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Capítulo 3

Días después, Richard hablaba con Noel por teléfono.

—¿Y tenés idea de dónde vive ahora?

—No sé, supongo que en lo de su familia. Mientras esté lejos de nosotros, que vaya a donde se le dé la gana. Ya arreglé todo con el juez. Dice que Josephine no está bien psicológicamente para cuidar a su hija, así que me la quedo yo por suerte.

—Espero que con eso baste, tu ex está loca y te puede ir a buscar —le alertó su amigo.

—Y yo le cierro la puerta en la cara —dijo Noel como si nada. Siguieron hablando un poco más y colgaron. Noel le dio la mamadera a su hija. Al día siguiente fue su ex, y le abrió—. ¿Qué hacés acá?

—Noel, yo...quiero hablar con vos. Yo sé que estuve mal, pero quiero que nos arreglemos.

—No quiero hablar con vos, ¿sí?

—Es un minuto nomás. Mirá, ni siquiera traje mis cosas. Solamente quiero hablar un rato y que estemos en paz.

—Te dejo entrar por esta vez nomás. —Josephine entró, y se escucharon llantos de Shanelle desde arriba—. Ya vengo. —Subió a la escalera—.

—Veo que no te despegás de esa nena —dijo de forma antipática. Noel se detuvo a la mitad y se dio vuelta.

–Así es, y tenele más respeto. No dejo que nadie se meta con mi hija —la puso en su lugar—. Ya vengo. —Terminó de subir. Su hija estaba en el moisés junto a la cama grande. Noel la alzó y le cambió el pañal. Abajo, Josephine vio que sobre la mesa había un vaso con líquido. Aprovechó para sacar un frasco de su bolsillo que contenía veneno y lo echó en el vaso. Noel volvió.

—Disculpame por tratarla así, no fue mi intención ofenderte.

—Ok. Mirá, si venís a pedir perdón por todo lo que hiciste, te aviso que no te pienso perdonar un carajo.

—Pero no podés odiarme toda la vida.

—¿Querés apostar? No sé, pensé que al lado tuyo iba a tener un futuro pero veo que no.

—Yo no decidí irme, fuiste vos el que me echó. Me cambiaste por esa bebita, es culpa de ella que estemos separados.

—¡No te metás con mi hija, y la culpable de que estemos separados sos vos! ¡Nadie más! Vos siempre me celaste, pero nunca pensé que fueras capaz de intentar abortar por celos. Y con eso acabaste con mi paciencia.

—Noel, yo sé que no estoy bien, que necesito ayuda. Pero no quiero que haya bronca entre nosotros. —Tocaron timbre, y Noel atendió: era Richard.

—Hola, Noel. —Ambos se saludaron de beso en el cachete.

—Hola, pasá. —Richard entró y vio a Josephine.

—¿Vengo en un mal momento?

—No, está bien. Josephine ya se iba.

—Eso no es cierto, no terminé de hablar —dijo y luego miró a Richard—. ¿Podés irte a otro lado? Esta charla es de adultos —dijo con soberbia. Richard se le quedó mirando.

—Tengo 21 años, vieja. —Noel se reía disimuladamente

—¿¿Cómo dijiste?? —le reclamó Josephine.

—¡Basta! Esta es mi casa y yo decido quién se queda y quien se va. Richie puede quedarse todo lo que se le dé la gana y vos te vas. —Noel abrió de nuevo la puerta.

—Noel, pensá en lo que hacés, por favor —le pidió su ex.

—¡Que te vayás! ¡¿Sos sorda o te hacés?! —exigió Noel harto. Ella salió.

—Chau, bruja —se despidió Richard. Josephine lo miró con asco, y él miró para otro lado con cara de "yo no fui". La ex de Noel por fin salió.

—No te quiero ver nunca más por acá.

—Chau, mi amor. Te prometo que no me vas a volver a ver nunca más. —Noel le cerró la puerta en la cara, y ella siguió su camino—. No quería hacerte esto, Noel, pero vos me obligaste —murmuró para sí misma. En casa, Noel le pidió disculpas a Richard por lo de recién, y este le dijo que no había problema.

—¿Y mi futura ahijada?

—En mi pieza, ahí te la traigo. —Fue a buscarla y volvió con la beba. Se la dio a Richard—. ¿Querés tomar? —le ofreció señalando la botella de cerveza.

—Bueno —aceptó Richard. Noel se fue a la cocina y volvió con otro vaso—. ¿Y qué quería la bruja?

—Nada, parece que pedir tregua nomás. Pero no le pienso perdonar nunca lo que hizo. —Tomó de su vaso. Siguieron charlando, y luego Noel llevó las cosas a la cocina. Richard dejó a Shanelle en el cochecito y le ayudó a llevar todo a la cocina—. Está bien, no es tanto.

—Te ayudo igual. —Richard puso los platos en la pileta. Noel de repente empezaba a tambalearse, y se le caían las cosas—. ¿¿Qué te pasa?? —preguntó su amigo preocupado y nervioso.

—No sé —contestó Noel asustado. Trató de ponerse derecho, pero perdió el conocimiento y se cayó. Su amigo alcanzó a agarrarlo antes de que llegara al piso. Lo llevó como pudo al sofá y lo acostó.

—Noel, ¡¡¡Noel, contestame!!! —gritaba Richard desesperado moviendolé el hombro.

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