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Capítulo 10

—Noel, ¿te acordás de mí? —sonrió Stefania.

—Stefania, sí, sí me acuerdo —le confirmó.

—Te vi de casualidad, él es mi hermano Attilio. —Se saludaron, y luego Noel les presentó a su hija, su sobrina y su amigo. Richard y Amanda los saludaron sin problemas, pero Shanelle seguía escondida detrás de su papá.

—¿Esta es tu hija? —preguntó agachandosé-. ¡Qué bonita que es! Pero parece que nos tiene miedo.

—Es que no los conoce —aclaró Richard—. Conmigo también era así al principio.

—Saludalos, no te asustés —le dijo Noel a la nena. Shanelle se asomó un poco, Noel le agarró la manito y la hizo salir de su escondite.

—Hola. Vení, somos buenos —dijo Attilio agachandosé también.

—No te vamos a hacer nada —le aseguró Stefania. Los dos la saludaron agarrandolé la mano. Shanelle les decía "hola", pero estaba seria todo el tiempo.

—Stefi me contó lo que pasó. Gracias por defender a mi hermana.

—De nada —dijo Noel.

—¿Y quién de ustedes es el mayor? —preguntó Richard.

—Yo, por tres años —contestó Attilio.

—Bueno, un gusto haberte visto de vuelta, Noel y haberlos conocido a ustedes —dijo Stefania.

—Igualmente —dijo Richard.

—Nos veremos en otra ocasión —supuso Attilio.

—Sí. Cuidensé —deseó Noel. Stefania y su hermano despidieron y se fueron, pero la chica se volvió. Las nenas se pusieron a jugar de nuevo.

—Perdón, te molesto de nuevo.

—No hay problema —la disculpó Noel.

—Es que me voy pasado mañana y no sé si te vuelvo a encontrar de casualidad, entonces quería saber si me podrías pasar tu mail.

—Ehh sí. —Ella se puso en cuclillas en el pasto y sacó una libreta chica para anotar, una libreta que siempre llevaba a todos lados. Noel le dictó, luego Stefania anotó el mail de ella en otra hoja y se la dio a su amigo.

—Gracias, perdón por molestar, pero es que me gustaría seguir charlando con vos al menos por Messenger.

—Está bien.

—Bueno. Gracias de nuevo, me voy. Nos vemos —se despidió.

—Chau.

—Suerte —le deseó Richard. Stefania se levantó y se fue. Se volvió con su hermano—. Parece que le gustaste. Al final te pidió el mail ella a vos.

—Y bueno —dijo encogiendosé de hombros—. Pero que no se ilusione. A todo esto, parece adolescente —notó Noel.

—Si no tiene 17 tendrá 18. Pero bueno, si tiene 17, faltará un año para que puedan andar juntos. Además, parece simpática.

—Puede ser, pero ya dije que no pienso volver a estar de novio.

—Ya fue hace mucho lo que pasó con Josephine. Olvidate, ¿vas a seguir así toda tu vida?

—Si quiero, sí. —Dejaron ese tema de lado y charlaron de otra cosa. Dos días después, Stefania y Attilio volvieron a Nápoles. Sus padres fueron a buscarlos al aeropuerto. Flavia, la mamá de ellos, le miró los moretones a Stefania.

—¿Qué fue lo que te pasó? —preguntó mirando con los ojos bien abiertos.

—Ya que preguntás, un día quisieron robarme la cartera y me pegaron —contestó como no teniendo más opciones, pues no tenía caso inventar nada.

—¿¿Cómo?? —preguntó su mamá asustada.

—No es nada, mamá. No pudieron quitarme nada y no me golpearon mucho. Justo vino un tipo y les dio lo que se merecían.

—Pero, ¿vos estás bien? —preguntó Sergio, su papá, tocandolé los hombros.

—Sí.

—Qué bueno que estás viva —dijo Flavia con alivio y abrazandolá—. ¿Pero por qué Attilio no estaba con vos? —preguntó alejandosé un poco y mirando a su hijo.

—Ella simplemente bajó a comprar a la vuelta del hotel donde estábamos y pasó eso. Yo no sabía nada, estaba durmiendo y me enteré cuando ella volvió porque me lo contó y bueno....también le vi los moretones.

—Se supone que tenés que cuidarla cuando se van de viaje —lo retó su papá.

—Puedo andar sola, ya no soy una nena. Aparte iba a comprar algo a un almacén de por ahí cerca, nada más. Nunca imaginé que me iban a asaltar.

—Pero todavía sos menor, ¿ves por qué no podés andar sola? Salís sin que tu hermano se entere y te agarran a trompadas en la calle —dijo Flavia.

—Ma, fue esta sola vez que le pasó algo. Y es cierto lo que dice, ya está grande. Cuando salimos de viaje, sí, la tengo que acompañar porque todavía es chica. No me molesta. Pero ya eso de tener que ir con ella incluso a la esquina como si tuviera 6 años, ya es mucho. Además está bien, está viva.

—No importa, de no ser porque aparece un extraño para salvarla, ya estaría muerta. Pero no siempre va a tener esa suerte —dijo Sergio.


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