Capítulo 34
Stefania andaba paseando con Noel y sus primos. Les contaba de la charla con su papá.
—¿Estás contento? Mis papás te están aceptando —sonrió.
—¡Qué bueno! Al fin —celebró Emily.
—¿En serio te dijeron eso? Bueno, al fin se dieron cuenta de que sos adulta y de que no soy un pedófilo.
—Sí, por lo menos mi papá. Me dijo que a mi mamá le va a costar, pero es cuestión de que cuando vayás vos de nuevo hablés con ellos. Así te conocen mejor.
—Eso, vas a la casa, comés con ellos, en vez de verte con Stefi solamente en hoteles y en la calle. La visitás en su casa. Un rato al menos —sugirió Bill.
—No hace falta que cambiés tu forma de ser, si querés ser cortante con ellos, está bien —aclaró su novia.
—Ah bien, porque no iba a hacerlo. Quiero caerles bien...pero siendo yo mismo.
—Y estás bien así —dijo acariciandolé la espalda. Al otro día, ella fue a comer a lo de Noel. Le ayudó a preparar la comida.
—Dijiste que ibas a ver nomás y al final estás ayudando —dijo Noel sonriendo.
—Y bueno, no te iba a dejar trabajar solo —dijo Stefania riendosé un poco. Un rato después, la comida estuvo lista. Estaban los dos sentados a la mesa con la nena—. ¿Vos podés ir para fin de año a Nápoles?
—Supongo.
—Pero varios días digo, no sé, pasás la Navidad y Año Nuevo con nosotros. Me refiero a que estés en mi casa unos cuantos días, había pensado en eso también. En vez de que solamente vayás del hotel a mi casa.
—¿Tu mamá no se va a sentir incómoda al verme todos los días y a toda hora? Porque me dijiste que ella todavía no está convencida de lo nuestro.
—Ah sí...bueno yo confío en que no va a hacer nada. Igual en mi cumpleaños no pasó nada más allá de mirarte feo.
—No, hablaron una sola vez conmigo.
—Pero vos andá lo mismo, no va a pasar nada —intentó convencerlo.
—Ok, entonces..., ¿voy yo este año y el que viene la pasás vos acá?
—Bueno, hacemos así. —Terminaron y llevaron los platos a la cocina—. ¿Querés que te ayude a lavar?
—Lavamos después. —Sacó a su hija de la silla y se la llevó en upa a la pieza. Stefania se sentó en el sillón. Noel ya estaba arriba y entró en la pieza de Shanelle. La puso en el corralito y cerró la puerta. Bajó la escalera y se sentó junto a su novia—. ¿Te gustó como cocino?
—Sí, estuvo muy rico. Pero yo también te ayudé —rió levemente.
—Pero yo hice la mayoría, vos ayudaste un poco.
—Sí —sonrió. Se quedaron callados, y él le acarició el pelo. Se le acercó un poco más.
—Me gusta tu pelo, tiene rico olor. —Le acarició la cara y le dio un beso. Ella lo abrazó, y Noel le daba mimos.
—Tan mimoso que sos. —Se daban besos y caricias—. Noel.
—¿Mmmh? —Se dejaron de acariciar, pero seguían muy cerca uno del otro.
—Hay algo que tenés que saber de mí.
—¿Qué es, mi amor?
—Yo...soy virgen.
—Eeh...perdón, pero...¿no habías tenido novio antes?
—Sí, pero tenía muchas dudas y tenía 15 años nada más. Entonces no me animé y mis papás no me dejaban hacer eso. Mi noviazgo en esa época no fue muy en serio, ni de parte de mi ex ni mía.
—Aah claro —comprendió.
—¿Vos...podrías...? O sea, ¿yo con vos...? Perdón —dijo bajando la cabeza—, es que ni siquiera sé cómo se pide.
—Está bien. —Se la levantó para que lo volviera a mirar—. ¿Vos te sentís segura?
—Sí, Noel. Quiero hacer esto con vos. —Noel le agarró la cara suavemente y le dio un beso. Ella le acariciaba los brazos, mientras que su novio le iba sacando un saco que tenía puesto. Stefania le besaba el cuello y le desprendía la camisa.
—Vamos arriba —le susurró Noel al oído. La tomó de la mano y se fueron por la escalera hasta llegar a su pieza. La acostó suavemente en la cama y la volvió a besar. Stefania le sacaba la camisa, y él se desprendía el cinturón. De a poco se iban sacando lo que les quedaba de ropa y siguieron entre caricias y besos. Unos minutos después estaban acostados, uno frente al otro y tapados con la sábana.
—Me encantó...me encantó —dijo Stefania suspirando—. Y vos fuiste tan delicado y tierno.
—Fue tu primera vez. Tenía que hacerlo despacio, pero voy a ser así siempre —dijo acariciandolá. Ella le sonrió.
—Te amo, Noel. —Le dio un beso.
—Y yo a vos. —Le dio besos y la acarició mucho—. Gracias por demostrar que puedo confiar en vos y por ser buena con mi hija.
—¿Cómo no serlo? Es una nena tan linda y nos llevamos tan bien. Pero decime, ¿qué hubieras hecho si no me habría aceptado, si tu hija hubiera hecho berrinches? —Noel bajó la mirada un rato y luego la volvió a mirar.
—Te dejaba, así de simple. Aunque tal vez me duela a mí o a vos, te dejaba. Vos me dirás que mi hija no se tiene que meter en mi vida, que tengo derecho a tener otra novia. Pero no quiero que Shanelle viva incómoda o con bronca porque yo estoy con otra mujer que no es su mamá. Ella es muy importante para mí.
—Te entiendo, Noel. Es más, yo me habría alejado de vos si la nena me hubiera rechazado. Lo último que quiero es ser una molestia.
—Por suerte todo salió bien, mi hija te quiere, a mi mamá le caíste bien y tus papás me están aceptando.
—Te prometo que voy a ser siempre buena con ustedes.
—Sos un angelito. —La abrazó, y ella le hizo unos mimos. Más tarde, Noel la acompañó al hotel.
Pasó la semana, y Stefania se volvió a Nápoles. Su familia la buscó en el aeropuerto a la tarde, ahora estaban en el living.
—¿Noel te dijo si va a venir algún día? —preguntó Attilio.
—Sí, bah, yo también se lo propuse. Le sugerí que viniera a pasar Navidad y Año Nuevo con nosotros. Si ustedes están de acuerdo.
—Por mi parte ya sabés que no hay problema —aceptó Sergio.
—Eeh...sí, sí podés. Pero, ¿él en serio es bueno con vos? —dudó Flavia.
—Sí, nos tratamos bien mutuamente y nos queremos. También...espero que no se enojen, pero...hice el amor con Noel —confesó. Bajó la cabeza y su familia se quedó en silencio. Sintió que tal vez no tendría que haberlo dicho, pero el tener poca experiencia le hizo contarlo.
—¿Se cuidaron? —preguntó Sergio.
—Sí.
—Me imagino que el único que sabía de esto era tu hermano —supuso Flavia.
—Sí, pero le correspondía a Stefi contarles.
—Y preferí contarselós de frente.
—¿Cuántas veces fue? —preguntó su mamá.
—Dos nomás en la última semana. ¿No les molesta?
—No, ya te dije que entendimos que estás grande —confirmó su papá.
—Y hace rato que lo estoy.
—Sí, y además responsable —admitió su padre.
—¿Y si te embaraza? —temió su madre—. Ya sé que te estás cuidando, pero puede pasar.
—Todavía ni planeamos tener un hijo.
—Pero si llegás a quedar, ¿él se va a venir a vivir con vos? —preguntó Flavia dudando.
—Sí, si me quiere, sí —contestó su hija con seguridad—. No desconfiés de él.
—¿Y qué hay de la mamá de esa nena? —le recordó Flavia—. No vivirá con ella, pero ¿vas a distanciarlas más?
—Tienen que pensar muy bien en eso. Podés tener hijos con Noel cuando quieras, pero...pienso que mucho más adelante —aconsejó Sergio.
—Todavía no tengo en mente tener un hijo, nos estamos cuidando. Pero si llego a quedar embarazada, no me voy a arrepentir. Todo lo contrario, y sé que Noel también va a estar feliz.
—Vos todavía estás estudiando, si tenés un bebé mientras estás en la facultad, ya te dijimos que no se te va a hacer fácil repartir los tiempos. Vos tendrías que tener hijos cuando te recibas —dijo Flavia.
—Eso y después si querés, andá vos a vivir con Noel y su hija. Pero no alejés a esa nena de su mamá. Suponemos que como Noel tiene la custodia, Shanelle debe ver a su mamá sólo una vez por semana.
—Lo de la mamá de Shanelle es algo que solamente Noel les puede contar, pero cuando les tenga confianza —intervino Attilio.
—Eso, a nosotros tardó unos cuantos meses en contarnos.
—Está bien y...esperemos que sepas lo que estás haciendo —deseó Flavia.
—Lo sé, Noel y yo sabemos.
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