Llegó Peggy junto con su hermano Pablo, su cuñada Delia y su sobrina Emily. Se encontraron con Noel en la sala.

—En serio, disculpen que los moleste a esta hora —dijo Noel con tristeza.

—No importa, Noel —lo disculpó su tío Pablo.

—Tranquilo, va a estar todo bien —lo abrazó Peggy.

—Eso espero. Que mi nena salga viva y Josephine....bueno....hace rato que tendría que haberla dejado pero tenía que estar con ella durante su embarazo.

—Bueno— ahora es el momento de dejarla —opinó Delia.

—Sí, la echo de casa y me quedo yo con mi hija —decidió.

—Hacés muy bien, esa mujer nunca te quiso y a tu hija tampoco —lo apoyó Emily. Noel y su familia espearon varias horas para tener noticias de la bebé. Él estaba muy impaciente y también sollozaba sobre el hombro de su mamá, quien trataba de consolarlo. Estaba desesperado por que le dijeran que todo estaba bien con su hija. Finalmente salió el doctor.

—Ya sacamos a su hija del vientre. Su mujer está fuera de peligro, pero su hija no —lamentó el doctor.

—¿¿Qué mierda?? —se asustó Noel.

—Soy la abuela, ¿está muy grave?

—Escuchenmé, las dos van a estar en el hospital unos días y vamos a ver cómo evoluciona la beba. —Emily abrazó a su primo, quien estaba llorando más.

—¿Puedo al menos ver a mi nena? —preguntó Noel secandosé las lágrimas. El médico los acompañó hasta la sala de prematuros y le señaló cuál era. Noel la miraba y sonreía mientras seguía se le caían las lágrimas. Su familia lo seguía consolando. Al rato, Noel entró a ver un minuto a su mujer. Apenas se acercó a la cama, la miró muy serio, y ella se despertó.

—Noel....

—¿Cómo podés ser tan hija de puta? —preguntó mirandolá con odio.

—¿Y la nena?

—¿Desde cuándo te importa?

—Tenía que deshacerme de ella. ¿Aborté o está en la incubadora?

—En la incubadora, está grave y por tu culpa. Ojalá no salga a vos.

—Entendé que lo hice por vos.

—¿Te podés callar? Estoy hablando yo. Yo esto no te lo voy a perdonar nunca, ¿te quedó claro?

—La querés a ella, ¿no? Yo nunca te importé.

—La quiero a Shanelle. Sí, así decidí llamarla. Con vos hace rato que lo nuestro terminó. —Se fue.

—Noel....Noel —lo llamaba mientras empezaba a llorar. Noel la ignoró y salió. Su mamá lo esperaba en la puerta.

—Voy a mi casa a buscar unas cosas y vuelvo —le informó Noel.

—Si querés voy yo. Vos quedate —se ofreció.

—Bueno, te espero en la sala —aceptó.

—Ya vengo. —Se fue.

—Nosotros nos quedamos con vos —se ofreció Pablo.

—Yo voy a llamar a casa —avisó Emily.

—Ok —dijo Noel. Emily fue a hasta un teléfono y le puso monedas. Al otro día fue su amigo Richard. Noel estaba con su prima y el marido de esta, Bill.

—Hola, Noel —lo saludó. Ambos se abrazaron. Richard también saludó a Emily y a Bill—. ¿Cómo está tu hija?

—Me dijeron que hoy un poco mejor —dijo Noel algo aliviado.

—¿Y Josephine?

—Esa anda bien, pero no importa mucho —contestó Bill.

—¿Ahora sí la vas a dejar, Noel? —preguntó Richard esperanzado.

—Sí, y de paso pido que le quiten la custodia. Mi hija no puede estar con una madre así.

—Que ni la visite —deseó Richard.

—Justo llega tu mamá, Noel —le avisó Emily viendo a su tía llegar. Peggy saludó a los cuatro, y luego vino un doctor a decirles que ya podían pasar a ver a la nena. Fueron todos. La beba estaba dormida.

—Le puse Shanelle —contó Noel.

—Me gusta —sonrió Richard.

—Miren, se despertó —dijo Peggy mirando a su nieta abrir los ojos.

—Que bonitos ojos que tiene —dijo Noel. La saludó con la mano y le sonrió aunque la pequeña no entendiera lo que estaba pasando.

—Tan linda mi sobrina —dijo sonriendo la prima de Noel. Un par de días después, en la noche, les dieron de alta a Shanelle y a Josephine. Noel fue a buscarlas a las dos y volvieron a casa. Al otro día le armó la valija y la bajó al living. Su pareja vino del patio.

—¿Y esto? —preguntó Josephine con desagrado.

—Te vas de mi casa porque no voy a aguantar ni un día más que estés acá. Te habría echado anoche pero estaba cansado.

—Vos no me podés echar. —Se le acercó y lo acarició—. Mi amor, vos estás enojado conmigo nada más.

—Agarrá tus cosas y andate, haceme el favor —exigió mientras se alejaba un poco. Josephine se le volvió a acercar para querer tocarlo, pero Noel levantaba un poco los brazos como evadiendolá—. Dejá de rogarme y no me toqués. —Afuera tocaba la bocina un taxi.

—Jaj, hasta pediste taxi y todo —dijo su ex con sarcasmo—. Está bien, ya me voy —se rindió. Agarró la valija de mal modo y se la llevó. Salió y cerró la puerta. Noel subió a ver a su hija.