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Cuando las sensaciones emergen

Creo que después de estar todo el día apegado a mi computadora me estaba quitando todas mis energías, Power Raptors, una animación que encontré en una de las páginas destacadas, recuerdo tal vez a Vinny haber mencionado esto en la mesa con los Paine.

Era un lunes por la mañana, el día de ayer se pasó como darle vuelta a la página a un libro sin popularidad, nada interesante. Estuve casi todo el día apegado a mi computadora navegando por internet, aunque para ser sincero mi mente jamás estuvo tan concentrada en la pantalla como suele hacerlo y es que aún seguia recordando lo de la parrillada, ese día. Seguía pensando en todas las escenas vividas por mi, rayos, estoy muy ocupado hoy mentalmente.

Damien no me escribió durante el resto del día, debio tener tal vez un día ocupado como para tomar el teléfono y mandar un mensaje aunque ese no sea su trabajo, en vez de eso, fue Liz la que me mandaba mensajes, fueron cortos pero daban el significado de su preocupación hacia mí, preguntándome si estaba todo bien.

Recién salía de los vestidores de hombres con mi ropa de física puesta, la clase de educación física volvía a repetirse este mismo día y con ello todos los intensos ejercicios que el profesor Solly nos daba, ahora mismo estoy viendo como colgaba una soga en medio del salón con un alumno tomado desde el centro de ella, estando a metros de tocar el suelo y casi alcanzar la campana.

Mierda, que manera de quedar en ridículo que caer de una soga.

Recién iba llegando a la clase, solamente me había escondido en el baño para cambiarme sin ser regañado por el profesor, asi que ya sabía que actividad íbamos a realizar el día de hoy.

Mirando a los presentes en el salón pude ver a Damien del otro lado del sitio, mirando también al chico colgado en la soga, tenía una mirada como si lo que estuviera viendo no era nada, se veía tan confiado de lo que iba intentar hacer en esa soga, que raro que no tenga miedo de caer frente a todos.

Me alejé de la puerta de los vestidores para acercarme a el y saludar, me preguntó que habrá pasado ayer.

— Damien, amigo. ¿Cómo estás?.

Dije sorprendiendolo al ver su brinco.

— ¡Man! No te habia visto por aquí — su puño es extendido frente a mi a lo que yo correspondía — Todo bien amigo, tuve un día ocupado ayer así que no pude mandarte un mensaje.

— Lo supuse... Oye... ¿Todo bien con Olivia y tus padres?.

¿Que diablos me pasaba? Solo tenía que a saludar y saber cómo estaba el, pero terminé preguntando sobre un tema familiar que seguramente sería personal, por falta de análisis me rasqué el cuello apenado desviando la vista hacia la soga como si hubiera algo interesante en ella, cierto, ahora el alumno cuelga de la soga con su pierna envuelta con el nudo de la soga.

— ¡Todo bien! Es más, creo que fue gracias a ti Man, mis padres hablaron con Olivia, ni siquiera yo sabía que le estaba pasando.

Era de suponerse, toda la confección que hizo en ese baño también a mi me dejó perplejo pero al final de cuantas las personas correctas que debían de tomar cartas en el asunto eran los padres de Damien, aunque haciendo aún lado ese detalle, ¿Que pasa con los padres de Olivia? Por lo que entendí sus padres no estaban presentes por el momento, ella estaba viviendo en casa de los Paine, ¿Que vínculo habrá entre ella y ellos?, ¿Acaso son familia? ¿Conocido? ¿La están apoyando? Rayos, otra vez con curiosidad.

Mientras pensaba no pude fijarme en que el maestro Solly había llamado a Damien para que intentará subir la soga y tocar la campana, me di cuenta hasta cuándo el Dino saltó hacia ella mucho antes de estar cerca, mis pensamientos se esfumaron después de verlo trepar la soga y cómo la mayoría de alumnos pudo tocar la campana, cielos.

Creo que es mi turno.

— ¡PONTE FIRME GAFAS! está actividad vale el 10% de tu calificación ¡NO ME DEFRAUDES! — había olvidado lo rudo que su voz puede llegar hacer — ¡Ve!.

Máximo esfuerzo.

Corrí apenas escuché el disparo verbal del profesor, todos me estaban viendo pero eso de sentirme de menos por las miradas ya había quedado atrás, está vez solo éramos la soga y yo, al llegar a tocarla dí un salto casi perfecto y digo casi porque la punta de mi dedo se dobló al intentar darlo de puntillas, la soga en mi mano se volvió como un trapo mojado, estaba húmedo y podía sentir como mis manos se resbalan de ella.

Muchos ya lo habían intentado pero no pudieron, otros pocos lograron tocar la campana, tenia que estar en ese promedio de los victoriosos, tomé el aire suficiente para seguir usando mis rodillas de apoyo juntandolas sobre la sofa dandome un poco de impulso y mis manos se encargaban del resto, podía jurar sentir un puntero rojo sobre mi espalda, como si fuese la mira de un arma cargada, solo que esta vez serian los ojos furiosos del entrenador al verme subir la soga de forma mediocre.

— ¡MIREN A ESTE PALIDO! ¡SORPRENDENTE NO SE A CAÍDO, PERO ESTAS TARDANDO MUCHO!.

¿Esas eran palabras de halago?.

No lo sé, creo que hoy estoy un poco distraído, a tan solo unos milímetros de tocar la campana para hacer historia en este reto del día lunes, cuando escucho un par de voces detrás de mis espaldas atrayendo la mirada de muchos, pude verlos al girar mi cabeza pero sin dejar de estirar mi mano por tomar la punta de la campana.

Vaya, era Olivia... ¡¿Olivia?!.

— ¡Nooo manches!.

Perdí el control de mis rodillas por haber volteado a ver, mis manos perdieron la fuerza necesaria para sostenerme de la soga y cómo resultado, caí de espaldas contra el suelo, delante de todos, otra vez haciendo el ridículo.

Lo primero que vieron mis ojos de vista borrosa fue una mano gruesa delante de mi rostro, era una mano gruesa y demaciado peluda de pelaje cafe y su palma del tamaño de un plato.

— ¡No siempre tendrás una mano que te ayude a levantarte cuando tropecé en la vida! — Era la mano del entrenador Solly ayudándome a levantarme del suelo — Buen intento, ve con los demás.

— S-si.

Creo que hoy será la segunda vez que regrese a enfermería por un par de costillas rotas y un pulmón semi apuñalado por mis propios huesos.

Pero en cuanto a Olivia, gire mi cabeza a ver a donde apuntaba la chica caimán, era ella, acompañada por Liz, me preguntó que estaban haciendo aquí en clase de gimnasia.

Damien se acercó después de verme renquear hasta la banca más cercana apoyando mi brazo sobre su cuello usándola como soporte evitando así que cayera al suelo por mi mal estado, que bueno era tener un amigo como Damien.

— ¡Eso fue increíble! Los humanos deben ser personas tan fuertes como para soportar ese tipo de golpes — que bueno fuera.

— Ah~ Nooooo... Claro que no estamos hechos para ese tipo de caídas, solo tenemos suerte de aún seguir... V-Vivos.

¿Por qué no pude tocar la campana?.

— Liz y Olivia están aquí, me pregunto para que habrán interrumpido la clase del profesor.

— Bueno... ¿Liz es parte del consejo estudiantil no? Y Olivia no lo sé, me sorprende que esté con ella.

A unos cuantos metros de distancia ambos nos fijamos en la conversación de Liz, ella llevaba un sobre manila en sus manos junto a un enorme folleto de hojas rojas, fueron rápidamente entregadas al entrenador que parecía haber cambiado su expresión a una más enfada, me preguntó que le habrá dicho Liz a el.

Tan pronto como empezamos a cuestionarnos, el entrenador se acerca hacia el grupo de alumnos quienes también veían escena, Damien y yo nos pusimos de pie después de habernos sentado en la banca y nos acercamos hacia el grupo para poder escuchar la próxima información que ahora nos iban a dar.

— Esto fue todo por hoy, lastimosamente me han llamado a una junta de docentes, la clase de hoy fue una forma de hacerles ver qué en la vida siempre tienes que esforzarte para alcanzar tus metas, no importa si el camino es grueso, largo o delgado, siempre tienes que darlo todo, ¡VAYAN A CAMBIARSE SEÑORITAS!.

Gracias Liz por haberme salvado de una segura carcajada grupal de los demás dinosaurios.

— ¡Hola chicos! — Liz se aproximó hacia nosotros con una expresión animada — ¿Cómo les fue en su clase de física?.

— ¿Puede considerarse caer de espaldas contra el suelo a unos cuantos metros como algo bueno? Porque si es así, que me parta un rayo.

Murmuré sobándome la espalda.

— Pues sigues vivo, así que si.

— ¿Que pasá Liz? El entrenador parecía muy molesto cuando llegaste a hablarle — dice Damien ganando la oportunidad de preguntarle a ella.

— Lo que pasa es que no se sí lograrán recordar que les dije que habría una excursión, la reunión se tratara sobre la división de los grupos y quienes serán nuestros coordinadores, como por ejemplo, el profesor Iadakan será el maestro guia para los pocos que reciben sus clases, Damien tu estarás conmigo y Ben en otro bus, creo.

Había olvidado esa excursión, pero para darle tanta vuelta al asunto, si se trataba de un viaje escolar para acampar una noche en un sitio desconocido era claro que iba asistir, mis padres no estarían presentes como para saber que su hijo dormiría hacia las afueras, tampoco creo que les importe mucho.

Liz dió un par de explicaciones sobre el viaje a detalles pero por otro lado, yo dejé de ponerle atención a sus palabras por haberme dado la vuelta y buscar a cierta persona de escamas verdes y mirada pérdida.

Olivia había estado detrás de nosotros viendo hacia otra parte del gimnasio, no se había acercado lo suficiente a nosotros para incluirse en la conversación, al contrario ella estaba de espaldas contra nosotros evitando hacer algún tipo de contacto con el grupo, aunque creo que era está vez por mí.

No se había dado cuenta de que estaba detras de ella, casi uniendome a su búsqueda notando que ella solo veía hacia las bancas vacías del gimnasio.

— Hola Olivia.

Le dije casi con voz animada, aunque verla tan distraída me hizo pensar que tal vez aún estaría mal por lo de la parrillada con los Paine.

Ella voltea su cabeza a verme.

— Inco... Hola, ¿Buenos días?.

Hmm, parece estar nerviosa.

— Me alegra verte por aquí, yo... No pude despedirme de ti el día de antier — desvíe la mirada — Yo... Siento mucho lo que pasó en el baño.

— Déjalo... Aunque... — suspira — gracias Inco...

— ¿De verdad?, ¿Ahora porque? — era obvio que necesitaba saber por qué sus agradecimientos.

— Por haberme escuchado... Siento que fue muy egoísta haberte contado todo a ti y no a los padres de Damien — Olivia finalmente se gira en la silla para estar de frente a frente.

Olivia me ve y de forma de agradecimiento ella sonríe pero no era una sonrisa muy animada, era más bien la de una chica apenada, creo que hizo un esfuerzo por querer disculparse conmigo, aunque no mereciera tanto esas disculpas, después de todo yo también le debía una, pero tal vez más adelante sería un poco más honesto con ella.

Después de un rato de estar viendonos incomodamente por quién sabe cuántos segundos, el caimán cambia su expresión pintando ahora una pequeña sonrisa junto a una ceja levantada.

— ¿Te duele el culo? Esa caída debió haberte movido un par de huesos.

Oh genial, más burlas.

— ¡No! Yo así me bajo de las sogas que se me atraviesan en el camino — crucé los brazos mirando hacia otro lado, creo que ahora sintiendo nuevamente mi cara arder.

— Suerte que los maniquíes pueden volverse a armar — dijo después de soltar una carcajada.

— Muy racista Olivia, muy racista.

Fue bueno ver a Olivia reír después de casi haberla visto romper en llantos sobre mi chaqueta, la sonrisa de ese caimán también me provocaba un sereno entorno, era mejor cuando estaba de buen humor riendo y burlándose pero sobre todo con un pincel a la mano y un cuadro.

Después de que Damien y yo regresamos a cambiarnos de ropa y que Olivia junto a Liz nos esperarán fuimos tomando rumbo hacia el campo del instituto y es que al ser un viaje todos los docentes debían estar metidos en la sala de reuniones, eso incluyendo a los profesores que iban a darnos el resto de nuestros periodos pero que ahora se habían convertido en tiempo libre.

Así es como mis amigos y yo nos dirigimos hacia el campo donde nos esperaba una calida brisa y estaba seguro que un gran parloteo por parte de todos nosotros, me preguntó si Olivia dejara de estar callada.

El camino por los pasillos se volvió un poco difícil de cruzar al haber tantos alumnos rondando como si nada, sobre todo era dificultoso para Olivia al tener que estar deteniendo varias veces para evitar chocar con alguien.

Pude escucharla murmurar algo en medio de sus esfuerzos por no chocar.

— Olivia, ¿Me dejas empujarte?.

— ¡¿Que?! — su voz rasposa hizo un intenso pero casi grito — ¿Ahora soy un tipo de barrera que te permitirá pasar entre todos estos alumnos?.

— Básicamente si pero mira, te ahorras lo de las empujadas — puse ambas manos sobre la silla de ruedas de Olivia sin esperar una respuesta clara — Lo tomaré como un si.

— ¡Inco!.

La gorra de su sudadera cubrió el rostro ruborizado del caimán, dejando a simple vista su hocico con la forma de sus labios temblorosos, me causa algo de gracia cuando la veo actuar tan nerviosa y sus murmuros se vuelven tiernos junto a su voz baja, aunque pareciera que nunca a tomado o que no conociera sobre las botellas de agua, su voz se volvía en algo suave para mis oidos al escucharla hablar.

Por el resto de camino estuve empujando a Olivia en los pasillos, fue algo beneficioso ya que los pocos que se encontraban en nuestro camino notaban mi presencia junto a la silla de ruedas de Olivia, por lo que nos daban el paso libre en cuestión de segundos, otros señalaban con sus dedos hacia Olivia y a mí, era algo que Olivia notaba pero solo podía verla con su expresión aburrida y desinteresada hacia los demás.

Yo... Extrañaba ver esa expresión en su rostro.

Cruzando la puerta de salida pudimos ver el campo el cual estaba como esperábamos, libre de estudiantes y el aire fresco adornando el ambiente, era el sitio perfecto para descansar de los periodos que aún no sabíamos a qué horas irían a empezar pero era más que suficiente esperar sentados descansando.

Damien señala hacia la esquina más escondida del sitio junto a una pequeña fuente de piedra que adornaba el pequeño jardín del patio, habiendo una pequeña rampa de concreto pude bajar con Olivia sin problemas dándole la espalda al camino, no iba a ocasionar un accidente con ella a mi cargo ahora.

— Oye, pudiste haberme soltado, ya salimos del instituto — me ordena casi levantando su rostro para verme a la cara.

— Ofrezco mis servicios como tú chófer personal llevando a tu silla a cualquier lado, ¿Y la estás rechazando?.

Olivia lo piensa un poco antes de regresar a verme.

— Bueno, creo que es mejor tomar un aliento para seguir avanzando — notó como los labios de Olivia vuelven a tomar esa curva — Gracias... Inco.

Un flash de calor vuelve a chocar contra mi cara, no se que eran estás nuevas oleadas de calor que extrañamente solían afectarme pero tampoco es que me molestará tanto percibirlas las veces que fueran, Olivia y yo nos separamos un poco de Damien y Liz quienes se habían quedado atrás platicando sobre quién sabe que.

Al llegar al sitio Olivia hizo una breve pausa en su silla poniendo el seguro a la ruedas como aviso de que ese lugar estaba bien, yo obedecí apartandome de la silla para después también acomodarme, pero en un descuido por apartarme ví como ella se lanzó de su silla al suelo cayendo de trasero contra el suelo, su cola siempre suele usarla para poder movilizarse, así que eso ya no era un problema, insisto en que yo también desearía tener una cola grande y gruesa como la de ella.

Liz y Damien llegaron después de que nosotros nos sentamos al suelo, Damien tomó asiento al lado de Liz, como yo supuse que haría, bueno, es mejor que el también tome la iniciativa en ella, la mayor parte suele tomarla la Dino.

— Entonces hasta nuevo así, nos quedaremos aquí a descansar un rato, es mejor que estar adentro con tanto estudiante merodeando en los pasillos — agregué al relajado ambiente.

— Bueno, yo en sí debería estar ahora también en la reunión de docentes pero Ben seguramente me informará más tarde que es lo que tengo que hacer, solo quiero tomarme un descanso, sin estar escuchando las voces de todos ellos.

Damien asiente.

— Un descanso grupal con todos mis amigos, esto no lo cambio por nada.

Después de preguntarle deje de prestar atención a la platica, mi cuerpo se vió obligado a recostarse contra el como césped del campo verdoso, pasando a tener mis ojos en dirección al despejado cielo.

Creo que esto era mejor que trepar la soga y tocar esa campana casi imposible, con todas esas miradas lo único que quería era ganarme la risa de los estudiantes otra vez, y sobre todo otro vídeo con respecto al respeto a los demás compañeros.

En medio de mis pensamientos, por un reflejo de querer apartar un insecto que recién se atravesaba en mi rostro noté la mirada de Olivia sobre la mía, gire mi cabeza por unos segundos solo para ver sus ojos envueltos en mi, como si también estuviera viendo como me quitaba el mosquito o no, ella se da cuenta que también la estaba viendo y volteo a ver a otra parte rápidamente, y por si fuera poco tenía otra vez ese rubor en sus mejillas.

— Oye Olivia...

— ...¿Hmm?.

— ¿Tu crees que pueda llegar a dominar el pincel como tú lo haces? — mi pregunta sorprende al caimán así que ella regresa a verme con más calma sabiendo que he sido yo quien le pregunta.

Ella piensa por un rato hasta responderme.

— Tal vez, pero deberías intentar ser mejor a qué igualar, cada quien debería tener su don Inco.

— No es eso, es que me gusta la forma en como pintas y usas los colores para formar los sombreados y darle un toque más realista a tus cuadros.

Aunque tuviera razón sobre ser mejor que ella, había muchos detalles que destacaban en las pinturas que ella hacía o al menos en las que pude ver cuando hicimos el cuadro en clase del profesor Iadakan, que hablando de eso yo aún debía pintar mi cuadro para entregárselo, rayos.

— ¿Que pasó con tu pintura?.

— Ni idea, solo se que aún debo entregarle otro cuadro nuevo a Iadakan — suspiro — aún no se cómo empezar.

— Oye, no es tan difícil... ¿Que tienes en mente?.

— ¿Nada?.

— Cielos amigo, si que apestas en esto... Podría ayudarte un poco si me necesitas, claro.

¿Olivia se ofreció a ayudarme?. Esa era una propuesta que no tenía que hacer aún lado.

— ¡Claro Olivia!.

— Mañana después del recreo el salón de artes estará solo, podría enseñarte un par de cosas... — se queda pensando nuevamente con su pausa en la oración.

Casi siempre suele hacer eso.

— ¿Y...?.

— ...Nada, solo eso.

— Gracias Olivia.

— Ni lo menciones... — regresa su mirada volviendo a espectear el cielo.

El resto de la tarde los chicos y yo nos la pasamos en el campo del instituto conversando, aunque está vez era éramos Liz, Damien y yo, Olivia solo escuchaba las pláticas que salían y una que otra vez ella también se únia pero más de cuatro palabras no pasaban de ella, volvía hacer esa misma Olivia de antes pero era mejor que verla deprimida y ahogada en sus propios pensamientos.

El día jamás estuvo tan aburrido, cuando tienes al grupo perfecto de amigos claro, me había perdido de todo esto en esas mediocres escuelas donde solo se hacían pasar por buenas personas durante el resto del día escolar, los pocos amigos que hice perdieron el interés de hablarme porque por un largo tiempo dejaron de responder mis mensajes y yo a ellos.

Ahora ya no sería lo mismo en esta misma escuela, el asunto tal vez podría ser las mudanzas que constantemente mis papás hacían, aunque ahora no los veo quejarse mucho y porque no se mantienen en casa, era solo mi madre la que alcanzaba a ver después de un largo día de trabajo para ella y estudios para mí.

— ¿Alguien más tiene hambre?.

La pregunta de Damien nos hizo levantar la cabeza a todos en respuesta de que no solo el tenía hambre, desde hace un rato que deseo una bebida que me quite las ganas de no hacer nada.

— La cafetería debería estar abierta, iré a comprar, ¿necesitan algo? — Liz se levanta del suelo junto a Damien.

— Hmmm, yo quiero dos bebidas y cualquier chuchería — saco de mi billetera el dinero para entregárselo a Damien — Y Olivia no se que quiera.

— ¿Mmm? ¿Me estás invitando...?.

Su voz se escucha temblorosa.

— Sii, vamos no seas tímida, elige cualquier cosa — sus labios temblaban mientras buscaba las palabras que no salían de su boca.

— Bueno... Damien, podrías traerme lo que te platique el otro día... — sin voltear a ver a Damien ella hace su pedido pero con el mismo rubor en sus mejillas — ¿Gracias...?.

— ¡Muy bien! En seguida regresamos, no hagan nada raro.

Tanto a mi como a Olivia nos molestó ese comentario, Olivia rueda sus ojos volviéndose a recostar en el suelo y regresar a ver al cielo, hubiese querido hacer lo mismo pero un chico y una chica recostados juntos en el suelo contemplando el cielo azul, podria verse de otra forma.

Damien y Liz se fueron del lugar yendo a buscar nuestros pedidos incluyendo también el de ellos, ¿Por qué siempre eran ellos dos los que salían a comprar y Olivia y yo nos quedábamos en cualquier parte que fuera solos.

— Inco, ¿Por qué te fuiste el día de la parrillada?.

Oh, ahí está su voz otra vez.

— ¿Que? ¿Irme? Es que sentía que no era el momento adecuado de estar en esa casa, no solo me fui yo, también Liz hizo lo mismo.

— Hmmm... Bueno, yo esperaba aún verte adentro, quería hablar contigo pero ya te habías ido — notó su mirada desde el rabillo de su ojo.

— Lo siento, pero aquí me tienes.

— Dijiste que habías terminado en enfermería, ¿Que te paso?.

Ahí estaba su interés en la herida que tenía en mi muñeca.

— Verás, tuve el honor de conocer a la imbécil que arruinó mi pintura, nos conocimos en el baño de hombres, entonces ella me hizo esto — bajando la manga de mi chaqueta le muestro una nueva venda al rededor de mi muñeca — Cuando regrese a casa ese mismo día de la parrillada me puse una nueva, aun me duele un poco pero ya se me pasará.

— Mierda, ¿En serio paso eso?.

— Si, hubiese sido más grabe si Ben no hubiera estado para detenerla, ¿Conoces a Ben?.

Olivia hace una pausa en medio de su boca abierta, ella quería decir algo pero regresó a cerrar su boca y rodar sus ojos a otra parte.

— Cuídate de el.

— ¿Por qué? Liz también me había dicho lo mismo pero sigo sin entender.

— No es nada, solo cuídate de el...

¿Que pasaba con Ben? Que ahora casi todos me decían que me cuidara de el, de Liz podía entenderla ya que ella había dicho que era muy mandon y le gustaba tener control pero Olivia no estaba en ese consejo estudiantil, a ella le habrá pasado algo de otra manera con el.

Me daba más curiosidad saber sobre el ahora y porque debía de tener cuidado con el.

— ¿No me dirás?.

— ...No, no tengo ganas de hablar de el.

— ¡Vamos!, dime — me siento a su lado.

Olivia se levantó del suelo quedando de hombro a hombro cerca de mí.

— Inky, te estás ganando una mordida en tu muñeca si me sigues molestando — murmura con el ceño fruncido.

— Y tú, te estás ganando ¡Esto!.

Me acerque lo suficientemente a Olivia para poner mis manos sobre su abdomen, había pensado en el ataque menos ofensivo para una chica como ella y que mejor que recibir cosquillas, buscaba los costados de su estómago para hacerlas más difíciles de soportar, Olivia cayó contra el suelo evitando que mis manos tocaran su abdomen pero le fue inútil.

Ahí estaba yo, haciendole cosquillas a la chica más enojada del instituto, casi pareciendo que iba a llorar de la risa, sus manos luchaban con empujarme de su lado pero por estar en una mala posición solo me hacía caer más sobre ella, pase de estar arrodillado a estar casi sobre Olivia.

— ¡INCO! ¡N-NO! — gritaba a carcajadas.

Ver a Olivia reír con esa fuerza me hacía pensar que mi juego la estaba divirtiendo, así que no iba dejar de parar de hacerle cosquillas, cuando estaba por volver a ponerme de rodillas, algo tomó mi pierna empezando a tirar acia atrás, pude bajar la cabeza para ver la cola de Olivia envuelta en mi pierna, se me hizo muy gracioso ver su cola incluso luchando por quitarme de ella.

Aunque sorprendente lo hacia, la cola de Olivia era muy fuerte así que poco a poco iba apartandome de su lado pero por un descuido mío, mi otra pierna también quedó mal posicionada ahora cayendo sobre el abdomen de ella.

Mis manos quedaron de soporte sobre el césped para que todo mi cuerpo no cayera en ella más que solo medio cuerpo, honestamente no calculé mi peso y mi poca fuerza.

Ahora estaba cara a cara contra el rostro ruborizado del caimán, pero que idiota soy.

— ¡Lo si-...

Por unos segundos pude contemplar el rostro de Olivia.

Sus ojos, esos ojos plateados tornados en un sombreado oscuro, sus labios, con el borde de sus dientes filosos que son capaces de partir una lata en dos, su cabello corto alborotado pero a la vez tan suave, su respiración era corta pero pesada, ¿Que había en ella que no podía apartar la mirada ahora?.

Quería quitarme pero incluso cuando el agarre de Olivia se había quitado no podía apartarme de ella, desvíe la mirada a otra parte, viendo el color verde de sus mejillas, mierda. Olivia, te vez tan bonita.

— Olivia...

Todo pasó muy rápido, cuando después de unos minutos escucho a lo lejos las voces de Damien y Liz, aparte mi cuerpo del de Olivia rápidamente por temor a que me vieran hacer lo que ni siquiera yo supe que estaba pasando, mi rostro estaba caluroso y dudado.

No solo era el mío, gire a ver a Olivia recién levantándose del suelo con una mirada pérdida pero, ella me estaba viendo, el rubor se apoderó de todo su rostro pero ella solo se limito a mirar hacia otra parte que no fuera mi rostro.

— Eso... Fue divertido...

Dijo con su voz seca pero en tono muy bajo.

— Lo siento...

Entonces ellos llegaron.

— ¡Ya volvimos! — exclama, sentándose en su lugar dejando caer al frente de nosotros nuestros pedidos — Aquí están sus pedidos.

¿Una bolsa de carne seca? Tomé la bolsa desconociendo de quién era el pedido, no recuerdo habe- Olivia.

— ¿Es tuyo? — pregunté a ella ofreciéndole la bolsa.

— Si, gracias — tenía otra expresión pero el rubor seguía ahí.

Bajé la mirada a mis cosas, mis dos bebidas y la chuchería que no pude reconocer al instante pero recuerdo haber pedido cualquier cosa que pudiera consumir por mientras, abrí la lata dando el primer fuerte trago al contenido, en medio de mi consumo veia de reojo a Olivia consumir su bolsa de carne seca.

Sigue roja, rayos, ¿Está molesta por lo que hice?.

Fue tan raro, pero aún tenía el calor en mi rostro, incluso cuando había terminado de beber la primera lata seguía tendiendo el pecho pesado y la cabeza caliente, gotas de sudor caían sobre mi cabeza hasta quedar al borde de mi quijada el  sudor acumulado.

No me había fijado, pero Olivia... Creo que ella se veía muy linda hoy, que raro, hace días que siempre la miraba y no opinaba lo mismo, tal vez se había aplicado algo al rostro hoy.

Las demás cosas en el grupo siguieron de lo más normal que se pudiera, todos dimos por hecho de que los periodos hasta el día de hoy no iban a ser vistos más hasta para el día de mañana, pues porque después de unas largas horas de estar hablando, merodeando y bromeando con todos ellos dieron la hora de salida.

Todos estábamos alegres de que hoy no hicimos nada más que perder el tiempo, incluso pude ver a Liz un poco más relajada y menos angustiada por temas del consejo estudiantil, creo que Ben tal vez le tendría noticias para después ya que ella ni siquiera se asomó a preguntar si todo estaba en orden y las noticias que debía de compartir en su salon de clases.

Ahora mismo estoy caminando por el pasillo junto Olivia quien iba empujando gracias a que ella me había dejado volver hacerlo, ya me había acostumbrado a tener mis manos empuñadas en las manijas de la silla de ruedas de Olivia, guiandola hasta la salida donde nos esperaban los demás, ellos se habían adelantado hasta el auto de Liz, yo tuve que regresar al instituto por una emergencia en el baño y Olivia quiso acompañarme.

— ¡No sabes nada sobre la cultura de los animes Inco! Te pierdes mucho del anime.

— Ay ya, no me hagas sentir más pena de la que siento — me encojo de hombros apenado — Tienes tiempo libre para ver todos esos programas, yo no.

Eso era mentira.

— Que mentira, ni siquiera nos han dejado tanta tarea.

— Oh, pensé que en clase de artes si, como le dijiste a Damien que tenías que hacer muchas cosas de arte.

Ella sabe a lo que me refiero, su cara es desviada a otra parte del pasillo pero en su rostro hay una diminuta sonrisa que me hace saber que le a echo gracia lo que acababa de decir.

— ¿Vendrás con nosotros? — gire su cabeza, viéndome desde abajo de su asiento.

— Creo que está vez si, quiero relajarme un poco.

— Oh, bien.

— ¿Que?.

— Nada... A veces me preguntaba por qué te ibas solo a casa cuando Liz te ofrecía llevarte.

— Lo que pasa es que... — suspiré antes de responder — A veces me hago la idea de que tal vez encuentre a mis padres en el camino, pensando que en verdad iban al instituto a recogerme pero nunca pasó.

Mi confesión me hizo sentir como un niño de nueve años queriendo ver a sus padres para poder abrazarlos, esperé a que los comentarios de Olivia aplastaran el poco ánimo que me quedaba, en vez de eso ella menciona otra cosa.

— Debe apestar eso... Nah, no te preocupes por eso ahora, ahora puedes venir en el carro con el resto, Damien, Liz y — sus mejillas vuelven a recuperar el sonrojo junto al pequeño movimiento de su cola desde la punta — C-conmigo...

Una sonrisa es dibujada en mis labios tras el dulce comentario que el caimán hace, estaba en un buen punto, ahora puedo venirme con la compañía de mis amigos, no tenía por qué esperar a mis padres para que llegaran a recogerme al instituto y ya.

Pensar la idea me hizo suspirar de alivio y conformidad, afuera del pasillo lograba ver las puertas que indicaban la salida del instituto donde Damien y Liz ya nos estarían esperando, incluso antes de llegar bajé la mirada hacia mi compañera.

Sus ojos se habían cerrado por completo ahora con su cabeza apoyada sobre su mano teniendo su brazo apoyado en su silla, el suspiró que dejó salir me hizo querer... Querer estar recostado mi cabeza sobre su hombro.

Dios... ¿Que me está pasando ahora?.

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