Yeonjun, sin embargo, no cayó en la oscuridad al dormir. Lo primero que pudo notar fue que una brisa cálida agitó suavemente sus cabellos.

Al mirar a su alrededor, descubrió que se encontraba en medio de la playa, como a 10 metros del inicio del mar. No se veía ni un alma más en el horizonte, la costa parecía inquietantemente desierta.

Estaba en traje de baño, descalzo, y podía sentir la suavidad y la humedad de la arena entre los dedos de sus pies; sus pies de humano.

La noche era fresca y agradable. La marea era intensa pero no estaba desatada, y con el golpe de las olas en los peñascos de la orilla volaban por los aires millones de fragmentos de espuma y sal.

─ Hola otra vez, renegado.

Una voz familiar se escuchó a sus espaldas. Yeonjun giró para encarar a la persona que lo llamó y sintió un escalofrío cuando vió esos brillantes ojos bicolor nuevamente.

─ Okey ─prosiguió Huening Kai─ debo admitir que no esperaba que esos callejeros te atacaran. Lo siento mucho, Junie, juro que no era parte del plan, pero... Vamossss, creo que te lo merecías un poco, ¿no? Y ni siquiera estuvo tan mal. No moriste desangrado ni te degollaron.

Kai se acercaba a pasos lentos sobre la arena, y sus movimientos seguían teniendo la grácil y caprichosa cadencia de un felino, a pesar de estarse presentando en esta ocasión con una forma humana.

Yeonjun se dió cuenta de que ese chico ya no parecía un "gigante" como lo recordaba de su primer encuentro. Ahora que estaba frente a frente con él sin ser un perro, con su agradable cuerpo y tamaño humano de vuelta, en realidad notaba que ambos eran casi de la misma estatura.

Kai sí le sacaba unos centímetros a Yeonjun, pero eran pocos. De cualquier forma, era cierto que calificaba como un chico alto, pues se veía un par de años más joven que él.

─ ¿Qué mierda fue lo que me hiciste? ¿Me drogaste?

─ Y dale con eso.

─ ¿Qué fue lo que-...?

─ Mira, Junie, para darte un mega resumen de lo que está pasando, te contaré: Te he observado desde hace mucho tiempo, ¿bien? Lo sé todo, absolutamente todo, sobre tí. Incluso me he metido a tus recuerdos, sueños y fantasías. Y ESTOY COMPLETAMENTE HARTO DE TÍ, ME CAES TAN PERO TAN MAL, estúpido adolescente inmaduro sin cerebro ni corazón.

Yeonjun frunció las cejas y abultó los labios, en un gesto enfurruñado. Estuvo a punto de abrir la boca para quejarse, no sólo por el comentario ofensivo, sino porque todo sonaba completamente absurdo. Sin embargo, Huening Kai no lo permitió, pues continuó hablando a un tono alto sin que el rebelde tuviera oportunidad de interrumpirlo.

─ Verás, Yeonjun, yo estoy estancado en una "zona gris" donde el tiempo y el espacio como los conoces no existen, porque un ser poderoso de otra dimensión me ha maldecido en el momento de mi muerte. Él hizo que mi alma se quedara atada a este mundo, sin cuerpo, en otro plano de la realidad. ¿Sabes de qué plano estoy hablando? Del de los sueños, Yeonjun. Justo ahora nos encontramos en él.

» Todo aquello que los humanos sueñan, imaginan y piensan tiene lugar en el Plano de los Sueños. Incluso tus recuerdos se almacenan aquí. Has experimentado fenómenos oniricos toda tu vida, como cualquier humano, pero sólo ahora, gracias a mí, es que puedes hacer consciente la experiencia onírica y puedes sentir que es "real".

» Para mí, por otra parte, este Plano es incluso más tangible de lo que alguna vez fue mi vida como humano. Yo puedo "sostener" los sueños, manipularlos, consumirlos... De hecho, es absorbiendo los sueños de los demás que puedo seguir existiendo actualmente. Ahora me alimento de ellos... y he devorado bastantes de los tuyos.

Kai sonrió de forma maliciosa y Yeonjun sintió que su piel se ponía de gallina. ¿Qué tantas tonterías acababa de decir ese delirante chico misterioso?

─ Ya sé, ya sé que suena inverosímil. Pero créeme, realmente me he comido muchos de tus sueños: por ejemplo, el de esta tarde. Ha sido de lo mejores que has creado. ¡Cuando te viste a tí mismo en la revista hasta yo me emocioné, lo juro! Te sentías tan feliz y pleno mientras bailabas que yo pude saborear esa plenitud... Lástima que tú mamá interrumpió el momento y el sueño se derrumbó antes de tiempo.

Yeonjun boqueó, incrédulo, con una protesta atorada en la garganta. No podía creer que ese extraño ser supiera del sueño tonto que había tenido solo unas horas atrás. ¡Era tan vergonzoso! ¿Con qué derecho invadía la privacidad de su propia imaginación? Sus mejillas se pusieron rojas y quiso alejarse de ahí inmediatamente, pero Kai lo tomó del brazo y lo obligó a seguir escuchando.

─ Por lo general, Junie, me gusta hacer felices a las personas que me alimentan con sus sueños: los ayudo a que sus fantasías tengan "magia real". Les doy un poco de ilusión y esperanza, y hasta los cuido como si fuera su ángel de la guarda. Es divertido.

» Sin embargo, contigo la cosa es diferente porque tú ya colmaste mi paciencia: ¡Eres un cabrón! Te has portado como un tonto desde hace varios meses, pero en particular tu última pelea con Beomgyu fue la gota que colmó el vaso. Nunca me sentí más decepcionado.

» Lo que me desquicia es que además, eres completamente contradictorio. ¡Es desesperante! Finges que eres el típico badboy solitario con el corazón de hielo al que nada le importa, pero luego te lamentas como un niño por los rincones porque te sientes solo y no sabes cómo acercarte a la gente. Haces y dices tus tonterías sin pensar, y luego te sientes culpable y arrepentido, pero es tarde porque el daño queda hecho. A pesar de todo, crees que es "el mundo" el que está en tu contra. Eres un berrinchudo, un resentido con la vida y un bueno para nada. Eres un maldito cliché, Choi Yeonjun.

─ Wow ¿Ya terminaste de despotricar, hijo de puta? ─cuestionó Yeonjun, a la defensiva─ Para estar muerto como que opinas demasiado, ¿no crees? Mejor métete en tu jodida no-vida, o lo que sea. Vete a comer los sueños de alguien más, que los míos están lo suficientemente frustrados incluso sin tí. A mí ya déjame en paz.

─ Apenas estamos comenzando, Junie. Así que no te conviene insultarme ni hacerme enojar más, porque en este momento estás entre mis garras.

Yeonjun se cruzó de brazos y Huening Kai copió el gesto, para después levantar la mandíbula con altanería hacia el chico rebelde.

─ Como me he alimentado extremadamente bien últimamente, tengo bastante poder como para alterar lo que tú percibes como "La Realidad", que no es más que un sueño colectivo entre las humanos. Por eso logré convertirte en lo que más odias: un perro. Pero eso no es nada, puedo alterar la realidad de diferentes formas, incluso mucho más "aterradoras", y no creo que quieras que haga eso, ¿verdad, niñato cobarde?

Yeonjun no contestó. Pero lo miraba intensamente.

─ Já. Lo supuse. Y creeme que soy capaz de cualquier cosa, ¿eh? Así como te dije que puedo llegar a ser un "angel" para algunos humanos que me agradan, para los cabrones que me caen mal como tú, puedo ser un verdadero demonio.

» Pero deberías sentirte afortunado: Te he escogido especialmente a tí para usar mis habilidades y divertirme. No todos los días una criatura tan asombrosa como yo le presenta directamente a los humanos lo que es la "magia" ─dijo arrogantemente─. ¿Que no vas a agradecerme?

Yeonjun apretó los labios, molesto pero ciertamente intimidado. Ya comenzaba a dudar de que esa loca situación fuera una simple pesadilla, porque se sentía demasiado real. ¿Acaso todo era verdad? ¿En serio estaba en bandeja de plata, a la completa disposición de un fantasma malvado capaz de alterar la realidad como afirmaba?

El "espíritu" sonrió mostrando los dientes, burlón, pudiendo leer cada uno de los pensamientos del chico rebelde.

─ Tranqui, tampoco quiero hacerte daño sólo porque sí. No soy esa clase de criatura; tengo mis propios principios.

» ¿Te suenan los 12 trabajos de Hércules? Tú y yo vamos a tener una dinámica similar. Como estoy tan harto de tu actitud pedante de mierda, yo mismo me voy a encargar de interferir en tu destino y darte un buen "desarrollo de personaje" para ver si te logro quitar lo idiota y al final cambias el curso de tu vida. Para esto, te encomendaré misiones y arduas tareas.

Yeonjun se exaltó. Su corazón latía frenético.

─ ¿Qué carajos dices? ¡Púdrete, maldito loco! ¿Qué quieres hacerme? ¡Yo no necesito-...!

─ Cállate, renegado. Te conviene escucharme atentamente, porque estoy a punto de decirte cuál va a ser tu primera tarea.

─ ¡Pero...!

─ ¡Shhhhh! ¡Que te calles! ¿O quieres que incluso dentro de este sueño te convierta en perro para que no puedas hablar?

Yeonjun bufó, completamente enfurecido. Pero Kai sonrió triunfante, sabiendo que con eso lo tenía controlado.

─ ¿Sabes quién sí me cae bien? Pues... Choi Beomgyu. Gyu es adorable, divertido, y sus sueños son incluso más deliciosos que los tuyos, así que adoro a ese chico como no tienes idea.

A Yeonjun no le gustaba para nada el rumbo que estaba tomando la conversación.

─ ¿Qué tiene que ver ese tonto?

─ Tiene que ver que yo lo quiero mucho, y que adoro comerme sus sueños y la energía de felicidad que desprende. Pero últimamente ha estado súper triste principalmente por culpa de cierto chico "rebelde sin causa" que ha sido un auténtico idiota con él. De algún modo tienes que compensarlo, ¿no crees? Esa va a ser tu primera misión: vas a hacer a Beomgyu feliz, vas a sacarle muchas sonrisas... Porque ahora te he convertido en su mascota y más te vale que seas un buen perro para él.

"¿QUE QUÉ?"

─ ¡NO! ¡No hay modo! ¡No voy a hacer nada que tenga que ver con Beomgyu, no lo soporto, y tampoco soporto ser un perro! ¿Quieres que sea su puta mascota? ¡Estás tarado si crees que lo voy a hacer! ¡Esta ridícula situación es la más vil mezcla de todas las cosas que detesto!

─ Y justo por eso es que esto será más divertido, Junie.

─ ¡Deja de decirme así, carajo, así me dice ese él!

─ Oh, ¿entonces es un vínculo especial entre ustedes? Lo siento, no sabía que era algo íntimo.

─ Jódete.

Yeonjun intentó propinarle un puñetazo en la cara al "espíritu" frente a él, pero justo en ese momento Huening Kai desapareció, provocando que Yeonjun cayera de bruces a la arena.

Kai se rió a carcajadas, reapareciendo justo atrás de él.

─ ¡NO! ¡NO VOY A SER EL MALDITO PERRO DE BEOMGYU! ¡ME NIEGO, ME NIEGO! ─gruñó el rebelde desde el suelo, tosiendo y escupiendo con enfado la arena que tenía en la boca.

─ No es como si tuvieras mucha opción.

─ ¡No puedes obligarme!

─ ¿Quieres apostar?

─ Dijiste que tenías "tus propios principios". No creo que te atrevas a matarme o algo así. Sólo quieres asustarme.

Huening Kai rió traviesamente.

─ Ohh, ohh... ¿Eso crees? ¿Qué tal si te muestro algo que te haga recapacitar?

Antes de poder responder, Yeonjun sintió un fuerte "tirón" en el pecho. Cuando levantó la mirada nuevamente, ya no se encontraba en la playa.

Ahora estaba, junto a Kai, en una banqueta cerca del centro de Estrellazul. Había personas transitando por la calle, también autos circulando. Pero cuando un grupo de chicas que caminaban cerca "pasaron a través" de ellos dos, Yeonjun se dió cuenta de que nadie podía verlos ni tocarlos. Era como si ahora ambos fueran fantasmas.

─ ¿Qué hiciste, fenómeno? ¿Dónde estamos? ─preguntó bruscamente a su acompañante.

─ Estamos en el pasado... O algo así. Estamos en la proyección de un pasado que ya no sucedió.

─ ¿Qué caraj-...?

─ Cállate y observa. Pon atención─ Kai señaló con su dedo índice hacia establecimiento que tenían enfrente, al otro lado de la acera.

Se trataba del banco, concretamente, del cajero automático. El mismo cajero en el que había estado Yeonjun unas horas atrás, justo antes de que Kai, en su forma de gato, lo "hechizara".

El chico renegado tenía un muy mal presentimiento.