Capítulo 9
—Estuvo jugando con Amanda toda la tarde— contó Bill.
—Qué bien —dijo Noel sentandosé en el sofá y poniendo a su hija sobre su regazo.
—¿Por qué tenés el ojo morado, tío? —preguntó Amanda.
—¿Qué cosa? —preguntó Peggy. Le miró el ojo a su hijo detenidamente y se alarmó—. —¡Ay no, te atacaron! ¿Qué pasó? ¿Te robaron?
—No es nada, mamá. Es que unos tipos le estaban robando a una chica y de paso también le pegaban, entonces tuve que intervenir.
—¿Eran muchos? ¿No te lastimaron nada más? —preguntó Emily.
—Solo 3. Estoy bien, en serio.
—¿Y ella? —preguntó Peggy.
—También, le dejaron unos moretones nomás, pero nada grave.
—Qué bueno —dijo su mamá aliviada—. Pero vos también tené cuidado.
—Me sé defender. —En el hotel, Stefania estaba con su hermano, Attilio, en la habitación.
—¡Qué bueno que estás bien! ¿Te robaron algo?
—No, justo vino otro tipo y me defendió.
—Me alegro —dijo abrazandolá y luego se apartó un poco—. Pero me hubieras avisado y yo bajaba con vos a comprar.
—No te preocupés, ni yo me imaginaba que me iba a pasar algo a pocas cuadras. Además estabas dormido, no quería molestarte.
—No es molestia. Lo malo es que papá y mamá se van a dar cuenta de tus moretones y se van a poner nerviosos.
—Pero no es nada, no alcanzaron a golpearme mucho. —Al otro día, Noel estaba en el zoológico, y sus compañeros y Richard le veían el moretón. Le preguntaron y él les contó lo que había pasado.
—Lo bueno es que estás bien, ¿y a la chica la golpearon mucho? —preguntó Richard.
—No, cuando vi, le tironeaban la cartera, le habían sacado una bolsa con comida, luego le empezaron a pegar y ahí nomás me metí.
—Ahora salvás a las mujeres, Noel, eeeh —insinuó un veterinario.
—Bueno, tampoco la iba a dejar sola —dijo Noel sin hacer caso a la intención del comentario.
—¿Y era linda la chica? —preguntó Richard insinuando también.
—Sí, qué se yo. Richie, ¿vas a empezar con eso de vuelta?
—Es una pregunta nomás —fingió.
—¿No le pediste número, mail? —preguntó otro de sus compañeros.
—Bueno, basta.
Ya era sábado. Noel y Richard estaban en un parque con las nenas. Shanelle estaba jugando con Amanda con una pelota. Los grandes estaban sentados en el pasto.
—¿Se la compraste vos la pelota a tu sobrina?
—Sí. —A lo lejos estaban Stefania y Attilio.
—Attilio, mirá. Ese es Noel, el tipo que me salvó el otro día —le indicó Stefania.
—A ver. —Fueron los dos hacia donde estaban los dos ingleses. Shanelle los vio y soltó la pelota. Corrió hacia donde estaba su papá, y Amanda la siguió. Shanelle se escondió detrás de Noel.
—¿Qué pasa, mi amor? —preguntó sin saber lo que le pasaba, pues no había visto a los otros chicos. La nena no decía nada.
—Es que vio a dos chicos. Allá vienen –señaló su sobrina. Stefania y su hermano llegaron hasta donde estaba Noel.
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