Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

40

El tiempo es relativo. Ha pasado tan poco tiempo, pero siento como si hubiesen sido años desde el accidente.

Sólo han pasado siete meses. Ha pasado mucho, y este año ya casi estaba por terminar.
No logro asimilar los cambios en mi vida, a veces, siento que nada ha pasado, y que aún sigo a su lado. No podría equivocarme más.

— Wow, sí que hace frío. — Adler frotaba sus manos, las cuales traían unos mitones tejidos que habíamos comprado en el lugar.

— Creo que sólo a nosotros se nos ocurre acceder a pasar la navidad en Minnesota. — Carcajeé tiritando. Adler comenzó a frotar mis brazos para que lograra entrar en calor.

— Lo hicieron porque me quieren — Sally comentó integrándose a la conversación acompañada de su esposo Noah —, y porque el pequeño James en mi estómago le dijo a su mami que debía pasar una clásica navidad como en las películas.

— Y Noah Jr no conocía la nieve. — Habló Noah. El propósito de este viaje, fue pasar una navidad distinta porque Sally así lo quería. Estaba embarazada de su segundo hijo, por lo que mis padres y todos obedecíamos a sus ordenes, antes de que ardiera Troya.

— Fa la la la la, la la la la — la puerta se abre de golpe dejando que una gran pila de nieve caiga en la entrada, y también un ruidoso Ashton cantando villancicos completamente desafinado. Sarah a su espalda, cada uno llevaba de la mano a sus hijos con pequeños gorros navideños —. ¿A qué hora prepararás ese trago que tanto me gusta, hermanita? — Levantó sus cejas hablando sobre el famoso coctel de mamá, quien hace unos años me dio la misión de hacerlo cada navidad.

— Pronto, Ash. Pronto — respondí tomando la mano de Adler, quien me miraba divertido —. Sólo procura no quedar como Rodolfo el reno. — Las risas se hicieron presentes y él corrió a la habitación de mamá y papá, cada vez que se pasaba de copas, los colores se le iban al rostro. Y no era muy difícil que eso sucediera.
Así comenzamos a preparar la cena entre todos, con música navideña, cada uno con su propia labor. Posteriormente cenamos y todo salió de maravilla.
Los niños no durmieron hasta altas horas de la madrugada y fueron los primeros en levantarse y ver que el arbolito que había en la casa que habíamos arrendado, estaba lleno de regalos a sus pies.

— ¡Feliz navidad, chicos! Los amo. — Comenzó mi madre a abrazar a cada uno de nosotros con esa nostalgia y lágrimas de cocodrilo, como todos los años.

— Feliz navidad, papi. — Sally abrazó a papá y veo ante mis ojos una escena muy bonita: un bello momento familiar; nuestro momento. Sabíamos que nada habría de faltar si nos manteníamos tan unidos como siempre. Luego poso la mirada en ese chico con el cabello alborotado, y esos ojos que tanto adoraba, esos ojos que ya me estaban observando tener miles de ideas en mi cabeza.

— Feliz navidad, Adler. — Posé mis brazos al rededor de su cuello y suspiré al verlo aún observándome con tanto amor.

— Feliz navidad, preciosa. — Me besó y luego abrazó firmemente. Razones no nos faltaban para demostrarnos nuestro amor, en especial en fechas como esta. Adler era mi mayor regalo y lo sabía. Su compañía era ese impulso que me daba coraje para seguir avanzando y dando pasos firmes, afrontando cualquier desventura.

Conversamos y reímos en familia hasta largas horas de la madrugada, a pesar de que los niños ya se hayan ido a dormir con la esperanza de despertar más rápido y ver si Santa Claus les habría dado un regalo. Y no fue uno solo, fueron muchos.
Nos esmerábamos en poder darles unos buenos regalos todas las navidades porque eran los niños más agradecidos, responsables y tiernos del universo.

Mientras, los grandes desayunábamos, Adler se acerca a mí para darme uno de los mejores regalos que alguien jamás me haya dado...

— Mía... Mía... — insistieron — ¡Mía! — Gritó mamá captando mi atención — Sonríe para la foto. — Pestañeé frotando mi ojos, lentamente volviendo a la realidad, más bien al presente, llevándome una gran decepción. Sonreí a duras penas y el flash nos encandiló a todos.

— Veamos... — Sally tomó la cámara y negó con la cabeza — Mía, no es un funeral. — Le di una sonrisa torcida y fingí mi mejor rostro de alegría, sintiendo internamente todo lo contrario.

Cómo podría estar feliz en una fecha como esta, si me sentía tan triste, si no es para nada parecida a lo que verdaderamente solía ser.
Posamos para la foto en nuestros pijamas de una pieza y al parecer solamente yo sentía el vacío de un integrante de la familia.

Los niños abrieron sus regalos mientras me dediqué a ver los infinitos posts en redes sociales sobre cómo esta festividad cada vez es mejor que la del año anterior.
Dejé mi teléfono a un lado pero en ese preciso momento me llega un mensaje. Era Alonzo deseándome una feliz navidad. Le respondí inmediatamente con una selfie en mi divertido pijama navideño a lo que él respondió que aún así, me veía hermosa.

Guardé mi teléfono en mi bolsillo y volvió a sonar una vez más. Un mensaje más de Alonzo, siguiendo la conversación, pensé. Pero sí que estaba equivocada.


Adler Cox

Feliz navidad, Mía. Espero que tengas un hermoso día junto a tu familia.



Con lágrimas en los ojos leí el inesperado saludo, rápidamente me calmé para no arruinar las fiestas. Nadie debía saber esto.

¿Cómo se atrevía?

Hace muy poco ordenó que llevara mis cosas de su casa, aclaré en mi mente un punto final definitivo y ahora resulta que vuelve hablarme, como si no fuera doloroso pasar este día que ambos amábamos sin su compañía, sin volver a decirnos familia.
Miré el mensaje por minutos, él seguía en linea seguramente esperando mi respuesta, solía utilizar el dictado para escribir un mensaje. Estaba decidida a no contestarle, pero mi corazón me jugó una mala pasada y llevó mis dedos a esa pantalla.

"Feliz navidad"

Supongo.

Ese día no fue agradable por más que lo intentara, por suerte pude mantenerme compuesta y no deprimir a nadie más con mis problemas, antes de dormir, solté todo sin contener una sola emoción. Esa fue mi única manera de no explotar.


•••

Una semana después seguíamos con las festividades y mis sentimientos no cambiaban al respecto.
Quería sentirme alegre, quería sentirme diferente, quería, por tan sólo una tarde, no ser yo.
Despreocuparme sin más de todos mis pesares y recibir este nuevo año en grande, como lo amerita.
Este año quería dejar atrás cada uno de los malos momentos en mi vida, y estaba dispuesta a dar lo mejor de mí para que así fuera.

— ¿De verdad piensas que les agradaré? — Pregunté nerviosa en el asiento del copiloto. Alonzo me dio una gran sonrisa.

— ¡Te amarán! Eso lo aseguro. No tengas miedo, eres encantadora — abrió mi puerta y me bajé del auto —. Ellos lo son también, confía. Todo saldrá bien, ya lo verás.

— Elegiré creer, pero si no, me llevas a casa, ¿vale?

— Ni siquiera lo pienses, no hará falta. — Afortunadamente Alonzo tenía razón. Cada una de las personas en esa fiesta eran igualmente encantadoras que él. Todos estaban en su mundo, reencontrándose con viejos amigos, bailando, bebiendo; otros preparando supersticiones que en un mejor momento de mi vida hubiese creído sin pensarlo. Ya varios estaban con su maleta en mano y ni siquiera eran las doce.

Me presenté ante unos amigos de la universidad de Alonzo mientras él buscaba una copa de champaña para mí. Que las personas no me conocieran (ni supieran que mi vida y yo, somos un desastre) me resultó bastante agradable. Nada de miradas de compasión, abrazos, a simple vista parecía una mujer bien vestida, completamente realizada. Porque hasta papá notó el gran cambio en mí; por primera vez en mucho tiempo había decidido arreglarme y usar algo de maquillaje. No tendría indicio alguno de tener el autoestima por el suelo.

— Así que una escritora, ¿huh? — Preguntó uno de sus amigos, bastante interesado. Asentí levemente, mágicamente mi personalidad y seguridad se habían esfumado — Ha de ser un trabajo increíble, no como el de nosotros los mortales, en una oficina todo el día.

— Bueno, básicamente no está tan alejado a lo que tú haces. Hay días que no salgo de mi habitación, temiendo perder el hilo de la historia o de no volver a encontrar la inspiración. Es bastante estresante, encontrar las palabras adecuadas...

— Claro, eso es increíble y muy complejo, definitivamente no cualquiera puede hacerlo. — Bebió un sorbo de su bebida. A la distancia observo a Alonzo hablando por teléfono, seguramente con su familia. En eso logra percatarse de que lo estoy observando y me da una mirada intentando deducir si estoy bien. Asiento sonriente y él despreocupado sigue hablando, a pesar de la fuerte música.

— No coquetees, se nota a kilómetros que Alonzo está babeando por ella. — habló otro chico haciendo que me atragantara con mi propia saliva — ¿Has visto cómo la ha mirado hace dos segundos?

— ¿U-Ustedes en realidad creen eso? — Sería muy ingenuo de mi parte pensar a ciegas que todo lo que él buscaba era amistad, pero hasta el momento no ha intentado nada, lo cual me ha parecido excelente, sabe que no estoy en mi mejor momento, y que por ahora lo único que puede hacer es brindarme compañía. Sería tonto rechazarlo, sé que algún día debo seguir con mi vida amorosa, tal como Adler lo ha hecho, pero no tengo idea de cuándo podré hacerlo.

— Uy, linda. Te lo aseguro — sonrió divertido —. ¿Puedo pedirte algo?

— ¿Sí?

— No soy nadie para decirte esto y lamento si llego a incomodarte, pero procura no hacerle daño. Es un buen chico, y todas parecen aprovecharse de eso. Tú pareces ser más especial que cualquier otra chica que nos haya presentado. Y ah... no, no han sido muchas. — Quería decirles que hacerle daño era lo que menos quería en este mundo, y que creía que podría cumplir su requerimiento, porque solamente éramos amigos, y por el momento, ninguno tenía intenciones de cambiar eso. Pero segundos más tarde Alonzo llegó a posicionarse a mi lado en un pequeño sillón y cuando menos lo esperé, todo comenzó a pasar en cámara lenta.

Todos alegres gritando la cuenta regresiva, luego estaba yo; mirando a la nada.
Alonzo se percató de aquello y tomó ambas de mis manos haciendo que lo mirara a los ojos.
Hasta que todos gritaron "Feliz año nuevo" al unísono.
Nos unió en un fuerte abrazo.

— Feliz año, Mía. Espero que seas muy feliz — Tardé unos segundos en efectivamente rodearlo con mis pequeños brazos. Aún seguía en pleno desconcierto.

Eran las doce y todo seguía igual. Nada ha cambiado por reloj o arte de magia. Seguía celebrando una fecha que solía ser tan íntima y familiar con completos desconocidos.
¿Así sería de ahora en adelante? ¿Todos los días serían un año nuevo?
Porque el tiempo pasaba, y día a día me sentía más indiferente a todo lo que alguna vez amé y tenía.
Año nuevo porque cada día sería un nuevo comienzo, pero no siempre o rara vez sabría aprovecharlo. Y a fin de cuentas a la vez, todo permanecería igual.

Me he vuelto una persona tan ajena...
Quería ser positiva, cambiar y ser la mejor versión de mí misma. Pero sí que es difícil intentarlo si me siento de esta manera. Caí en la conclusión de no estar viviendo, sólo sobreviviendo.

Era una muerta en vida.

Debía ser optimista, y dejar que al menos pasaran un par de días para dar el veredicto de este "nuevo año". Pero qué voy a saber si estaré de pie en cinco minutos.
Huh, ¿qué voy a saber yo de la vida?
Por ahora, supongo que, feliz año nuevo.


















































Hola.

Sé que querrán matarme. Perdón por no actualizar en mucho tiempo.

Digamos que estos días han sido extraños para mí, y a pesar de tener la idea y momentos de la historia muy definidos, se me hacía muy difícil escribirlos. Pero todo está más esquematizado y será mucho más fácil para escribir.

Se vienen capítulos increíbles, Por favor demuéstrenme su apoyo mediante comentarios y votos, ya no volveré a desaparecer por una semana y media jajja<3

¿Qué creen que pasará?

Cada vez se pone mejor, atención al próximo capítulo...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro