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Capítulo 26

Una blusa rosa claro y una falda corta de mezclilla, acompañando unas zapatillas del mismo color que descansa sobre el pie de la cama es lo que deja ver cuando Julianna sale del baño después de darse una ducha. Se seca el cabello con una toalla azul cielo, lo deja sobre la cama y ella agarra una crema hidrante. Se lo aplica en su cuerpo, en sus brazos y piernas, el cuello y en el rostro.

Se pone su ropa interior y comienza a ponerse la ropa que dejó sobre la cama.
Estando ya vestida, se dirige al tocador donde agarra un aceite para el cabello, se aplica un poco para luego agarrar un peine, donde hace esponjar cada mechón del cabello que se agarra. De su cajón saca una bolsa azul cielo y de allí saca sus cosméticos a la mesa del tocador.

Después de unos cuantos largos minutos de maquillarse, agarra un perfume y se aplica en el cuello, en los antebrazos y en las muñecas.

Se pone de pie y se mira al espejo.

─Me veo bien.

Agarra su bolso y sale a la sala en busca de un chicle de menta. Al verlo en la mesa, agarra uno y se lo mete a la boca. Mira el reloj y marca 5:01. Entonces el timbre del teléfono suena, ella se encamina hacia ella y contesta:

─¿Sí?

Soy yo.

Jualianna sonríe al oír su voz.

─Bajo en un minuto.

Cuelga, por segunda vez se mira al espejo para ver si no ha descuidado algún detalle. Al ver que no es así, sale de su departamento bajando por el elevador. Empuja la puerta del edificio. Vislumbra a Aaron, que la saluda con un movimiento de la cabeza.

─Buenas tardes, señorita Casanova.

─Hola, Aaron.

Le abre la puerta de la limusina y visualiza a Michael estando sentado en cuanto sube.

─Hola ─. Le sonríe.

─Hola, Michael ─. Saluda casi nerviosa.

Al cerrar la puerta, Aaron rodea y se sube a la limusina para prender el motor y arrancar.
Julianna mira dentro la bolsa para verificar si no olvidó nada de lo que podría llegar a necesitar. Julianna levanta la vista para visualizar a Michael.

─Michael.

─¿Sí?

Ella le sonríe y se acerca un poco más a él. Estira los brazos para rodear su cuello y sonreírle.

─Ven acá.

Michael le dedica una sonrisa y estira sus brazos para tocar la cintura de ella.

Ambos se acercan cerrando sus ojos para darse un beso. Se pueden oír los besos suavemente, en el que los dos se encuentran fuera de allí, sintiendo emociones excitantes.

─Te extrañé...

─Yo también, cariño ─, susurra Julianna, haciendo sonreír de nuevo a Michael por la última palabra ─. Yo también...

Michael le da un beso tierno en la frente y ella se recarga en su pecho.

~¤~

Cuando la puerta blanca de madera se abre dejándose ver a su amiga y al novio, esta se emociona al verlos.

─¡Qué gusto volverlos a ver! ─. Madison exclama con alegría.

Julianna se acerca a la sala, alejándose un poco de Michael, él lo nota; pero se contiene las ganas de no estar lejos de ella.

Se recuerda a sí mismo que habían quedado en no decir nada al menos que pasara un par de semanas para dar la noticia de que ambos se querían, que el deseo de Madison y de Janet se habían cumplido.

─¡Michael, cariño!

Michael voltea hacia la derecha al ver a Miranda dirigiéndose a él con una sonrisa.

─Hola, Miranda. ¿Cómo estás? ─. Le da un abrazo.

─Muy bien, hijo. Mejor que bien, ¿y tú, cariño? ─. Se separa de él al recibirle el abrazo.

─Me encuentro muy bien, gracias.

Miranda acaricia su brazo y luego voltea a ver a Julianna.

─¡Querida!

─¡Buenos tardes, Miranda!

Se dan un afectuoso abrazo.

─Me encanta la ropa que llevas, hija. Te sienta muy bien.

De hecho sí.

Michael sonríe en sus adentros.

─Gerardo, hola.

Michael le da la mano a Gerardo y él sonríe al correspondersela.

─Te ves bien, Michael.

─Gracias. Lo mismo digo.

Julianna se acerca a ellos junto con Madison y Miranda.

─¡Hola, Gerardo!

─Hola ─, Gerardo le da un beso en la mejilla a Julianna ─. ¿Cómo estás?

─Muy bien. Gracias, ¿y tú?

─Yo muy bien.

─Por favor ─, Miranda señala suavemente con la mano hacia la mesa sin mostrar una sonrisa ─. Tomen asiento, mi esposo no tardará en llegar.

Julianna toma sus pasos para acercarse a la mesa. Al tomar asiento, Madison y Gerardo se sientan frente a ella y Miranda a lado de Madison y Julianna. Michael se alegra interiormente que el asiento que se posiciona a lado de ella se encuentra vacío. Entonces toma asiento. Interiormente, Julianna sonríe ante eso.

He llegado. Disculpen por la demora.

El hombre un poco calvo y un poco gordito, vestido de un traje café y una corbata roja aparece en el umbral de la puerta. Dedica una pequeña sonrisa y se acerca saludarlos.

─No te preocupes, Frank ─, habla su esposa ─. Acaban de llegar.

Frank se acerca a su esposa y le da un beso en los labios para tomar asiento del otro lado, estando a lado de Michael y Gerardo.

─Espero que les guste la comida ─. Habla con un aire agradable.

~¤~

Julianna agarra su copa de cristal para acercarsela a Michael, quien le sirve del vino. La mira por unos segundos antes de que ella retire la copa, observa sus manos morenas y siente el deseo de acariciarlas. Mira a su alrededor; Madison riendo con Gerardo por una anécdota que cuenta. Miranda y Frank se dedican miradas alegres y unas sonrisas. Y entonces la vuelve a mirar, ella con una sonrisa que no tarda en que suelte una carcajada por la anécdota de Gerardo. La observa agarrando la copa de cristal y bebe de ello. La pone en su lugar de nuevo y una mano la pone sobre su regazo, Michael observa esa mano, con disimulo acerca la suya para entrelazarla suavemente. La observa detenidamente, y mira que ella muestra una pequeña sonrisa de lado, baja la mirada unos pocos segundos hacia las manos entrelazadas y la vuelve a alzar.

─Sé que nos encontrábamos en una situación cerca del peligro, pero... ─, Gerardo alza los hombros ─. Al final resultó que era muy gracioso lo que sucedió en Florida.

Julianna traga saliva al oír eso, pues no esperaba nada de eso. Aprieta sus labios un par de segundos y se obliga a sí misma que borre lo que aparezca en su mente todo de Florida.

Señora Dileo ─, Gerardo mira a Miranda ─, señor Dileo ─, lo mira a él y después a Michael y a Julianna ─, estamos compartiendo una cena demasiado agradable que formarán parte de mis recuerdos, aquí junto con Madison ─, la mira dulcemente ─. El propósito de ésta cena además de convivir, es... que le he pedido a Madison que sea mi esposa.

Miranda observa a Gerardo de manera sorprendida, casi de inmediato voltea a ver a Frank, casi lista para verle su expresión seria o molesta, sin embargo, muestra una expresión normal y agradable.

─Disculpa ─, Miranda carrespea ─. ¿Me he perdido de algo?

─Miranda.

Ella voltea a verlo.

─Gerardo ha venido a pedirme la bendición del matrimonio de ambos. He aceptado dársela.

Julianna observa detenidamente a Frank. Desde que lo conoció sabía que era un hombre con una expresión seria que caminaba entre los pasillos con un tabaco y poniendo a temblar a los empleados de la empresa. Sí bien lo veía así, también llegó a verlo en varias ocasiones con Michael echando la risa y la broma. Gira su cuello para ver a Michael y él también la mira a los ojos con una sonrisa de lado.

─¡Madison, hija! ─, se pone de pie para llegar a ella, donde Miranda se ha puesto de pie y corresponder el abrazo de su amada mamá ─. ¡Te vas a casar! ¡Felicidades, hija mía!

Gerardo sonríe al mirarlas. Miranda se acerca a Gerardo para darle el abrazo casi con lágrimas, él le corresponde. Julianna se pone de pie para acercarse a Madison y felicitarla.

─¡Muchas felicidades, Madison!

─Gracias, Julianna. Gracias, de verdad por estar aquí.

Michael se acerca a ella y la felicita también con una sonrisa grande y brillante.

─Les agradezco mucho que estén conmigo, por vivir este momento de mi vida.

Michael mira a la morena, a los pocos segundos ella voltea a verlo también y le dedica una sonrisa.

~¤~

─¡Espero verlos pronto!

─Yo espero lo mismo, Miranda ─. Julianna le da un último abrazo.

─Cuidate mucho, Michael. Me alegró mucho verte.

─Lo mismo digo, Miranda ─. Le dedica una bonita sonrisa y la abraza.

Julianna se aleja un poco de ellos para despedirse de Madison.

─Nos vemos el lunes, Madison.

─Sí ─, se separa de ella para mirarla a los ojos directamente acompañando una sonrisa casi traviesa ─. Ahora cuéntame, Julianna... ¿Qué sucede entre tú y Michael?

La morena traga saliva, se toma una inhalación profunda casi con disimulo y empieza a poner cara de mensa.

─¿A qué te refieres?

─¡Oh, vamos! ─, casi susurra ─. Michael no dejaba de mirarte.

Muy discreto, Michael..

─¿Ah sí? Ni siquiera me di cuenta.

─¡Deja de hacerte la loca!

─Yo no, tú estás loca, mujer.

Lo último lo pronuncia en su idioma materno, haciendo que Madison suelte una risa y ruede los ojos. Al terminar de despedirse de todos, Julianna y Michael salen de la mansión, y suben a la limusina donde segundos después salen de la residencia.

─Madison sospecha de nuestra relación.

─¿Por qué? ¿qué hicimos? ─. La mira.

─La pregunta sería más bien; ¿qué hiciste?
Me dijo que no dejabas de mirarme, ósea que ya nos delataste.

Michael le sonríe con ternura.

─Bueno, eso es verdad.

─¿Y se puede saber por qué? ─. Lo mira con una sonrisa de lado.

─Lucías tan hermosa, Julianna.

Ella baja la mirada, sintiendo el calor en su mejillas. De pronto siente los dedos de Michael en su barbilla, moviendolo hacia arriba de manera lenta, para profundizar la mirada en los suyos.

─Para mí eres tan hermosa, y no dejaba de mirarte, aguantaba las ganas de besarte ─, se acerca a su rostro sin dejar de mirarla un solo segundo ─. Siempre que miro tus labios, me llaman.

─Bueno... ─, ella acaricia su mejilla con su dedo índice ─, ¿Qué esperas para besarme, amor?

Michael toma posición la cabeza de Julianna y la besa casi con brusquedad. Julianna pasa sus manos por el cuello de él para luego subirlas también a su cabeza. Pueden oírse los ruidos de los besos, Michael baja su mano a la cadera de ella y como siempre, lo pega más su cuerpo, haciéndole sentir que está con él, y que ella existe. Casi con rápidez, Michael baja las manos hacia sus piernas, al sentir la suavidad ellas, las acaricia con ternura. Julianna tiembla ante ello y se separa de él para tomar aire.

─Michael...─. Jadea un poco.

─¿Sí, cariño?

Ella sonríe al oír eso.

─Te amo, Michael.

─Yo te amo mucho más, mi querida Julianna.

Ella lo vuelve a besar, sin saber, resbala su mano por la cadera de Michael hacia su entrepierna. Siente la dureza de aquello y Michael suelta un pequeño gemido, haciendo que se separe del rostro de ella.

─No lo puedo evitar...

─Lo sé, Michael ─, ríe por lo bajo ─. Eso lo tengo muy en claro.

Michael le sonríe casi con tímidez, así que solo decide darle un beso suave en la frente de Julianna. Ella se acurruca en su pecho de él, donde escucha los latidos rápidos de Michael. Cierra los ojos y de pronto parece tener la percepción de que en ése momento, las cosas se encuentran como deberían estar.

Por ahora todo está bien, ¿verdad?











Aquí lo tienen, lectores. :)

Díganme, ¿qué tal vamos con la historia? ¿Es un rollo? ¿O todo cool?

Por cierto, hoy es un día especial ya que se celebra el Día De Las Madres, así que mucho amor y cariño a sus mamás.

Aunque... no para Julianna, ¿verdad?

Comenten y votaaaa.

Amor y paz. 💜✌🏼

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