Y aquí os traigo un capítulo que me gusta mucho mucho :)

Capítulo 31

Melissa ya había imaginado que ocurriría, así que no se extrañó realmente al ver que Julen no volvió a aparecer en todo el sábado. Pasó el domingo en su habitación, viendo películas y hablando con Jessica a la vez que se lamentaba por no tener dinero y que su coche aún no estuviera pintado para poder salir de Medinabella. Por primera vez en años, Melissa estaba aburrida.

—¿Ni siquiera te ha llamado? —preguntó Jessica al otro lado de la pantalla; como siempre estaban hablando por videoconferencia.

Mel negó con la cabeza, suspirando. Ella misma le había mandado un mensaje a Julen hacía unas horas, pero él no le había contestado y tampoco se había conectado a WhatsApp.

—Lleva horas sin entrar a WhatsApp, creo que me está ignorando deliberadamente.

—¿Mel? ¿Eres tú la que acaba de decir eso? —preguntó Jessica abriendo los ojos con sorpresa—. ¿Por qué iba a ignorarte un hombre? ¡Estás loca!

—Lo dices porque eres mi amiga... él no es como cualquier hombre, Jess. No tiene nada que ver con Louis, por ejemplo. —La voz de Mel era algo apagada—. Ni siquiera sé porqué me siento así. Es que... simplemente no esperaba que ocurriera algo entre nosotros y ahora... solo se ha ido y me ha dejado desconcertada.

—Ayyy... —suspiró Jessica—. Venga enséñame una foto de una vez. No puedo seguir pensando en ese tal Julen sin lograr ponerle cara.

Melissa cogió su teléfono de nuevo y le mandó a su amiga una de las fotos que alguien había tomado el día de la reunión con los alemanes. En la imagen aparecía Melissa, sonriendo ampliamente (a pesar de los problemas que había tenido con el brote de alergia) y apoyada con confianza en el hombro del señor Künig. A su lado, Alexia miraba a la cámara con su habitual gesto de superioridad y un arrebatador Julen dirigía una mirada intensa de sus ojos azules a la cámara. El traje elegante le confería un aire misterioso, al igual que su cabello ligeramente alborotado.

—Estás guapísima, Mel —musitó Jess, haciendo un puchero—. Te echo taaanto de menos... Un momento... —Melissa pudo apreciar cómo su amiga ampliaba de pronto la fotografía en su teléfono móvil y acercaba la pantalla a su cara tanto que parecía que podría pulsar las teclas con la nariz—. Dios mío, ¿éste es Julen?

—Sí... —admitió Mel, tímidamente.

Jessica no tenía ninguna imagen clara de Julen en su cabeza. Su mejor amiga le había hablado de un adolescente con cadenas, pinchos, pelo largo y ropa oscura, a la vez que también había mencionado a un ejecutivo elegante con un buen trasero. En ningún momento le había hablado de su mirada penetrante, sus marcados rasgos masculinos o... simplemente, lo bueno que estaba.

—Te odio. —Fue lo único que Jessica dijo, sin dejar de mirar la fotografía—. Quiero una foto de Iker. Ya mismo.

Con una sonrisa, Melissa le envió a su amiga la fotografía que Iker tenía puesta como perfil de WhatsApp. En la imagen se veía a un sonriente Iker acariciando la cabeza de un pequeño y adorable husky siberiano. Jessica no tardó en lanzar una exclamación.

—Me lo pido; tomaré clases intensivas de español durante la semana —casi gritó la chica—. Estoy comprando ya mismo mi billete de avión a España, espero que tengas vodka en abundancia en tu habitación.

Las palabras de Jessica la desanimaron un poco, puesto que sabía que se trataban de una broma. Su amiga no podía ir a visitarla en esos momentos; eso la entristeció. ¿Cuánto tiempo llevaba sin verla? Probablemente ya habían pasado casi dos meses desde que su nueva vida y el Karma habían llegado y desde entonces ni siquiera su padre se había dignado a hablar con ella. Seguía muy enfadado y le había pedido expresamente que no contactara con él a no ser que se tratara de una absoluta emergencia.

—Tengo que dejarte —musitó Melissa, que de pronto se sentía enormemente deprimida—. Hablaremos mañana, ¿de acuerdo?

Jessica asintió con la cabeza y le lanzó un beso a través de la pantalla. Después, ambas colgaron la video llamada y Melissa sintió que volvía a quedarse allí, sola y en un lugar que no le gustaba. Cerrando los ojos, Mel se tumbó sobre el colchón de su cama, viendo por la ventana que hacía bastante tiempo desde que había anochecido y Julen seguía sin dar señales de vida. ¿Y si lo llamaba por teléfono? No, eso era muy desesperado...

Un nuevo sonido la sobresaltó; las campanadas del Big Ben. Agarró su móvil, sabiendo que alguien le estaba mandando un mensaje y se sorprendió al ver que era de Diana. El mensaje tan sólo decía «Mira esto, Mel» y después le había enviado el enlace a una página web. Con curiosidad, Melissa entró en el vínculo y lo que encontró la dejó con la boca abierta:

»¡Mel Ortiz ha aparecido!

Exactamente como lo oís; la rubia más revolucionaria de Londres llevaba casi un mes en paradero desconocido, hasta que por fin el misterio ha quedado desvelado. Melissa ha vuelto al país de su padre, España, y aunque aún no está claro qué hace allí, sí sabemos que se encuentra muy bien acompañada.

El pasado viernes se la vio salir de un bar en el pueblo en el que está residiendo (no diremos el nombre del lugar para conservar su intimidad) junto a un atractivo y desconocido hombre. Durante varios minutos la pareja discutió apasionadamente y nos consta que hubo grandes declaraciones de amor en esa escena, que finalizó con Mel vomitando en los zapatos de su príncipe azul. ¡Como lo oís! Cuánto glamour tiene esta chica, ¿verdad?

Tras varios días sin twittear ni hacer ningún acto público, Melissa no se ha pronunciado al respecto. Al contrario que su ex prometido, Louis Wright, que ha declarado estar «contento siempre y cuando Mel sea feliz». Nadie ha olvidado aún cómo la princesa del imperio Ortiz dejó a su novio plantado en abril, a tan sólo tres días de la tan esperada boda que uniría dos de las que, actualmente, son las familias más poderosas del Reino Unido.

De momento, sólo hay una pregunta rondando la cabeza de todos nosotros... ¿quién es el hombre que pasea junto a Melissa?«

Horror. Horror. Horror.

Eso no podía estar sucediendo. Inmediatamente Mel pensó en todas las veces que ella había vendido su vida privada a la prensa: la boda, su noviazgo, sus vacaciones en Chipre... Y ahora, el Karma había querido que sintiera lo que significaba que los medios robaran los detalles de su vida y los publicaran sin ningún permiso. Quiso morirse al pensar en todo lo que decía esa noticia y se sintió aún peor al ver unas cinco fotos que la mostraban a ella, completamente borracha, bailando en el bar la noche del viernes o paseando por la calle con la chaqueta de Julen sobre los hombros sin que ninguno de los dos se percataran de que los estaban fotografiando.

Inmediatamente agarró su teléfono y llamó a Julen, sin importarle que fueran las doce de la noche. Él tenía que saber lo que había sucedido, si es que no se había enterado ya... Quizás sí lo sabía y por eso no había aparecido en todo el fin de semana... Mel colgó, sin obtener ninguna respuesta de Julen y su mente comenzó a trabajar a toda velocidad, imaginando que él la odiara en ese momento y que todo el mundo hubiera leído esa estúpida noticia ya, incluida Alexia y su padre... y Louis. Todos.

Su mundo se vino abajo durante unos momentos. Nunca antes le había importado lo que dijera la prensa de ella... pero en esos momentos sí importaba, lo hacía desde el momento en el que habían querido meter a Julen en su complicada existencia. Aun así, sus pensamientos cambiaron de rumbo en cuanto alguien tocó la puerta de su habitación con suavidad y la voz de Julen se escuchó claramente desde el exterior.

—Melissa, soy yo.

¡¡La que se va a armar...!!
Gracias mil por los comentarios, votos, visitas y gente que pasa a saludar; sois un amor. Y a los lectores fantasma... Vamos, no os quedéis en la sombra, ¡manifestáos!

Os recuerdo que podéis encontrarme en Facebook como V.M. Cameron y en Instagram como vmcameron213. Y eso es todo, nos vemos pronto.

¡Mil besos!