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Capítulo XIV: Exploración

Kristal había abordado la nave con un grupo de 20 reclutas, Emily quedó observando para después cambiarse de ropa y pensar, no tenía nada que hacer, no anunciaron ningún entrenamiento o misión hasta después del almuerzo donde el holograma del primer general apareció

—Como saben, ya están capacitados para explorar otros planetas. Serán seleccionados y enviados a distintos puntos y galaxias para conseguir información de los Reptilianos. Hoy mismo partió un grupo de cada equipo a una galaxia lejana con el objetivo de eliminar. Los que quedaron serán distribuidos en diferentes planetas, sus generales les explicarán lo demás.

El general no tardó en aparecer y seleccionar cinco grupos de 20

—Como escucharon serán distribuidos en diferentes planetas por información, está terminantemente prohibido enfrentarse a Reptilianos o mostraste ante los habitantes de cualquier planeta, en especial Terra donde todo esto, según ellos, no existe —miró a Emily —solo puede enfrentarse en lugares alejados y solitarios, como bosques. Al igual que en la primera misión, solo los que provengan del planeta a donde vayan pueden mezclarse pero no vincularse con nadie más de la cuenta. Y por último, encuentren indicios de liderazgo, recibimos reportes de que en cada planeta están proliferando Reptilianos en secreto. Seguramente no lo encuentren en este viaje pero de ser así es su obligación reportar, solo generales pueden hacer ese trabajo. ¿Alguna pregunta?

—¿También se incluye Terra en esta exploración? —preguntó Emily

—Ya lo sabrán —entregó los dispositivos

Las naves descendieron y abordaron con otros grupos de distintos equipos, para suerte de Emily, Tamara no estaba allí. Todas partieron juntas pero se separaron en el espacio

—¿A dónde iremos? —preguntó la rubia por lo bajo

—No tengo idea

—Bien, esta nave se dirige a Terra. Serán distribuidos por todo el planeta, sus generales ya le explicaron su objetivo... —llaml la atención el capitán de la nave —ahora mismo está por anochecer en ese planeta. Los buscaré al amanecer en el punto donde serán dejados...

—Tu planeta —susurró la rubia

—Jamás creí que regresaría —miró por la ventana

Observó aquel planeta que fue su hogar, fue, porque ya no lo era desde aquella noche ya no lo consideraba así.
Su grupo fue dejado en un bosque cercano a una ciudad

—Emily, ¿Que nos puedes decir de Terra? —preguntó un peligris

—Bueno a diferencia de otros planetas, aquí no depende del color del cabello. Ustedes pueden mezclarse entre los habitantes sin llamar la atención, hay muchos que se cambian el color por gusto...

—Podemos mezclarnos la mitad para buscar información y la otra al bosque —sugirió la rubia

—Estoy de acuerdo. Prefiero el bosque —agregó Emily

Así se distribuyeron individualmente por toda la zona, Emily prefería no mezclarse con los terranos porque sentía que se complicaría pero ya que estaba ahí quería saber dónde estaban sus padres.
Se sumergió en el bosque en busca de huellas pero no había nada. Continuó hasta encontrar un ciervo muerto con garras, era muy probable que no tardara en encontrarse con un Reptiliano.
Siguió el camino pero la risa de una niña llamó su atención, se acercó y observó la escena. Una familia con una niña de unos 5 años jugaban en la habitación de la pequeña, era una cabaña lejana.
Entonces lo vio, un Reptiliano acechaba a la familia desde la oscuridad, podía tirar una flecha pero aquello llamaría la atención. Esperó a que todas las luces se apagaran donde el ente parecía ser que también esperaba sin notar su presencia.
Un minuto después comenzó a avanzar y ella igual, estaba por trepar a la habitación de la niña cuando lo detuvo con una flecha en el pecho pero no cayó. La miró y se quitó la flecha como si fuese una pluma para después dirigirse a ella.
Estaba claro que no podía enfrentarse ahí y exponerse, debía atraerlo al bosque pero parecía que el Reptiliano no tenía el mismo plan, en caso de enfrentarse en ese lugar debía ser en silencio. ¿Cómo lo haría? No pudo responderse ya que el enemigo se lanzó sobre ella con ferocidad, lo detuvo con la espada intentando llevarlo al bosque sin existo, debía evitar hasta huellas por lo que subió a un árbol para ser seguida y enfrentarse. De manera silenciosa se enfrentaron hasta que lo decapitó.
Suspiró pero sintió una mirada sobre ella, giró y la niña la miraba sorprendida.

—Rayos —maldijo entre dientes

Saltó hasta la niña que le sonrió para tomarla de la mano

—Protegeme —entró a su cama

—Lo siento niña, no puedo quedarme

—Regresará

—No lo hará

—Siempre regresa...

La niña señaló un calendario, hacía tres meses que el Reptiliano la acechaba pero algo más la había sorprendido

—Tranquila. Ya no sucederá, él no regresará —sonrió —duerme

Después de aquello se dirigió a la ciudad para observarla desde la distancia, la reconoció, era su ciudad, en la que había crecido y ahora no tenía nada.
Suspiró y miró en dirección de su peor pesadilla. En la habitación de la niña pudo ver que eran las 11 pm, quería ver por última vez aquel lugar y podría hacerlo corriendo para regresar a tiempo al punto de encuentro. Se disparó en la dirección, calculó unas 2 horas para regresar. Se detuvo en la carretera para dirigirse por el bosque.
Reconoció el lugar, ese trayecto, el camino de su desesperación. Estaba haciendo el mismo recorrido que hizo esa noche pero esta vez de regreso.
Corrió hasta que visualizó la cabaña, se detuvo sobre algo, se arrodilló y lo observó, el libro que leía ese día, casi enterrado, su libro. Cerró levemente los ojos para continuar su camino. A paso lento se acercó, toda la cabaña estaba rodeada por una cinta amarilla, todo abandonado. Nadie había ido hace mucho tiempo, cruzó la cinta  y recordó esa escena

—Papá, mamá... —murmuró recordando los últimos minutos

Un ruido llamó su atención, algo la merodeaba desde el bosque, tomó las flechas y se dirigió allí. Caminó un poco pero no tardó en ser rodeada por 5 Reptilianos, tampoco se hizo esperar y comenzó a tirar dándoles en puntos vitales. No se recuperaron y pudo emprender su regreso, no tan a prisa. Llegó y sus compañeros no tardaron, todos se reunieron y tal como lo dijo el capitán de la nave, los buscó al amanecer.
Como habían llegado, se fueron, en silencio pero cada uno con información.
Fueron llevados hasta la sub-base del octavo general

—Quiero un reporte individual

Todos fueron pasando de a uno y tardaban según la información, Emily fue la última.

—¿Que tienes para mí?

Emily tomó asiento al frente del general, separados por una mesa, aquel lugar era más parecido a una sala de interrogatorio

—Nos separamos individualmente, fui por el bosque, no encontré nada hasta llegar a una cabaña. Una familia estaba ahí, con una niña de unos 5 años...

—¿Qué tiene de importante?

—Percibí a un Reptiliano, estaba oculto hasta que se apagaron las luces, iba directo hacia la niña pero pude detenerlo.

—¿Ella te vio?

—Si... —dudó —sé que a ustedes no les interesa el tiempo pero hacía 3 meses que la merodeaba y eso para una niña es mucho...

—¿Algo más? —le restó importancia

—¿Eso no es importante?

—Soy el que hace las preguntas y no me hagas repetirlo

—No señor

—Retírate

Emily sin más lo hizo, regresó a la cabaña y el almuerzo no tardó

—Emily ¿no extrañas Terra? —preguntaron —es un planeta muy agradable

—La verdad no

—¿Y tus padres? ¿Familia?

—Ya no están vivos

—Oh, lo siento

—No te preocupes...

—Pero es un buen planeta para divertirse

—Posiblemente...

El almuerzo pasó, tenían el resto del día libre pero no quería dormir. Regresar le había dejado una gran duda y sabía que si dormía sería llena de pesadillas. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? La pregunta que se hacía muy seguido, ahora tenía respuesta pero no lo creía, parecía mentira. Necesitaba hablar con Kristal, en la única que confiaba pero aún no regresaba. Necesitaba hablar con alguien o distraerse.
Suspiró y fue a aquel lugar donde la vista tomaba sus pensamientos y la hacía olvidar de ciertas cosas. La actitud del general le había complicado y allí estaba pensando en él de nuevo, su otro problema. ¿Cómo pudo enamorarse de aquel chico? Eso seguía sin respuesta. Volvió a suspirar hasta que escuchó unos pasos

—Terrana... —se sentó a una distancia prudente

—¿Necesita algo?

—¿Porque fuiste a un punto alejado del bosque que debías explorar?

Aquello la sorprendió un poco pero después de todo, él lo sabía todo

—Enfrenté 5 Reptilianos

Evadió su pregunta, no quería decir su razón, era algo muy personal y doloroso.

—¿Porque no lo informaste?

—No conseguí ninguna información

—¿Eso es lo que te mantiene desconcentrada y  molesta?

No respondió y quedaron en silencio por un momento. Realmente necesitaba descargarse y si él quería saber, se lo diría.

—Descubrí que pasaron 5 años, a ustedes no les importa eso pero para alguien como yo, que nació en aquel planeta sí. Pasaron 5 años desde que me trajeron y lo peor es no sé quién. Era una adolescente de 17 años, ahora me doy cuenta que de un día para el otro tengo 22... Dígame, ¿Sabe lo que es eso? No sé cuánto pase aquí pero quizá mañana hayan pasado 20 años y haya envejecido sin notarlo, esto es lamentable —dijo con calma

—Te preocupas por nada

Sin más se levantó y se fue dejándola sola nuevamente, sola y confundida. ¿Qué rayos le pasaba? Su actitud la ponía de mal humor, le molestaba no entenderlo. Era cierto que su relación se había suavizado pero solo a la hora de entrenar y enfrentarse, desarrollaron afinidad y un poco de complicidad pero no quería decir que eso se aplicaría fuera del campo de entrenamiento. Al menos no de la parte del general porque de la parte de Emily, admitía que confiaba en él aunque eso le hubiese parecido imposible al inicio.
No eran amigos pero confiaba como para confiarle su vida en alguna misión. Tiempo atrás aquello no hubiese sucedió, por el acontecimiento del planeta Alfa, pero decidió creer que fue una falla de su comunicador o interferencia más temprana como le había dicho Kristal. Además si la quería fuera, tuvo más de una oportunidad para hacerlo, pero no. Aquello estaba en el pasado y lo respetaba, lo respetaba como general y muy en lo profundo de su ser había guardado sus sentimientos para que no interfirieran.

Emprendió camino de regreso a paso tranquilo, cansado.
Ya sabía la respuesta, 5 años, 5 largos años. Aquello explicaba el porqué de sus habilidades, tanto tiempo entrenando sin descanso debía dar resultado. Por no llevar cuenta del tiempo, en algún momento creyó que en lo que en Terra estaba sin rumbo, sin decidir qué hacer con su vida, en el Planeta Beta lo había descubierto. Creyó que realmente tenía habilidad y destreza para aquello, pero no. Ahora sabía que había sido un largo, muy largo entrenamiento. Pero bueno, ¿Que más daba? Seguiría igual, aquello no quitaba el hecho que no tenía ningún motivo para regresar o pensar en Terra como opción, al contrario, aquello motivaba su visión. Seguiría entrenando y enfrentándose a los Reptilianos para no darles lugar a hacer lo que hicieron con ella. No era venganza, solo quería evitar destinos, sufrimiento y culpa como lo fue con ella.
Suspiró recostándose, Kristal no regresó y eso la preocupaba, ¿A qué galaxia habrá ido? No lo sabía, pero seguramente estaba bien, era la mejor.

La cena estaba servida y todo pasaba tranquilo, tanto que regresó a la cabaña pero aun no podía dormir.
Suspiró y fue al campo de entrenamiento esperando encontrar al general

—¿Qué haces aquí? —pregunto sin  mirarla

—Creo que me acostumbré a la compañía

—¿Mi compañía? —la miró

—Exactamente de Kristal. Siempre estaba en la cabaña —aclaró

—¿Por qué me dices esto?

—¿Cuándo regresará?

—No te interesa

—Si porque es mi amiga

—Cosas de terranos

—Se llaman sentimientos aunque no todos lo tienen

—No me interesa

—¿Al menos sabe dónde está?

—Claramente

—Entonces, ¿está bien?

—Es de las mejores

—Lo sé...

—Y sin ti no hace locuras, deja de influenciarla —Interrumpió

—¿Por qué siempre me culpa de todo?

—No lo sé, quizás porque de donde provienes están acostumbrados a la locura

—No tiene sentido —se quejó

—Si

—Es muy bipolar, es imposible...

—Si te molesta puedes irte —señaló el camino

—Luego soy la rara —murmuró

—Dime, ¿Cuándo te di la libertad o confianza para que me hablaras así?

—En ningún momento pero tanto tiempo entrenando, no lo sé... —encogió los hombros

—Eso no es motivo, porque hayamos logrado afinidad en pelea, no siempre sucede fuera de aquello

—Si... Con permiso

Regresó dispuesta a dormir y así lo hizo pero tenía razón, fue una noche de pesadillas.

Por la mañana despertó con pesadez por las numerosas veces que despertó pero de igual manera estaba llena de energías. Se duchó, vistió y salió, el equipo comenzaba a reunirse para de recibir órdenes.

—Los mismos grupos con las mismas ordenes —avisó el general

Fueron llevados a Saturno, Emily prefería seguir por el bosque y enfrentarse a los Reptilianos para mejorar y adquirir experiencia para lo que venga después. Se enfrentó pero la hirieron con una garra, nuevamente probaron su sangre pero antes de que gritaran los eliminó. Eso no era la primera vez, ya lo habían hecho en el planeta Alfa y le extrañaba más.
De regreso dieron su reporte pero dudaba en contarle o no al general

—¿Algo más? —la miró

—Creo... —dudó —que no, señor

—Retírate

Así lo hizo y regresó a la cabaña, Kristal no regresaba y eso le preocupaba más. Sabía que era buena pero también fue a una exploración, todos había regresado menos ese grupo. Ya no quiso preguntarle al general, últimamente estaba más molesto de lo normal. No quiso preguntar, y según su expedición en Terra que le permitió calcular un poco el tiempo, ya había pasado una semana.
Kristal tenía razón, era mejor no saber del tiempo. Suspiró.

Otro día terminaba, tomó una ducha para relajarse y poder dormir pero al salir se llevó un gran susto.

—¿Qué hace?

Allí estaba el general recargado contra la puerta y cruzando los brazos

—Es mi campamento, puedo ir a cualquier lado

—Lo sé, pero, ¿exactamente que hace aquí?

Emily estaba sólo con la ropa de dormir y eso le incomodaba mucho, seleccionó un buzo largo y holgado para ponérselo y sentarse en la cama. El general no había respondido y parecía estar muy pensativo.

—¿General? —llamó su atención

—Hay una misión importante —la miró

No respondió y esperó a que dijera más.

—Los Reptilianos tomaron gran parte de la prisión. Por la mañana cada equipo irá con un grupo reducido para evitar bajas y ser de fácil movilidad. Tú irás en el grupo... —se sentó en la cama de Kristal para quedar de frente

—¿Dónde es?

—El tercer planeta es la prisión, hay una base de seguridad pero fue tomada e invirtieron todo. El bosque que lo rodea es hostil y peligroso, multiplica el peligro del planeta Alfa

—Entiendo que iré pero, ¿Por qué me dice esto? ¿No pudo esperar a mañana?

—No, porque tú harás otro trabajo, uno central. No podremos acercarnos sin ser detectados y muy posiblemente nos eliminen, solo hay dos opciones, destruir el planeta o retomar el control, optamos por la segunda. Para eso te necesito, eres la más veloz entre todos los demás. Generarás distracción y atracción de los Reptilianos mientras los demás ingresamos a la base.

—¿Y cómo haré eso?

—Encontrarás la forma

—En caso de ser así, ¿cómo sobreviviré?

—Llevarás un dispositivo diferente, con armamento doble. Perderte en el bosque será la mejor opción ya que optaste por eso en las exploraciones, tienes un poco de experiencia. Aunque no será necesario que te enfrentes si no están encima de ti. Solo mantenlos ocupados y alejados

—Entiendo... —quedó pensativa

—Cuando retomemos el control nos encargáremos. Quizás te interese saber que Kristal está ahí con el grupo que fue, junto a Rex...

—Bien

—Eso es todo, descansa que será un día muy complicado —se dirigió a la puerta

—Señor... —lo detuvo —confío que no me abandonarán

—Te aseguro que no —se retiró

El tercer planeta de aquella galaxia, se preguntaba porque no lo habían dicho antes. Aquel planeta era Prisión. Prisión de Reptilianos, aquellos generó otras dudas en Emily, ¿por qué tendrían un planeta para eso? Hasta donde sabía sólo debían eliminarlos, ¿por qué los tenían ahí?

Suspiró

Cuando comenzaba a encontrar respuestas a algunas cosas, se generaban otras preguntas. Al menos ya sabía dónde estaba su amiga y que estaba en peligro, claramente la ayudaría.
Seguiría el plan y esta sería la ocasión en que confiaría en el general. Rogaba porque tuviera el valor suficiente y lo lograra, después de todo de ella dependería que la misión fuera un éxito. Un gran peso para alguien como ella, una gran responsabilidad pero debía hacerlo.







No diré nada *toma juguito*

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