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Capítulo 19

El beso aumenta.

Ésta vez, Michael pega su cuerpo al de ella, y olvidándose de la timidez, le hace saber a Julianna que nuevamente está excitado. Pone ambas manos en la puerta sin dejar de besarla, Julianna trata de tenerlo con ambas manos en el pecho de él, pero la fuerza que tiene le hace saber a ella que es imposible alejarlo.

─Por favor, Michael ─. Susurra apenas separándose de sus labios.

─No digas nada. Por favor...

La respiración de ambos se relajan, Michael sigue cerca de ella y mantiene sus ojos abiertos para admirar los ojos de la chica.

─¿Sabes? Hay algo que quiero, que necesito decírtelo...

Ella solo se mantiene callada, porque no sabe qué decir. Y lo que siente por en medio de sus piernas le hace sentir un tanto rara, pero bien.

─Julianna.

─¿Qué? ─. Ella insiste.

Michael la mira con intensidad y ella se desespera por tener tantas emociones en su cuerpo.

─¿Quieres hacerlo ya?

Michael suelta una risilla sin dejar de mirarla.

─Voy a divorciarme.

Silencio. Unos cuantos segundos reina el silencio en aquel lugar.

─¿No dirás nada?─. Murmura con timidez.

─¿Qué carajos?

─¿Sabes que odio que digas groserías?

Ella lo empuja algo brusco y toca su frente.

─Dime que es una pinche broma.

Se detiene a pensar y luego niega con la cabeza sonriendo de mala gana.

─Si vas a cancelar la boda por mí, permíteme decirte que estás muy mal, Michael. Yo no quiero nada contigo, y tú eres nada serio, lo único que quieres conseguir es acostarte conmigo una sola noche, y al día siguiente tratarme como un trapo sucio ─, escupe con rabia ─. ¿Qué quiere el destino de mí? ¿No le bastó con engañarme con alguien que era esencial en mi vida?

Michael queda perplejo ante sus palabras que acaban de salir de los labios de Julianna.

Ella cierra los ojos y trata de no echarse a llorar al momento de recordar la escena más enferma y triste de su vida. Sus pies se andan para salir, pero Michael le impide el paso tomándole la mano.

─¡Suéltame! ─, le pide mirándolo a los ojos con lágrimas ─. Me voy de aquí.

Michael vuelve a sujetarla de la cintura y la hace sentarse en el escritorio.

─¡Qué me sueltes!

─¡Silencio!─. Toma su rostro con la intención de calmarla, sin embargo ella se mueve y hace que tire algunas cosas del escritorio ─. ¡Por Dios, Julianna! ¡Solo estate quieta!

Ella trata de zafarse de él, pero al momento de echarse para atrás, siente como Michael tropieza con la silla y cae encima de su cuerpo. Se quedan quietos por un momento y se ruborizan.

─M-Michael, quítate por favor.

Él sonríe con nervios y así lo hace. Justo cuando ella pone sus pies en el suelo, con la intención de calmarse a ella misma, siente un suave jalón y de un momento a otro, se encuentran dentro del elevador.

─¡¿Pero qué....?!

Michael le pide silencio con el dedo en sus labios. Las puertas se abren y ambos salen de la empresa, sin faltar las miradas curiosas de los empleados. Michael se dirige al estacionamiento, enciende su auto y hace que Julianna suba en él. Las puertas de la reja se abren y Michael acelera para salir ya de la empresa.

Solo han pasado 20 minutos que no han intercambiado palabras. De vez en cuando, ella se gira para verlo unos segundos y luego posar su vista en la ventana. Michael hace lo mismo y fija su vista al frente. Gracias a Dios que la prensa no lo ha perseguido, así que el agradece infinitamente. Da vuelta a la derecha y las puertas que dicen "Neverland" abren el paso y llega a las puertas de su hogar. Julianna abre los ojos debido a la sorpresa y no quita su vista en los juegos mecánicos. Su corazón de niña le hace saber a Michael que ansia subirse a todos esos juegos, vagamente viaja a sus recuerdo de la infancia, así que el sonríe de oreja oreja. Después de apagar el coche un rato, ella se gira a verlo para preguntar.

─¿Por qué me trajiste aquí, Michael?

─Quiero que me cuentes, quiero saber el por qué de todo esto, como también voy a encontrar la manera de convencerte de que realmente te quiero, Julianna ─, sonríe de lado ─. Y también invitarte a conozcas a Neverland, creo que es justo después de saber que eres una fanática mía, y no sería justo que perdieras la oportunidad de subirte a uno de ellos.

Ella asiente con la cabeza. Michael se baja y da vuelta para abrirle la puerta.

─Vamos.

Julianna baja y en eso, Michael toca la espalda de ella para guiarla hacia las puertas de madera, se abren y por suerte, solo hay una empleada que se encuentra guardando la comida.

─Buenos días, Amy.

─¡Señor Jackson! ─,la muchacha se sorprende ─. Disculpe mi osadía, ¿qué hace de vuelta aquí? Su esposa acaba de irse.

─No pasa nada. He venido con mi secretaria, la señorita Casanova y yo estaremos trabajando en mi despacho.

─¿Gusta algún desayuno? ¿Jugo de naranja y un café?

─Por favor, Amy.

Ella se retira con una sonrisa y desaparece por la cocina.

─¿Cómo rayos sabe que yo consumo café?

Michael ríe suavemente.

─Es como... un don. Inclusive a mí me sorprende, pareciera que lee mi mente cuando a veces no quiero jugo de naranja como desayuno y termina trayéndome un vaso de leche tibia, o fría.

Michael la guía hacia dar con el despacho. Un tanto espacioso y de pura madera, un hermoso escritorio y el suelo alfombrado de color café muy claro. Ella contempla cada parte por un rato hasta que Amy entra dejando el desayuno y retirándose de nuevo. Julianna toma la taza de café y toma un sorbo.

Delicioso café. Justo como a mí me gusta.

Ambos toman asiento en uno de los sillones, Julianna pone la taza en sus piernas y suspira pesadamente cuando mira el reloj que posa a una esquina del despacho. Apenas son las diez de la mañana.

─Yo... ─. Se detiene al darse lo cuenta lo difícil que será hablarlo.

Ella suspira con pesadez y se recarga en el respaldar del sillón. Michael se sienta a su lado y espera pacientemente.

─Bueno, Michael... ─, suspira y lo mira a los ojos ─, nací en la Ciudad de México, y viví allí hasta los 15 años —, traga saliva —, mi mamá y yo nos fuimos a Florida, como no sabíamos hablar muy bien inglés, tuve que esforzarme a dominar el idioma en mi escuela y ella por su parte. No fue una época difícil, la verdad a mí me distraía el hecho de que tenía pretendientes porque sé que una mexicana en el territorio estadounidense no era tan común ─, se encoge de hombros  ─, no conozco a mi padre, y es algo con lo que me estuve acostumbrando a través de los años. Supongo que la ausencia de un padre, y hasta la de mi madre hacia que yo tuviera miedo a enamorarme. Tanto que los cuatro novios que he tenido en toda mi vida no les ofrecía completamente mi amor, mi cariño y todas esas cosas. Incluso llegué a reservarme de la mente y de mi cuerpo al no querer entregarme a ellos. Como te imaginarás, no duré nada con ellos.

Julianna toma un poco más de su café, lo deja en el escritorio y se pone de pie para seguir.

—Hace dos años conocí a alguien. Fue como amor a primera vista. Nos conocimos en una fiesta, yo estaba con mis amigas. Se acercó a hablarme y ahí mostró su interés por mí. A los meses nos hicimos novios.

Michael solo guarda silencio, y de pronto nota que ella está a punto de llorar, pero se contiene.

─Me enamoré de él como una loca, haciéndome olvidar todo lo que yo me había prometido. Incluso, Michael, la idea de entregarme a él ya no me parecía tan estúpida.

Michael asiente con la cabeza. Julianna se detiene a poco metros de él, y sin más habla:

─Siempre he pensado que el amor de una madre es el más sincero, más que el de uno mismo. Y me equivoqué como una estúpida —. Se le corta ma voz al pronunciar lo último.

─¿Por qué lo dices?

—¿Qué dirías si te dijera que estos ojos que tú estás mirando en estos momentos vieron como su propia madre de sangre, a la que adoraba con toda su alma la traiciona con el peor y de lo más bajo al tener sexo con su novio?

—Dios... —. Murmura perplejo de lo que oye.

─Al mirarle a los ojos, fue como si una piedra gigante tocara con violencia mi pecho. Supe en ese momento que mi amor por ella era en vano. Porque, Michael. Ella nunca me quiso.

Las lágrimas se le salen y solloza:

—Todo lo que pensaba en esos años como niña, como adolescente y ahora como adulta no han hecho más que confundirme, como por ejemplo si mi papá realmente me dejó porque no me quería como ella me lo había dicho ¿Realmente se fue con otra mujer como ella me lo dijo? ¡No lo sé, solo sé que ella jamás me quiso! — llora al sentir presión en su pecho, llenándose de angustia  —, ¿sabes que hacia ella? No era más que una mujer que les ofrecía sexo a quien se le cruzara por el camino, y que esa era la razón por la que nunca pasó tiempo de calidad como madre para mí —, aprieta los dientes con rabia y escupe —. La odio, Michael. Toda mi vida será odio hacia ella.

Michael se acerca a ella al escuchar esas palabras, la toma de los brazos con determinación para evitar que ella se tire al suelo.

─Dime, ¿para qué confiar en alguien que puede romperte el corazón, el alma cuando hasta lo más cercano a ti lo ha hecho sin escrúpulos? —, se aleja de él un poco —, ¿lo entiendes? Tengo miedo de ti, tengo miedo de mi amor por ti. Y no sé que hacer. Le he pedido a Dios que me dé una respuesta del porque me pasa eso ─, se pega al pecho de Michael y lo abraza con fuerza —. ¿Lo entiendes ahora? Tengo miedo de que tu amor que dices sentir por mí no sea sincero, y que seas como Glenn o mi madre.

─Julianna, escúchame. Quiero que me escuches, por favor  ─, habla con determinación y seguridad mientras toma sus mejillas  ─, mi querida Julianna. Comprendo tu dolor, sé exactamente cada punzada de dolor que toca por tu alma y tu corazón, porque yo también he sido una persona al que han herido mucho. Pero desde ahora quiero que sepas una cosa, y que nunca lo olvides, ni el orden ni el tono de mis palabras —, la mira con mucha profundidad, proyectándole una seguridad enorme que nunca había sentido —. Yo soy una persona que tiene un corazón y sentimientos. Conozco el amor como la palma de mi mano incluso antes de que viniera a este mundo, y sé que cuando te vi por primera vez en ése elevador supe que ese amor por fin era como siempre lo había imaginado. Y quiero que sepas que estoy enamorado de ti, que yo te amo con todas las fuerzas de mi alma y de mi corazón, y que ahora, justo ahora cada latido de mi sincero corazón late gritandote que te amo con cada célula de mi cuerpo. Y no descansaré para demostrarlo. No me importa si es toda una vida o una eternidad.

Con el aliento golpeando el rostro de ella, la besa con dureza pero a la vez con tanta pasión. Julianna le corresponde al sentir ese frenesí que surge en todo su cuerpo. Entonces, al mismo tiempo ambos siente como si un fuego comenzará a expandirse por todo el cuerpo.

—Te amo, Julianna —. Murmura con voz ronca al separarse solo un milímetro de sus labios carnosos.

Ella sonríe levemente sin abrir aún los ojos, temerosa de que esto sea un sueño. Un buen sueño.

─¿Sientes algo por mí?—. Pregunta.

—Sí, siento muchas cosas por ti. Pero tengo miedo.

Él sonríe de medio lado.

─No soy un monstruo.

─Sabes a qué me refiero.

─Y tú sabes que te amo fervientemente.

La vuelve besar haciendo más presión a los labios de ella. Esta vez, ella pone sus brazos alrededor de su cuello, y lo abraza con mucho deseo. Michael vuelve a sentirse excitado y está vez no busca separarse de ella.

A los segundos, se separan solo de sus bocas para tomar aire. Pasan otros segundos más hasta que Michael habla aún con voz ronca:

─¿Gustas jugar una ronda conmigo a los Súper Soakers?

Julianna asiente con la cabeza.

─Vamos afuera. Acompáñame por las pistolas de agua.

Salen del despacho en cuando se dejan de tomar de las manos. Salen al aire libre, se encaminan hasta detenerse frente a j  garaje blanco y Michaem toma las pistolas.

─Michael —, Julianna le habla, él voltea ─. No puedo jugar así —. Señala su ropa.

─Oh, entiendo. Voy entonces a pedir un pantalón y una playera, ¿eso esta bien?

─Sí. Pero preferiría ir yo a pedir las cosas.

—Está bien. No tardes mucho —. Se acerca a ella y le deposita un corto beso en sus labios.

Julianna lesonríe  al separarse. Camina hacia la mansión nuevamente y habla con una de las empleadas. Cuando le entregan la ropa, Julianna se dirige a uno de los baños y se cambia la ropa por un pantalón y una playera, se amarra su larga cabellera y esponjado en una coleta y se cambia los zapatos por unos tenis. Deja su ropa de trabajo en una de las puertas del baño y sale de allí para salir afuera.

─No hace mucho vi un video tuyo en televisión que estabas jugando con Janet aquí ─. Le comenta al detenerse frente a Michael.

─Oh ─, sonríe juguetón y cierra el agua de la llave una vez que ha llenado las pistolas de agua ─. Entonces sabes cómo es el juego.

En eso le empieza a echar agua por toda la playera y Julianna trata de cubrirse con sus brazos y ríe. Agarra la pistola de agua y le lanza los chorros de agua, sin poder tocar un centímetro de su camisa roja.

─¡Michael, no seas tramposo!







¿Qué les pareció lo que Michael le dijo a Julianna?

Sentí tan bonito cuando comencé a escribir esa parte, jaja.

Despues de dos años, mañana será mi primer día en clases presenciales en la Universidad. :'D

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Amor y paz. 💜

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