Capítulo 18
Noel se quedó mudo por unos segundos.
—Eeh....ya me parecía. Nada más que quería escucharlo para estar seguro —dijo Noel.
—Me gustaste desde el primer día, y cuando fui conociendoté mejor, me fui enamorando —le confesó Stefania—. No me importa si sos mucho más grande que yo.
—Stefi, mirá —dijo retirando las manos poco a poco—... yo no quiero nada con vos.
—Es porque me ves muy chica, ¿no? Noel, si es por la edad, eso no importa. Ya no soy una nena, podemos tranquilamente empezar una relación, seguir conociendonós.
—No es por eso, no es por vos solamente. No quiero estar con nadie, yo la pasé muy mal con mi ex y por eso prefiero quedarme solo.
—¿Pero qué te hizo esa mujer para que estés así de resentido?
—No quiero hablar de eso, de todas formas no importa. Disculpa que te diga esto así, pero ya perdí la confianza en las mujeres y no quiero estar con ninguna.
—¿Era muy celosa? No todas son así, no todas las personas son así. —Le tocó la mano—. Conmigo vas a estar bien, te voy a tratar bien, no te voy a celar nunca. Hasta me estoy llevando bien con tu hija —intentó convencerlo.
—Preferiría que sigamos siendo amigos o nada —dijo volviendo a retirar la mano-, y disculpá si te ilusionaste conmigo o si te hice perder tiempo. —Stefania trataba de no llorar pero se le notaban los ojos llorosos.
—Está bien, no es culpa tuya. A lo mejor necesitás algo de tiempo —dijo secandosé con un pañuelo—. Pero puedo demostrarte que te vas a llevar bien conmigo.
—No sé. Se va haciendo de noche —dijo luego de mirar por una ventana que estaba un poco lejos—, te acompaño al hotel si querés.
—Gracias —aceptó. Pidieron la cuenta, pagaron y se levantaron. Noel fue a buscar a su hija al pelotero y salieron los tres. Noel llevaba a Shanelle de la mano. El hotel estaba a 5 cuadras y llegaron.
—Espero que no dejemos de hablarnos a pesar de haberte rechazado.
—Lloré un poco, bueno, ya te diste cuenta, pero voy a estar bien. Gracias por acompañarme.
—De nada, tenía que hacerte ese favor. No iba a irme y dejarte sola llorando. —Ella le sonrió.
—Bueno, nos vemos. Mañana me vuelvo a mi casa.
—Que descanses.
—Y vos, ¿te divertiste en el pelotero? —le preguntó a Shanelle agachandosé.
—Ti —dijo la nena, y Stefania le dio un beso.
—Chau, Shanelle.
—Chau. —Stefania se entró y Noel se fue con su hija. Esa noche Stefania habló con su hermano por celular.
—¿Y qué te dijo? —preguntó Attilio, esperando a que la respuesta fuera positiva.
—Me rechazó, dijo que no quería estar con nadie —contó llorando un poco—. Ni conmigo ni con nadie. Le dije que iba a tratarlo mejor que la otra mujer, que no sea resentido y aun así no quiere saber nada.
—Ah, ¿te acordás que él dijo que cuando fue el bautismo de su hija no invitó a su ex ni nadie de la familia de ella? Y eso que es la mamá de Shanelle.
—Ah sí.
—Algo grave pasó para que esté así. No creo que haya sido solo mala suerte —sospechó.
—Le pregunté y no me quiso decir, todavía no quiere contar. Attilio, si llegás a hablarle por chat, no lo retés ni lo insultés, ¿sí? —le pidió—. Noel será resentido, pero ya se le va a pasar.
—Quedate tranquila, no lo voy a tratar mal. Pero no dejés que esto te afecte, seguí intentando. Te rechazó una vez pero si le demostrás que lo vas a tratar bien, que no lo vas a celar, a lo mejor recupera la confianza y se pone de novio con vos —le aconsejó.
—Sí, eso voy a hacer.
—¿Y él qué hizo después?
—Por suerte me acompañó hasta el hotel.
—Ah está bien, por lo menos no se fue y te dejó sola.
—Es muy bueno. Se me acaba la batería. Nos vemos mañana.
—Hasta mañana. —Cortó, y ella también. Al otro día, Noel estaba con Richard en el zoológico.
—¡Noel! ¿Cómo la rechazaste? Si ella en estos meses ha sido muy buena con vos —dijo Richard sin poder creerlo.
—Sí, fue muy buena, pero para mí es una amiga y nada más —dijo Noel sin seguir cambiando de idea—. Le dije eso, que somos amigos o nada.
—¿Y ella qué te dijo?
—Sobre eso nada, pero trató de convencerme de que iba a ser feliz con ella y todo eso. Pero no sé qué va a pasar. Te digo, se lo tomó bien en sí, lloró un poco pero nada más. No es que se puso histérica.
—Eso es bueno, ¿la acompañaste al hotel al menos?
—Obvio. No iba a irme y dejarla sola. Pero no, espero que no insista.
—Querés seguir siendo un resentido, ¿no?
—Es problema mío. —Uno de los cuidadores llamó a Noel y él fue para ver qué necesitaba. Stefania ya estaba de vuelta en su casa. Estaba en el living, acostada en el sofá; y Attilio, en su pieza con su computadora viendo páginas y usando el Messenger. Vio a Noel conectado.
Attilio dice: Hola, Noel. —Noel vio la ventana emergente al costado inferior izquierdo de la pantalla, hizo click en ella y empezó a escribir.
Noel dice: Hola, ¿cómo estás?
Attilio dice: Bien, ¿vos?
Noel dice: También.
Attilio dice: Stefi me contó lo que pasó. —Noel se pasó la mano por la cara y finalmente decidió contestar.
Noel dice: Mirá, si me vas a decir algo con respecto a eso, mejor pasemos a otro tema. ¿Sí?
Attilio dice: Bueeeno, pará, pará. No te voy a reclamar nada. Yo sé que no hace falta tener pareja para ser feliz, pero...¿en serio querés estar así toda tu vida?
Noel dice: Sí. No sé, por mí pueden pensar lo que se les dé la gana, estoy bien así. Ya contaré lo que pasó algún día, por ahora no, y si reaccioné mal con vos fue porque también me llevaba mal con la familia de mi ex. Me reclamaban todo.
Attilio dice: Pero no todo el mundo es así, tenés que entender eso.
Noel dice: Pero es lo que me tocó.
Attilio dice: Tenés que superar eso algún día. No es bueno que seas así. Si no querés contar lo que pasó, está bien. Pero vos sabés que podés confiar tanto en Stefi como en mí.
Noel dice: Bueno. ¿Y ella cómo está ahora? O sea, cuando la rechacé se puso mal y lloró un poco, pero igual quiero saber ahora también.
Attilio dice: Sigue llorando y no ha querido hablar en todo el almuerzo. Solamente habló del recital, que la pasó bien y nada más. Pero a vos ni te mencionó.
Noel dice: Uh, espero que no esté enojada conmigo. Soy sincero y directo, pero tampoco quiero que nos peleemos.
Attilio dice: No te preocupés por eso, ella te sigue queriendo. Nada más está triste, ya se le va a pasar.
Noel dice: Bueno. —Siguieron chateando de otra cosa. En el living, Stefania seguía en el sofá tirada. Su mamá se acercó y se sentó en el mismo sofá. Stefania corrió las piernas para que pueda sentarse mejor, quedando en posición fetal.
—Aparte de contarnos del recital, no hablaste nada más —se preocupó Flavia—. Siempre sacás tema en la mesa o nos seguís la charla.
—Le dije a Noel lo que sentía por él —dijo derramando unas lágrimas.
—¿Y qué te dijo?
—Que no quiere estar con nadie, que su ex lo lastimó mucho y que por eso no quiere estar con nadie —contestó con tristeza.
—Ah, un resentido —criticó—. Bueno, mejor, porque ni tu papá ni yo queremos que estés con él.
—¡Sí, es resentido, pero no me importa! —gritó sentandosé de repente—. Yo voy a hacer que confíe en mí y que me cuente que es lo que realmente pasó. También de que deje ese resentimiento a un lado y enamorarlo si es posible, y espero que vos y papá lo acepten. —Se levantó enojada y se fue a su pieza.
—¡Stefania, Stefania, vení acá! —Stefania la ignoró, y Flavia decidió irse al patio donde estaba su marido.
—¿Qué te dijo? —preguntó Sergio.
—Que Noel no quiere nada con ella y que la ve como amiga. Ahí se fue a llorar a la pieza.
—Tal vez deba hablar con Stefi yo también.
-Creo que es mejor dejarla sola. De última que hable con Attilio. A él sí lo va a querer escuchar.
—Por suerte Noel se empeña en verla como amiga y vive lejos —dijo aliviado. Stefania estaba en su pieza llorando, entró su hermano a consolarla.
—No llorés, acordate lo que te dije por el celular.
—Sí, es que —dijo secandosé las lágrimas—... no es nada, no me hagás caso.
—¿Querés ir al hípico? Así te distraés —sugirió.
—Bueno —aceptó con una sonrisa. Salieron los dos y avisaron que volverían después. Se subieron al auto y se fueron. Manejaba Attilio. Llegaron al hípico, mandaron a ensillar a los caballos y dieron una vuelta trotando por un corral grande. Stefania se olvidó de lo que había pasado.
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