Capítulo 21
En Italia, Stefania se hizo un tiempo para abrir su e-mail y mandarle uno a Noel. Luego siguió estudiando. A la noche, Noel ya estaba solo con su hija. Le dio de comer y luego revisó sus mails antes de irse a dormir. Vio que había uno de su amiga y lo abrió.
"Hola, Noel. Espero que hayás recibido el regalo para tu hija. A lo mejor hago mal haciendo esto, pero solamente quiero acercarme a ella también de alguna forma. Espero que volvamos a hablar pronto y como antes, te extraño. Igual creo saber por qué andás desaparecido. Pero quiero saber cómo estás y que sepas que estoy para lo que necesites a pesar de la distancia. Te quiero. Stefi."
Se quedó pensando un rato y luego le respondió. Ella recibió el mail y lo abrió.
"Hola, recibí el vestido para Shanelle. Le queda bien y lindo, gracias. Yo también te extraño, no te creas que no, a vos y a Attilio. Estoy bien, no te preocupés. No tengo nada nuevo que contarte. Espero que te esté yendo bien en la facultad. Un beso."
—Qué lindo, por lo menos lo aceptó y dice que me extraña —dijo sonriendo para sí misma. Siguió viendo páginas por un rato y luego apagó la computadora y se acostó. Al otro día, Attilio tenía una carrera. Stefania y sus padres veían la pista desde la platea. Ganó y los periodistas tomaron fotos. Ahora estaban bañando al caballo cerca de los boxes. Stefania y sus papás lo felicitaban
—Gracias, con esta van cinco carreras que gano en el año —sonrió Attilio.
—Lo estás haciendo correr bien —lo felicitó Sergio.
—Mi hermano y yo nos vamos a dar una vuelta por ahí —avisó Stefania.
—Bueno —dijo Flavia. Los chicos se fueron—. Stefi sigue insistiendo con ese inglés —le contó a su marido.
—Y bueno, ya se le pasará. Hasta contó que hace semanas que Noel no se conecta. A lo mejor así deja de estar enamorada —dijo esperanzado.
—Ayer mandó un regalo para su hija. Me lo dijo porque la interrogué bastante. —Mientras, los que estaban bañando al caballo terminaron y lo llevaban a un camión junto con otros para regresarlos al hípico. A lo lejos, Attilio y Stefania conversaban entre ellos.
—Contame, ¿sabés si Noel recibió tu regalo? —preguntó Attilio con curiosidad.
—Sí, por suerte. Es que le mandé un mail también, y él me contestó. Me dijo que le queda bien el vestido a Shanelle, le queda lindo y que nos extraña —contó Stefania—. Por lo menos eso.
—Ah, está bien. A ver cuándo volvemos a hablar con él –dijo su hermano esperanzado.
—O verlo. Este mes no puedo ir, pero a lo mejor el otro sí. ¿Vos podrías acompañarme? —le pidió.
—Sí.
—Espero no perder las esperanzas con él. Encima mamá me interrogó ayer y me salió de nuevo con la edad, ah y que vive lejos —se quejó.
—Vos no te des por vencida y no hagás caso a lo que digan mamá y papá —la animó. Caminaron un poco más y luego se volvieron para donde estaban sus papás. Mientras, Noel estaba en casa de Richard. Shanelle tenía puesto el vestido que le había regalado Stefania. Estaban sentados a la mesa del patio en frente de la pileta.
—Qué linda qué está así. ¿Te gusta, hermosa? —le preguntó a su ahijada. La nena le asintió.
—Sí, también me gusta. Stefania también me mandó un mail. Dice que me extraña —contó Noel.
—¿Y vos le contestaste?
—Sí, le dije que también la extraño y que estoy bien.
—¿Cuándo te vas a dar cuenta de lo buena que es?
—Sí, me doy cuenta. Pero entre ella y yo hay amistad y nada más —aclaró Noel—. Con mandar regalos no me va a hacer cambiar de idea.
—Es solo un gesto, Noel. ¿Y cuánto tiempo más pensás estar sin hablarle?
—¿Qué se yo? —contestó encogiendosé de hombros—. Tampoco puedo hablar con el hermano porque seguramente le va a avisar que estoy conectado.
Pasó otra semana, Noel y Stefania seguían sin hablarse. Ella estaba acostada en una silla asoleadora fumando. Se acercó su papá y se sentó en la que estaba al lado.
—¿Seguís pensando en Noel?
—Puedo pensar en quien yo quiera —contestó siendo evasiva.
—Vos sabés a qué me refiero. Hace bastante que no hablás con él, apenas te contestó tu mail, ¿no te parece que ya es tiempo de que lo olvidés? —trató de convencerla por enésima vez su padre.
—Yo sola sabré cuándo darme por vencida, y no me vengás de nuevo con que es muy grande y que vive lejos —se adelantó Stefania—. Con que nos amemos, ambos seamos adultos y disfrutemos de las mismas cosas es suficiente para mí.
—Sí, pero no es tan así de fácil, tenés que entender eso. Si llegan a ser novios, ¿van a verse un par de veces al año nada más?
—Lo convenzo de que se venga a vivir a Nápoles —dijo como si nada—. Me iría yo, pero por el momento no puedo.
—Parece que en ningún momento pensaste en su hija. Esa nena no vive con su mamá, según me contó Noel —advirtió Sergio—. ¿Querés separarlas todavía más? Te tenés que olvidar de él.
—Al menos me gustaría volver a hablar con mi inglés —suspiró con tristeza.
—Ya se hará un tiempo él y van a volver a hablar como amigos.
—Sí, claro.
A la noche, Noel acostó a Shanelle en su corralito y se fue a su pieza. Prendió la tele y se puso a ver una película. Dos horas después prendió la PC, miró unas páginas y luego el MSN. De repente le dieron ganas de iniciar sesión en el MSN, pero dudaba si hacerlo o no.
—Bueno...no va a pasar nada si le digo "hola" —supuso. Inició sesión y la vio conectada. Le mandó el saludo y ella leyó el mensaje.
—¿Eeh? —Stefania del otro lado miró sorprendida quién se lo mandó y se alegró mucho. Gritó en voz baja, ya que su familia estaba durmiendo—. ¡Ay, no lo puedo creer! —Se puso a escribir.
Stefi dice: ¡¡¡Hola, tanto tiempo!!!
Noel dice: Jaj, sí. No iba a desaparecer para siempre.
Stefi dice: Te extrañé, ¿por qué no te conectabas?
Noel dice: Es que anduve sin internet. -Ella no le creyó, pues sospechaba algo, pero decidió dejarlo pasar.
Stefi dice: Aah, bueno, no te voy a interrogar mucho.
Noel dice: De todas formas, vos misma me dijiste en el mail que sospechás el por qué.
Stefi dice: Mmm.
Noel dice: ¿Vos como anduviste?
Stefi dice: Bien, este mes estoy rindiendo y me está yendo bien. Attilio tuvo otra carrera y ganó.
Noel dice: Ah que bien, me alegro por ustedes dos. Te felicito y dale mis felicitaciones a tu hermano.
Stefi dice: Gracias. Noel, ¿te vas a conectar más seguido ahora?
Noel dice: Voy a tratar.
Stefi dice: De acá a dos semanas Attilio y yo tenemos pensado ir para allá, ¿nos podríamos juntar con vos y Richard?
Noel dice: Sí, supongo que sí. Antes de que lleguen, les digo dónde juntarnos.
Stefi dice: ¡Ok! Noel, ya me voy a dormir, me alegra mucho haber vuelto a charlar con vos.
Noel dice: A mí también. Buenas noches.
Stefi dice: Buenas noches. —Stefania se desconectó y apagó la notebook. Noel siguió en la PC por un rato. Al otro día, Stefania le contó a su hermano. Los dos estaban en la pieza de él.
—¿¿En serio hablaste con Noel?? —preguntó Attilio contento y sorprendido.
—¡Sí, no sabés lo contenta que me puse! Le conté de tu carrera y te manda felicitaciones —contó felizmente.
—Bueno, gracias. Me hubiera gustado hablar con él anoche pero preferí acostarme temprano. ¿Te dijo por qué no se conectaba?
—Me dijo que es porque no tenía Internet. No le creí, para mí que está tratando de huir de mí —sospechó Stefania.
—Sí, debe ser eso —concordó su hermano—. ¿Le dijiste que vamos uno de estos días?
—Sí y le gustó la idea. Espero que no se le ocurra también dejarme plantada. Le dije que iba con vos, espero que me haya creído —dijo esperanzada y con dudas al mismo tiempo.
—Sí te creyó. No te preocupés, va a salir todo bien. Ya te volvió a hablar —dijo dandolé ánimos.
—¡Chicos, ya está el desayuno! —los llamó Flavia desde el comedor. Los dos bajaron.
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