Capítulo 23: "Te ha traicionado"
El olor a hombre se hace presente una vez que entro a su casa. La tengo demasiado conocida para mi gusto, pero no puedo quejarme. Por lo menos está recogida. Las cortinas blancas que le regalé todavía siguen colgadas haciendo su función. Parece mentira que pueda ser un sinvergüenza después de tanto tiempo.
—Puedes dejar tu abrigo donde quieras.
Observo la estancia y al fin me decanto por un pequeño perchero detrás de la puerta principal. Pablo se sienta y me ofrece amablemente algo caliente para beber, lo cual agradezco. Unos minutos después tengo en mis manos un té verde con limón.
Noto como sus ojos están clavados en mí, como si esperase una explicación por mi parte ante toda la locura que ha ido pasando estos días y el chiringuito que ha tenido que montar hoy en la comisaría. Me concentro en la bebida caliente e intento no pensar en lo locos que han sido estos días.
Pablo enciende la televisión y como si el destino quisiera machacarme una y otra vez, aparece la presentadora de la "dos" hablando sobre mi gran problema mental. ¿No tienen algo mejor y creíble? Ante mi notable incomodidad, el castaño apaga la tele con un movimiento rápido y suspira.
—Te has metido en un gran problema.
Problema... Creo que ya se ha convertido en mi segundo nombre. Los causo tanto a mi como a los que me rodean y entonces es comprensible que dejen de tener relación conmigo.
—No es como lo cuentan —mi mirada se topa con la suya y me hace una señal para que siga hablando. El nerviosismo se apodera de mí una vez que empiezo a contarle todo lo que he visto y lo que sé.
A medida que voy avanzando en la historia, la preocupación e inquietud se va mostrando en el rostro de Pablo sin que pueda siquiera disimularlo. Su ceño se frunce más y más conforme pasa el tiempo, al igual que la comisura de sus labios.
Una vez que termino, el castaño no sabe que decir. Simplemente se limita a mirar al frente pensativo.
—Se que es difícil de creer y más si estoy acusando a tu amigo de toda la vida, pero es la verdad.
Mi mirada se cruza con la suya y puedo ver un atisbo de confianza en sus ojos, pero su respuesta hace que la gota de esperanza que tenía, se esfume.
—Te has vuelto loca Elia.
Me quedo en silencio y perpleja. Trato de pensar en miles de formas de demostrarle que tengo razón, pero la única que puede ayudarme y esclarecer los hechos, es Nattasha. Un pinchazo en la cabeza hace que suelte mi taza y esta se rompa en pedazos al impactar contra el suelo. Pablo se levanta rápidamente y coloca una mano sobre mi hombro.
—No es nada —digo intentando ocultar mi dolor. —Ya me iba de todas formas. Gracias por haberme ayudado y siento todo lo demás. —me levanto.
—Tranquila, no tienes que irte. —Recoge todos los pedazos cuidadosamente. —Solo estoy confuso. No se que creer.
—No te culpo, es todo bastante irreal.
—No es eso, es que Nicolás y yo llevamos mucho tiempo investigando a Mark y créeme que no hay ningún informe bueno sobre él.
Asiento en señal de que no se preocupe, pero yo sé que eso no puede ser cierto. Alguien está empeñado en su ruina y me apuesto lo que sea a que ese alguien es Thertami,
Pablo me ofrece la cama de invitados para dormir y poder despejarme de todo este embrollo. Una vez allí, me estiro y me acurruco para entrar en calor. No puedo creerme que la justicia esté tan corrompida. ¿Y todo por qué? ¿Dinero? ¿Poder? ¿Ascenso? Sea como sea, Nicolás ha caído muy bajo y no solo por lo idiota que fue con mi hermana, sino por todo lo que está haciendo con tal de que no lo deje en evidencia.
No deja de recurrir a mi mente Halcón y su sonrisa. Esa que con solo verla puedo ser feliz a pesar de las adversidades. Esa que hace que se me olviden todos los problemas y que las ganas de seguir luchando por volver a verle continúen. Me dijo que me buscaría y se por sus actos y forma de ser que no me dejará a la intemperie. Algo tiene planeado para ayudarme, siempre tiene algo. Es fascinante saber cómo alguien tan importante te tiene en mente y lo más importante, que se preocupa por ti.
Observo la habitación en la que tantas veces he estado. El pequeño sofá beige no tiene ninguna mota de polvo o rasguño aún. Los marcos de fotos en la mesilla muestran un niño feliz con sus padres. A pesar de haberlos perdido en un accidente, Pablo siempre se mantuvo firme y fuerte. Desde que tengo memoria, siempre cuidó de sus hermanos y les contaba cuentos escritos por su madre antes de dormir. Su infancia no fue la mejor de todas, pero a pesar de eso, su adolescencia a mi lado fue como la seda hasta aquel día.
Flashback
—Te he dicho que no puedes salir así. Cogerás frío y luego no querrás ni estudiar para selectividad.
—No me digas lo que puedo o no puedo ponerme por favor, ya hemos hablado del tema muchas veces. — Mi minifalda granate se ve todavía mas hermosa en el espejo. Resalta bien mis curvas haciendo que luzca irresistible.
—No es eso y lo sabes. Es solo que entre el clima y ese idiota...
—¿Todo este numerito es por él? —lo miro indignada. Creía que ya habíamos solucionado ese tema hace mucho. No era la primera vez que Richard me tiraba los tejos delante de mi novio, y es normal que eso a él le molestara, pero no era para pagarlo conmigo.
—No.
—¿Sigues celoso? Voy a salir con mis amigas y él estará simplemente porque es el cumpleaños de su prima Stephanie.
—Pero ¿Y si te hace algo?
—De verdad Pablo —resoplo y me arreglo el top blanco. —Ya estoy cansada de tus celos de macho alfa. —Cojo mi bolso y me dispongo a salir por la puerta.
—¿A dónde vas? —su mano firme sujeta mi brazo y lo aprieta hasta tal punto que me duele.
—Suéltame —le ordeno.
—Cámbiate.
—Pablo me haces daño. —una lágrima asoma por mis ojos cuando el dolor se vuelve mas intenso. Él lo nota y me suelta de inmediato.
—Lo siento yo...
—Da igual —me seco las lágrimas para evitar darle el control de la situación. —Solo déjame en paz.
Fin del Flashback.
Esa fue la primera de muchas. En ningún momento llegó a usar la fuerza bruta o a darme alguna paliza, pero si que abusó en varias ocasiones de tener mas fuerza que yo y su tono abrasivo junto a su maltrato psicológico se hizo constante. Entonces abrí los ojos y decidí que esa no era la vida que quería llevar, no quería tener que vivir con miedo y rezar cada noche para no hacerlo enfadar, porque sabía lo que eso significaba para mí. Quería ser libre y quería poder vivir con normalidad y paz, así que entendí que no podía ser con él.
Pablo me dio muchísimos momentos buenos y maravillosos, pero también malos. Me enseño a amar pero también a saber ponerme primero a mi antes que a cualquier otra persona por mucho que la quisiera. Él se convirtió en pasado, pero me enseñó a vivir mi presente y saber escoger mi futuro.
Me sobresalto cuando aporrean la puerta del ático. Salgo de la cama y voy directa al salón. Pablo frunce el ceño cuando siguen golpeando la puerta.
—¡Abre! ¡Policía!
Mi corazón comienza a latir con fuerza y los dedos comienzan a helarse. Pablo y yo intercambiamos miradas rápidamente antes de que decida a abrir.
—No, espera...
Pablo entreabre la puerta y tres policías se asoman por ella. Me miran y rápidamente el castaño coloca su brazo impidiéndoles llegar hasta mí.
—¿Qué necesitáis? —su tono de voz es serio y confiado.
—El comisario nos ha ordenado que la llevemos —sus ojos se posan en mí.
—Ya os dije que sin pruebas no podéis hacer nada.
—Y las tenemos, así que ya estas moviendo tu mugriento culo de nuestro camino si no quieres que se te arreste a ti también por atentado a la autoridad.
Pablo se queda unos segundos inmóvil en la misma pose de protección, pero finalmente cede a la presión y los deja pasar.
—Elia Bellafiora, queda arrestada por...
—Ya se todo eso, haz tu trabajo y déjame en paz —le corto. Mi tono los pilla por sorpresa, pero aun así prosiguen. La situación es abrumadora y noto como me falta el aire. Pablo me mira con impotencia y un atisbo de rabia se muestra en sus ojos cuando uno de los policías me da un rodillazo en el muslo para obligarme a caminar.
Otra vez todo el proceso se repite. Subo a un coche, bajo en frente de la comisaria, camino hasta allí, la gente me odia y me meten en una celda. Todo es igual a excepción de que esta vez, tienen "pruebas" para hacerlo. Estoy deseosa de verlas y reírme de sus falsificaciones y estupideces. Como si no estuviera acostumbrada a que la gente invente cosas de mí...
—Y aquí estamos otra vez —Nicolás me sonríe amargamente detrás de los barrotes de la celda. —¿Creías que te librarías de mí tan fácilmente?
—Creía que admitirías tu derrota.
—¿Derrota? ¿Yo? —sonríe —Mejor ve pensando en como sobrellevar la tuya —se acerca a mí despacio y me enseña unas fotos impresas. El corazón me late a mil cuando reconozco la escena de la oficina plasmada en un trozo de papel. —Porque Halcón te ha traicionado.
------------------------------------------------
¡Hola a todxs! Se que hace mucho que no actualizo y ha sido por miles de cosas que me han pasado pero... ¡Ya estoy aquí! Espero que os haya gustado el capítulo y ¡Decidme que pensáis!
Gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro