Entretiempo, competencia y segundo round
Agua y galletas de chocolate eran lo que Adrien había elegido traer de la cocina para que Marinette descansara unos minutos y apaciguara un poco su sutil enojo por descubrir todas las marcas rojas que ambos chicos habían dejado tatuadas en su cuello. Ella masticaba en silencio sosteniendo el platito de galletas, envuelta en la camiseta de Luka por tener frío tras el descenso de temperatura corporal, con las mejillas infladas simulando estar muy ofendida, apoyada sobre el respaldar de la cama. El chico de cabello azul estaba recostado con su cabeza reposada sobre el muslo derecho de la joven, sus ojos cerrados y sus manos colocadas por encima de su pecho practicando una melodía en una guitarra invisible, cubierto por el bóxer que se había vuelto a colocar. El ojiverde, quien llevaba igual su ropa interior puesta, se había sentado de piernas cruzadas sobre el colchón cerca y de frente a Marinette, acariciándole la pierna con una de sus manos mientras que con la otra sostenía su móvil y chequeaba algunos mensajes. De vez en cuando levantaba su mirada de la pantalla para observar a la azabache que parecía pensativa y perdida en la nada, pero que también guiaba sus ojos de a momentos hacia los de él y le sonreía tímida en silencio.
Se oyó un suspiro de Luka cuando dejó de practicar guitarra aérea, apoyó de pleno sus manos sobre su pecho y abrió sus ojos observando el techo. —Sigues ofendida? Tienes que verle el lado bueno, hace tanto frío que podrás llevar tu cuello cubierto y nadie se dará cuenta de que la pasaste genial.
La azabache bufó y dejó el platito sobre la mesa de noche. —No niego lo último, pero, díganme, había tanta necesidad de dejarme así? —Señaló su cuello y cruzó sus brazos.
—Hay impulsos que no se pueden controlar, Marinette. Por mi parte, te pido disculpas, realmente me dejé llevar por la situación. Me sumo a lo que dijo Luka, al menos es invierno y te puedes cubrir sin que nadie sospeche. —Dijo el rubio apoyando su teléfono de vuelta en su mesa de noche para acercarse hasta ella y sentarse a su lado.
—Además sólo pediste que no te acabáramos dentro, no mencionaste nada de chupetones. —Agregó Luka mirando hacia arriba, buscando el rostro enojado de su ex para burlarse de ella que le respondió dándole un pequeño tirón a los cabellos alborotados.
—Tú siempre estás buscándole la trampa a la ley?
—Si es por ti, sí. —Le respondió guiñándole un ojo, haciendo que ella resoplara juguetona. Giró sobre sí mismo y quedó apoyado sobre las palmas de sus manos y los codos en el colchón.
Adrien le tomó la mano izquierda y se la llevó hasta los labios para besarle el dorso. —Bueno... Pero lo que importa aquí es... Te sientes bien hasta ahora? Te gustó lo que hicimos?
Soltó una risa coqueta y bajó la mirada mientras se acomodaba un mechón de cabello por detrás de la oreja. —Ss...Sí, estoy... Bien.
—Sólo bien? Marinette, tuviste dos orgasmos geniales y te la pasaste gimiendo, yo creo que estás más que bien.
—Luka! —Exclamó ella, sonrojándose mientras que Adrien se rio.
—Qué? Es verdad. O no? —Miró al rubio buscando apoyo.
Se rascó la nuca. —Eh... Sí, eso me pareció a mi también... A menos que haya algo que no te gustó...
—No, no, me gustó todo! —Salió desesperada a aclarar la duda del joven tocándole el brazo, bajo la mirada atenta y celosa de Luka a quien no le costó nada percibir la diferencia de actitudes al responderle a cada uno.
En un acto de dulzura, Adrien la tomó del mentón y, bajándole con suavidad la cabeza, le besó la frente. —Tranquila... Fue una broma. —La abrazó y apoyó sobre su pecho. —A menos que seas una gran actriz y nos estuvieras mintiendo, cosa a la cual no le encontraría sentido, era evidente que te gustaba mucho lo que, tanto Luka como yo, te hicimos.
La azabache se quedó en silencio meditando sobre el tema de la mentira que, por más que no tuviera que ver en este caso, se relacionaba con lo que ella seguía ocultando dentro de su corazón. Pero, nuevamente, no era el momento de resolver ese problema; estaba en los brazos de Adrien. —Claro que no mentí... —Contestó en voz de chiquilina, deslizándose lentamente hacia abajo contra el pecho del joven hasta caer recostada de lado sobre sus muslos.
—Qué quieres hacer ahora? —Interrogó el músico acercándose a ella gateando, para acariciarle la mejilla. —Te gustaría seguir...
—O quizás tengas ganas de comer algo, ya es mediodía. —Agregó el de ojos verdes.
—Bueno, yo... —Suspiró para luchar contra su timidez. —Yo quiero preguntarles si... Si vamos a hacer todo. —El volumen de su voz se redujo al mínimo al mismo tiempo que su rostro se ponía rojo y se ocultaba de los ojos de los dos muchachos que trataban de entender a qué venía su pregunta.
Ellos entrecruzaron miradas frunciendo el seño, buscando descifrarla, hasta que Adrien se adelantó a averiguar. —A qué te refieres con... Todo?
—Pues... Ya saaaben... —Revoleó sus ojos simulando superación.
—No, yo no sé. —Contestó Luka con una sonrisa. —Y puedo imaginarme cualquier cosa si no eres más específica.
Marinette soltó un grito y se cubrió el rostro con ambas manos. —Que alguien lo diga por mí, por favor...
—Marinette... Si tú no dices lo que quieres o lo que soñaste, cómo se supone que lo sepamos? La gracia de esto es que nosotros sigamos tus instrucciones... No es que estemos los tres aquí porque yo tuviera ganas de ver a Luka desnudo...
—Acéptalo, te excitan demasiado cada uno de mis centímetros, rubio. —Dijo el músico en tono gracioso con meneos de su pelvis, quería distraer a la chica para quitarle los nervios.
Adrien, boquiabierto, giró lentamente su cabeza para clavar su mirada en el otro muchacho que sonreía con picardía, mostrándole los dientes. Bufó y se tomó la frente para calmar un leve enojo que se estaba asomando por considerar que no era el momento indicado para iniciar una competencia con ese tema en particular; por lo que decidió jugar un retruco. —Mueres porque así fuera, no?
—Ohh, estás picante? Tienes algo que probar? —Luka comenzó a reírse más fuerte y se reincorporó, sentándose con las piernas cruzadas.
—No lo sé, pareciera que el que tiene ganas de experimentar conmigo eres tú, porque ya van dos veces que tocas el tema. Estás seguro que no eres tú el que gustas de mí? Vi como me la mirabas todo el tiempo...
El de cabello azul mostró sonrojo por primera vez en todo el tiempo que ya llevaban ahí. No podía negar que había estado mirando un poco por demás pero por mera competencia, así que se envalentonó para tratar de tomar control. —Claro que te la miré, te sentiste intimidado por eso?
Marinette notó como había dejado de ser el centro de atención y, perdiendo un poco los nervios, movió sus manos para el costado para poder espiar a través de sus dedos, con expresión de gran interés en esa candente conversación.
—Intimidado por ti? Jajaja, Luka por favor... Quieres que traiga una regla para tranquilizar tu masculinidad? Oh, no, mejor no, saldrías perdiendo... —El joven hizo un gesto victorioso con las cejas a la vez que con su mano izquierda se tomaba obscenamente el miembro por sobre la tela de su bóxer.
La chica giró su rostro y abrió los ojos gigantes al ver ese lado desconocido de Adrien siendo competitivamente sexy, con la total pena de que, por su posición, su cara estaba justo a la altura de la entrepierna del muchacho, haciendo que explotara en rubor.
—JAJAJA! —El de cabello azul estalló en una carcajada ante la inesperada reacción de su compañero. —Así que no eres tan calmo como pareces, tienes sangre en las venas...
—Aquí tengo sangre, maldita sea. —Volvió a sacudir su mano, sorprendiendo todavía más a la azabache que lo miró a los ojos boquiabierta, pero alucinada. No había olvidado sus momentos intensos que tanto le habían gustado aquella vez. —Vas a dejar de competir conmigo? Yo no tengo nada que demostrar.
—Eyyy, no te enooojes! Fue solo para que nuestra agasajada se olvidara de sus nervios y nos diga qué es a lo que va con lo de todo... —Luka se dio cuenta de que mejor bajaba el tono de la conversación porque Adrien de verdad parecía enfurecido, lo que podría no jugarle a favor a ninguno de los tres.
—Oh... —Bajó la cabeza para observarla, aún recostada sobre su muslo. —Lo siento, me... Me dejé llevar por culpa de éste...
La chica sonrió. —No pasa nada, fue divertido. Además me gusta que te pongas así... Me excita.
Adrien alzó las cejas en sorpresa porque lo dijo en voz alta y el otro chico también lo escuchó, provocándole un poco de desánimo. —Me pondré como tú quieras que me ponga, pero solo si nos cuentas qué es lo que tienes en mente, bonita.
Marinette rio de manera babosa tras escuchar un halago para ella salir de la boca de su amigo, girando y reincorporándose en la cama para abrazarse a él y arrojarlo hacia atrás sobre el respaldar; estaba comenzando a excitarse de nuevo, lo que la ayudaría a expresar su pleno deseo. El rubio se relamió los labios y la tomó por la cintura para pegarla a él, hizo su cara hacia adelante para robarle un beso que fue rápido y terminó en la mordida de su labio inferior, estirándolo levemente hacia afuera hasta soltarlo.
—Ven, Luka... —La chica le hizo el gesto de que se acercara moviendo su dedo índice y golpeó la cama a su lado, esperándolo con el brazo abierto mientras que el otro joven la seguía sosteniendo de la cintura.
El de cabello azul sonrió e hizo caso a su orden para sentarse junto a ella. —Vamos, deja salir lo que deseas. Qué es todo?
Marinette aclaró su garganta y suspiró. —Ok, ok. En mi sueño... Lo hacíamos los tres, al mismo tiempo.
—Sí, es lo que venimos haciendo hasta hace un rato, pero sé más espe... Ohhhhhh.... —Adrien se interrumpió a sí mismo al caer en cuenta de lo que la jovencita estaba pidiendo de forma poco implícita. —En serio quieres... Quieres...?
—Qué, qué quiere? —Preguntó Luka raramente confundido.
La azabache lo observó de lado, con ojos seductores. —De verdad no entiendes? Tú, yo y él...
—Sí, sí, los tres pero... —Sus ojos celestes se abrieron de manera extrema, al igual que su boca, captando el mensaje. —Ahhhhhhhh! MARINETTE! —Atrapó su mentón en su mano y le devoró la boca en un beso intenso. —JAMÁS EN LA VIDA PENSÉ QUE QUERRÍAS UNA DOBLE PENETRACIÓN!!!!
—LUKA! NO LO DIGAS ASÍ! —Gritó la ojiazul volviendo a cubrirse el rostro con ambas manos, atacada por los nervios repentinos por la forma en la que él habló.
—Pero si es lo que es! Ahora, dependerá de como la quieras, si las dos en el mismo lugar o...
—LUKA, POR DIOS! —La chica le cerró la boca apoyándole con violencia sus manos sobre los labios.
—Eso no lo veo muy viable, eres demasiado estrecha para que te las metamos las dos juntas por el mismo agujero. —Comentó Adrien sonriendo de lado, sumándose al juego de ponerla nerviosa, le causaba demasiada ternura siendo por algo que ella misma acababa de sugerir.
—Adrien, tú también? Nooooo! —Exclamó lloriqueando.
—Pero por qué te pones así? Si aquí ninguno de los dos te está juzgando, o no Adrien? —Luka buscó la mirada del rubio que asintió en silencio. —Al contrario, queremos saber bien para, bueno... Cumplirte el gusto al que yo, precisamente, me ofrezco con total disposición.
Con un bufido bien largo y llevando sus manos hacia atrás para peinarse, la azabache se calmó y centró aclarando su garganta. —Ok, ok. Uno por delante y el otro por detrás. No seré más específica que eso. Ahora, es verdad que se puede los dos por... Por el mismo lugar? —Preguntó muy confundida, al recordar lo que ambos habían mencionado.
—Algunos videos muestran que sí, pero no sé cuan placentero puede llegar a ser. —Agregó el de ojos verdes de forma muy seria.
Luka y Marinette se lo contemplaron fijo hasta que la chica rompió el silencio. —Tú miras esas cosas?
—Ehh... Solo a modo de conocimiento. Prefiero otro tipo de formas de entretenerme, además no tengo tanto tiempo disponible... Hago demasiadas cosas.
—Claro, debes tener un amplio catálogo de compañeras para elegir cómo entretenerte, no? —El músico se aferró con fuerza a la azabache mientras buscaba, como desde que llegó, generar discordia con el muchacho.
Adrien bufó, de nuevo, harto. —Sí que eres intenso con el tema de la competencia, eh? Pero, sabes qué? Te voy a responder: Tengo alguna que otra cosa muy esporádica, sí, y hay una compañera en especial con la que salgo bastante seguido porque es más que especial para mí.
La ojiazul lo escuchaba hablar y lentamente se volvía a sonrojar mientras intentaba zafarse del fuerte agarre de Luka.
—Oh, así que tienes una "favorita"... Y acaso esa compañera VIP no se pondrá muuy celosa si se entera de lo que estás haciendo ahora? —El chico no solo se negó a soltarla sino que apretó un poco más su abrazo.
—Ella está aquí en este momento. O no, Marinette? No es cierto que salimos un montón? —El orgullo Agreste apareció finalmente en acción después de tanto que el otro joven lo había buscado, haciendo que la azabache sintiera un hormigueo de ansiedad por todo el cuerpo, debido a no poder descifrar hacia dónde se terminaría yendo la situación.
Luka se quedó en silencio, observando a Marinette, pensando en cómo ella evadió el tema de forma tan profesional todo el tiempo que él nunca se enteró de nada. Ni que habían estado juntos, ni que salían habitualmente. Todo se hacía cada vez más confuso en su mente... Por qué regresaba a su lado si tenía la posibilidad de estar con quien realmente siempre deseó estar?
—Bueno... Sí, salimos al cine, a comer, a algún bar de vez en cuando... —Ella comenzó a enumerar con mucha timidez, pero sin reparo.
—Y no cogen? —El de ojos celestes soltó a su ex para abrir los brazos indignado.
—No. Salimos como amigos, que es lo que somos. Por qué te preocupa tanto eso? —Adrien ladeó la cabeza, comenzando a confundirse también.
—Chicos, por qué no nos enfocamos en... —La que en teoría era protagonista quiso desviar la conversación, pero fue como que hubiera soplado el viento entre ellos dos. Decidió convertirse en espectadora bajo su propia responsabilidad.
—Porque no entiendo!
—No hay nada que tengas que entender. Ella es mi amiga.
—Vaaaaaamos, Adrien... Sé honesto.
—Honesto con qué?!
Luka chistó. —Cómo no te das cuenta?
—De qué tengo que darme cuenta? No puedes tú entender que somos muy buenos amigos y que disfrutamos estar juntos sin que pase nada?
—No ves que ella... Ella está... —Se detuvo antes de soltar, de nuevo, la confesión que con tanta celosía Marinette guardaba desde hace años porque se cruzó con la mirada azul, atemorizada y a la espera de ver con tristeza como él revelaba lo más profundo de su corazón con total imprudencia, pudiendo provocar un desastre. —Que ella está buenísima? —Cambió sus palabras enseguida en un acto de conciencia, regalándole alivio a la jovencita.
Adrien alzó los hombros sin entender a dónde quería ir. —Sí, pero y eso qué tiene que ver? Es mi amiga!
—En serio? —Preguntó Marinette.
—En serio qué? —Repreguntó el rubio.
—Te parece que estoy buenísima?
—Tú crees que estoy a punto de cogerte por segunda vez en el día porque te estoy haciendo un favor? —Dejó salir su respuesta envuelta en una carcajada, para atraparla entre sus brazos y pegarla a su pecho, dejando sus rostros a escasos centímetros de distancia.
Luka quedó como mal tercio después de la gran equivocación cometida al intentar generar discordia. Ellos reían juntos, se estaban besando y había logrado que él expresara algo que, evidentemente, hasta ahora no lo había hecho. El resultado parcial marcaba Adrien 1 - Luka 0.
Después de disfrutar algunos segundos en brazos de Adrien, la azabache se reincorporó para incluir al otro chico que parecía bastante desanimado. —A ti no te pregunto si crees que estoy buenísima porque me lo dices siempre... —Le estiró la mano a modo de invitación a acercarse a ella. —Qué les parece si continuamos?
—Con gusto. —Respondió Luka con el alma vuelta al cuerpo, después de plantarle un beso lleno de pasión.
—Guíanos en lo que deseas, aquí estamos para acatar tus órdenes. —Comentó el rubio besándole el dorso de la mano.
—Ay, me encanta que me traten así... Como que yo les digo qué hacer...
—Pero si es lo que estamos haciendo, Mari... Tu pides, nosotros te lo damos. —El de ojos celestes le tomó la otra mano y se la llevó hasta su palpitante bulto por encima de su ropa interior; ella respondió apretándoselo con suavidad.
—Bien... Si me la van a meter los dos juntos... —Deslizó la mano del lado de Adrien hasta su hombría también endurecida. —...quiero que ustedes decidan quién irá dónde...
—Yo quiero darte por atrás. —Se adelantó el músico sin dejar pasar un solo segundo.
—Eh... Tengo un problema. Yo también quiero hacértelo por atrás, Marinette. Creo que lo que estás ofreciendo no es algo en lo que nos vaya a ser fácil ponernos de acuerdo con Luka.
La chica se quedó anonadada. —Eh... No sé qué decir... Por qué les gusta tanto...?
—Es que tu trasero es algo divino. —Luka hizo un gesto apuntando al cielo con sus manos.
—En eso coincido. —Sumó el rubio.
—Redondo.
—Firme.
—Tentador.
—Perfecto.
—Apretado...
—Bueno bueno, desde cuándo se ponen de acuerdo para hacerle una oda a mi trasero? No niego que me están subiendo el autoestima pero... Es algo incómodo. —Exclamó titubeando un poco nerviosa por no esperarse esos comentarios que, en el fondo, le encantaban.
—Y si lo hacemos los dos? Te molestaría?
—Cómo sería eso, Adrien? —Preguntó el otro muchacho.
—Primero uno y luego el otro, es decir... El sexo anal requiere una pequeña preparación previa, quizás uno puede ocuparse de eso y luego cambiar.
—Mmm... Suena justo. —Contestó Luka tocándose el mentón pensativo. —Y cómo lo definiremos?
Marinette aguardaba en silencio, no quería interrumpirlos en el debate sobre quién sería el "ganador". No podía creer que aquello significara tanto para los dos.
—Qué te parece al mejor de tres en piedra, papel o tijeras? —Sugirió Adrien.
—Me parece bien. Empecemos! —Ambos se colocaron en posición con sus manos frente a sus cuerpos.
—Qué mierda?... —La azabache no tenía palabras para explicar lo avergonzada que se sentía en ese momento en el que aparentemente su dignidad había dejado de existir.
—PIEDRA, PAPEL O TIJERAS! PIEDRA, PAPEL O TIJERAS! PIEDRA, PAPEL O TIJERAS!
—Sí! —Celebró el joven modelo alzando un puño al aire, tras haber resultado victorioso en dos de tres.
—Oh... —Se lamentó Luka.
—Yo no lo puedo creer. Son dos idiotas. —Lloriqueó Marinette negando con su cabeza tomada entre sus manos. —Quiero que sepan que, en este momento, los odio. Aghh... —Bufó de forma muy intensa, haciéndolos reír. —Entonces, ahora qué?
—Ahora, yo me encargaré de ti un poquito... —El joven a su derecha se abalanzó sobre la jovencita, arrojándola hacia atrás sobre la cama para quitarle su camiseta y comenzar a besar y acariciar todo su cuerpo con el objetivo de que la temperatura en esa habitación subiera lo más rápido posible. Adrien observó con una sonrisa y se levantó para ir en dirección al primer cajón de su cómoda ante la vista de lado de la chica que de a poco se adentraba en ese camino de placer.
—Qué... Qué haces Adrien?
El volteó para mirarla por encima de su hombro mientras revolvía con sus manos entre sus cosas. —Preparo lo necesario.
—Lo necesario para qu...AH! —Exclamó tras sentir a su ex jugueteando con su lengua entre sus piernas otra vez.
Giró y mostro sonriendo simpático en cada una de sus manos un pomo de lubricante y una caja de condones. —Para hacerlo como corresponde.
Marinette se avergonzó y cubrió su enrojecido rostro con uno de los cojines de la cama, mientras que Luka alzó la cabeza de entre las piernas de su ex novia para mirar extrañado al otro joven. —Qué carajos? Parece que tú también estabas preparado para esto...
El rubio rio orgulloso con su boca cerrada. —Siempre estoy preparado para todo.
—Qué mas tienes en ese cajón? —Preguntó más que curioso el de cabello azul tras levantarse de la cama y dejar a la chica acostada con la cara cubierta.
—Pues algunas cosas... Quieres ver? —Lo invitó con total sinceridad.
—Luka! Ven aquí y continúa con lo que estabas haciendo! —Se quejó la azabache al darse cuenta de que él ya estaba casi por alcanzar la cómoda junto a Adrien.
El muchacho regresó de un salto hasta ella. —Perdóname... Cómo te voy a dejar así? —Le abrió las piernas desde la cara interna, posando sus manos. —Adrien, no te parece un poco tarde para los condones? —Enterró su boca en la floreciente intimidad, sin perder un segundo más.
—Es que si vamos a cambiar lugares, quiero que todo sea lo más higiénico posible para ella. Hay que cuidarla si queremos que la pase bien...
—Siempre tú el perfecto cuidadoso... —Volvió a despegarse de ella solo para acotar ese odioso comentario, pero al instante retomó su tarea.
—Deja de criticarme y ocúpate de Marinette que de esa forma lo único que haces es ponerla nerviosa. —Le contestó leyendo la parte de atrás de la caja de condones para controlar que todo estuviera en orden. Levantó la vista al escuchar un gemido tembloroso pero largo y tendido de su amiga a cargo del otro joven; Luka estaba metiendo sus dedos en ella de manera muy rápida y, visto desde afuera, violenta, a la vez que presionaba con la palma de su otra mano su abdomen bajo para controlar los retorcijones de su cuerpo. Curioso ante la maniobra y después de apoyar el lubricante y la protección sobre la punta de la cama, el rubio se acercó enseguida para observar con admiración, ya que los espasmos de la chica parecían incontrolables y que de verdad lo estaba disfrutando. Ella, al sentirlo cerca, estiró su brazo llamándolo con intenciones de que se recostara a su lado y lo tomó con fuerza de uno de sus hombros con ambas manos, clavándole las uñas.
—Vamos, mi amor... —El músico alentó a la jovencita mientras se mordía su propio labio, muy concentrado en una sola cosa.
—Lo has logrado alguna vez? —Preguntó Adrien consciente de lo que el otro pretendía, sin dejar de sonreír encantado por tener a Marinette pegada a él retorciéndose de manera descontrolada, dentro de lo que la presión de la mano del otro chico sobre su vientre le permitía.
Luka rio sin detener los rápidos movimientos de su mano derecha, sincerándose. —Es la primera vez que lo intento, no se si ella podrá...
Un grito muy fuerte, penetrante y entrecortado con el que la azabache tembló, les llamó la atención a ambos jóvenes haciendo que el de ojos celestes la soltara para observarse la mano con la que la estaba estimulando, al contrario del modelo que la apretó con más fuerza contra su cuerpo ante la clara demostración del rápido orgasmo que acababa de tener.
—Y? —Preguntó Adrien acariciando la frente de Marinette que respiraba aún agitada.
El de cabello azul le enseñó la palma de la mano involucrada al otro chico, humedecida por completo. —Se mojó más que de costumbre pero no sucedió lo que esperaba, supongo que es cuestión de practicar. —Paso siguiente, se lamió los dedos deleitado.
—Practicar qué? Qué rayos querían experimentar conmigo? —Exclamó la jovencita totalmente sonrojada, todavía con necesidad de recuperar su aliento.
—Has oído hablar de la eyaculación femenina? —Le dijo el rubio casi al oído.
—No... Qué es eso? —Muy confundida, negó moviendo su cabeza hacia los lados.
—Luego te cuento, Mari... —Respondió Luka girándola bruscamente para dejarla boca abajo sobre la cama. Se agachó otra vez a su altura y, sin darle tiempo a meditar, se entregó al trabajo de estimular su parte trasera a nuevas lamidas, separándole las nalgas con las manos para tener mejor acceso.
—Ay Luka, no! —Exclamó con mucha pena la azabache.
—Qué? Estás limpia... —Comentó sin despegarse del valle que se formaba entre cada lado de su trasero.
—No te avergüences, es todo preparación... —Adrien le mordisqueó el cuello al mismo tiempo que se quitaba el bóxer. —No lo recuerdas? —Susurró a su oído para después acercarle con descaro su miembro hasta la boca, apoyado sobre sus rodillas. Ella asintió sonrojada rememorando los detalles de aquella noche en la que solo los dos sabían todo lo que había pasado y procedió a chupársela con gusto, siguiendo los movimientos de la pelvis de su amigo.
Luego de un rato así, el joven que había perdido la contienda para ser el primero en penetrarla por detrás en esa oportunidad, levantó su cabeza para reincorporarse levemente. Observó como el ojiverde le hacía, de forma literal, comer el miembro a su ex sosteniéndola de la nuca y, cruzando miradas momentáneas con él, se lamió el dedo mayor para llevarlo hasta el trasero de la chica y, muy despacio, se lo introdujo progresivamente.
—Mmmmhhh... —Clamó de forma sutil Marinette, con la boca ocupada, rogando porque fuera con cuidado.
—Sí, sí, ya se, Mari, tranquila. No es la primera vez que te lo hago. —Lo dejó unos segundos dentro quieto para ayudar a que se acostumbrara lentamente a la sensación y, después de un momento, inició movimientos circulares con el fin de darle lugar a la dilatación que necesitaría más tarde. —Tienes que relajarte si de verdad quieres que te hagamos lo que pediste...
Quitándose el erguido miembro del rubio de la boca, la chica suspiró un poco agotada. —Sí, quiero hacerlo... Pero, creo que será mejor que intente Adrien ya directamente, es como que estuvieras revolviendo algo y me da impresión...
Luka aceptó sin ningún tipo de queja el pedido de la ojiazul y retiró su dedo de inmediato. —Está bien, como tú quieras, igual creo que estás bastante lista. —Alzó ambas manos, se giró y caminó en dirección al baño de la habitación, algo decepcionado por no haber podido terminar de prepararla.
Marinette rodó hacia el centro de la cama para quedar boca arriba y descansar unos segundos, con los brazos extendidos, respirando lentamente, pensando en lo que estaba por venir mientras que Adrien regresaba hasta la cómoda para tomar otra vez la caja de condones y el lubricante. Se sentó junto a ella, le tomó una de las manos y se la acarició, recibiendo a cambio una hermosa sonrisa.
—Dime hasta donde puedas aguantar, sí? Te noto algo cansada. Está segura de que quieres que Luka y yo...
—Sí, estoy segura. Ya estamos metidos en esto y quiero probar todo lo que se pueda, además... —Se apoyó de costado y sonrió con picardía, llevándose un dedo a la boca en un gesto sexy. —Así lo soñé.
—Fue un sueño muy completo, verdad? —Preguntó el dueño de casa mientras abría la caja de condones y tomaba uno. —Era la primera vez que soñabas algo así?
La azabache rio al mismo tiempo que se sentó sobre la cama para gatear cerca de él y darle besos en la mandíbula, clavando sus ojos en los movimientos de la mano del joven que se acariciaba para mantener bien dura su erección. —No lo sé... No siempre recuerdo lo que sueño.
—Y conmigo?
—Contigo... Qué, Adrien? —Le dijo casi al oído, besándolo suavemente a la vez que enredaba sus manos alrededor de su cuello.
—Sueñas conmigo? —La miró a los ojos lleno de una mezcla de lujuria y curiosidad, sin dejar de tocarse.
Ambos voltearon al escuchar que Luka regresaba del baño, por lo que la chica dudó por un segundo si responderle la verdad al cien por ciento en ese momento era lo más indicado, pero suspiro con fuerza y se animó a hablarle en secreto, sin que el otro joven pudiera escucharla. —Contigo sueño hasta despierta...
Adrien expresó una gran sorpresa elevando su entrecejo, pero enseguida sonrió de lado y le guiñó un ojo. —Luego hablaremos sobre eso. —Cesó sus caricias sobre su hombría para abrazarse a la muchacha y arrojarla de lado sobre la cama mientras saboreaba sus pecaminosos labios rosados. Sus manos bajaron hasta su trasero para apretujarlo con las ansias de saber que en casi nada estaría dentro de ella otra vez. Rozó con la yema de su dedo índice su orificio, lo introdujo con suavidad para comprobar cuán relajada estaba. —Quieres hacerlo tú o prefieres que yo lo maneje? —Preguntó moviendo apenas su dedo dentro suyo.
—Házmelo tú...
—Ok, yo me encargo entonces. —Le dio un besito en la punta de la nariz, se reincorporó sobre la cama y la volteó para dejarla, nuevamente, boca abajo.
Luka se recostó junto a ella para acariciarle la mejilla y brindarle apoyo por sobre todo moral, ya que estaban a punto de hacer algo que requería cuidado y paciencia, al menos para ella.
—Luka... Estás cómodo con todo esto? —Inquirió con una sonrisa, apoyando su mejilla sobre el colchón.
—Mientras tú lo estés, lo importante aquí es que disfrutes. —La besó en los labios, acomodándole por detrás de la oreja un mechón de cabello que le había caído frente al rostro y se lo cubría. —Además, luego me toca a mí, así que mejor que él te lo haga bien.
Marinette sonrió y desvió su mirada para prestar atención a como Adrien se preparaba. Había cortado el envoltorio del condón con los dientes para colocárselo y se ubicó detrás suyo, sostenido por sus rodillas.
—Bueno, iré muy despacio, avísame por cualquier cosa que quieras. —Pasó ambas manos por debajo del vientre de la chica para levantarle la cadera y dejarla en una posición de perrito pero más baja y cómoda para ella. Arrojó un poco de lubricante sobre el condón y en su trasero, se acercó y ubicó la cabeza de su miembro justo en ese tan ajustado orificio.
—Sí, está bien... Recuerda tenerme un poco de paciencia. —Dijo bastante nerviosa.
—Déjaselo adentro un poco antes de moverte, así se acostumbra. —Comentó Luka a modo de tip basado en su experiencia.
—Gracias por el consejo, pero qué te hace pensar que no sé cómo hacérselo?
El de cabello negro y azul guardó silencio con el entrecejo fruncido de forma sospechosa, buscando la mirada de la ojiazul que inmediatamente volteó la cara en vergüenza. —Mari, acaso en una sola vez tú le entregaste también...
—Vas a colaborar o a ponerla nerviosa? —Se quejó Adrien antes de entrar en ella.
El otro muchacho chistó levemente ofendido pero, aún así se quedó recostado a su lado. Sacando cuentas mentales, seguramente el rubio había sido el primero en explorar esa zona aquella noche de la graduación, porque no hacía demasiado tiempo que Marinette había sugerido esa práctica en algún que otro de sus encuentros, sorprendiéndolo gratamente tras pedírselo durante varias años.
Aunque la azabache estaba bastante nerviosa, la estimulación que había recibido unos minutos antes había funcionado para que dilatara levemente, ayudando así a que, con la indicada presión, Adrien pudiera hacerse paso de a poco dentro suyo con los primeros centímetros y cabeza de su masculinidad.
—Espera... Mmmhhh... —Apretó los párpados y los dientes para controlar la sensación incómoda de dolor que siempre la atacaba al comenzar. Luka la tomó de la mano y le acarició la espalda; le convenía porque luego del joven le tocaría entrar a él.
—Todo lo que necesites. Dime cuando pueda continuar. —Comentó dulcemente el rubio delimitando con suavidad sus tan tentadoras caderas.
Marinette soltó el aire contenido con el objetivo de relajarse. —Sigue.
—Voy. —Adrien avanzó un poco más, dudando por los quejidos de dolor que escapan de la boca de la jovencita y por cómo estrujaba la sábana entre sus dedos. —Estás bien?
—Sí, sigue, sigue, tengo que aguantar...
—Bueno pero no quiero que sufras...
—Sigue, Adrien! Si no puedo soportarlo te lo diré! —Exclamó nerviosa, levantando su cabeza para mirarlo.
Luka observaba todo en silencio mientras seguía sosteniéndole la mano, sabía que le estaba doliendo porque no dejaba de apretársela.
El ambiente despidió tensión hasta que los sonidos de dolor de Marinette se fueron lentamente convirtiendo en gemidos más melodiosos y la presión sobre la mano de su ex novio fue desapareciendo; Adrien ya había logrado entrar por completo en ella, solo aguardaba el aviso para comenzar a moverse.
—Ay, ahora sí, puedes seguir... —Suspiró con alivio tras relajarse y dejar de sentir dolor por haberse acostumbrado al importante tamaño dentro de su trasero.
—Con gusto. —Adrien inició sus movimientos de vaivén, primero despacio, entrando y saliendo de ella por detrás, controlándose ante la presión de ese canal que era bastante más estrecho que su parte delantera que lo hacía ver las estrellas de placer. —Por favor, Marinette, esto es el cielo...
—No mentí cuando dije que tu culo era algo divino, no? —Agregó Luka llevando su mano para estimularse y mantenerse duro para su turno, habiéndose despojado de su ropa interior hacía tan solo unos instantes atrás.
La chica gemía apretando los dientes, con los ojos cerrados, a medida que el ojiverde tomaba velocidad e intensidad en sus embestidas mientras se agarraba a la cama, estrujando otra vez las sábanas entre sus dedos tras soltar al músico. —Ah, ah, AH! —Gritó varias veces acorde a la violencia del chico incrementaba y golpeaba su pelvis contra sus nalgas. Estiró una mano por debajo de su cuerpo con el fin de alcanzar su clítoris y tocarse para obtener más placer, pero Adrien se inclinó sobre ella, pasó sus brazos por debajo de sus axilas y la levantó para dejarla erguida y seguir penetrándola desde atrás, atrapada contra su cuerpo, sosteniéndola de los pechos.
El chico sabía que no aguantaría mucho más así porque el interior de la muchacha estaba tan ajustado, sumado a lo excitante de la situación, que comprimía su hombría de forma muy intensa. —Ay, Marinette... —Le susurraba entre los mordiscos que le daba a sus hombros.
Ante el pesado y extendido disfrute de los jóvenes, Luka comenzó a aclarar su garganta de manera alevosa, reclamando su turno. —Bueno, creo que es momento de cambiar... Era solo prepararla para la doble, no cogértela por el trasero tanto tiempo...
Adrien lo observó con la vista un poco nublada a causa del placer y reaccionó, bajando la velocidad hasta detenerse por completo. —Sí, tienes razón...
—No!! No pares! —Se quejó enfadada la chica que de verdad la estaba pasando muy bien.
—Ya sé, preciosa, pero es su turno... Además tú querías que lo hiciéramos los tres al mismo tiempo. —Le susurró al oído, dejando un camino de tibia saliva luego de lamerle desde el lóbulo hasta la clavícula y observar con gracia todas las marcas rojas que había hecho en la parte trasera de sus hombros. Salió de ella y se sentó hacia atrás resoplando hondo.
Luka la tomó de la cadera, la posicionó frente a él para apretarla contra la cama y se le subió encima. —Quién le iba a decir a la Marinette de 16 años que le iba a gustar tanto que le hicieran el trasero así, eh? Aquella señorita que no quería ni mostrar los pechos... —Estiró la mano para que el otro joven le pasara el lubricante pero rechazando el uso del condón.
—Supongo que... Hay que probar de todo. —Respondió desafiante en la posición más sometida que podía tener en ese momento.
El de ojos celestes vertió el líquido sobre su falo y, aprovechando la dilatación, entró en ella con casi nula dificultad, moviéndose desde el primer momento de manera rápida y brusca.
—AY LUKA! AY! —Chilló la azabache comprimida contra la cama.
—Quieres lastimarla, idiota? —Adrien lo encaró sentado debido a que el grito de su amiga lo alertó, a la vez que se quitaba el condón usado.
—No la estoy lastimando, mírale la cara...
Ladeó su rostro para encontrarse con el de la jovencita que tenía una sonrisa de oreja a oreja, plena demostración de que le estaba gustando mucho lo que su ex le hacía de forma tan violenta.
—En verdad lo disfrutas, Marinette... Eres increíble. —Se acercó hasta su oído. —Me excitas demasiado...
Sus ojos azules se abrieron bien grandes después de oír esas palabras y su lujuria explotó en forma de gemidos a alto volumen. —Los quiero a los dos adentro, los quiero a los dos adentro!!
Los muchachos cruzaron miradas para ponerse de acuerdo con el fin de accionar en lo que ella estaba pidiendo, que seguramente terminaría el encuentro ya que no estaban seguros de cuánto podría soportar así. Se la veía un poco cansada, pero con muchas ganas de satisfacer su fantasía por completo.
—Quién dónde, Mari? —Preguntó Luka saliendo de ella, ayudando a que se reincorporara sobre la cama.
—Y cómo quieres colocarte? —Sumó Adrien.
—Adrien, tú abajo, yo arriba y tú por detrás. Ok? —Pidió agitada, empujando al rubio con desesperación para que quedara recostado sobre la cama y tomando la mano del músico para que la siguiera.
—Como ordenes... —Respondió el muchacho frotando ambas manos, feliz de poder seguir apoderándose de su parte de atrás hasta que todo terminara.
—Ok, ok, vayamos con calma y tú... —Adrien señaló a Luka con su dedo índice, amenazándolo, intenta tocarme lo menos posible, está bien?
—Créeme que lo que menos me interesa en este momento eres tú, Agreste.
—Cállense los dos y métanmela! —La azabache estaba bastante fuera de sí. Acomodó su intimidad sobre el miembro de Adrien y comenzó a saltar sobre él como si estuviera desquiciada, respirando de manera pesada y sonora, dejándolo anonadado.
—Marinette, por favor! —Exclamó extasiado el rubio gimiendo a la vez que apretaba sus párpados y llevaba ambas manos a las caderas de la jovencita para guiar y profundizar sus movimientos.
El otro muchacho caminó de rodillas y se posicionó como pudo, sin tocar a Adrien, por encima de sus piernas pero a la altura de la inquieta cadera femenina que rebotaba sin miramientos delante suyo. —Qué hermosa vista, Mari... —Tomó envión con su mano derecha y le pegó una fuerte nalgada que la hizo chillar.
—Agh! De nuevo! —Pidió volteando sobre su hombro para clavarle los feroces ojos azules a su ex, en busca de más.
—Primero te la voy a meter, podrías quedarte quieta un instante y reclinarte hacia adelante? Necesito un mejor ángulo.
—Oh, claro... —Marinette bajó la intensidad al caer en cuenta de que estaba a punto de tener a los dos chicos dentro suyo, como había soñado, eso la asustaba y la excitaba a la vez de formas que jamás pensó ni asimiló que todo eso se haría realidad. Se inclinó hasta quedar completamente pegada al pecho de Adrien, le sonrió, él la besó y la abrazó.
—Quédate tranquila, sí? Y ya sabes, si quieres parar...
—Si, ya sé, les aviso. —Le devolvió el beso mientras sentía que Luka se acomodaba en su parte de atrás. —Gracias por cuidarme y preocuparte por maaaaHHHHH! —Sus palabras se interrumpieron y cambiaron por un grito a medida que el otro chico se hacía paso dentro suyo. —Ah! Esperen, quédense quietos, no se muevan! —Clavó sus uñas en los pectorales del rubio que gruñó por el leve dolor mientras que una extraña sensación de sentir algo tocándolo desde dentro de la chica le llamaba mucho la atención.
—Estoy quieto! —Exclamó el músico examinando cómo se sentía ella. —Tú estás bien, Mari?
—Agh... Sí, pero... Ay... Ah! —El éxtasis la invadió tan pronto como se aventuró a ser ella misma la que se movía entre ambos. Tenía que encontrar el ángulo justo para mantener a los dos adentro y mecerse de forma en la que pudiera soportar esa estimulación tan nueva e intensa.
—Qué cara tiene, Adrien? —Consultó desde atrás luego de oír esos quejidos confusos.
El ojiverde la tenía a escasos centímetros de su rostro, por lo que podía apreciar cada una de sus expresiones con todo detalle. —Cara de que está gozando como nunca...
—Ay chicos, ay... Esto es... Demasiado fuerte... —Lloró sonriente, moviéndose con dificultad ya que le temblaban las piernas.
—Deja que nos encarguemos nosotros y tú solo ocúpate de disfrutar. —Luka volvió a nalguearla con fuerza y la tomó de ambos lados de la cadera.
—Eso, reposa sobre mí... —Adrien apretó su abrazo y tomó la iniciativa de ser él quien se movía desde abajo para penetrarla. No podía negar que la sensación dentro de ella era más fuerte que lo habitual de a dos, pero no dejaba de causarle un poco de impresión saber que solo algunas membranas de piel separaban su miembro del de otro hombre. Él solo quería hacerlo por ella, por su fantasía... Y porque hacía tiempo que quería volver a cogérsela.
El de ojos celestes se tomó un segundo para analizar el ritmo del otro chico y coordinar sus propios movimientos, por lo que cada vez que el rubio entraba en Marinette, el se hacía levemente hacia atrás y viceversa.
La jovencita gemía enérgicamente casi llorando por no poder creer lo fuerte de lo que estaba experimentando a nivel físico. El placer era algo constante, mezclado con dolor, morbo, fantasía; se sentía sucia pero a la vez la más sexy de todas, caliente, bordeando lo inmoral, pero en éxtasis pleno por estar con dos personas que sabía que la querían y la estaban tratando lo mejor que podían dentro de lo que ella había pedido.
—Te gusta? —Preguntó Adrien cerca de su límite por todo lo que ella lo estaba excitando.
—ME ENCANTA! ME ENCANTA! No paren, por favor!!!! —Gritó en muy alto volumen.
—Te voy a dar hasta que ruegues que pare... —Exclamó el de cabello azul desde atrás, impartiéndole otra nalgada bien fuerte y chocando sonoramente su pelvis contra su trasero en cada embestida gracias a que, por ser el que estaba encima de los otros dos, tenía la mayor parte del control.
Dentro de la habitación de Adrien la temperatura se había elevado de tal forma que el mismo termostato, seteado para que el clima fuera agradable en contra del frío que hacía afuera, se había apagado automáticamente. Se oían gritos, gemidos, gruñidos, sonidos de choque entre los cuerpos de los tres que se entregaban a ese placer extremo de forma desinhibida y con total confianza.
Desde abajo, el de ojos verdes penetraba a la jovencita elevando su pelvis de forma constante pero suave, ya que el encargado de la parte violenta era el otro muchacho que parecía estar desquitándose como si fuera a ser la última vez en su vida que tendría sexo con ella. Adrien la besaba, la mordía, la acariciaba y la miraba a los ojos de tanto en tanto cuando ella bajaba levemente a la realidad y se fijaba en él, transmitiéndole con una sonrisa lo mucho que lo amaba para, al instante, regresar a sus gritos desaforados que expresaban lo potente de lo que estaba sintiendo.
Tras presenciar esos signos de conexión extraña que había entre la chica y el rubio, Luka tenía el presentimiento de que algunas cosas cambiarían de ahora en más, por lo que ésta era la oportunidad de disfrutar lo más que pudiera con aquella mujer que quería demasiado; además, tampoco eran tan frecuentes las ocasiones en las que Marinette accedía a ofrecerle su parte de atrás con la que él tanto fantaseaba.
La azabache comenzó a despedir sonidos extraños desde su boca, apretando los párpados y frunciendo su ceño, sosteniéndose con dificultad con sus brazos que se apoyaban en el pecho de Adrien de forma temblorosa. El joven, que podía apreciar su rostro de frente, se preocupó porque su expresión parecía una de sufrimiento, así que la tomó de las mejillas y le habló. —Te sientes bien?
Ella lo miró a los ojos con los suyos entrecerrados y un poco vidriosos. —No puedo más... —Sollozó.
—Quieres parar? —Se puso muy nervioso y cesó sus movimientos al instante mientras que Luka seguía en su mundo empujándola con violencia desde atrás.
—NO! Sigue, por favor sigue, no te detengas! AH! —Gimió entre llanto, sacudiendo su cuerpo manera azarosa y errática.
No entendió si era que ella se estaba sobre exigiendo o realmente estaba gozando tanto que no podía controlar lo que le ocurría a nivel físico, pero no le quedó otra opción que hacerle caso y retomar sus embestidas con un poco más de intensidad; algo le decía que Marinette estaba muy cerca de tener un orgasmo, que sería muy fuerte y que con eso todo concluiría porque evidentemente no podría aguantar mucho más.
Siguieron durante algunos pocos minutos en los que la muchacha gritó ahogada con exageración, como si la estuvieran matando, manteniendo ese agudo tono que se entrecortaba debido a las embestidas de ambos jóvenes, hasta que cayó desplomada sobre el pecho de Adrien jadeando con dificultad. Su húmeda intimidad latía al punto de ya casi estar insensibilizada por el exceso de actividad y sus paredes internas apretaban con fuerza a los dos, avisándoles así que había logrado llegar al clímax que por seguro sería el más memorable de toda su vida.
Casi al instante, fue el rubio el que la siguió. Verla disfrutar de manera tan explosiva lo hizo cruzar el límite definitivo de su resistencia y, por más que fuera consciente de lo que ella había pedido tan puntualmente, se derramó dentro suyo sin ninguna otra opción y salió de ella. La abrazó con fuerza por la espalda y reclinó su cabeza sobre el colchón, con los ojos cerrados, a la vez que exhaló tan profundo que se podría decir que había empezado a relajarse.
Las gotas de sudor chorreaban por las sienes de Luka que, apretando los dientes y gruñendo, se acercaba rápidamente a su éxtasis. Le llamó la atención que Marinette estuviera tan floja, pero no se preocupó debido a que justo había tenido un orgasmo y por seguro intentaba descansar. La embistió con violencia de manera repetida y se tomó el atrevimiento, por el cual se disculparía después, de acabarle dentro y llenarla de su semilla, disfrutando del cosquilleo que cada disparo en su interior le había generado. Se arrojó sobre la espalda de la muchacha, tratando de controlar su respiración, sonriendo de oreja a oreja.
—Marinette? —La llamó el de ojos verdes tras ver que no se movía más que para respirar.
El de pelo azul frunció su ceño y se levantó confundido. —Qué pasa?
—No se mueve... Está con los ojos cerrados. Marinette, hermosa? —Adrien le dio un golpecito en la mejilla contraria a la que reposaba sobre su pecho.
—Cómo que no se mueve? —Luka dio un salto y se colocó a su lado para observarla de cerca.
—Creo que... Se desmayó. Acabó y se desplomó. No te diste cuenta? —Se reincorporó como pudo con ella encima, sosteniéndola con fuerza entre sus brazos para evitar que se cayera ya que estaba casi inerte.
—Sí... Sentí que estaba más floja que de costumbre pero pensé que se había relajado. Qué... Qué hacemos? Llamamos a emergencias? —El músico estaba terriblemente preocupado y ya había comenzado a pensar cómo en explicarles a los médicos de la manera menos vergonzosa el estado de su ex novia.
Marinette movió sus labios como si estuviera saboreando algo, de forma muy sutil, y se abrazó al rubio en un acto reflejo, sin abrir los ojos. Los chicos se miraron entre sí, llevándose las manos a sus pechos y respiraron con tranquilidad.
—Solamente se durmió profundo... Menos mal. —Exhaló Adrien como si le volviera el alma al cuerpo.
Luka rio negando con su cabeza mucho más relajado ahora que había comprobado que la azabache estaba bien, le acarició la frente y suspiró. —Entonces dejémosla descansar.
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