Capítulo 18
El agua caliente, como le gusta, cae sobre su cuerpo que tiene manchas visiblemente blancas. Talla su cuerpo con una esponja y solo piensa en la reunión que tendrá el día de mañana con un empresario de que se dedica a la venta de videojuegos. Aquello le pone en un estado de desánimo al saber que no entenderá ciertas cosas.
No deja de pensar que en un rato tiene que estar en la cena de los padres de Tatiana, ya que cada mes van a cenar por tradición.
De repente, pide que suceda algo para no ir a esa dichosa cena.
—Michael, te espero en la cocina. No tardes.
Y se cierra la puerta.
Michael bufa por un largo momento, luego cierra las llaves y sale baño envuelto con una toalla en la cintura.
Despues de unos minutos de vestirse, sale de la habitación y saluda a las empleadas que pasan a su lado asintiendo con la cabeza. Llega a la sala y encuentra a Tatiana cogiendo una revista.
—Ya estoy listo.
—Desayuna, tenemos 10 minutos para ir a ver unas cosas que tengo pendientes, y luego ir a ver con lo de mi vestido para la cena —. Habla sin despegar la vista de aquella revista tan "pegajosa".
—¿No me darás un beso antes?—. Habla con voz tierna.
Tatiana lo mira soslaya y dice:
—Después, bebé. Desayuna.
Michael coge un vaso para servirse jugo de naranja y se lo toma. Se sienta en uno de los bancos y comienza a desayunar huevos estrellados, plátano con almendras y un poco de galletas de chocolate.
Quince minutos después termina comiendo las galletas, se pone de pie para retirar el plato de la mesa pero una de las empleadas se lo impide y lleva en sus manos aquel plato que él acaba de desayunar. Él murmura un gracias, sale de la cocina dejando su chamarra de piel negra y va hacia el baño para lavarse los dientes, una vez hecho sale del baño, se dirige a la cocina y coge la chamarra. Contempla a su prometida unos segundos, lleva un vestido rojo pegado no muy corto, tirantes gruesos y el escote cuadrado. Sonríe de lado y se acerca a ella a darle un beso en la mejilla, agarrándola de sorpresa.
—Vamos.
Tatiana deja la revista y toma de la mano a aquel hombre de rizos negros y rebeldes que cuelgan en su rostro para emprender hacia la salida.
~•~
Cortinas color hueso desde el techo hasta el suelo, dejando ver como la tela hace su magia con el poco sol que hay. El suelo adornado con un tapete color rosa claro, y unos sillones de pana color hueso. Algunas empleadas vestidas con una falda color rosa y una blusa color hueso se murmuran entre ellas lo guapo que se ve, lo sexy que se encuentra en el sillón, y que no creen que sus propios ojos vean que él de verdad está allí, en su trabajo.
Michael mira hacia al costado de la habitación donde él se encuentra y nota como ellas les sonríen, Michael le dedica una sonrisa de amabilidad y entre ellas se emocionan. A él le parece divertido y se sonroja él mismo. Puede notar como entre ellas empiezan a discutir, él parece darle curiosidad, y cuando está a punto de ponerse de pie para poder al menos hablar con ellas por entretenimiento y no por otra cosa ya que lleva 2 horas en ese lugar, una de ellas se acerca con algo de timidez. Michael la mira y ella trata de no hacer tontería alguna.
—S-señor Jackson. Me llamo Amber, yo soy f-fanática de usted.
Michael se pone de pie y le dedica una sonrisa, esas de que te hacen emocionarte como una loca.
—Mucho gusto en conocerte, Amber —, le da la mano y ella lo toma con nerviosísimo, haciendo que él ría un poco —. Por favor, dime Michael, he dicho que no soy viejo.
Se escucha la risa de la rubia que se encuentra frente a él y la de las demás chicas.
—Queríamos decirle que... no creemos que estás aquí.
Él alza los hombros con humor, mira detrás de ella y dice:
—Acérquense, supongo que no doy miedo.
Sueltan unas risas, tres chicas salen de donde están y se acercan a Michael.
—Somos tus fans, Michael.
—Gracias.
Empiezan a hablar entre ellas mismas y Michael se entretiene escuchando lo que hacen ellas al oír su música. Es impresionante que es lo que éste hombre hace con sus música, bailes, como canta y toda la magia que ha hecho desde niño.
Las cuatro chicas les llevaron una libreta a Michael para que a cada les diera, por lo menos, un autógrafo, unos cuantos abrazos y palabras tiernas. A lo lejos se oyen las voces de su esposa y la dueña del lugar. Ellas toman distancia y muestran sus modales como empleadas. Michael hace una mueca triste disimuladamente, ya que quería seguir platicando, ser tratado como cualquier persona y no como El Rey Del Pop. Tatiana intercambia unas palabras con la dueña y por fin ambas se acercan a Michael.
—Espero que mis empleadas no hayan sido descortés con usted, señor Jackson.
—Para nada, son muy amables.
Michael mira de reojo a las empleadas y ellas sonríen sin poder evitarlo.
—Gracias, señorita Lee.
Se despiden con la mano, Michael hace lo mismo con ella, y en eso se acerca a las empleadas y les da un último abrazo a las cuatro. Tatiana lo encuentra absurdo ese momento pero se limita a estar callada para no verse mal frente de una de las diseñadoras más importantes de Los Ángeles California.
Al salir, mucha gente aparece, hay policías por todos lados tratan de detener persona alguna que se escape y quiera -sólo- darle un abrazo a su ídolo y dedicarle unas palabras. Michael saluda con la mano mostrando su histórica sonrisa, Tatiana finge una sonrisa y sube a la limusina, Michael se toma unos segundos en firmar algunas fotos de él para sus fans. Puede escuchar muchos ¡Te amo! Y eso le da vida a su alma y se siente bien con él mismo, tanto trabajo hizo para ver su recompensa, el amor de sus fans.
—Eres increíble.
Al subir a la limusina puede oír el sarcasmo que utiliza su esposa, pero decide no tomarlo así.
—Lo sé, me lo han dicho mucho.
—Eres un idiota.
—¿Qué tienes, Tatiana? Vengo aquí a acompañarte y lo hago con cariño, pero no entiendo tu actitud.
—Pasa que no deberías abrazar a esas tres dementes cuando estoy presente.
—No puedo hacer eso, son mis fans y merecen un abrazo mío, no le veo nada de malo —, alza los hombros sin dejar de mirarla —. No es como si estuviera coqueteando o algo así.
—Sí lo haces, Michael.
—No te confundas, amor.
—Déjame en paz —. Se da la vuelta dándole la espalda.
Entonces se siente mal. Hace una mueca de tristeza y niega con la cabeza al notar que no le encuentra tantita lógica a las palabras de Tatiana. Mira hacia la ventana con un brazo recargándolo en el antebrazo de la puerta. De pronto sonríe de oreja a oreja al ver quien está allí.
Sale de la tienda mirando una caja de video que acaba de comprar, alcanza a leer el nombre y se emociona cuando ve que es un video suyo. Julianna camina en la acera y se detiene frente a un puesto de Hot Dogs. Pide uno, se lo entregan y ella se lo come con ansias. La limusina se mueve con lentitud gracias al terrible tráfico que hay, pero fue el momento oportuno. Sin pensarlo, viaja sus ojos hacia esas curvas y pechos que marcan la playera rosa que trae puesta, su mente se bloquea.
Como quisiera estar cerca de ella otra vez... Poder llevar mis manos a su piel, besando su cuello y aspirando ese perfume que me encanta. Poder quitarle ese labial rojo que trae puesto, y...
Su pantalón le aprieta y el maldice en voz baja.
Se muerde el labio inferior y a los pocos segundos suspira. Julianna camina y cruza una calle, Michael la ve a lo lejos y solo desea estar con ella, besándola otra vez.
~•~
No se han visto desde aquella noche, ella no ha podido dormir bien y se ha preguntado por qué lo ha hecho. Él sólo ha deseado verla.
El día ha llegado. Julianna llega a la empresa algo cansada pero trata de no mostrarlo, después se detiene frente al elevador y cambia de caset. Suena The Girl The Is Mine y ella sonríe. Comienza a tararear y se mueve al ritmo de canción.
—Every night she wals right in my dreams,
Since i met her from the start,
I'm so proud i am the only one,
Who is special in her heart.
The Girl Is Mine.
The doggone Girl Is Mine.
I know she's mine.
Because the doggone Girl Is Mine.
El elevador se abre y ella sale y deja su bolso en el perchero, da la vuelta para quitarse el abrigo y colgarlo también. Se quita los audífonos y apaga el Walkman y lo guarda en uno de los cajones. Coge una libreta, respira profundamente y se acerca a la puerta para tocar tres veces.
—Pasa.
Sus nervios aparecen al instante, pero trata de estar normal a toda costa.
Abre el picaporte, entra casi con tranquilidad y cierra la puerta. Se acerca al escritorio y encuentra a Michael quitándose el abrigo.
—Buenos días, Michael.
—Buenos días, Julianna —, le dedica una sonrisa y ella lo nota pero lo desvía —¿Cómo amaneciste?
—Bien, gracias. ¿Tú amaneciste bien?
—Sí.
Ella asiente con la cabeza y mira la agenda.
—En 10 minutos tienes una reunión con los de la planta 11, y después te pediré que me firmes unos papeles que acaban de llegar, y también...
—Si me pides un beso, con gusto acepto.
Ella lo mira abriendo sus ojos y solo ríe con nervios.
—¿Quién dijo que yo quiero un beso?
Michael se acerca a ella y la toma de la mano, con rápidez envuelve su mano a su cintura y ella se sorprende.
—Anda, pídeme un beso.
—Michael, creo que debemos... —. Trata de alejarse de él pero la fuerza no le permite.
—Debemos hablar sobre la otra noche, lo sé.
Ella lo mira con molestia.
—No era lo que iba decir —, logra alejarse de él —. Sólo quiero qur dejemos éste estúpido juego y que aceptemos que no hay nada entre nosotros.
Michael se frota la cara y la mira con tristeza.
—¿De verdad crees que no hay nada entre nosotros?
Julianna se lame los labios y mira hacia otro lado.
—N-no lo sé. Solo sé que no puede ser posible.
—Julianna, sé que me quieres... pero quiero averiguar porque te empeñas en no creerme que te quiero, que de verdad te quiero ─, se acerca un poco más a ella y la toma de las manos ─. Quiero que me expliques, que me cuentes que te sucedió, porque has decido pensar así sobre el amor.
—Olvida todo lo que te dije ésa noche, olvida el beso que no debí darte, fue una debilidad mía.
No... me arrepiento de darle un beso.
Decidida a irse, se da la vuelta y con pasos rápidos se acerca a la puerta abriéndola. Una mano detiene la puerta bruscamente y nota que se trata de Michael.
—Quiero besarte.
Ella abre la boca para decir no, pero se ven sellados por los labios de él.
Voy a salir herida.
¡Buenas!
¿Piensan que Julianna no merece volver a enamorarse? ¿Qué les parece el comportamiento de nuestra protagonista?
Dejamelo en los comentarios, y vota si te gustó.
Amor y paz. 💜
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