Capítulo III
Miércoles, 6 de noviembre de 2019, 7:39
Taehyung llegó a la empresa al día siguiente, esta vez al lado de Jimin y su... ¿quedante?
Era raro, ellos actuaban como una pareja pero cuando les preguntaban si era así, ellos decían que no, así que no estaba entendiendo la relación de su mejor amigo. Ya ni quería entenderla, él le estaba ocultando algo de ella.
-¿Cómo te va con tu libro, Taehyungie? -pregunta el pelirrosa, sacando de sus pensamientos al menor-. Wheein dijo que te habías estancado.
-Ayer pude escribir una parte del segundo capítulo -ante el recuerdo de él mismo en su cuarto, su laptop y nada de ideas, chasqueó la lengua-. Siento que está un poco forzado, así que lo volveré a escribir o cambiaré muchas partes...
-¿Tienes alguna idea de cuántos capítulos serán? -pregunta Yoongi, tomando un sorbo de su café.
-No tengo en vista eso... -musita-. Creo que van a ser varios, estoy haciéndolo de dos o tres mil palabras cada uno así que...
-Claro, olvidaba que maquetar tus libros siempre es cansado. Escribes tanto... -se queja el mayor en un falso puchero.
-No sé de qué te quejas si yo te ayudo -Taehyung ve el gran edificio a lo lejos.
-No importa -apunto de soltar otro comentario, Jimin extendió su mano hacia el termo de Yoongi y se lo dio sin dudar-. No te vayas a quemar...
Kim frunce el ceño ante la cursi escena de Yoongi cuidando que Jimin no tome muy rápido, caminando unos pasos más rápidos.
-¡Espera, Tae!
-¡No te escucho!
Y llegó a la puerta principal mucho antes que los otros dos chicos. Entró rápidamente, saludando a sus compañeros quienes estaban en la primera planta. Tampoco esperó a Jimin y Yoongi cuando entró por el ascensor. Sin embargo, cierta mano pálido detuvo su escape. Las puertas volvieron a abrirse y en ellas entró un pelinegro. El chico de ayer, el nuevo.
Jeongguk (bien lo recordaba) le hizo una marcada reverencia. Al posicionarse a su lado, notó como las manos del chico comenzaban a jugar entre sí, pero su rostro seguía inexpresivo.
Le dio una repasada a su figura. Llevaba una camisa negra, encima una camiseta color beige desabotonada, dejando sus musculosos brazos a la vista. Sus piernas lucían demasiado bien en ese jean rasgado y las botas negras quedaban demasiado bien en conjunto a todo. Se notaba que Jeongguk era joven, pero eso no le quitaba la figura cuidada de éste.
Entonces Taehyung, con su boina azul, suéter guinda y pantalones de vestir negros, se sintió el peor vestido de la empresa.
-¿Nervioso?
Ni siquiera Taehyung sabe de dónde salieron esas palabras, de qué árbol las arrancó.
-Sí, demasiado -responde Jeongguk-. Es mi primer empleo en mucho tiempo, y en un lugar como este... es una locura -entonces el menor se voltea a verlo, y por inercia Taehyung aparta sus ojos de su rostro... demasiado lindo.
Esperen... ¿Qué?
Sus mejillas comenzaron a teñirse.
-Uh, disculpa -le llama. Y faltaban muchos segundos para que el ascensor se abriera, por lo que se obligó a voltear-. Usted...
-N-No me llames de forma tan formal -dice con una sonrisa nerviosa-. Puedes decirme hyung con confianza, en este lugar todos nos llamamos con cercanía.
-Oh, de acuerdo.
-¿Qué ibas a decir? -pregunta después de largos segundos para relajar sus nervios. No pudo.
-¿Lleva mucho trabajando aquí? -Kim asiente.
Taehyung pudo notar la atención que en ese momento estaba recibiendo de parte del menor, empeorando su estado.
¿Esto era lo que la gente sentía cuando se atraían de alguien más? Como si la mirada de una persona le atravesara y pudiera verle con facilidad, como si fuese vulnerable a la presencia del contrario. Sus palabras se atropellaban cada vez más y era difícil concentrarse en la plática cuando esos labios rosados ahora se curvaban en una cálida sonrisa. El cuerpo de Jeongguk estaba volteado hacia él, como si le estuviese poniendo toda la atención existente.
Toda esa mezcla de sentimientos hicieron las piernas del mayor temblar.
-Un par de a-años...
-De casualidad... -articula el menor, acercándose un paso hacia el mayor-, ¿sus libros sólo son de esta editorial?
-Sí -se dio una palmada en la espalda por no tartamudear esa vez-. He estado aquí desde que comencé a escri-escribir li-libros -bueno, habló demasiado rápido.
Si la sonrisa de Jeon ya lo tenía por los suelos, el que mostrara sus dientes lo había hundido completamente.
Entonces el ascensor sonó, avisando que ya habían llegado a su destino.
-Entonces los leeré con detenimiento -Jeongguk dio unos dos pasos lejos de él, se devolvió e hizo una pequeña reverencia-. Espero podamos llevarnos bien, Taehyung hyung.
-Ah, s-sí... -susurró, observando la silueta del contrario perderse entre los escritorios.
Esperen, ¿él le dijo que era escritor? ¿Cuándo? ¿Y cuando le dijo su nombre...?
En eso salió del ascensor, saludando a quien se encontraba. Estaba en paz, ya no había ningún pelinegro sensual a la vista.
-Taehyungie -el llamado de cierto pelirrojo hizo que volteara hacia él. Hoseok, el jefe de diseñadores gráficos, le saludaba con una gran sonrisa-. Buenos días, ¿no has visto a Hyojong? Necesito que me ayude al nuevo libro de Sujong pero no lo ve-
Fue interrumpido por un chico rubio sucio entrando al lugar.
-Sí, Hoseok, ya llegué -Hyojong se veía realmente cansado.
-¿Te sientes bien? -pregunta Taehyung al ver como el chico se dejaba caer en la silla de su escritorio, el cual está al lado del de Hoseok.
-No -responde seco, sin embargo enseguida se repone-. Perdona Tae, estoy cansando como la mierda -deja sus cosas en el mueble y se gira a Hoseok-. Estuve trabajando toda la noche en la ilustración para el libro, pero no sé si le guste a Sujong -explicó decaído.
Taehyung sabía lo mal que se ponía Hyojong cuando no estaba conforme con un trabajo. Todos lo sabían pues el rubio era algo transparente, así que si lo veían hablando de forma fría y con los hombros caídos, algo estaba mal.
-No te preocupes -Hoseok toma la carpeta que ahora el chico le extendía y dice-: Sujong debe de entender lo difícil que es trabajar sólo. Eres el único ilustrador hasta el momento con tantos otros pedidos en cola.
-No sé qué espera Namjoon para contratar a alguien más...
-A que sea diciembre -responden Taehyung y Hoseok.
El otro rueda los ojos.
-¡Jeongguk! -escucha el grito y automáticamente Taehyung voltea hacia donde el ruido provenía.
Yunho, el jefe de traductores, llamaba a Jeongguk quien fue corriendo hacia donde el rubio mechas castañas estaba.
-¿Sí?
-Necesito que le mandes eso a Song Mingi, ¿ya sabes dónde está la sala de traductores? -el pelinegro asintió-. Bien, toma -y le da unas hojas.
Jeongguk las recibe con rapidez, y antes de salir su vista cayó en Taehyung.
Sonrió.
Taehyung estaba comenzando a temer de esa confiada sonrisa..
;;ღ;;
actualizo hoy porque mi ama no pagó el internet y seguro no tengo el lunes so, esto uwu
♡
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