21
"¿Quién dijo que lo correcto no cuenta con fallos?"
MESES ATRÁS: DURANTE EL ENCIERRO.
Narrador anónimo.
Todos ya han ingresado a sus respectivas habitaciones. Eso es un alivio para los demás, para mí solo significa que cada día nos acercamos mucho más a lo que mantienen en secreto. Un secreto con varios sucesos.
Uno de ellos está por ocurrir.
Observo cómo uno de los hombres más fieles del director de este lugar recorre tranquilamente uno de los pasillos, con total normalidad, para luego comenzar a dirigirse hacia su objetivo. Lo sigo, siempre con el mayor cuidado posible para no levantar sospechas.
A tan solo una habitación de en donde se encuentran ellas, actúo. Paso uno de mis brazos alrededor de su cuello, tomándolo desprevenido, y lo arrastro hacia el interior de la habitación. El hombre, intentando liberarse, se sacude bruscamente y, en un movimiento rápido, golpea la parte trasera de su cabeza contra mi rostro, dando justo en mi nariz.
—Maldita escoria. —Gruño por el dolor.
El hombre se gira y abre mucho los ojos al ver quién soy.
—¿Qué estás haciendo? —Frunce el ceño.
Cierro la puerta detrás de mí, pasando el seguro.
—Evitando un error.
Su ceño fruncido desaparece, este es sustituido por un semblante serio.
—Eres tú. —Asiente como si todo cuadrara en su cabeza—. Tú eres lo que Richard temía. Eres...
—La persona que acabará con sus estúpidos experimentos.
Intento golpearlo, pero logra esquivarme y al quedar de espaldas me propina un golpe en mi costado. Me sostengo por uno de los muebles, respiro hondo y, dejando de lado el dolor, me giro justo a tiempo. Su puño impacta contra la dura pared.
Subo a su espalda, envolviendo mis piernas a su alrededor, y paso uno de mis brazos por su cuello. Intenta liberarse de mí, pero esta vez mi agarre es fuerte y, al dar unos pasos hacia un costado, su cuerpo da contra la pared. Tomo su cabeza entre mis manos y hago que este impacte contra el duro cemento varias veces.
Observo cómo su cabeza comienza a sangrar, es ahí cuando bajo de él y dejo a su cuerpo desplomarse sobre el piso.
Aún abre un poco los ojos. Tomo el arma que lleva en su cinturón, el cual por idiota no utilizó.
—Maldi...
Impacto el arma contra su rostro. Una y otra, y otra, y otra vez. Hasta que ya no es necesario. Mi respiración está completamente descontrolada, así que intento calmarme mientras me levanto con cuidado de no lastimar al cuerpo, claro.
Pero algo cambia a últimas instancias.
Mi instinto de supervivencia me ordena culminar esto de una forma segura.
Resoplo y tomo el cuerpo por ambos pies para arrastrarlo hasta la pared. Lo sujeto por los hombros y lo hago sentar. El grosor de las paredes solo impedirá que la mitad del ruido no sea escuchada. Pero es necesario.
Apunto bien el arma, y disparo.
El sonido es fuerte, pero nadie del personal llega ya que cuentan con la idea de que el hombre ya muerto sería el único circulando este pasillo. Un error proporcionado por mis falsas palabras de ayuda.
Todo para asegurar la vida. Sus vidas.
***
PRESENTE.
Clare.
—Yo veo... —Observo lo que nos rodea—. Algo celestial.
—¿Algo celestial? —Dant frunce el entrecejo—. Qué específica me saliste.
Giro los ojos.
—Es algo celeste.
—¡El cielo! —Grace alza un brazo como si estuviese dando la respuesta correcta a una profesora.
Sonrío y voy a felicitarla, pero la voz disgustada de Dant se me adelanta.
—¡Claro que no, Grace!
—¿No es? —Inclina su rostro hacia un lado con confusión.
—¿Cómo no te das cuenta? Dijo algo celestial. Es obvio que habla de mi alma pura como la de la Virgencita.
Me giro y me cruzo de brazos mientras sigo caminando aún de espaladas.
—Exacto. Y así de virgen también estás, ¿no?
—¡Clare! —Finge toser y cuando logra "recomponerse" me observa con indignación—. No enfrente de los niños. Tenemos historia con ese tema, pero lo hablaremos en privado —dice entre dientes, pasándome por un lado con una Grace tapándose la boca para no reír.
—¡Idiota! —Río.
Detengo mi risa al sentir cómo la parte trasera de mi pie tropieza con una roca, esto provoca que mi cuerpo se desequilibre. Estoy por caer de culo, pero eso no sucede debido a que unas manos me toman por la cintura. Alzo el rostro y me encuentro con el de Eiden, quien me examina con detenimiento.
—Ten más cuidado —murmura en un volumen bajo.
—Eh... sí. —Me ayuda a estar de pie nuevamente y me aparto con torpeza. Me giro y apresuro el paso para alcanzar a los otros dos que al parecer juegan a las carreras.
No me dejen solita, pendejos.
—¡Hey! —Eiden trota un poco hasta alcanzarme—. ¿Por qué corres?
—No estaba corriendo —respondo en automático—. Viste mal.
—Ah, eso lo explica. —Asiente junto con una media sonrisa.
¿Siempre se ha visto así de lindo al sonreír o me están afectando las drogas inexistentes en mi cuerpo?
Camino a su lado con la cabeza gacha. En un momento nuestros pasos se vuelven lentos y sincronizados. Enarco ambas cejas.
—¿Estas copiándome? —Hace un puchero con su labio inferior, encogiéndose de hombros. Eso provoca que luzca tierno y que, sin notarlo, en mi rostro se forme una pequeña sonrisa.
—No. ¿Tú estás copiándome?
—No. —Alargo la vocal de forma graciosa y él sonríe con complicidad.
Realizo un salto hacia un lado y él también lo hace.
—¡¿Ves?! ¡Tú me estás copiando!
—En mi defensa, ya tenía planeado ese salto un minuto antes de que tú planearas el tuyo.
Abro la boca con indignación, observando cómo ríe con descaro.
—Qué trampero.
Para de reír y hay de nuevo silencio. De reojo observo que él también está atento a lo siguiente que haré. Sonrío por lo gracioso de la situación, pero esta se borra al recordar uno de los puntos por los que nos está ayudando. Y sé que no es el momento, ni tengo que preguntarlo ya que es un tema delicado, pero aún así lo hago.
—¿Cómo murió?
Gira un poco su rostro y me observa con confusión.
—¿Quién?
—Tu... ¿hermano? —dudo—. Eso dijiste.
Hace una mueca.
—Como mueren todos ahora. —Me observa, encogiéndose de hombros—. Por error.
Parpadeo, confundida.
—¿Por error?
—Por las manos equivocadas, por circunstancias equivocadas y por motivos equivocados. —Suspira con pesadez—. Por error porque no era su momento. —Gira su rostro hacia mí—. Seguro lo entiendes.
Siento una opresión en el pecho y asiento con lentitud.
—Lo entiendo.
Mi madre también murió por error. Nadie decide en qué momento morirá el otro, pero las circunstancias en las que ellos nos sometieron nos llevaron a todo eso. Fue así que llegamos a las decisiones que nos condujeron al horrible desenlace.
—Pero, ¿por qué tanto interés en mí? —pregunta con una sonrisa juguetona—. ¿En tan poco tiempo ya te importo?
Trago saliva y desvío la mirada hacia el cielo.
—Puede que sí.
No me giro para ver su reacción, sigo caminando con una pequeña sonrisa. Observo a mí alrededor y es ahí cuando me doy cuenta de que faltan dos integrantes de nuestro grupo.
—¿D-Dónde están? —pregunto, girándome hacia Eiden. Él me observa sin entender.
—¡Clare! —Oigo gritar a Dant.
—¡¿Dant?! —grito y giro sobre mi mismo eje sin saber la dirección exacta de donde provino su grito.
Nos separamos, Eiden va hacia algunos edificios mientras yo voy detrás de otras. Mi respiración se vuelve acelerada al ya pasar como cinco minutos sin encontrarlos, hasta que una mano se posa en mi hombro, este me hace girar con brusquedad. Me asusto, así que doy un golpe que da justo en su brazo.
—¡Au! —Se queja.
Sonrío y me abalanzo sobre mi amigo.
—Dios, qué susto. —Me llevo una mano al pecho con la respiración aún hecha un desastre. Suelto una risa de alivio—. ¿Y Grace?
—Clare. —Frunzo el ceño, borrando mi sonrisa.
—¿Qué?
—Ella no está —susurra con voz rota, acercándose a mí.
—¿Cómo que no está? No entiendo. —El dolor que veo en sus ojos solo logra que sienta cómo el mío inicia. Me toma por los hombros y ahí lo entiendo mejor—. No... No puede. —Doy pasos hacia atrás con lentitud, intentando tomar aire—. ¡¿Qué pasó?! —exijo en un grito desesperado.
—Por favor, cálmate.
—¿Cómo quieres que me calme? ¡Acabas de decir que Grace ha desaparecido! —Paso mis manos por mi cabello con desesperación—. ¡¿Qué pasó?! —Vuelvo a exigir.
Por un momento había olvidado que esto puede pasar.
—Y-Yo estaba con ella. —Inicia con voz temblorosa—. Quería jugar a las escondidas, y sabes que ese juego me parece estúpido, p-pero dije que sí y... —Suspira con pesadez y sus ojos se cristalizan—. Ella solo desapareció, Clare. No sé cómo.
—Tal vez aún esté jugando —dice Eiden.
—N-No, ella no haría algo así —murmura Dant—. ¿O sí? —Niego con la cabeza, intentando controlar mis manos que ya tiemblan.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde eso? —inquiero.
—Como desde un poco después de que nos reímos sobre las relaciones.
—¿Relaciones? —Eiden arruga el rostro sin entender.
—No importa —digo y tomo lentas respiraciones.
Ella no jugaría con algo así, la conozco.
—Es mi culpa. —Dant aprieta sus puños contra sus ojos—. Siempre es mi culpa, ¡carajo! —Patea con rabia una pared cercana.
Aún con las manos temblorosas por los nervios, lo abrazo mientras él sigue apretando sus puños contra sus ojos.
—No es cierto. —Le susurro.
—¡Claro que sí lo es! ¡Y lo más seguro es que los responsables sean esas personas! —dice entre dientes y lo abrazo mucho más fuerte.
—La encontraremos. —Llevo mis ojos hacia Eiden quien observa con tristeza a mi amigo. Dant se separa, sus ojos están rojizos, pero mucho más lo está su nariz. Tomo su rostro entre mis manos y le doy un beso en la mejilla.
—¿Qué haremos? —susurra, pasándose la manga de su abrigo por la nariz.
Mi cerebro está en completo suspenso por lo ocurrido, las ideas no llegan, y si alguna vez había sido ingeniosa con las ideas para solucionar una catástrofe, ya no lo soy. Estoy completamente sin movimientos.
—Sigamos.
Frunzo el ceño.
—¿Qué?
—Podemos seguir. —Vuelve a decir Eiden.
—¿Sin ella?
—¿Y simplemente eso? ¿Seguir? —inquiere Dant con impaciencia e incredulidad—. ¡Es la maldita idea más jodida de todas las jodidas ideas! —Eiden coloca sus manos enfrente de él, como si así se pudiera proteger de nuestro desagrado hacia su propuesta.
—Ya tenemos planeado eso, seguir hasta llegar a la organización. Además de que también está la idea de pedir la búsqueda. —Se endereza y nos observa con detenimiento—. Solo piénsenlo. No podemos buscarla nosotros solos, porque de haber sido capturada por esas personas, ¿qué haríamos? Deben ser una cantidad más grande que nosotros y de ese modo solo nos perjudicaríamos.
—Pero no perdemos nada con intentar ir nosotros —opino.
Enarca una ceja.
—¿Nada? ¿Eso crees que es su vida?
Maldición. Maldición. Mil veces maldición.
Es lo único que nos queda, y la más confiable. El dejar atrás a Grace, la chica de mechones dorados que parece más una niña pequeña que una adolescente, aquella a la que quiero como mi hermanita y que me hace sentir ternura con su mirada cargada de inocencia. Me siento incapaz.
Dant se lleva las manos a la cabeza y tira de sus cabellos, resoplando.
—Qué jodido. —Se pasa las manos por el rostro, luego se gira y comienza a alejarse.
—Podríamos idear algo y, no sé, ¿sorprenderlos? —Tomo respiraciones temblorosas.
—Estamos prácticamente a mitad del viaje para llegar a nuestro destino. Seguirlos solo nos retrasaría y... —Suspira—, sabes que no funcionaría.
—¡Mierda! —mascullo entre dientes.
Resoplo, recostándome contra una pared y me deslizo por el cemento de esta hasta quedar sentada sobre el frio suelo. Eiden, un poco dudoso, se acerca a mí y se sienta a mi lado. Coloca una mano en mi hombro a modo de apoyo.
—Todo estará bien.
—No puedes saberlo.
—Así como tú tampoco puedes saber si no será así.
El nudo en mi garganta se intensifica. Trago y niego con la cabeza.
—Debí cuidarla mejor, debí estar con ella. —Con los ojos ardiendo por las lágrimas observo directo a los suyos—. Es la pequeña del grupo.
Sollozo y, en un acto por tal vez sentir algo más que la terrible opresión en el pecho junto con la frustración de no saber qué hacer, lo abrazo. Lo tomo por sorpresa, pero unos segundos después me corresponde el gesto y me permito, por fin, descargar mi dolor.
Y se siente bien.
Llorando entre sus brazos percibo, después de mucho, la dulce sensación de la seguridad de poder derrumbarme.
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¡Hola!
Mi pequeña Grace🤧
Es mi primera escena de acción así que pido perdón si está fea😔
Pero, ¿quién es el sujeto anónimo?👀
No me odien ahora, ¿sí? Porque más adelante tendrán más motivos para hacerlo:'v
Esta será mi última nota porque... van a querer matarme (más de lo que ya lo quieren) y no quiero estar aquí XD. Mentira, solo dejaré de hacerlas para que disfruten bien bien los capítulos que se vienen que, ay, me dolerán:(
Recuerden que soy como un peluchito lleno de amor:3
Esta no soy yo, es Patricia😔✊🏼
No olvides votar, eso me ayuda muchísimo❤
¡Nos leemos pronto!
¡Muak!
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