Capítulo 10
Cuando llegaron al sitio, enseguida encontraron a Minho y Chan, ambos sentados en su ya típica mesa. Jisung se juntó con Minho y una vez empezaron a hablar se sumergieron en su mundo y no prestaban atención a nada más.
Jeongin sólo tuvo unos cortos minutos para saludar a Chan, porque tenía que irse al vestuario a prepararse.
Por otro lado, Seungmin se sentía algo nervioso porque era su primera vez en un lugar como ese, si fuera por él jamás hubiera ido, pero se arriesgó porque quería estar cerca de ese chico alto y de cabellos rojos que hacía emocionar a su corazón, sólo por él se atrevió a pisar un lugar al que ni en sus sueños pisaría.
—¿Qué te gustaría tomar? —preguntó el pelirrojo, captando su atención. Seungmin le miró.
—¿Agua? —dijo elevando levemente sus hombros—. No bebo alcohol. De hecho, jamás he bebido y no sé si me guste... —musitó con pena.
—Entiendo, pero hay cócteles sin alcohol y son muy buenos.
—¿En serio? —el pelirrojo asintió—. Pero no sé...
—Te pido mi cóctel favorito para que lo pruebes, si no te gusta no hay problema, puedo pedirte otra cosa. ¿Qué dices?
—Está bien —sonrió y Hyunjin también lo hizo, mostrando esos hoyuelos en sus mejillas que tanto le fascinaban.
En lo que Hyunjin pedía sus bebidas, Jeongin estaba alistándose para presentarse. La voz de Eunhyuk se escuchó y las luces se apagaron, esa fue la señal.
La silueta de I.N se dejó ver en el oscuro escenario, se escuchó una melodía suave y un nuevo baile de I.N con movimientos sensuales, que terminaron por envolver en un embrujo a las personas presentes.
I.N siempre terminaba siendo la luz en la oscuridad.
A Jeongin a veces le gustaría iluminar desde el centro como lo hacía I.N
Negó con la cabeza e intentando descartar aquel pensamiento pesimista de su mente, Jeongin terminó su coreografía y con rapidez salió del escenario para dirigirse al baño público.
Probablemente el primer error de la noche.
Porque él debió haber ido al vestuario, allí había un baño privado, pero no lo hizo y quizás eso causó que todo comenzara a desmoronarse de a poco.
Eso provocó que se crearan las grietas de sus mentiras.
Jeongin entró al baño y lo encontró vacío y en silencio, una gran sorpresa que no hubiera algunas personas follando. Sin tomarle importancia, se acercó al lavamanos, pero no cerró la puerta.
Otro error en la noche.
Se quitó la máscara que cubría su verdadera identidad, ese trozo de tela negra que siempre usaba cada sábado y miró su reflejo en el enorme espejo. No sabía qué sentir exactamente, había veces en las que se sentía muy hermoso y se admiraba a sí mismo, pero eran muy escasas, porque la mayoría de las ocasiones reinaba el sentimiento de ser horrendamente feo.
Chan jamás se fijaría en Yang Jeongin, no lo miraría de manera romántica ni por lo menos cariñosamente. Por supuesto que no, ¿quién se enamoraría de Yang Jeongin? El friki nerd feo del colegio.
Otra vez aparecieron aquellos pensamientos negativos que consumían su mente y causaban que se mirara con desprecio, el interior de su cuerpo dolía, podía sentir su pecho apretarse y sus ojos picar.
Estaba a punto de soltar todo hasta que...
—Hazlo lento, muy, muy lento, muy, muy...
Jeongin escuchó una voz a la lejanía, pero ya era tarde, porque no le dio el tiempo de reaccionar y cubrirse.
Y hubiese imaginado a cualquier persona, pero no a él.
Él dejó de cantar al verlo, su rostro lleno de sorpresa y perplejidad.
—¿Jeongin? —preguntó con notable confusión—. ¿Qué haces aquí? ¿Y qué haces vestido como I.N? —volvió a cuestionar, mantenía su ceño fruncido y su boca brevemente abierta, mientras lo escaneaba de pies a cabeza con su mirada hasta fijarla en el rostro del castaño.
A Jeongin le temblaba todo, pero más que todo sus manos, estas empezaron a sudar de los nervios y su pecho a subir y bajar con demasiada irregularidad.
No podía hablar.
—¿Eres I.N? —preguntó al recién unir los hilos en su cabeza y llegar a una conclusión—. Eres I.N...
—Yo...
—Min, ¿ya estás...?
Una tercera persona entró, una que conocía muy bien.
Jisung se calló y observó a su alrededor, tratando de comprender la situación. Primero vio a Minho con rostro desconcertado mirando fijamente a Jeongin, luego su vista cayó en el segundo mencionado, recién notando que su cara no estaba cubierta. Abrió sus ojos y llevó su mano derecha para cubrir su boca.
—Jeongin es I.N... ¿Tú lo sabías? —habló Minho, desviando su mirada y concentrándola en Jisung.
Sin embargo, antes de que Jisung contestara, Jeongin se adelantó en hablar.
—Por favor, no les digas a Chan —dijo, desesperado—. Por favor, no digas nada... Por favor, por favor...
Jeongin parecía que iba a colapsar de los nervios.
—Yo te voy a explicar todo —le dijo Jisung a Minho.
—Okey, lo necesito porque no entiendo nada. ¿Por qué...?
Jisung cerró la gran puerta del baño con seguro para que nadie entrase. Lástima por lo que quisiesen ir al baño, tendrían que aguantarse.
—Jeongin, calma —Jisung trató de tranquilizarlo—. Tendré que contarle todo para que entienda, ¿está bien? —susurró únicamente para ellos dos.
—Pero, ¿y si le cuenta a Chan y...?
—Minho es bueno, créeme, puedes confiar en él —susurró, dándole caricias en su mano—. Pero si no puedes confiar en él, al menos confía en mí y en lo que haré.
—Está bien... —dijo algo dudoso, Jeongin temía de lo que pasaría después, pero él confiaba en su amigo.
Jisung se alejó, inhaló y exhaló aire para proceder a hablar.
—Jeongin siempre ha sido I.N, siempre... Desde que se inició las noches con temática de disfraz, Jeongin empezó a optar por el nombre de I.N, lo hizo porque le gusta bailar, pero no tenía el valor de mostrarse sin un antifaz, pero hay algo más... —habló Jisung en voz baja, a pesar de que no había nadie más que ellos 3, prefería hablar bajo—. A Jeongin también le ha gustado Chan, desde hace unos años...
Jeongin continuaba con emociones alteradas y su corazón se desesperaba ante cada palabra dicha por su amigo.
—Aunque él no tenía la intención de confesarle sus sentimientos y jamás imaginó que Chan vendría a esta discoteca y se fijaría en I.N —hizo una corta pausa—. Ahora no sabe cómo decirle que él es I.N, porque sabemos cómo se siente Chan con respecto a Jeongin...
No era toda la verdad, más Jisung no sabía cómo reaccionaría Minho al enterarse del plan que pusieron en marcha hace unas semanas. Si obtenía una respuesta positiva le contaría más adelante sobre el plan con detalles, pero si no lo hacía tendrían que enfrentar las consecuencias.
Le preocupaba que Jeongin no pudiera soportar la gravedad de esas consecuencias.
Minho cambió su semblante de confusión a uno inexpresivo. Jisung sabía que él estaba pensando y organizando sus ideas.
—Lo están engañando —fue lo único que dijo después de varios y torturantes minutos.
—Quizás sí, lo estamos engañando, pero es hasta que Jeongin tenga confianza o que Chan se fije en él.
—No es necesario, Chan está muy clavado por I.N.
—Sí, pero no por Jeongin —murmuró Jisung.
—I.N y Jeongin son la misma persona, por supuesto que lo está, sólo que aún no lo sabe.
—No, no creo que sea así... —intervino Jeongin—. Él... él me trata muy diferente cuando soy I.N... no me menosprecia, al contrario, me mira muy bonito y eso en serio me gusta mucho... —musitó, en su voz se podía notar lo dolido—. Por favor, guarda el secreto, si él se entera ahora me odiará por el resto de su vida y yo no quiero eso, yo... no lo soportaría.
—Pero Chan va...
—Por favor —pidió Jeongin—. Yo quiero decírselo, quiero enfrentarlo yo mismo, pero todavía no es el momento y yo aún no me siento listo. Así que, por favor, no le digas nada.
—Min, es sólo hasta que Chan deje de despreciar a Jeongin. Él siempre lo humilla en el colegio y es por eso que Jeongin no tiene el valor de decírselo. Guarda el secreto hasta que haya un cambio en la actitud de Chan, por favor.
Jisung lo miró con súplica, con sus ojitos de cachorro y Minho no podía decirle que no a Jisung, tenía algo que causaba que quisiera complacerlo en todo.
Sin embargo, era un asunto serio en dónde estaba involucrado su mejor amigo y él no podía permitirse ser subjetivo.
—Yo no sé... No me gusta la idea de engañar a mi mejor amigo, porque eso es lo que están haciendo; engañarlo. Chan odia las mentiras, las aborrece cómo no se lo imaginan y es muy probable que reaccione mal cuando se entere —dijo Minho, serio—. A veces Chan se puede transformar en una bestia cuando está enojado...
Jeongin bajó la mirada, pensando en que todo su plan se había jodido, podía escuchar en su mente a Hyunjin diciéndole: "Sé cuidadoso con lo que haces". Pero él siendo de todo menos cuidadoso, porque no debió haber ido al baño público, debió fijarse en dónde se quitaba la mascarilla. Debió ser más cuidadoso.
—Pero no diré nada.
Ante lo dicho, Jeongin levantó su cabeza con sus ojos abiertos de sorpresa, miró a Jisung unos instantes y luego dejó la mirada en Minho, quien seguía sin mostrar algún tipo de expresión.
—Sé que Chan es mi mejor amigo y no me gusta que viva engañado, pero no le diré nada, porque no me compete, es tu asunto, tus sentimientos y yo no debo involucrarme en ellos. La única persona que debe decírselo eres tú, así que, tranquilo, guardaré el secreto. Sólo espero que seas tú quien se lo diga, porque si Chan se entera de otra persona estallará, pero hablo en serio, estallará.
—Sí, sí, está bien —dijo Jeongin asintiendo—. En serio gracias, gracias, Minho —agradeció con sus ojos brillantes, cerca de las lágrimas.
—Buena suerte con él.
—Gracias por comprenderlo, Min —dijo Jisung, rodeando con sus brazos la cintura de Minho, quien correspondió el acto y acarició los castaños cabellos del menor.
—Yo... volveré al vestidor —dijo Jeongin, al notar que sobraba allí.
—Nos vemos al rato.
Jeongin salió del baño y soltó todo el aire que había retenido dentro suyo, apoyó su espalda en la pared y dejó caer su cuerpo hasta sentarse en el suelo, aún se sentía preocupado por todo lo recientemente sucedido, sus manos todavía le temblaban y temía por lo que pasaría más adelante.
Sin embargo, confiaría en la palabra de Minho, confiaría en la decisión de Jisung en confiar en él y más que todo, empezaría a confiar en sí mismo.
(...)
Por otro lado, el otro trío se encontraba sentado, dos intentando platicar a pesar del fuerte ruido y el otro ajeno a ellos, muy metido en sus pensamientos.
—¿Te sientes bien? ¿Estás incómodo? —preguntó Hyunjin en voz baja, acercando su rostro al de Seungmin, puesto que por el fuerte sonido de la música les era difícil platicar.
Seungmin fijó su mirada en el pelirrojo, notó lo cerca que estaba y empezó a sentirse aún más nervioso de lo que se encontraba.
—Uhm, sí... —murmuró, desviando su mirada a sus manos, cuyas le sudaban y estaban juntas sobre sus piernas.
—¿Seguro? Si quieres podemos salir un rato a tomar aire fresco, aquí es difícil hablar. ¿Te gustaría?
—Sí... —aceptó con gusto y con sus ojos brillantes de emoción.
Ambos se levantaron y con algo de dificultad lograron salir de esa horda de personas bailando y brincando con euforia.
Chan observó como el par se marchaba y lo dejaban solo, pero no le tomó relevancia. Él sólo quería ver su chico, algo impaciente miraba la puerta por la cual saldría I.N, se estaba tardando y ya había empezado a preocuparse. Se preguntaba si debía ir a verlo y así saber qué ocurría.
No obstante, sus movimientos se detuvieron cuando visualizó a I.N saliendo por esa puerta, una sonrisa se apoderó de su rostro inevitablemente.
—Lamento la tardanza, tuve un inconveniente —murmuró I.N sentándose a lado de Chan.
Después del susto en el baño, Jeongin se quedó unos minutos en el vestidor tratando de recomponerse. Además de arreglarse para evitar que se notaran sus ojos rojos, porque le fue imposible no soltar unas lágrimas al verse nuevamente en el espejo.
—No te preocupes —murmuró Chan.
—Nos quedan unas horas antes de las 2, ¿qué te gustaría hacer? —preguntó I.N.
—Lo que sea está bien para mí, me basta con tener tu compañía —dijo mostrando esa sonrisa con hoyuelos.
—Entonces, ¿bailamos?
—Sí, me encantaría.
Y así ambos se pusieron de pie y bailaron, por lo que les quedaba de tiempo, bailaron. Jeongin ignorando todo lo malo que andaba en su cabeza, omitiendo ese sentimiento de culpa por mentirle a Chan.
Mientras que Chan iba cayendo más y más, y sin vuelta atrás, por I.N.
(...)
Las últimas horas habían pasado y cuando ya iban a ser las dos de la mañana decidieron regresar. Los cuatro se encontraban en la casa de Jeongin, se cambiaron de ropa, se pusieron sus pijamas y empezaron a ver una película.
Vieron la película: "La liga de súpermascotas", compartieron palomitas de maíz, muchas risas por algunas escenas y uno que otro comentario de enojo y frustración, Jeongin y Jisung echados en el suelo con sus piernas enredadas, mientras que Seungmin y Hyunjin sentados en el sofá compartiendo palomitas del mismo pote.
En algún momento sus manos se rozaron, Hyunjin sonriéndole algo apenado, mientras que Seungmin sentía que en cualquier momento le daría un ataque a su sensible corazón.
Cuando terminó la película ya eran pasadas de las cinco y consideraron que era hora de descansar. El problema que le preocupaba a Seungmin desde que llegó, era cómo se iban a colocar al momento de dormir, porque sólo había una cama en la habitación de Jeongin, a menos que durmieran en la habitación de invitados, aunque ya no sería pijamada si se iba a dormir a otra habitación, ¿o sí?
—Bien, ahora veamos cómo nos pondremos para dormir —dijo Jeongin, entrando al cuarto con algunas almohadas en sus brazos.
—Yo duermo contigo, Jeong —anunció Jisung, echándose en la amplia cama de Yang.
—¿Dónde dormiría yo? —preguntó Seungmin, con sus manos agarradas nerviosamente.
—Conmigo, aquí —habló Hyunjin, acercándose a la cama de Jeongin para sacar la cama oculta debajo de ella—. Aquí dormiremos los dos.
El pecho de Seungmin comenzó a brincar y abrió sus ojitos de la sorpresa por dos motivos. El primero, no imaginó que la cama de Jeongin fuera doble, él creía que esos eran cajones. El segundo, ¿dormir con Hyunjin? Dios, eso jamás se lo hubiese imaginado.
—¿Los dos...? ¿Tú y yo...? —musitó, inquieto.
—Sí, los dos —dijo el pelirrojo con una suave sonrisa que luego cambió a una triste—. ¿O no quieres?
—No, no es eso —se apresuró a decir—. Es sólo que jamás he dormido con alguien más, no sé si tenga alguna clase de maña y eso...
—Oh, no te preocupes por eso, Hyunjin tiene las peores mañas —intervino Jisung.
—Sí, habla cuando duerme, así que no te asustes si escuchas algo en la madrugada.
—Oigan —advirtió el pelirrojo.
—Pero si es cierto —dijo Yang en tono gracioso.
—Bueno, uhm... voy primero al baño.
—Adelante, hasta mientras acomodaremos bien esto —avisó Jeongin.
Seungmin asintió antes de adentrarse al baño del cuarto, una vez dentro, se miró en el espejo para tratar de calmarse.
Dormiría con el chico que le gusta, por supuesto que no harían nada de lascivo, pero sólo con estar unos centímetros cerca de él sentía que fallecía, no sabía si lo soportaría por todo lo que quedaba de la madrugada. Tampoco sabía si haría alguna de sus mañas extrañas al dormir.
Tomó y soltó aire antes de salir del baño, cuando lo hizo encontró a Jeongin y Jisung abrazados en la cama del primer mencionado, completamente dormidos. Se preguntaba cuánto les tomó dormirse o si él se tardó mucho en el baño, pero luego recordó que estaban demasiados cansados, bailaron toda la noche y la película los agotó aún más. A comparación de él que pasó toda la noche platicando con Hyunjin.
Hyunjin aún estaba despierto, él estaba mirando su celular, cuando sintió a Seungmin acercarse levantó la mirada y le sonrió.
—¿Te gustaría dormir en el filo o prefieres el otro lado? Yo estoy bien con cualquiera.
A Seungmin realmente le encantaba lo considerado que era Hyunjin, desde que empezó a tratar con él, el pelirrojo siempre le preguntaba lo que quería y tampoco le presionaba cuando algo no le gustaba. Como el cóctel en la fiesta, a Seungmin le gustó porque era dulce, pero como era su primera vez bebiendo y era un inexperto, sólo se tomó una copa y ya no quiso beber más, Hyunjin no lo presionó con que se bebiera otra, simplemente le pidió agua y eso estuvo tomando Seungmin durante la noche.
Cada vez le era imposible no enamorarse de las cualidades de Hyunjin.
—Prefiero el otro lado.
—Está bien, ven, acuéstate —animó palmeando el colchón.
Seungmin le hizo caso y se acostó a su lado, a comparación de la cama principal, la de abajo era un tantito más pequeña, sólo un tantito.
—Jeongin sólo trajo una colcha, ¿no te molesta compartirla?
—Uhm, no, una es suficiente.
—Okey —murmuró, arropándose y haciendo lo mismo con Seungmin, causando que su mano rozara brevemente el cuerpo de Seungmin cuando terminaba de cubrirlo con la colcha.
¿Cómo estaba el débil corazón de Seungmin? Pues a punto de colapsar, no sólo era por la cercanía o el roce de Hyunjin, también era por la fragancia que desprendía en combinación con el producto que utilizaba Hyunjin en las noches.
—Ahora a descansar, apagaré las luces —avisó, Seungmin sólo asintió porque no sabía cómo formular una palabra, sentía sus labios pegados—. Diría buenas noches, pero ya casi es de día, así que buenas madrugas, Seungmin, hasta más tarde.
—Bue... descansa —murmuró el pelinegro.
Hyunjin ya tenía sus ojos cerrados, pero aun así sonrió. Seungmin se lo quedó viendo, acomodándose frente a él, más manteniendo cierta distancia, lo observó por varios segundos más o quizás minutos, no lo sabía y tampoco supo en qué momento se durmió. Sin embargo, agradecía mucho que lo último que viera antes de dormir fuera el rostro tranquilo de Hyunjin.
Al final Hyunjin no mostró su manía al dormir, pero Seungmin sí.
Unas horas después, a eso de las siete Seungmin se apegó al cuerpo de Hyunjin, porque a Seungmin le gustaba abrazar a una almohada al dormir y tratando de buscar una llegó con el cuerpo de Hyunjin. Eso causó que el pelirrojo se despertara por unos instantes, pues sintió cómo algo golpeaba levemente su pecho y se asustó.
Cuando visualizó a Seungmin se tranquilizó, pero esa tranquilidad no duró mucho cuando Seungmin rodeó su cintura con sus delgados brazos y se pegó más a él. No supo si debía rodearlo también o no, había cierta confianza entre ellos por las pláticas que han estado teniendo, pero Hyunjin no quería que, cuando despertara, Seungmin tuviera un pensamiento erróneo de él.
Así que no lo abrazó. Lo hizo por respeto, aunque Seungmin pensó que lo contrario.
Cuando Seungmin despertó y lo primero que vio fue a sí mismo aferrado a Hyunjin como un koala, se sintió muy avergonzado y se apenó aún más cuando notó que Hyunjin mantenía sus brazos lejos de él, en serio pensó que lo había molestado.
Seungmin se disculpó múltiples veces con Hyunjin por aquel atrevimiento, pero Hyunjin le dijo que estaba todo bien y que no se preocupara, que eran amigos y no se sentía molesto con eso.
Amigos.
A Seungmin jamás le había dolido tanto una simple palabra.
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