Capítulo 12: El tren infinito (Parte II)
- ¡Nezuko, cuidado!
Advertí a Nezuko mientras corría hacia ella para cortar con mis propias garras ese tentáculo. Logré hacerlo justo a tiempo y entre ambas estábamos protegiendo a todas las personas del vagón.
Por el momento, Nezuko y yo teníamos la situación bajo control, pero de repente, unos tentáculos atraparon a Nezuko por los pies y cuando ella intentó cortarlos, otros dos aparecieron por el techo y la sujetaron de los brazos.
- ¡Nezuko, ya voy...!
No pude dar ni siquiera un paso cuando me di cuenta de que estaba en la misma situación de Nezuko, esos tentáculos también me habían atrapado y la presión que hacían nos estaba lastimando a ambas.
- ¡Ah!
Ambas gritamos por el dolor y más de esos tentáculos nos comenzaron a rodear, por un momento me comparé con uno de esos dibujos de ese libro de dudosa procedencia que me encontré hace mucho tiempo durante mi viaje a Tokio.
En ese libro había dibujos de mujeres desnudas siendo ultrajadas por tentáculos, recuerdo que cuando lo vi decidí quemar el libro y maldecir a todas aquellas personas que compraban y leían esa clase de libros.
- ¡Ah!
El dolor me sacó de mis pensamientos y estaba a punto de desfallecer porque uno de esos tentáculos rodeó mi cuello y me estaba dejando sin aire, hasta que escuché la voz seria de Agatsuma.
- Respiración del rayo. Primera postura: Destello del Relámpago.
En un super rápido movimiento de Agatsuma, nos liberó a las dos casi al mismo tiempo, luego se puso por delante de Nezuko y le dijo.
- Yo te protegeré, Nezuko chan.
Esto se me hizo una escena de lo más romántica, ya que Agatsuma estaba por delante de Nezuko listo para protegerla y Nezuko no sabía que hacer, solo lo miraba un poco confundida.
- Yo te~ zzz... proteger...
Y toda la hermosa escena se fue al suelo cuando nos dimos cuenta de que Agatsuma seguía dormido. Me estaba acercando a Nezuko, cuando de repente...
- ¡GYAAA!
Un fuerte grito de dolor se escuchó por todo el tren, Nezuko y yo nos tuvimos que tapar los oídos mientras que Agatsuma seguía dormido. En ese momento, el tren hizo un movimiento muy brusco y pude ver por las ventanas como nos habíamos salido de las vías y nos dirigíamos hacia el bosque.
- ¡El tren se ha descarrilado! Nezuko, Agatsuma ayúdenme a juntar a todas las personas.
En unos pocos segundos todos estábamos reunidos y decidí utilizar mi técnica para protegernos.
- Arte de sangre demoniaca: Esfera rotatoria de agua.
Con mi técnica defensiva protegí a todos los que estábamos en el vagón mientras este daba vueltas sin control. Al ver que ya nos habíamos detenido por completo, disipe mi técnica para ver que no haya heridos.
- ¿Están bien? – Les pregunté a Nezuko y Agatsuma.
- Uhm.
- Zzz~
Ambos parecían estar bien y los pasajeros del vagón también lo parecían, fue en ese momento que recordé a los muchachos y a los demás pasajeros.
- Tenemos que asegurarnos de que todos estén bien.
- ¡Uhm!
- Nezuko, tu y Agatsuma kun vayan hacia el frente, yo iré hacia el otro lado. Tenemos que ayudarlos a todos ¿Sí?
- ¡Uhm!
Nezuko solo me afirmó con su cabeza y se fue hacia los vagones delanteros, siendo seguida de un dormido Agatsuma. Me sorprende mucho que pueda moverse así estando dormido ¿Será sonámbulo?
Dejé de pensar en eso y me dirigí hacia los vagones traseros, mientras atravesaba los vagones, socorría a las personas que necesitaban mi ayuda, ya en el penúltimo vago me pude encontrar con mi hermano.
- Giyuu ¿Estas bien?
- Si, ayúdame con esto por favor.
Giyuu se encontraba tratando de levantar un pedazo de metal que tenía atrapada la pierna derecha de una joven mujer. Al acércame, entre los dos pudimos levantar el pedazo de metal y pudimos liberarla.
- ¿Se encuentra bien? – Le pregunté.
- Si, muchas gracias.
Esboce una ligera sonrisa hacia ella para tranquilizarla, después mire hacia mi alrededor y vi a otras personas atrapados en los restos del vagón.
- Bien Giyuu tenemos que...
No pude terminar porque de repente se sintió una terrible y fuerte presión en el aire. No fui la única que lo sintió porque al girarme para ver hacia atrás, mi hermano también estaba mirando hacia esa dirección.
Esta presencia es la de una luna demoniaca, no hay duda de eso, pero lo peor de todo es que era parecida a la de Douma, lo que solo me deja dos opciones, o era una luna superior o era él.
Si era Douma entonces no podía perder más el tiempo aquí, pero antes de poder levantarme, mi hermano me sujetó del hombro y me dijo.
- Quédate aquí, yo iré a investigar.
- ¡¿De qué estás hablando Giyuu?! ¡Yo también iré!
- ¡No!
- ¿Qué?
- Aún hay gente atrapada en este lugar, eres la única que puede liberarlos.
- Pero...
- ¿Acaso vas a abandonarlos a su suerte? ¿Tu deseo por encontrarte con ese demonio es mayor a tu sentido común?
Giyuu me miraba muy fuertemente mientras que yo agachaba la cabeza, ya que tiene razón en algo, no puedo abandonar a esta gente a su suerte.
- Ten cuidado – Le dije a mi hermano – En cuanto libere a todos y los ponga en un lugar seguro, iré a ayudarte.
Giyuu no me dijo nada, solo asintió antes de irse.
Ahora que mi hermano se fue, yo comencé a ayudar a toda esta gente sacándolos del vagón, había muchos que estaban atrapados por alguna pieza pesada del tren, pero gracias a mi fuerza demoniaca podía liberarlos.
. . .
Corría lo más rápido que mis piernas me permitían, esa presión que se sintió antes definitivamente era la de una luna creciente. No puedo dejar que mi hermana vaya en su encuentro, si es la luna que la convirtió en demonio, quiero hacerme cargo de él personalmente.
En cuanto llegué al frente del tren, el sonido de una batalla se escuchó a lo lejos, pude ver como Rengoku estaba peleando contra un demonio.
- ¡Los que poseen un talento extraordinario solo irán decayendo poco a poco!
Un demonio pálido dio un salto en el aire.
- ¡Eso me duele, no lo puedo soportar! ¡Muere Kyojuro mientras aun eres joven! Destrucción total: Estilo Vacío.
Me confundí al ver como el demonio golpeaba al aire, pero algo definitivamente se acercaba a Rengoku, lo sé porque un zumbido se escuchaba en el aire.
- Cuarta Postura: Ola de Llamas Ardientes.
Algo impacto en contra de la espada de Rengoku, creo entender en que consiste esa técnica del demonio. Dejé de quedarme inmóvil y empecé a correr para apoyar a mi compañero.
- ¡No te muevas! ¡Si se abre una arteria sería una herida fatal!
A pesar de estar peleando, Rengoku se dio el tiempo para reprender a Tanjiro.
- ¡No te preocupes por los débiles, Kyojuro! ¡Concéntrate en mí!
El demonio se había acercado lo suficiente a Rengoku y lo volvió a atacar.
- Destrucción total: Estilo del Caos.
Rengoku recibió varios golpes y cuando el demonio se preparaba para otra combinación de ataques, me pare entre los dos.
- Respiración del agua. Onceaba postura: Calma.
- ¿Eh?
Mi espada chocó con un golpe de vacío que el enemigo había creado. El demonio dio un par de pasos hacia atrás para hacerse de espacio.
- Me alegra verte Tomioka, mi amigo.
Yo solo asentí para mantener mi concentración en el demonio, este se veía muy feliz.
- ¿Respiración del agua? ¿Eres el pilar del agua?
- No tengo porque responder a eso.
- Si, si lo eres. Jamás había visto esa técnica, además, tú también estas en gran forma, definitivamente eres el pilar del agua.
Mire discretamente a Rengoku solo para verlo sangrando por varias partes de su cuerpo.
- Tomioka ¿Verdad? Dime, ¿No quisieras convertirte en demonio?
No le respondí al demonio porque me abalancé en su contra.
- Tercera postura: Danza de las Corrientes.
Intenté atacarlo por varios lugares y ángulos, pero él se defendía de todo lo que le lanzaba.
- Esta técnica ya la he visto, ¡Vamos, muéstrame otras que no haya visto antes!
Nos enfrascamos en combate cuerpo a cuerpo y me di cuenta de que llegamos a un punto muerto porque ninguno de los dos nos hacíamos daño.
- ¡Definitivamente tu defensa es mucho mejor Tomioka! Pero jamás podrás ganarme si tu ataque es inferior al mío.
- ¡Entonces yo seré quien ataque! Segunda Postura: Cielo en llamas ascendente.
Rengoku realizó un ataque desde abajo y logró cortar parte del pecho del demonio, este dio nuevamente un salto hacia atrás para alejarse de nosotros. Lo más raro de este demonio es que estaba sonriendo.
- ¡Esto es bueno, dos pilares al mismo tiempo!
- No te esfuerces Rengoku, tus heridas podrían abrirse aún más – Le dije.
- No te preocupes mi amigo, tenemos que ir los dos a por él.
Asentí ante la sugerencia de Rengoku y ambos nos lanzamos al ataque al mismo tiempo.
- ¡No puedo pedir nada mejor, creo que tendré que ponerme serio! Despliegue de técnica. Destrucción total: Aguja de Brújula.
Al estar a una distancia considerable, los tres arrojamos nuestros ataques con la pura intención de acabar a nuestro oponente.
. . .
Algunos minutos pasaron, la verdad no sabría con exactitud cuántos fueron, pero debieron ser muchos porque el cielo del horizonte se empezaba a aclarar, el sol está a punto de salir, por lo que debo de darme prisa.
Al rescatar al último pasajero, me fui corriendo hacia la locomotora, ahí es donde la presión del demonio se siente más fuerte y mientras más me acercaba, más se escuchaba los sonidos de un ferviente combate.
Al llegar a la locomotora, pude ver a Tanjiro recostado en el suelo con una herida en el abdomen, Hashibiria estaba parado a su lado sin moverse. Más adelante se encontraba mi hermano hincado y sujetándose el abdomen, su frente estaba sangrando y su katana se había partido en dos.
Pero me horrorice al ver más hacia adelante, ya que Rengoku se encontraba en peores condiciones que mi hermano, sangraba de varias partes de su cuerpo siendo su rostro la más dañada, su ojo izquierdo estaba completamente cerrado.
Por delante de él se encontraba un demonio de cabello corto y varias marcas por su cuerpo como si fueran tatuajes, su piel era bastante pálida y solo llevaba unos pantalones holgados y un pequeño haori que fungía como chaleco.
- Respiración de la llama. Novena Postura: Purgatorio.
- Despliegue de Técnica. Destrucción Total: Estilo Destructivo.
Rengoku se abalanzó en contra de ese demonio, mientras corría hacia él, me pareció ver a un enorme dragón de fuego por encima de Rengoku, este dragón tiene sus fauces abiertas listo para devorar al demonio.
Pero algo no estaba bien, podía sentirlo, algo me oprimía el pecho. Es una sensación difícil de describir y no me era agradable.
- ¡Ja ja ja, muy bien Kyojuro!
- ¡WUAAA!
Sin previo aviso, mis piernas empezaron a moverse y sin darme cuenta, ya me encontraba corriendo hacia Rengoku a toda velocidad.
- ¡Tsutako san!
- ¡Nee san!
Pude escuchar los gritos de Tanjiro y de mi hermano, después escuché como corrían por detrás de mí, no sé si para detenerme o para ayudar a Rengoku, pero yo no podía dejar de correr.
El demonio parecía divertirse mientras que Rengoku dio un fuerte grito en lo que se acercaba al demonio. Al estar ambos cerca el uno del otro, el demonio intentó atacarlo con su brazo izquierdo.
Rengoku por su parte lo atacaba desde arriba y mientras su espada descendía, no solo cortó el cuerpo del demonio, también cortó el brazo izquierdo que estuvo a punto de golpearlo.
El demonio no paraba de sonreír y se preparaba para atacarlo con su otro brazo, en un movimiento rápido de Rengoku, giró su espada para ahora cortarle de abajo hacia arriba, todo esto ante la satisfacción del demonio.
Al terminar su ataque ascendente, pude ver como el cuerpo de Rengoku quedó completamente desprotegido y al parecer también fue visto por el demonio, porque echo para atrás su brazo derecho listo para atacarlo.
El brazo de demonio ya estaba a mitad de camino para llegar a golpear a Rengoku, pero por alguna razón se detuvo de golpe al verme por delante de él. Y es que justo en ese momento, me había puesto entre ellos, pero más pegada a Rengoku y con mis brazos extendidos.
El puño del demonio se quedó solo a centímetros de mi cara, pero aun así sentí como si el aire me golpeaba el rostro y algo de sangre salió por mi nariz, en ese momento pude ver el rostro del demonio más detalladamente, sus ojos eran amarillos y tenían los kanjis de la tercera luna creciente, sus pestañas, al igual que su cabello, era de un color rosa.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención del rostro del demonio fue que parecía bastante confundido al verme, fue en ese momento en el que ambos escuchamos como alguien sujetaba fuertemente su espada.
Rengoku intentó atacar al demonio mientras que me sujetaba con su brazo izquierdo y me acercaba a él, en cambio el demonio dio un salto hacia atrás para evitar ser golpeado por la espada.
- Tomioka san ¿Estas bien? – Me pregunta Rengoku.
- Si, yo...
- ¡Oye! ¡¿Por qué te metiste mujer?!
El demonio parecía bastante molesto, pero tuvo que dar otro salto para esquivar la espada de mi hermano que estaba partida a la mitad, luego detuvo con la palma de su mano la espada de Tanjiro y con su otro puño la rompió dejándola inservible.
Cuando iba a darle una patada a Tanjiro, llegó Hashibira y con sus dos espadas lo obligo a alejarse un poco. Sin embargo, su rostro aún se mantenía molesto y cuando giró su cuello para mirarme, su expresión cambió a uno de terror.
- Maldición, ya está amaneciendo.
El demonio estaba a punto de marcharse, pero le grite antes de que lo hiciera.
- ¡Espera! ¡¿Eres amigo de Douma?! ¡¿Dime dónde está?!
- ¡¿Ha?!
El demonio me dedico una horrible mirada de odio puro y pude sentir mi cuerpo estremecer.
- ¡Nunca...! ¡¡NUNCA VUELVAS A DECIR ESO!! ¡YO JAMÁS SERIA AMIGO DE ESE ENGREIDO!
El demonio comenzó a correr y a lo lejos me volvió a gritar.
- ¡Si no fueras mujer ya estarías muerta!
Tanjiro reaccionó en ese momento y comenzó a perseguirlo arrojándole su espada, esta se clavó en su espalda y lo atravesó justo a la altura de su pecho.
- ¡No huyas cobarde!
Antes de entrar al bosque, el demonio giró su cabeza para dedicarle una mirada de odio a Tanjiro.
- ¡Tú eres el perdedor! ¡Cobarde, no huyas!
- ¡Detente Tanjiro!
El grito de mi hermano hizo que Tanjiro se detuviera en seco y volteó a verlo un poco confundido.
- No estás en condiciones de perseguirlo, si lo haces solo te matara.
- Pero...
- Tomioka tiene razón Kamado, mi muchacho.
En ese momento, sentí todo el peso de Rengoku sobre mí y me di cuenta de que estaba perdiendo sus fuerzas, como estaba por enfrente de él lo sujete y lo ayude a hincarse.
- Muchas gracias Tomioka san – Me agradece – Pero no debiste hacerlo ¿Por qué lo hiciste?
- No lo sé – Le respondí – Mis piernas se movieron solas, solo lo hice y ya.
- Je je, ya veo.
Rengoku parecía que se estaba durmiendo y eso me alarmó.
- ¡No, no te duermas! ¡Permanece despierto, la ayuda vendrá enseguida!
- Deberías preocuparte más de ti misma.
- ¿Qué quieres decir?
Fue en ese momento en el que giré mi rostro hacia la izquierda y pude ver los primeros rayos del sol, no sabía dónde estaba mi caja y ya no tenía tiempo para esconderme.
- ¡Nee san!
Mi hermano se intentó incorporar, pero sus piernas fallaron y se tuvo que hincar para no caer de cara al suelo. De repente, sentí como Rengoku me abrazaba y ambos nos giramos un poco para que el cuerpo de Rengoku quedara entre el sol y yo.
- ¿Rengoku san?
- Así el sol no te dará.
Nuevamente veía el ojo de Rengoku queriéndose cerrar, también su respiración se estaba alargando.
- Por favor no te duermas, vamos habla conmigo.
- ¿Qué paso con los pasajeros? – De repente me preguntó.
- Están bien, todos están a salvo.
- Me alegra... escucharlo...
- Vamos Rengoku san, tienes que resistir, ¿No tienes a alguien que quieras ver nuevamente? ¿Familia, amigos, no-novia?
- Oh, es verdad... dile a mi hermano que...
- ¡No! Tú se lo vas a decir en persona, solo no te duermas y ya.
El cuerpo de Rengoku me protegía de los rayos del sol, pero para hacerlo completamente tenía que estar bastante cerca de él, por lo que podía oler y sentir su sangre, sin embargo, por alguna razón, en esta ocasión no escuchaba la voz de Muzan en mi cabeza.
- Eres muy amable... y fuerte también...
- ¿Rengoku san?
- Fui testigo de cómo luchabas para proteger a esas personas, tanto tú como la pequeña Kamado... arriesgaron sus vidas para defender a los inocentes de ese demonio...
Rengoku ladeaba un poco su cabeza, como si estuviera perdiendo fuerzas. Fue en ese momento en el que sentía mis lagrimas caer por mis mejillas.
- Las reconozco... A ambas... Ustedes son compañeras y grandes aliadas de la corporación.
No puedo dejar que se duerma, no hasta que la ayude llegue.
- Sabes, yo creo que eso es lo correcto, si eres fuerte debes ayudar a los que no lo son – Le dije.
Creo que lo estoy logrando, porque Rengoku me miró un poco sorprendido.
- Yo creo que la fuerza es un don, y los dones siempre se deben de usar para el bien.
Rengoku no me quitaba la mirada de encima.
- Usar este don que se nos fue encomendado y usarlo para lastimar a otros es imperdonable.
El brillo en el ojo sano de Rengoku recupero fuerza y nitidez
- Por eso debes permanecer aquí, todavía hay muchas personas que te necesitan.
De repente, Rengoku mira por sobre de mí, al parecer algo llamó su atención y ese algo está detrás de mí, quizás sea Giyuu o Tanjiro, no lo sé con exactitud. Al paso de unos segundos, Rengoku esboza una gran sonrisa y baja su mirada para mirarme nuevamente a los ojos.
- Sabes, te pareces mucho a ella.
- ¿A ella?
Quizás esté hablando de una amiga, o tal vez de su novia o prometida, pero mientras siga hablando, es lo mejor.
- Si, me recuerdas mucho a mi madre.
- ¿Eh? A... este yo... bueno no tengo el placer de conocerla, pero estoy segura de que debe ser una gran mujer.
- Si... lo era.
- ¿Lo era?
¿Qué quiso decir con eso? Cuando le iba a preguntar a que se refería con eso, un cuervo que volaba por encima de nosotros empezó a gritar.
- Caw, caw, la ayuda ya llegó, la ayuda ya llegó, caw.
Pude sonreír al escuchar esa noticia, mi mirada volvió a centrarse en Rengoku y le dije.
- Escuchaste eso, la ayuda ya está aquí. Estoy segura de que te pondrás bien.
- Si...
Rengoku cerró su ojo derecho y eso me alarmó nuevamente.
- Aún tengo... cosas que hacer... tengo que... me gustaría ... presentarte a...
- ¿Rengoku? ¡Rengoku!
Antes de poder poner mi oído en el pecho de Rengoku para asegurarme de que su corazón seguía latiendo, unas personas con la cara tapada nos separaron de inmediato y los rayos del sol me comenzaron a quemar.
Sin embargo, pude sentir como alguien me abrazaba y con su cuerpo me protegía del sol, al levantar la mirada, me di cuenta de que era mi hermano.
- Giyuu... ¿Rengoku san está...?
- ¡Hazte pequeña nee san!
- Pero...
- ¡Hazte pequeña y entra en tu caja por favor!
Giyuu giró levemente su cabeza y yo hice lo mismo para ver lo que estaba mirando. Agatsuma venía corriendo y traía consigo la caja de Nezuko en su espalda, mientras que la mía la tenía en sus manos.
En cuanto se puso a nuestro lado, Agatsuma dejó mi caja en el suelo y abrió la puerta. Agatsuma abrió la puerta de tal forma que esta creaba sombra para que pudiese ingresar.
- Entra por favor nee san.
- Pero, Rengoku...
- Tenemos que dejar que los kakushis se hagan cargo.
- Pero quiero estar aquí.
- No puedes nee san, todos vamos a ser revisados y el sol podría lastimarte.
Intenté mirar por detrás de mi hermano para ver si Rengoku estaba bien, pero los rayos del sol me impedían hacer eso.
Por más que quería contradecirlo, Giyuu tenía razón, siendo de día no puedo hacer nada y lo menos que quiero es ser un estorbo para todos, por lo que me hice pequeña y con ayuda de Giyuu entre en mi caja.
Ya en la seguridad de mi caja, lo único que podía hacer era rezar y confiar en que todo saldrá bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro