la chica morena, ligeramente con su pulgar roza la piel de ella. Julianna retira su mano con formalidad, se percata de que Frank se encuentra dentro del elevador, entonces ella se dirige hacia él y se pone frente a las puertas. Julianna mira a Michael y las puertas se cierran, haciendo que ella suspire y él... sonría de lado.
¡Buenas tardes, lectores! 💜
Anteriormente no pude subir el próximo capítulo de ésta novela y de Robar A Mi Chica (que se encuentra en mi otro perfil: Natlondon_1994), ya que tuve exámenes.
Pero ahora me encuentro con un poco más de tiempo libre, y bueno, espero que me apoyen con un voto y me comenten qué tal les pareció éste capítulo.
Amor y paz. ✌💜
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