Unos cuantos minutos lograron pasar entre la oficina y ellos. Michael está sentado en el borde del escritorio y ella está a unos centímetros de él.

─¿Porqué me mentiste? Te pregunté si había sucedido algo que no debió haber pasado... y me respondiste que nada había pasado.

Michael de pronto se siente un poco mal y avergonzado a la vez.

─Discúlpame, creí que era mejor que no lo supieras, Julianna.

Ambos se miran y ella sigue sin quitarle la mirada.

─Creo que tienes razón, pero... lo mejor era que lo supiera ─, se detiene y rueda los ojos ─. Madison lo sabía...

─¿Qué? ¿Madison? ─. El hombre de rizos se sorprende.

─Me las va a pagar... ─, se cruza los brazos y niega con la cabeza ─. Antes de que haya algún malentendido entre tú y yo, quiero que sepas que ambos que actuamos por el alcohol, pero sobre todo yo tengo la culpa por no ser consciente de tu situación.

Michael la mira con tanta atención que hace que ella se pone aún más nerviosa pero trata de no mostrarlos.

─¿Podemos olvidarlo, por favor? ─. Se mueve de forma nerviosa.

─No.

Julianna se congela. Tras unos segundos de analizar su respuesta logra volver a la realidad.

─¿Perdón?

Michael se acerca a ella y toma su mano con suavidad, agachando la mirada.

─Tengo muy claro que es demasiado pronto, pero me gustas.

Dentro de ella surgen emociones completamente distintas a las que sintió con su ex novio.

─Para mí, no fue un impulso, o error, o como quieras llamarle ─, la mira a los ojos, sube su mano hasta llega a su espalda para acercarlo más a su cuerpo ─, me gustas muchísimo, Julianna ─. Con la otra mano coge su mentón y viaja la mirada a sus labios.

─No, no ─, se aleja un poco de él y choca con la puerta ─. No es posible.

─¿Por qué no es posible? ─. Pone sus manos sobre la puertas sin quitarle la mirada.

─No es posible por que estás casado con Tatiana, y yo... ─. Se detiene bruscamente .

─¿Tú qué, Julianna? ─. Se acerca con lentitud a sus labios.

Ella se agacha para pasar por debajo de su brazo y camina hacia el escritorio. Se da la vuelta para verlo.

─Señor Jackson, soy una empleada, soy su secretaria y asistente, usted es mi jefe y superior ─, se acomoda el saco y pone las manos sobre su regazo ─. Le pido de favor que no debamos acercarnos más de lo estrictamente necesario. Lo llamaré por su apellido y usted por el mío.

─No lo creo ─, comienza a acercarse a ella ─. Como tú lo has dicho, soy tu jefe.

─Y si no respeta esas partes, puedo presentar mi renuncia, señor Jackson.

Michael la mira y ella le quita la mirada.

─¿Algo más?

Michael la mira por unos cuantos segundos más, se aleja de ella para sentarse en su silla, aún estando de espaldas de ella no puede ocultar su asombro hacia ella.

─Puede retirarse, señorita Casanova.

Julianna comienza a andar hasta llegar a la puerta y desaparecer. Ella se recarga en la puerta y cierra los ojos mientras procesa todo lo que él le dijo.

¿Cómo puede decirme eso? NO, NO, Y NO.

Camina hacia su escritorio y coge el teléfono para llamar a su amiga.

─¿Sí?

─Muy bonito, amiga. Muy bonito.

─¿Muy bonito? ¿a qué te refieres?

─No se vale lo que has hecho.

─¡Oh, joder! ¿puedes ir directo al grano?

─Me lo ha confesado todo, nos besamos, y tú lo sabías.

Julianna comienza a guardar sus cosas y coge el abrigo.

─¿...todo?

─Ahorita vas a ver, jovencita.

Le cuelga y se dirige al elevador.

Al estar en el último piso, Julianna mira a Madison y ésta la mira con seriedad.

─Julianna, no seas así.

Julianna la mira mientras se dirigen al auto, Madison sube y Julianna hace lo mismo. Al encender el carro, Julianna se gira a verla.

─Madison, ya te lo dije. No sé por qué piensas que él y yo vamos a ser novios, que nos vamos a casar y tendremos muchos hijos y un final feliz.

─Pero Julianna, yo...

─Madison ─, la corta y en un semáforo rojo el auto se detiene y ambas se miran ─. Entiende de una vez por todas..., no puede ser posible, esas cosas del amor no van conmigo. Ya no más, Madison. Así que por favor..., ya no hagas que me enfade de verdad contigo.

Madison la mira unos segundos tratando de analizar las palabras que le dijo su queridísima amiga. No muy convencida, Madison asiente con la cabeza y Julianna arranca el auto para seguir andando.

Al salir de la oficina nota que el escritorio de ella está vacío.

Esperaba verte de nuevo.

Michael suspira y se dirige al elevador. Al estar en tierra firme, se dirige a la limusina, y por primera vez en mucho tiempo no hay personas a sus alrededor queriendo hacer preguntas estúpidas sobre su vida. Sólo ve que hay unos cuantos paparazzis a lo lejos de donde se encuentra. Sin más, Michael se trepa a la limusina, saluda al chofer y arranca hacia Neverland.

Las rejas negras se abren, y deja ver el parque de atracciones haciendo que estos se iluminen casi a las diez de la noche. Cuando el auto se detiene frente a la puerta principal, el chofer le abre la puerta una vez que ha bajado y ha rodeado la limusina.

─Gracias, buenas noches ─. Dice al bajar.

─Buenas noches, señor Jackson.

Una vez que la limusina desaparece de su campo visual, él se dirige a la puerta y lo abre.

─¡Michael!

Michael gira hacia la izquierda y nota que una mujer morena con demasiado frizz, parecido al de Julianna sale del coche para correr hacia él y abrazarlo con todo el amor y cariño que una persona podría tener.

─¡Oh, Janet, Janet! ¡que alegría tenerte aquí!

Michael le corresponde el abrazo gustosamente y ambos sueltan risillas.

─Se nota que me has extrañado muchísimo ─. Dice al separarse de él.

─Claro que te he extrañado, hace 2 años que no te he visto, campanita.

─Y no volverá a pasar porque me quedaré unos días contigo ─. La morena le sonríe a su hermano.

Michael la vuelve a abrazar y se separa de ella para verla.

─Pero, ¿y mamá donde está?

Janet suspira y abre la boca para responderle pero Michael la interrumpe.

─Espera, ¿cuánto tiempo llevas aquí?

Janet ríe y le responde:

─Como casi una hora, Peter Pan.

─¿Por qué tanto tiempo? Sabes que mi hogar es tu hogar, no entiendo porque no entraste al momento de llegar aquí.

─Como si no supieras ─, le hace una mala cara ─. Tu adorable esposa no me cae bien, y como sé que tampoco le caigo bien es por eso que decidí esperarte.

Michael asiente con la cabeza y suspira.

─Entremos que hace frío. Pero antes vayamos por las maletas.

─No te preocupes, vine sin equipaje.

Michael la mira con asombro y a punto de preguntarle el porqué, la puerta se abre y deja ver a una de sus empleadas de Neverland.

─Buenas noches, señor y señorita Jackson, ¿por que están aquí con este frío?

─Buenas noches, Anne. Estábamos hablando pero ya íbamos a entrar.

Anne se hace a un lado y los hermanos entran.

─La señorita Tatiana lo espera en la sala de comedor.

─Ya vamos. Gracias, Anne.

Cuando Anne se aleja, Janet lo mira y se cruza de brazos.

─No quiero cenar con ella.

─Vamos, Janet. Dame ese gusto.

Janet lo mira unos segundos y asiente con la cabeza.

─Sabes por qué lo hago.

─Por mí, lo sé.

~•~

─¡Tramposa!

─¡Tramposo tú!

Michael corre con velocidad para alcanzar a su hermana, que a pesar de tener otras dos hermanas, siempre ha tenido una mejor relación con Janet, aún así a las tres las quiere por igual.

Janet logra subirse en el tronco de un árbol y Michael respira con dificultad.

─Había olvidado que tú también sabes trepar árboles como yo, campanita.

Escucha las risas de Janet y mira hacia arriba.

─Michael, descansemos un poco en el pasto. Y mientras me cuentas que tal te ha ido ─. Habla mientras se baja del árbol.

Michael y Janet se acuestan bajo el árbol donde les dan la sombra aunque hay poca luz solar.

─¿Y bien? ─. Habla Janet.

─Omitiré lo de Tatiana ─, se aclara la garganta y sigue ─: falta poco para sacar un nuevo disco.

─¡Genial! ─. Comenta con una gran sonrisa.

─Gracias ─, cierra los ojos ─. En la empresa todo va bien..., ¿recuerdas a Kim? Mi secretaria.

─¡Oh sí! Una rubia que muere por ti.

Michael ríe y abre los ojos para ver a su hermana.

─Bueno... la despedí hace un mes.

─¿Qué? ¿por qué? ─. Mira a Michael con sorpresa.

─Tú sabes que en la empresa no se permite andar con escotes y... faldas muy cortas. A lo que me refiero, que no sean del trabajo, ¿entiendes?

─Ajá.

─Por eso la despedí.

─¿Conseguiste a otra secretaria?

Michael sonríe de lado.

─Sí, campanita.

Janet lo mira por fin.

─¿Y bien?

─Es mexicana. Tiene 25 años, sabe hablar perfectamente en inglés. Es una chica muy tranquila, cabello negro, piel morena, ojos negros grandes, boca grande y tentador; y un gran cuerpo.

Michael mira el cielo. Las nubes están en donde quieren estar, el sol es tapado por las nubes blancas, sólo algunos rayos están presentes en la tierra. Hace algo de calor y Michael disfruta de eso.
En su mente aparece el rostro de la chica que tanto lo tienen así, bobo, atontado por su belleza natural, por su forma de ser.

Es que no hay chica como ella...

─¿Michael?

Él abre los ojos y mira a su hermana.

─¿Qué?

Janet se endereza y lo mira los ojos con asombro.

─Por Dios, hermano, ¿quién esa chica?

─Se llama Julianna Casanova Aguirre.

─¿Acaso te enamoraste? ─. Janet comienza a reírse y Michael la mira como si estuviera loca.

─Estás loca ─. Michael se endereza también.

─Te conozco muy bien, hermano. Así que no me engañes, ¿te gusta esa chica?

Michael se pone y se frota la cara, Janet hace lo mismo y no para de reírse.

─No, no. Sólo digo que es una buena chica, me agrada bastante.

─Sólo digo que es una buena chica, lalala, no te creo.

Michael coge la pistola de agua y comienza a mojar a su hermana.

─¡El que pierde escoge la película!─. Grita animado Michael.

Janet coge la pistola y empieza a perseguir a Michael sin dejar de gritar como una niña.

Otro capítulo maaaas. 💜

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Amor y paz. ✌🏼💜