Capítulo 5 🐾 (5.1)
El chico rebelde intentó estirarse en cuanto comenzó a despertar; pero no pudo, porque tenía una sensación muy extraña en todo el cuerpo.
Sus piernas estaban entumecidas y pesadas. Yeonjun sentía que sus músculos estaban tan tensos como si alguien directamente le hubiera amarrado las pantorrillas a los muslos, forzándolo a estar en una posición incómoda que le impedía flexionarse o estirarse. Y dolía.
"¿Qué carajo? ¿Estoy secuestrado?"
Sus brazos también se sentían extraños, "doblados". Pero quizá lo más doloroso fue su cuello, pues no podía erguirlo ni levantar la cabeza; se percibía... "encorvado" y desarticulado.
Cuando Yeonjun intentó incorporarse, al menos para sentarse, el dolor de espalda casi lo hizo llorar. Se sentía con el torso más corto, y cualquier movimiento que requiriera de flexibilidad le resultó por completo imposible.
La luz de un farol del alumbrado público le deslumbraba la vista desagradablemente. Fue entonces cuando intentó tallarse los ojos con el dorso de una mano, pero al intentarlo, el tacto de su propia piel le resultó desconcertante.
Su mano también se sentía rara, más pequeña, y tiesa como si llevara unos guantes gruesos que le impidieran mover los dedos libremente.
¿Qué demonios le sucedía?
─ ¡Oh, al fin despiertas!
Yeonjun escuchó esa mística voz de nuevo; la misma que había oído, aparentemente, antes de desmayarse, y que provino del gato-siniestro.
Yeonjun se asustó e intentó levantarse, huir. Si embargo, solo consiguió rodar por el suelo torpemente, lastimandose todo el cuerpo. No tenía control sobre sí mismo.
─ Deja de moverte tanto, Yeonjun. Tienes que relajarte.
La voz volvió a escucharse y esta vez más cerca y más fuerte. Yeonjun levantó la vista porque el sonido de esa voz le pareció venir de arriba. Fue de esta forma que finalmente observó al muchacho extranjero.
No era un gato quien hablaba. No. Era un chico. Aquella voz misteriosa e inquietante le pertenecía a un chico que estaba sentado en el suelo, enfrente de él. Un chico alto. MUY ALTO. Un titán, un gigante aterrador.
El chico-gigante tenía el cabello blanco y esponjoso, rasgos caucásicos y ojos dispares: verde y azúl.
Yeonjun quiso gritar al ver a aquel extraño ser ─ que evidentemente no era humano─ , pero solo salió de su boca un extraño sonido que no supo identificar.
Se estremeció.
─ Tranquilo, tranquilo.
El chico-gigante se puso de pie y tomó a Yeonjun en brazos con una facilidad impresionante, mientras este intentaba en vano patalear para liberarse.
Su cuerpo seguía sin responder. Quiso gritarle: "¡Suéltame! ¡Bájame! ¡No me toques!"
Pero todavía no podía hablar adecuadamente. Las palabras se deformaban en su boca y perdían el sentido, emitiendo únicamente sonidos muy extraños que parecían... Parecían....
─ ¡Que te quedes quieto, por favor! ¿O acaso quieres que te tire? No lo creo.
"¿Quién eres?" Preguntó, o intentó preguntar el chico rebelde, ya sin luchar en los brazos del gigante.
"¿Qué eres? ¿Qué quieres de mí?" También intentó, consiguiendo nada más que otros de esos ruidos extraños escaparan de su boca.
─ Te explicaré las reglas del juego, Junie, pero más tarde. Será una charla larga y la verdad ni siquiera sé qué tanto te puedo decir sin arruinar las sorpresas que tengo preparadas, así que aún necesito pensarlo─respondió aquella criatura, aparentemente, entendiendo lo que Yeonjun quiso preguntar─ . Yo soy Kai, Huening Kai Kamal... ese era mi nombre cuando estaba vivo. Bueno... soy algo así como un "espíritu maldito", y te he escogido a tí, de entre todos los humanos de la ciudad, para hacerte travesuras y poder alimentarme de tus sueños.
Sonrió.
"¡¿Qué tonterías está diciendo este puto loco?!"
Yeonjun estaba, por decir lo menos, aterrado. Se había quedado quieto dejando que el chico-gigante lo cargara sosteniéndolo por los sobacos, como si fuera un bebé. Se sentía demasiado vulnerable de ese modo, y era aún peor porque no entendía nada de lo que le estaba sucediendo.
Tampoco entendía qué ocurría con su cuerpo y con su voz. No podía controlar ninguno de los dos.
¿Acaso lo habían drogado luego de salir del cajero para intentar robarlo? Era una posibilidad. Menos mal que Yeonjun no tenía ni un centavo encima, pero ojalá no se hubieran llevado su auto.
El chico-gigante, es decir, el tal Kai, soltó una risa burlona.
─ No estás drogado, Choi. Sería más acertado pensar que estás soñando.
"¿Qué?"
─ Sí, me gusta esa idea: Digamos que estás teniendo una pesadilla, ¿okey? Una horrible pesadilla. Yo soy una criatura poderosa y me has hecho enojar con tus actitudes del día de hoy, así que he creado este terrible sueño para fastidiarte.
"¿Qué mier...?"
─ Voy a hacer que te enfrentes a tus peores miedos, Yeonjun.
El chico-gigante volvió a sonreír, esta vez, de forma todavía más burlona, y a Yeonjun se le heló la sangre.
─ ¿Cuál es tu peor miedo, Junie?
Ante esa pregunta, una sola cosa se le vino a la mente a Yeonjun, de forma completamente automática e inconscientemente.
"No, no..."
─ Sí, sí. Es justo en lo que estás pensando
"¡No!"
Kai caminó sin bajar a Yeonjun de sus manos hasta una negocio que estaba unos pasos adelante en la acera. Era una tienda de antigüedades y en el escaparate había un hermoso espejo de cuerpo completo, con marco de madera labrada, en exhibición.
Fue entonces que Yeonjun, ahí en el espejo, observó su mayor temor en el mundo:
Un perro.
Pero ese perro estaba en brazos de Huening Kai, es decir, donde se suponía que debería estar Yeonjun.
─ ¡Exacto! Te convertí en lo que más temes y odias.
Yeonjun ladeó la cabeza, desconcertado, y el perrito en el espejo también lo hizo. Entonces quiso gritar de horror, pero de su boca ─es decir, de su hocico─ solo salió ese espantoso sonido nuevamente, que ahora sabía que se trataba de un ladrido.
¡Estaba ladrando como una bestia, cómo un asqueroso y pulgoso perro!
Yeonjun lloriqueó.
─ Soy tremendo, lo sé.
Kai soltó pequeñas carcajadas. Entonces dejó a Yeonjun en el piso, quien nuevamente quiso huir, pero solo pudo rodar y caer al no controlar su nueva anatomía.
─ Bueno, ahora debes arreglartelas por tu cuenta, renegado. Corre por ahí, adaptate, refugiate. Te iré a buscar más tarde y te explicaré cuáles son los divertidos planes que tengo contigo, pero ahora debemos separarnos porque tengo algo importantísimo que hacer y se me agota el tiempo.
Huening dió la vuelta y comenzó a caminar apresuradamente, mientras Yeonjun intentaba desesperadamente ponerse de pie. Sin embargo, despues de luchar y luchar, entendió que jamás podría "ponerse de pie" como tal, teniendo ese cuerpo perruno.
Entonces se conformó con intentar gatear, o algo parecido, y al final pudo dar sus primeros "pasos" torpes con aquella nueva y extraña forma.
"¡Hey! ¡Tú! Espera. ¡No me dejes aquí!"
Yeonjun finalmente logró correr a cuatro patas, e intentó ir detrás de Huening Kai. Pero para ese momento estaba demasiado lejos y no consiguió alcanzarlo. Sin embargo, siguió y siguió corriendo.
Yeonjun ni siquiera pensaba en nada mientras corría, solo quería seguir al misterioso ser que lo había "hechizado". Continuó corriendo velozmente incluso cuando lo perdió de vista.
En su carrera desesperada, chocó contra los pies de un grupo de personas que iban pasando en dirección contraria. Aulló de dolor al sentir las pisadas accidentales mallugar su pequeño cuerpo.
Las personas ahora eran criaturas enormes. Yeonjun entendió de pronto lo pequeño e indefenso que se había vuelto y el pánico se apoderó de él.
Comenzó a correr ya sin rumbo, desorientado, sintiéndose aterrado de absolutamente todo lo que lo rodeaba. El mundo se había vuelto demasiado abrumador.
No reconocía las calles, a pesar de que seguía en el lugar donde había vivido desde siempre. Estaba desconociendo su propia ciudad debido a su nueva perspectiva perruna.
Y así, se perdió en los suburbios de Estrellazul.
Como las personas se habían convertido en espantosos monstruos inmensos, Yeonjun intentó alejarse lo más posible de todo el movimiento peatonal.
Pudo llegar a un callejón solitario. Y ahí, en soledad, finalmente pudo pensar con claridad y reflexionar acerca de su situación.
La situación era un desastre, en definitiva.
Ese día estaba siendo el peor de toda su joven vida.
Recapitulando: a Yeonjun le habían cancelado el examen de física, había pateado a un erizo inocente y ahora se sentía malditamente culpable, había peleado con Beomgyu de forma horrible, había avergonzado a Arin por comportarse como idiota, su mamá intentó romperle la cabeza con un florero, descubrió que su familia estaba en bancarrota... y ahora las cosas habían dado un giro surrealista y estaba transformado en un pulgoso perro. Todo en un mismo día, joder.
Y sí, ese estúpido cuerpo de perro era lo peor, era la puta cereza del pastel de la desgracia, porque Yeonjun odiaba con cada parte de su alma a los perros, y ahora estaba convertido en uno.
El chico rebelde quiso llorar, pero se aguantó la frustración, porque el sonido de chillido animal proveniente de sí mismo le resultó asqueroso.
Retrocedió contra la pared, asustado, y se tumbó en el suelo pegado a ella. No sabía en dónde estaba ni cómo iba a volver a su casa.
Pero estaba cansado, tan agotado.
Se acurrucó sobre sí mismo y cerró los ojos, deseando con todas sus fuerzas "despertar" de aquella pesadilla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro