Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 20

Cae la noche y las estrellas se encuentran presentes.

Ellos están recostados en el pasto verde del campo grande que habita en Neverland, admirando las estrellas. Pero a pesar de todo, Julianna sigue con una duda que no la deja en paz, y Michael lo nota al mirarla.

─¿En qué piensas?

─En Tatiana.

—¿Por qué en ella?

─Bueno, en realidad quiero saber por qué te vas a divorciar. ¿Es verdad que es por mí, o por algo más?

Michael recarga su cabeza en su mano izquierda donde la mira desde un costado.

—La relación entre y ella y yo se ha estado deteriorando desde hace unos meses. Y el que llegaras tú a mi vida me ha hecho decidir firmemente en mí decisión.

Ella se endereza y lo mira a los ojos, él también se endereza.

─Estás loco.

—Lo estoy por ti.

Ella rueda los ojos con diversión, entonces él se acerca más a ella y la besa con lentitud y poco a poco el beso se acelera un poco más. Unas luces reflejan en sus rostros y ambos se separan.

—Ya llegó, ¿verdad? —, se pone de pie —. Mierda.

—Julianna...

─¿Qué?

─Otra grosería y no te daré otro beso.

Ella ríe a carcajadas.

─¿Quién dijo que yo quiero un beso suyo, señor Jackson?

Ella camina hacia atrás.

─¡Julianna! —. Grita casi en un susurro.

¡MICHAEL! —. Su mujer grita cerca de ellos.

Ambos se voltean y Julianna apresura más el paso tratando de que Tatiana no la vea.

─Te veo mañana ─, susurra Michael pensando que Julianna sigue cerca, en eso gira la cabeza y ve que se ha alejado más —. ¡Julianna!

─Te veo mañana —. Le grita por lo bajo.

—¿No me darás un beso de despedida? —. Michael pregunta.

─Se acabó el tiempo.

Julianna corre y por suerte las rejas siguen abiertas, así que pasa entre ellas y las rejas se cierran. De pronto, Michael se alarma y saca su teléfono para decirle a su chofer que lleve a Julianna a casa sana y salva. Dentro de varios minutos se ve la limusina salir de Neverland y él se tranquiliza al ver que Julianna se sube en él.

¡MICHAEL! —. Tatiana vuelve a gritar.

Michael se sobresalta y bufa. Corre un poco hasta llegar a la entrada y al llegar busca a Tatiana.

─¡¿Dónde estabas?! —. Tatiana aparece detrás de él.

Michael se sobresalta y ríe por el susto.

─Me asustaste, amor.

─¿Dónde estabas? ─. Pone sus manos en su caderas y Michael se pone un poco nervioso.

—Buscando a Bubbles. No lo veo desde la mañana.

Michael camina por la casa fingiendo que lo busca por el salón de música, cuando en realidad se encuentra en una de las habitaciones.

─¿Ya cenaste? ─. Tatiana habla con tono más tranquilo.

─Sí ─, responde él ─. ¿Quieres que te acompañe?

─Por favor.

~•~

Yo y tú.
Tú y yo.
No dirás que no.
No dirás que no.
No dirás que no.
Seré tu amante bandido, bandido... Corazón, corazón mal herido
Seré tu amante cautivo, cautivo, seré ¡ahum!

Se quita los audífonos hacia arriba mientras deja escapar un fuerte suspiro. Se recarga en en escritorio junto con sus manos en la frente mientras cierra los ojos. Segundos después los abre, mira su reloj de la muñeca y este marca casi las ocho de la noche. Fija su vista hacia su escritorio, se hallan dos folders de cinco o seis hojas para transcribirlos en la computadora. De pronto, siente el cansancio tanto de su cuerpo como de sus párpados, así que agarra los dos folders y los mete en el cajón delantero que tiene. Se pone de pie y agarra su bolso, se pone el abrigo y se cuelga la bolsa en su hombro.

Los empleados la observan un poco más lejos y se despiden de la mano cuando camina hacia el elevador, Julianna les devuelve la despedida y se mete en la caja metálica. Presiona el botón, se limita a esperar que se abran las puertas al paso de los segundos, las puertas se abren y sale, pasa por las puertas giratorias y cuando pone su zapato negro en la calle, mira arriba.

Una tormenta se presenta en el cielo por todo Los Ángeles. Maldice en voz baja y con pasos apresurados sale de EMPRESAS MJJ. A los pocos minutos, comienzan a gotear fuertemente ñ a las prendas de Julianna.

─Maldición, no llegaré a la central del tren.

Agarra su bolsa con fuerza y esta vez, trata de correr para llegar a la estación del tren. Las gotas caen más rápido y se hacen más pesadas. Julianna mira por el piso para no tropezarse con algo sin dejar de correr. Sin embargo, la lluvia parece salpicarle desde abajo, la lluvia parece querer matarla, así que ella corre aún más.
Observa un pequeño puesto a su lado donde pueda cubrirle un poco. De mala gana, le camina para allá y respira hondo.

─¡Genial! ─, exclama furiosa al notar que su prenda está mojada en varias partes─, tenía que llover justo ahora ─. Trata de secar su ropa pero lo piensa mejor y aleja sus manos con desesperación. Sin pensarlo mucho, cruza los brazos y se regaña a sí misma.

Los postes de luz se prenden e iluminan las banquetas y parte de las calles. Varios autos pasan delante de ella.
Julianna comienza pensar si podría ser una buena idea hacer una parada para que la lleven a casa. Pero aleja su estúpida idea y no hace más que bufar.

En una esquina, no tan lejos, un señor con un cigarro se acerca al verla, y se pone a lado de ella. Él la mira de abajo hacia arriba de manera poca discreta.

─Hola, nena, ¿que haces tan sola aquí con esta lluvia tan horrible?

─No me interesa ─. Habla sin mirarlo.

─¿Por qué no? ─, le roza el brazo con el dedo y ella se voltea algo brusco ─. Sólo dime cuanto quieras por una hora.

─¿Acaso parezco prostituta, cabrón? ─, él se sorprende por sus palabras ─. Vete de aquí y no me chingues.

─Oh. Con que mexicana, ¿eh? ─, su perversidad lo hace más evidente, así que le da una última fumada al cigarro y lo tira al suelo para agarrar fuertemente el antebrazo ─. Vamos. Te llevaré a un lugar.

─¡Suéltame! ─, trata de zafarse pero su fuerza es impresionante ─. ¡Suéltame, idiota!

─Cierra la puta boca y camina si no quieres salir herida.

Siente la punta de la pistola en su cuello. Ella se paraliza y siente como el miedo llega a llenarse en su cuerpo hasta sus entrañas.

─Sé buena y camina conmigo ─. Le habla al oído y ella asiente.

Caminan por la acera casi a pasos acelerados, dan vuelta hacia un callejón casi oscuro y ella se siente desfallecer.

Dios, sé bueno conmigo y ayúdame a escapar de aquí.

Mira a su alrededor y trata de buscar una salida o una cierta estrategia para golpearlo y huir, siente como sus ojos se mueven con pesadez, de lo cansados que están. Su corazón palpita con rapidez y su respiración falla poco a poco. Siente un malestar en el estómago y siente desmayarse por el conjunto de emociones que están surgiendo dentro de ella.

Miedo. El maldito miedo hace que ella se desfallezca más, se dice a sí misma que algo pasará para salvarse ella misma, o por lo menos que alguien la salve. Siente la punta del metal por su cuello y se convence de que no será el último día de su vida. El aire corre y ella muere de frío.

No dejes que el miedo se apodere de ti. Ayúdate, ¡ayúdate, carajo!

─Muero por tocarte, preciosa.

Siente la mano de aquel sujeto por el cuello delantero, abriendo poco a poco los botones.
El sistema de defensa se alarma en ella.

─Quita tu mano, cabrón —. Habla casi con seguridad.

─Empieza a gustarme que me llames así.

─Te juro que si me tocas...

─¿Qué? ─, ríe ─. ¿Vendrá tu novio a golpearme?

Él la empuja sin quitarle la mano que sujeta su brazo y llega hasta una puerta con rejas.

─Abre la puerta.

Con las manos temblorosas, acerca su mano lentamente a la rejilla para abrir la puerta.
Un ruido de un coche se acerca a ellos, ella voltea y él la sujeta del cuello y le apunta el arma hacia la cabeza.

Tú. Suéltala.

Una sensación de alivio le recorre por toda la espina dorsal, sintiéndose tranquila sólo un momento.

─Métete en tus asuntos, hombre.

─Michael, por favor sálvame ─. Julianna habla con voz entre cortada por el miedo.

─Suéltala, no hagas algo que puedas arrepentirte.

─Apártese, por favor ─. Habla su guardaespaldas.

Michael mira a Julianna por momento y vuelve a mirar al sujeto. Aquel sujeto quita el seguro de la pistola y eso hace que Julianna se asuste, Michael se alarme, y el guardaespaldas saque un arma.

─No te la daré, es tan valiosa como para entregarla en bandeja de plata, hombre.

─¡Suéltala o disparo! ─. Le amenaza el guardaespaldas.

─¡Aaron! ─. Grita Michael.

Los ojos de ella son testigo de como aquel sujeto mueve el arma apuntando hacia Michael, la chispa se desprende y la bala sale del orificio metálico para llegar hacia Michael. Cae hacia al suelo.

Aaron no pierde ni un segundo. Dispara varias veces hacia al sujeto. Cae al suelo y Julianna se paraliza.

─¡Michaeeeeeeeeeel!

Sus emociones se juntan y siente que todo se mueve, siente un golpe en las rodillas y permanece en el suelo desmayada.









¡Otro capítulo!

¿Cómo vamos? Espero que bien.

Voten y comenten.

Amor y paz. 💜✌🏼

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro