Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Pelirroja engreída.

13 de agosto del 2020.

Ellein Loaren.

8:00Am

—¿Tienes los documentos?— Pregunta Lukas acomodándose el suéter que lleva bajo su abrigo.

—Déjame, yo lo hago cariño— Me acomodo cuidadosamente en el asiento del taxi quedando frente a él.

-Tomo el suéter desde la base y lo muevo un poco para enderezarlo, recuerdo cuando hacia esto con papá.

—¿Tú tienes los tuyos?— Le pregunto a mi prometido que mira sin disimulo mi rostro.

—Lindas pecas— Las acaricia con las yemas de sus dedos y luego ajusta mis gafas.

—Concéntrate Davis— Digo despegando las manos de su suéter para dar un pequeño manotón a la mano en mi rostro.

-Mis ojos van disimuladamente al conductor del taxi y luego al retrovisor.

—Tienes suerte, no te vio siendo vulnerable— Le susurro muy cerca de su rostro para luego plantar un beso en la comisura de sus labios.

—No tuve suerte, quitaste mis dedos de tus preciosas pecas— Hace un puchero que lo hace ver demasiado tierno.

—Tú, Bribón— Suelto unas risitas.

-Hoy es mi propuesta ante los inversionistas de USA, es hoy o nunca, los tramites para SunFlowers international están en la mesa, sólo falta dar una conferencia que maraville a los inversionistas para poder abrir la primera sucursal aquí, en New York.

—Recuerdo la ultima vez que escuche ese sobre nombre— Lukas toma mi mano y besa el dorso.

—Creo que ahora si lo soy— Sonríe cerca de mi mano mientras levanta su mirada para verme fijamente.

-Gracias Dios, por escuchar mis oraciones.

-Después de dejarme en el edificio Lukas ira a una agencia de proveedores para realizar la compra de algunos productos que hacen falta en la farmacia que hace poco inauguro, además de que va a una empresa de servicios de Salud para recibir algunas recomendaciones sobre salubridad y mantenimiento.

-Envídiennos mundo, la nueva liga de empresarios esta en New York

-Recuerdo cuando me menciono lo de su empresa, estaba sumamente sorprendida, no tenia ni la mas mínima idea sobre los planes de Lukas y mucho menos que iba a pasar de ser un farmacéutico a ser el mismísimo dueño de una farmacia.

-Debemos a aprender a admirar a las personas correctas por razones correctas.

-Y Lukas pertenecía a ese grupo.

—Llegamos al primer destino— El taxista nos mira para luego sonreírnos, sonrisa que inmediatamente le devolvemos con amabilidad, tomo mis cosas y bajo del auto.

—Te ves hermosa, arrasa con ellos, pelirroja sangrienta— Me guiña un ojo.

—Tenemos que hablar seriamente de ese apodo, secuestrador— Le devuelvo el gesto.

-No hay mejor cosa que saber que tu mayor admirador es la persona a la que mas amas, la persona que estuvo para ti aún en el fondo, aun en el comienzo, y que ahora forma parte del mejor momento de tu historia.

-Me despido de mi amado y veo como da un portazo para luego verlo marcharse en el taxi.

—Tú puedes Ellein Loaren, deslumbraras en la conferencia a esos tiburones con traje— Me animo a mi misma mientras subo las enormes escaleras hacia la entrada.

-Me siento segura, me puse maquillaje sutilmente, llevo un abrigo beige acompañado de un vestido de lana negro de cuello alto, hay un poco de frío para estos meses en la ciudad, además, queria verme lo mas elegante posible, y acompaño estas prendas con tacones a juego estilo romanos que llevo atados hasta arriba.

-Llevo una pequeña cartera blanca y la carpeta con los documentos.

-Hermosa, segura y totalmente confiada de mi misma.

-Llego a la entrada y las grandes puertas de cristal se abren automáticamente, las grandes letras iluminadas frente a mi son lo primero que llama mi atención en la recepción, International Business. Es lo que esta plasmado detrás de las chicas que se encuentran en el recibidor.

-La entrada es exageradamente amplia, a los lados del recibidor hay dos grandes escaleras eléctricas, y desde aquí puedo ver las barandas del segundo piso echas totalmente de cristal.

-Camino hacia el recibidor, que admito, desde la entrada se encuentra un poco distante.

—Hola, ¿en que la podemos ayudar señorita?— Me saluda la hermosa castaña frente a mi, ratas, esta niña es una jodida diosa.

-Ya sueno como Lukas.

—Hola, ¿Qué tal?— Le sonrío para luego continuar.

-No dejo de mirar su larga cabellera recogida en una cola alta, y ese uniforme que hacen resaltar esas curvas, además, sus labios llevan un labial rojo intenso y sus ojos con un delineado de gata son capases de hipnotizar hasta a una mujer.

-En este caso, esa soy yo.

—Si, vine por una propuesta internacional, soy Ellein Loaren— Sus ojos me miran con asombro y sus labios forman una gran sonrisa.

—Un gusto conocerla Señorita Ellein, E escuchado tanto de usted, la admiro tanto— Su mano se estira para estrechar la mía, la tomo con gusto para devolver el gesto.

—No puedo creer que siendo tan joven tenga tantas sucursales en Canadá— Es entusiasta y su mano sigue moviendo de arriba a abajo la mía.

—Por favor, Llámame Ellein— Sonrío, esto es tan agradable.

-Nunca había tomado con seriedad una frase que escuchaba constantemente en la universidad, hasta que me toco trabajar por lo que mas deseaba y amaba, trabajar hasta que mis pies dolieran del cansancio y a mis manos le salieran cayos, esa frase era...

-Honor a quien honor merece.

-Y ahora puedo entender a que se refería.

—Puede subir, las escaleras que llevan hacia arriba están a la derecha, al subir siga por el pasillo y al final encontrara una gran puerta de manera, allí están los inversionistas— La chica suelta el agarre de mi mano y me da una ultima sonrisa antes de seguir con mi camino.

-Camino hasta las escaleras y mientras subo ordeno mi cabello que decidí alizar un poco esta mañana antes de venir y ajusto mis gafas.

-Hoy la traje para verme ya saben, madura.

-Al estar arriba tomo las direcciones que me dio la recepcionista hasta llegar a estar frente a la puerta de manera de la que me hablo.

-Doy varios toques y una voz me indica que entre.

-Tomo la agarradera y la empujo hasta estar dentro del salón, es amplio pero lo normal, frente a mi hay otra área de recepción y en frente hay un chico.

—Bienvenida, puede sentarse mientras es su turno, pero antes, ¿me da sus datos por favor?— Asiento y cierro la puerta detrás de mi, camino hasta estar frente a la recepción y le sonrió al amable sujeto.

—Ellein Loaren— Digo, y el chico me devuelve las palabras con una expresión similar a la de la guapa recepcionista de abajo.

—¿Usted es Ellein Loaren?— Sonríe y me contagia haciéndome sonreír también.

—Si, soy yo— Respondo con amabilidad.

—Todos hablan de usted en este despacho, los grandes ejecutivos del lugar aun no asimilan que una chica con tan sólo veintidós años haya inaugurado tantas sucursales de moda en tan poco tiempo— Continua...

—¿Qué edad tienen ahora?, sino es mucha molestia saber— Sonríe.

—Veinticuatro— Respondo sin dudar.

—¿Y cuantas sucursales a abierto hasta ahora?— Su intriga me agrada, es muy amable.

—Cinco— Lo miro fijamente y sus ojos se iluminan.

—Diablos— Escupe para luego darse cuenta y taparse dramáticamente la boca.

—Tranquilo, esto queda entre nosotros— Le guiño para luego despedirme con la mano.

—La llamare cuando sea su turno— Es lo ultimo que le escucho decir.

-Camino hasta la sala de espera en donde hay unos grandes muebles y varias personas conversan y toman el té.

-Todos parecen notar mi presencia y hay un notable silencio cuando estoy lo suficientemente cerca.

—Hola, mucho gusto— Noto algunas malas miradas por parte de las chicas y los chicos pues...

-Gatos viendo una sardina pelirroja.

—Hola, tenemos a una chica joven entre nosotros muchachos— se ríe, —Además, encantadoramente hermosa— Enfoco bien y el chico que habla es un trigueño de ojos almendrados marrones y cabello castaño oscuro, físico normal con una altura normal, y que me da aires de latino, parece serlo.

—Hola, siéntate— Me dice una de las chicas entre dientes.

—Claro, gracias— Doy una sincera sonrisa antes de tomar asiento, dejo mi cuerpo caer ligeramente en el sillón quedando de medio lado y dejando los objetos que llevo en mi regazo.

—Y cuéntanos, ¿Qué edad tienes?, pareces ser mucho mas joven que nosotros— Sigue el chico.

—Por cierto, soy Eduardo Meza, Un gusto— Si, su nombre y acento me confirman que es latino o son sus raíces.

—Puedo preguntar, ¿de donde eres?, siento curiosidad— Sonrió ante la pregunta que él me hace.

—Yo queria preguntarte lo mismo— Le devuelvo la sonrisa.

—Soy de Canadá— Me dispongo a responder.

—Lo imagine, en New York no se ven muchas pelirrojas— Se ríe moderadamente.

—Lo siento, Yo soy del mejor país en la bolita del mundo, Soy de Venezuela— Oh, Venezuela, había escuchado de ese lugar, dicen que sus bellezas naturales y tropicales no tienen comparación.

—¿Bolita del mundo?— Trato de imitar su buen español.

—Ah, lo siento, esa expresión quiere decir que, del mundo entero, o del mundo en general— Sonríe.

—¿Entonces si eres latino?— Pregunto con cierto tipo de nostalgia.

—Si señora— La ultima frase la dice en español.

-Espero que no sea un insulto.

—No queremos escuchar de tu país de nuevo Eduardo— La voz chillona y en tono egocéntrico llama mi atención, giro hacia la izquierda disimuladamente mi cuello para ver quien es y me encuentro con una rubia de cabello corto, altamente voluminosa y falsa que me da una ojeada descarada mientras vate sus largas y postizas pestañas una y otra vez.

-Yo soy de esas chicas que admite y admira la belleza de otras, pero si esta, como sea que se llame, no me mirara como perra en celo, no me expresaría tan sincera y malvadamente de ella.

—Respondiendo a tu pregunta Eduardo— Interrumpo a la rubia.

—Tengo veinticuatro años— Me limito a decir, y mas de una cara expresa sorpresa.

-La rubia voltea sus ojos sin ninguna vergüenza dándome un claro aviso de "No me agradas bruja".

-Pues tu a mi menos cosa horrorosa.

-Eh mejorado con los insultos, grande Ellein.

—Rayos, que joven eres— Escucho al chico que esta sentado al fondo, —¿Qué haces en el área de inversiones?— Esta vez el que habla es un chico de ojos verdes sutiles y cabello negro, lleva el típico traje de juntas y al igual que yo, gafas.

—Creo que lo mismo que ustedes— Sonrió, —Busco inversiones para mi sucursal de moda internacional— Le doy una sonrisa.

-Frente a mi hay dos chicas, conmigo somos tres, y a mi lado esta Eduardo y el chico de ojos verdes que acaba de hablar esta a su lado.

—¿Internacional?— Suelta un pequeño JA con ironía, —¿Eso quiere decir que ya tienes una en tu país?—

-Aquí vamos de nuevo.

—Cinco, para ser exactos— digo y él ajusta sus gafas.

—¡Y sólo tiene veinticuatro!, carajo, ¿eres una especie de genio en los negocios?— pregunta con una amplia sonrisa y una amplia curiosidad.

—¿Dime que abriste la primera a los dieciocho?— Solicita saber con ansias.

—No, las primeras tres las inaugure entre los veintidós y veintitrés años, y las dos ultimas sucursales al cumplir los veinticuatro, creo que con cuatro meses de diferencia— Explico recordando los detalles de las aperturas de mis ultimas sucursales.

—¿Vendes drogas o que?— La rubia vuelve hablar y lo que tiene para decir es de mal gusto, nadie la toma enserio y eso me alegra.

-No puedes con la pelirrojaneithor rubia barata.

—Ah decir verdad, la moda primaveral se da muy bien en Canadá, y por eso mis tiendas fueron un éxito, y gracias a eso pude abrir varias sucursales en distintos estados— Le respondo tajante pero sin abandonar la clase que claramente tengo limitada.

—Eso es sensacional— Vuelve a hablar el chico de gafas.

—Todos nosotros pasamos los veinticinco, y apenas llegamos aquí, y con mucho trabajo— Se ríe, —¿Cuál es tu secreto?— Su pregunta me hace pensar de mas, pero sin ningún tipo de tapujos respondo.

—La verdad es que mi ex casi me mata a puñetazos— Continuo..

—Y eso me hizo entender que en cualquier momento la vida se puede apagar tan fácilmente como lo hace un fosforo, aun con la mas ligera brisa, se puede extinguir en segundos, le importa un puto carajo si aun te falta por aprender o experimentar, sólo decide apagarse y ya, aun cuando no estas listo para ello—.

—Por eso no espere, trabaje duro, promocione una y otra vez mi tienda, mi primera sucursal estaba cerca de la universidad en donde me residenciaba, asi que hice folletos y los repartí entre mis compañeras y entre sus compañeras, y poco a poco pude ver los resultados— Tomo una pequeña pausa.

—Realmente no existe un secreto, no existen trucos, sólo son tus ganas y tú las que te llevan a la sima— Finalizo.

-Antes de que el chico pudiera decir algo el recepcionista se acerca hasta nosotros llamando nuestra atención, todos nos colocamos de pie.

—Todos pasaran al mismo tiempo, fue una decisión ejecutiva— Nos sonríe para luego retirarse.

-Las chicas frente a mi se adelantan como gatas ladronas y los chicos me hacen una seña para caminar primero.

-Cruzamos la puerta de cristal y dentro del salón hay una mesa larga con varios asientos, unos miran frente al otro, en los asientos del frente están cinco hombres, puedo decir que tiene la edad de mi padre, excepto por el ultimo que... Madre mía, lo siento secuestrador, pero, soy una chica un poco débil, y este chico es un verdadero monumento.

-Sus facciones son varoniles, es un poco fornido, no exageradamente, sus ojos cejas y pestañas hacen juego, son de un color negro intenso, su cabello del mismo color esta peinado a la perfección con gel, además de que combinan perfectamente con su tono de piel color crema, y su traje se le ajusta tan bien en sus bíceps.

-¡Basta Ellein Loaren, eres una chica muy comprometida!.

-Para mi sorpresa parece notar que lo miro y voltea a verme cosa que hace que inmediatamente voltee hacia otro lado con rapidez, carraspeo un poco moviendo mi bolso y mi carpeta delante de mi para tomar asiento frente a una de las sillas que están vacías.

-Gracias Dios.

—Hicimos que todos pasaran para hacerles una propuesta— Uno de los hombres habla rompiendo el pesado silencio.

—Queremos proponerles un reto— Otro de los inversionistas habla.

-Todos asentimos y la voz de una de las chicas que no conozco se escucha.

—¿Qué tendríamos que hacer?— Se escucha un poco nerviosa.

—Queremos que trabajen en esta empresa hasta el ultimo mes del año, siendo un total de cinco meses— El mas joven termina echando un vistazo a todos pero su mirada se acentúa en mi unos segundos y luego la aparta..

—¿Aceptan nuestra propuesta?— Cada uno de ellos expresa seguridad.

—Pero ¿con que fin haremos eso?— Pregunta Eduardo.

—Los probaremos en el campo laboral como empresarios, pero trabajaran en el departamento de ingresos y ganancias, allí veremos su desempeño para generar ganancias a negocios pequeños usando cualquier herramienta que quieran emplear para generar ingresos, luego de estos cinco meses sacaremos registros de sus aportes a las pequeños negocios que les asignaremos y el que le haya generado mas ganancias e ingresos al suyo, es el que se queda con la inversión, y bueno, esta vez lo estuvimos conversando y decidimos que vamos a financiar a dos, asi que las dos personas que aporten mas, son las que obtendrán la victoria en el juego— Finaliza uno de los hombres de traje de cabello cubierto con un ligero tono blanco.

—Disculpen, no hare esto— Una de las chicas se levanta y se retira, todos nosotros la seguimos con la mirada hasta que desaparece por la puerta que usas para entrar.

—¿Eso quiere decir que no habrá conferencia?— Al fin me animo a hablar.

—Oh, ¿usted debe ser la Canadiense dotada?— Dice el que parece ser el hombre mas anciano.

—No se si soy yo señor— Sonrió y esta vez fui muy sincera.

—¿Eres la señorita Ellein Loaren cierto?— Me pregunta con intriga.

—Si, esa soy yo— Le digo en un tono incomodo.

—Tenemos suerte de tenerla con nosotros, esta empresa a escuchado cosas buenas de usted— sonríe, —Y respondiendo a su pregunta, No, no habrá conferencia, sólo la propuesta que acabamos de hacer— finaliza.

—¿Qué dicen?, lo aceptan— Es arriesgado, pero lo hare, no seria la primera vez que vaya a pelear por alcanzar mis objetivos.

-Antes de que pueda hablar la rubia se adelanta.

—Yo lo haré, señor— Finaliza.

—Nosotros también— habla Eduardo por él y el que parece ser su amigo.

—Muy bien, y ¿usted, señorita Loaren?— Pregunta el mas joven poniéndome nerviosa.

—También lo hare— Digo sin dudar.

—Muy bien, no esperábamos menos de usted— Dice el mas anciano.

-Ellos se levantan y dando por finalizada la reunión y nosotros hacemos lo mismo saliendo del lugar.

-Justo al lado de la puerta esta la recepción donde se encuentra el recepcionista emocionado y pregunta.

—¿Cómo te fue?, ¿lo lograste?— Me mira intrigado.

—La verdad, no hubo conferencia— Digo en un tono triste —Pero me veras aquí por cinco meses, trabajare en el edificio— Digo con emoción, nunca había sido empleada en una empresa tan grande, sólo en cafeterías y pequeños restaurantes y la verdad quiero pasar por esta experiencia, asi podre decir con aun mas razón que trabaje duro por esto.

—¡Que emoción!— Eleva su tono.

—Y tenias que ver como la elogiaban— Se nos acerca el chico de gafas.

—Por cierto, soy Alan— Me extiende la mano y le devuelvo el gesto.

—Era la ama del lugar, quiero ser como tú cuando crezca— dice Eduardo haciendo un pequeño puchero.

—Basta chicos, ustedes también son buenos, por algo están aquí, deben platicarme de sus negocios— Suelto unas risitas.

-De repente escuchamos unos tacones acercándose con paso firme y el recepcionista se inclina para ver quien es.

—¿Y esa que?, parece que la dejaron sin sexo anoche— Amo a este chico, enserio me agrada.

—¿Si viste que Ellein acaparo toda la atención?— Le pregunta Alan a la rubia falsa y ella detiene sus pasos justo frente a mi asiéndome notar lo alta que es, aunque yo lleve tacones sigo siendo unos muchos centímetros mas baja que ella, de repente voltea para verme con desagrado.

—Cuídate— escupe dejándome en claro que será la típica rival que quiere ganarse a los jefes a como de lugar.

—Creo que quedo claro quien tiene miedo— La miro desde abajo.

-Jodido elfo, no sirves para intimidar.

—Pelirroja engreída— Bufa dándose la vuelta para marcharse dando zancadas y batiendo su corta cabellera.

—Creo que acaba de declararme la guerra— Miro a los chicos junto a mi y todos nos reímos.

-aquí demostraras de que estas echa Ellein, si, es la guerra.

-Y tú no la vas a perder.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro